La Unión Europea se está preparando para lanzar una operación marítima destinada a proteger el transporte marítimo comercial en el Mar Rojo. Su objetivo sería el de proteger a los buques civiles de los ataques de los hutíes de Yemen. Una decisión bienvenida y necesaria. Además, y en contra de lo habitual, no llega excesivamente tarde, toda vez que han transcurrido dos meses desde de que comenzaran los ataques.
Muchos europeos ignoran que lo que alguna vez fue cierto para el Imperio Británico, lo es ahora también para la Unión Europea y el Mar Rojo. Esto es, que la dependencia de la vía de comunicación marítima que pasa por el Canal de Suez es una característica central de su posición geopolítica. No en vano, por allí pasa el 30% del tráfico mundial de contenedores y, en total, el 12% del comercio mundial.
Ahora, y como consecuencia de la crisis que se vive en el Mar Rojo, la geopolítica ha vuelto a ser un tema de conversación común en Bruselas. Pero, ¿tienen realmente claras los líderes europeos sus prioridades geopolíticas?*
Sudán también se encuentra en el Mar Rojo
Hace mucho tiempo que se debería haber dado prioridad a la seguridad marítima en el Mar Rojo. Desde 2021, Rusia ha estado considerando un acuerdo con el general sudanés Abdel Fattah al-Burhan, para construir una base naval en Puerto Sudán. Sin embargo, después de que estallara la guerra civil, en abril de 2023, se acusó a Wagner de apoyar a su rival, Hemedti. De hecho, las llamadas Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han estado luchando contra las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) de Burhan. El riesgo geopolítico es obvio: una base naval rusa en el Mar Rojo iría contra los intereses de la UE.
En relación con esto, el 5 de mayo de 2023 la fragata española «Reina Sofía», que participaba en la Operación Atalanta de la UE, entró en Puerto Sudán logrando evacuar a 162 civiles. Más importante si cabe, esta acción demostró una presencia real de la Unión Europea en el Mar Rojo. Una decisión que, además, podría leerse como un mensaje de disuasión: Europa está dispuesta a defender sus intereses también allí.
¿Pero fue eso lo ocurrido realmente? Por casualidad, la zona de operaciones de la operación Atalanta se había ampliado desde el noroeste del Océano Índico hasta incluir el Mar Rojo. Es decir, que la fragata española no fue enviada debido a la conciencia geopolítica de los líderes políticos de la UE. Más bien fue consecuencia de las decisiones tomadas por oficiales proactivos del Estado Mayor de la UE y del mando español de Atalanta. De hecho, los dirigentes políticos lo vieron como una operación de evacuación y nada más. La UE hizo lo correcto, pero por coincidencia, y por lo tanto no dio a su presencia la necesaria permanencia. Así, y a pesar de la ampliación de la zona de operaciones, los Estados miembros no reforzaron Atalanta. Es más, esta operación a día de hoy sólo cuenta con una única fragata española a su disposición.
De Gaza a Yemen
Pasados unos meses, la guerra en curso en Gaza ha producido las consecuencias que, afortunadamente, no produjo la guerra de Sudán. Desde el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás cometió un atroz ataque terrorista en Israel, al que este país respondió con una guerra masiva en la Franja Gaza, las milicias respaldadas por Irán han llevado a cabo más de cien ataques contra bases militares estadounidenses en Siria e Irak. En represalia, Estados Unidos ha lanzado ataques aéreos. Hezbollah, por su parte, también ha disparado cohetes contra Israel desde el Líbano.
Al actuar a través de actores delegados sin involucrarse directamente, Irán busca presumiblemente presionar a Estados Unidos. Todo de modo que Washington presione a su vez a Israel para que ponga fin a las operaciones en Gaza. Aún más preocupante es que otro grupo respaldado por Irán, la facción hutí que controla gran parte de Yemen, comenzara a atacar el 19 de noviembre barcos comerciales en el Mar Rojo. Lo hacía, además, asegurando actuar en apoyo de los palestinos. El impacto económico ha sido inmediato, ya que las compañías navieras desviaron sus embarcaciones hacia la mucho más larga alrededor del cabo de Buena Esperanza.
Mantener abierta esta vía marítima de comunicación es un interés vital de la UE. Sin embargo, la reacción ha sido, en el mejor de los casos, lenta. De hecho, Estados Unidos actuó primero al lanzar la operación Guardián de la Prosperidad en diciembre de 2023. Esta consiste en una coalición de voluntarios formada por unos veinte países, incluidos Estados miembros de la UE como Dinamarca, Grecia y los Países Bajos.
Posteriormente, la UE finalmente comenzó a explorar sus propias opciones. Así se acordó que Atalanta cooperara con Guardián de la Prosperidad, solo para ver cómo España bloqueaba el consenso. Y mientras tanto, por supuesto, Atalanta ha seguido disponiendo de un único buque.
Algo más tarde, en enero de 2024, el debate pasó a girar en torno a la creación de una nueva operación con al menos tres barcos y que se desplegaría en febrero. Esto es, tres meses después de que comenzaran los ataques a esta arteria económica vital. Incluso antes de que la UE decidiera el mandato para la nueva operación, el 12 de enero de 2024, Estados Unidos y el Reino Unido dieron un paso más y tomaron la iniciativa atacando las bases hutíes en Yemen.
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