El arte del engaño

Daniel Tubau

Portada de El arte del engaño de Daniel Tubau
Portada de El arte del engaño de Daniel Tubau

El Arte de la guerra es, con permiso de De la guerra, de Clausewitz, posíblemente el tratado sobre el arte militar más conocido de cuantos existen. Lo que es más, en los últimos decenios, a diferencia del libro escrito por el oficial prusiano, el volumen atribuído a Sun Tzu, ha seguido aumentando su fama hasta niveles irracionales gracias a un buen número de adaptaciones o lecturas más o menos serias y aplicadas a temas tan diversos como el amor, la educación o los negocios.

Ahora bien; ¿Qué sabemos realmente de su autor?¿Son correctas las traducciones que nos han ido llegando?¿Logran desentrañar el significado profundo, si es que lo hay, del escrito original?¿En qué contexto surge?¿Sigue estando vigente? En realidad, es muy poco lo que se sabe sobre Sun Tzu u otros posibles autores de un texto sobre el que el debate prosigue, del mismo modo que abundan las interpretaciones que van mucho más allá de lo que puede extraerse del texto. También, por supuesto, hay quien hace todo lo contrario, tomando literalmente una serie de máximas que, por sí solas, son en la mayor parte de casos una perogrullada que hace mucho tiempo se ha superado.

En El arte del engaño, Daniel Tubau, su autor, nos ofrece el que quizá es el estudio más profundo que en español se ha hecho hasta ahora de esta obra. Así, en primer lugar, y durante lo que puede considerarse la primera parte del libro, Tubau abunda en la historia del propio texto, tratando de dilucidar, entre las sombras de la Historia, quien fue su autor, en qué periodo fue escrito -cuestión vital- y su influencia en su propio tiempo. Durante más de 200 páginas, Tubau analiza docenas de textos y fuentes para intentar dar una solución a este enigma. Más allá de que tenga o no éxito en sus pesquisas, lo cierto es que el verdadero valor de El arte del engaño reside, precisamente, en la diversidad de fuentes empleadas y en la sinceridad con que se plantea cada cuestión, presentando no solo la hipótesis que el autor considera más cercana a la verdad, sino también aquellas que han ido cayendo en el descrédito o que merecen menos eco.

La segunda parte es muy diferente. Está centrada en el análisis de El arte de la guerra, presentando un texto comentado con el que podemos o no estar de acuerdo, pero que en cualquier caso ayuda a tratar de comprender el pensamiento de su autor con una profundidad inusitada. Para ello se basa en análisis lingüísticos, además de en los comentarios de otros autores posteriores que bebieron de la sabiduría de Sun Tzu. Además, hace lo propio con otros dos textos: Las 36 estratagemas chinas y Las 100 reglas del engaño y la estrategia. En conjunto, los tres textos comentados dan una idea más que correcta de lo que es ese «arte el engaño» que autores occidentales más recientes como Basil Liddell Hart con La estrategia de la aproximación indirecta o Edward N. Luttwak en Parabellum: la estrategia de la guerra y de la paz, han descrito con más precisión. Un arte que ha influido notablemente en personajes de relevancia histórica como Mao Zedong, pero también en militares contemporáneos como Qiao Liang y Wang Xiangsu, conocidos por su obra Guerra Irrestricta.

En resumen, se trata de un libro novedoso por su intención y su presentación y que, solo por la seriedad y la motivación con la que ha sido redactado, merece un lugar de honor en las estanterías de cualquier aficionado a la temática militar. Entre sus puntos débiles, que son pocos, quizá cabe señalar alguna leve confusión en el manejo de los términos del vocabulario militar. Errores en cualquier caso fáciles de perdonar, máxime cuando el autor tiene una trayectoria ajena por completo al mundo de las armas. En cualquier caso, nada de esto empaña el valor de una obra que merece una segunda parte dedicada, quizá, a la comparación entre ese pensamiento que El arte de la guerra encabeza, basado en la acción indirecta y ese otro capitaneado por Occidente y que tiene a Clausewitz como estandarte y que se basa en la acción directa.
 
 
 

Autor

Be the first to comment

Leave a Reply