El empleo de drones en las unidades de reconocimiento

Una aproximación

El empleo de drones en las unidades de reconocimiento es algo común. De hecho, lo será cada vez más a medida que nuevos sistemas, ahora en desarrollo, vayan incorporándose progresivamente a los ejércitos. Ahora bien, su entrada en servicio no estará exenta de retos. Por una parte hay problemas relacionados con la dificultad para analizar un volumen creciente de información. Por otro, problemas relacionados con la orgánica y la necesidad de encontrar un encaje adecuado a estos medios. También hay problemas tácticos y operativos nada desdeñables, como tampoco lo son los éticos. Es por esto que el empleo de este tipo de medios en las unidades de reconocimiento debe ser analizado de forma objetiva y sin apriorismos de ningún tipo, tal y como intentaremos en las próximas líneas.

Aunque hoy en día se puede adquirir información mediante medios satélites o aéreos que poseen una gran potencia para obtener imágenes detalladas, a nivel táctico quedan muchos detalles que cambian con facilidad o rapidez y que son determinantes a la hora de planear una operación terrestre. Para satisfacer las necesidades de información de organizan misiones de reconocimiento (pueden ser una misión independiente o parte de otra misión) que deben ser rápidas en su ejecución y precisas y oportunas en el envío de información, pues una información parcial, confusa o tardía de poco o nada sirve, si no es incluso peor por la confusión que pueden crear.

Los drones son unos aparatos que han experimentado un enorme desarrollo en los últimos años, hasta el punto de que prácticamente son elementos de presencia cotidiana (empleados en la vigilancia en ciudades y carreteras, cartografía, agricultura, entrega de paquetes, o el simple ocio), y no podían de dejar de tener una función en el terreno militar.

Se ha generalizado el empleo del término dron, que viene de la palabra inglesa “drone”, que significa zángano, o abeja macho. Pueden ser aéreos, terrestres o marítimos (en este trabajo obviaremos los marítimos por razones evidentes). Hasta ahora, probablemente los que más se han desarrollado son los aéreos. Aunque el término dron es el más popular, se han utilizado otros de forma más o menos oficial, que han ido variando con el tiempo, conforme las máquinas y sus capacidades se iban desarrollando. Habitualmente nos encontraremos con los acrónimos UAV o UAS (Unmmaned Aerial Vehicle/System), RPA o RPAS (Remotely Piloted Aerial Vehicle/System), y UCAS/UCAV (Unmanned Combat Aerial Systems/Vehicles) que se refieren a lo mismo, una aeronave sin piloto o pilotada remotamente y, cuando menciona el sistema, engloba a la aeronave, al operador y sus elementos de control, así como a los distintos módulos que se pueden acoplar a la aeronave, principalmente de observación y armamento.

Cuando hablamos de drones terrestres, tendremos que cambiar la A por una G (Ground, terrestre), y aplicar prácticamente en la misma medida lo dicho sobre sistemas y módulos.

Su evolución no ha progresado tanto como el de los aéreos, pero se están desarrollando rápidamente proyectos basados en vehículos normalmente sobre ruedas o cadenas (aunque algunos utilizan unas patas como si fueran animales mecánicos, lo que es especialmente útil en terrenos difíciles) que pueden ser utilizados, aparte de en reconocimiento/vigilancia o como plataforma de armas, en cometidos logísticos, de transmisiones, reconocimiento NBQ, limpieza de zonas minadas, neutralización de IEDs o incluso combate subterráneo. Seguro que me dejo alguno y llegarán más usos que están por descubrir.

En cualquier caso, todos los drones son dirigidos por control remoto (mediante radiofrecuencias o por satélite), o se le puede programar un recorrido con referencias GPS (waypoints), aunque manteniendo un cierto control por el operador. Disponen de un sistema para poder recuperarlos automáticamente en caso de perder el control, volviendo a un punto determinado.

En estas unidades, los aéreos tendrán pequeño tamaño, baja velocidad y baja altura de vuelo (LSS: low, slow, small) y se corresponderán a los minis o micros según clasificación OTAN (por ejemplo, el Raven). En cuanto a los terrestres, no deben tener un tamaño y volumen excesivo, por razones que posteriormente explicaremos. Es difícil encajar los que se utilicen en una de las diferentes clasificaciones y categorías que existen. Por ejemplo, una clasificación por peso no nos da idea clara de donde encajarían, dado que el peso y el tamaño de la plataforma dependerán de los módulos que utilice para cumplir sus cometidos.

Nuestro Ejército de Tierra está desarrollando el Programa Escorpión, en el que, entre otras, se contemplan variantes de UGV armadas y con elementos de observación/vigilancia.

En los últimos tiempos se están desarrollando un buen número de sistemas específicos para observación y reconocimiento, basados en drones terrestres, como en este caso, gracias a la colaboración de la alemana Rheinmetall y la española Escribano Mechanical & Engineering. Fuente – EM&E.

Encaje en las plantillas

Los drones suponen un elemento más para aumentar la capacidad de maniobra, pero no sustituyen a otros medios. Su llegada, por tanto, debería obligar a aumentar la plantilla de personal y material. Se está dando la circunstancia de que se intenta que los mismos tripulantes de un vehículo que ya tiene sus cometidos asuman el manejo, transporte en esos mismos vehículos y, en su caso, la gestión de la información que proporcionan, creando un problema por los límites impuestos a las plantillas.

Dado el volumen que ocupan los sistemas y la dedicación exclusiva a ellos por parte de los operadores mientras están realizando su misión (y la misión incluye la preparación, transporte, puesta en funcionamiento, ejecución del cometido, recuperación del aparato y de la información y transmisión de ésta), es poco rentable emplear como operadores al personal que ahora está embarcado en plataformas como los VEC o los VERT, los exploradores, no digamos ya a los tripulantes de los carros o los sirvientes de piezas de mortero. No sólo los operadores deben trabajar únicamente con estos sistemas, sino que también deben disponer de vehículos acordes con la situación táctica en la que se les vaya a emplear. Personalmente me he pronunciado varias veces en el sentido de que estos medios deberían estar centralizados, junto con otros de obtención de información, en un Escuadrón específico y no repartidos entre los escuadrones de combate de los Grupos o Regimientos de Caballería, y en cualquier caso deben suponer aumento de plantilla.

Medios como los drones de reconocimiento, pero también los vehículos específicos, deberían estar centralizados junto con otros medios de obtención de información en unidades específicas. Fuente – Ejército de Tierra.

Los drones en las unidades de reconocimiento táctico terrestre

La misión principal de una unidad de reconocimiento es conseguir información acerca del enemigo, del terreno y las condiciones meteorológicas (así lo dicen los reglamentos), lo que traducido a acciones concretas, lleva a avanzar hasta la zona que corresponda, para averiguar si hay enemigo o no, y si lo hay qué características tiene, entidad, actitud, despliegue, cómo son las vías de comunicación, los obstáculos del terreno, instalaciones y poblaciones, etc. En unos casos se buscará información y en otros se confirmará.

Con estas premisas generales, vamos a intentar obtener una visión global de cómo pueden los drones ayudar en ese cometido, encuadrándolos en una situación táctica elemental aunque suficientemente descriptiva para conseguir nuestro objetivo.

Dentro de los limitados radios de acción que tienen tanto los drones terrestres como los aéreos, cada uno en su dimensión, y que dependerá del consumo y almacenamiento de la fuente de energía que utilice, del alcance del medio de control, e incluso de los obstáculos del terreno, la línea de visión del operador o las condiciones meteorológicas, una unidad de reconocimiento valora que los aéreos pueden conseguir imágenes del campo de batalla (o del futuro campo de batalla) desde un punto de observación elevado y discreto. Son difíciles de detectar, identificar y neutralizar, son rápidos y ahorran tiempo, consiguen abarcar una gran extensión de terreno, evitan riesgos para el resto de la unidad y salvan terrenos desfavorables, pero la información no será muy detallada. Su mayor ventaja se obtiene cuando se busca localizar objetivos de especial importancia (puestos de mando, centros de transmisiones, etc) u objetivos de gran rendimiento muy móviles, como concentraciones de vehículos. En contra tienen la meteorología y que en muchas ocasiones la información tendrá que ser confirmada por una unidad de superficie.

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