Llevo como Asesor de Defensa y Naval en una empresa de la Industria de Defensa desde hace más de tres años. Antes estuve dos años en el mismo puesto en otra empresa del sector, y antes de eso, durante más de 40 años, he sido Oficial de la Armada especializado en materias específicas como Electrónica, Guerra Electrónica, e Inteligencia de Señales, y también fui durante unos años, Controlador naval de Aviones embarcado. Esto es un CV reducido, pero creo básico para entender mi trayectoria y mi experiencia y también las razones por las que me permito escribir sobre las diferencias entre organización militar y civil.
Obviamente lo que más me aportó fue mi larga carrera en la Armada, que además de una enorme experiencia vital y profesional en la gestión, dirección operativa y logística del recurso económico, del planeamiento, y del recurso humano, me sirvió posteriormente para poder dar mis servicios de asesoramiento a empresas de la Industria de Defensa.
Desde que trabajo en el mundo civil, en mi caso en empresas privadas, ahora ya incluso en condición de militar retirado, he podido observar y comprobar contrastes acentuados en la forma de trabajo, en las relaciones, y, sobre todo, en la gestión del recurso humano, pero también en cuanto a la gestión del recurso material y económico, pues aun siendo similares, existen grandes diferencias de criterios y gestión entre los mundos militar y civil.
La forma de llevar el trabajo en el mundo militar y civil son diferentes, pero en muchos casos, la experiencia me dice que no deberían de serlo en muchas cosas. Es obvio que las Fuerzas Armadas exigen jerarquía y disciplina, pero siempre acompañadas de una organización claramente detallada y unas directivas e instrucciones trasparentes y comprensibles. Difícil será desarrollar las misiones que les corresponden, y, en consecuencia, el empleo y uso exclusivo de la fuerza que definen a una nación democrática y no a una dictadura, si la conducta y actuación no están bien regladas y definidas a través de los derechos, deberes y obligaciones.
Es mi única intención a través de estas líneas, exponer y me atrevería a recomendar, de acuerdo con mi experiencia vital, y si se quiere, acerca del posible aprovechamiento de muchas de las ideas castrenses en la vida civil y viceversa,. Ideas que estimo pudieran ser útiles para ser aplicadas en la gestión de la dirección y en el trabajo diario dentro de sus organizaciones y estrategias de futuro, sin entrar en la cuestión económica y financiera, que, si bien es prioritaria y fundamental en la empresa para el avance, no es ni mucho menos la única o exclusiva. Lo haré a través de “símiles hidráulicos” que pueden “osmotizar” las ideas en uno u otro sentido, es decir, trasladar lo que de la gestión, dirección y organización militar sería bueno trasladar a la empresa civil, y viceversa, lo que de bueno tiene lo civil a lo militar.
Estructura y organización en los mundos militar y civil
En la vida militar, la organización es la base para un buen funcionamiento, pero no solo el definir un buen y racional organigrama, sino actualizarlo a las circunstancias y a los tiempos. En la parte de arriba, sobre el Comandante/Jefe, recaen todas las responsabilidades y es por ello que, sus elementos subordinados jerarquizados deben de estar no solamente bien definidos, sino estratégicamente organizados, para que las órdenes de arriba abajo fluyan racional y coherentemente hacia el subordinado, y la información y la ejecución de las mismas por parte de estos, llegue claramente a la cúspide para evaluación de la propia decisión, modificar nuevas órdenes o actualizarlas. Esto es lo que en el mundo militar y civil se conoce como ciclo OODA (Observación, Orientación, Decisión, Acción) en una estructura orgánica piramidal jerarquizada. Es decir, aunque sea una obviedad, el/los de arriba tienen más responsabilidades y mayor autoridad que los de abajo, pero sus decisiones deben ser previamente estudiadas, analizadas.
Vemos claramente que esto es aplicable a la estructura civil empresarial donde es necesario también que sea piramidal y jerarquizada, donde la Dirección General/CEO y Direcciones Funcionales tienen las máximas responsabilidades y la mayor autoridad, y donde los escalones siguientes, las secciones o departamentos, ejecutan las órdenes/acciones recibidas, e informan para cerrar el ciclo y continuar con el siguiente.
Está claro que, usando el símil democracia/dictadura, las decisiones a tomar por el nivel más alto en la democracia, debieran de ser adecuadas a lo legal, a lo económico-financiero, al recurso humano, y lejos de tomar decisiones unipersonales, como en las dictaduras, y al igual que el mando militar se asesora de su Estado Mayor, de su Asesor Legal, de su Jefe de Servicios Económicos Administrativos, con su Jefe de Personal y de su Gabinete para cuestiones institucionales, en lo civil, el Director General/CEO, debiera de tener contacto continuo y asesoramiento de su Jefe de Gabinete o similar si lo tuviera, de su Asesor Legal, de su Director Financiero, y, de su Director de Recursos Humanos, e incluso de su Director Estratégico (Inteligencia, Planes y Estrategia de Futuro). Es necesario indicar que, en ambos casos, además de la cadena jerárquica establecida, pudieran existir Asesores determinados, además de los Legales, para disciplinas determinadas.
En un Estado Mayor militar no operativo, la organización se distribuye entre diferentes Divisiones relacionadas con aspectos funcionales, por ejemplo, Estrategia, Planes, Logística, etc, todos ligados entre sí, y en contacto permanente también con los diferentes asesores que el mando tiene, legal, personal, económico administrativo, logístico, y específico, lo que traducido a lo civil, significa que el segundo escalón del organigrama debiera de ser también fundamentalmente funcional, Directores Funcionales que conforman el Staff, que tendrán apellidos de acuerdo con las características y objetivos de la empresa. Es el caso, por ejemplo, de cargos como los de Director de Ingeniería, Director de Operaciones, Director de Compras, etc, los cuales tienen el deber de coordinar entre sí y siempre en contacto con los responsables legales, financieros, de recursos humanos y estrategia.
Por otra parte, si en un Estado Mayor Operativo, las Divisiones se transmutan en los apartados funcionales para el desarrollo de las operaciones: Personal, Operaciones e Inteligencia, Operaciones en curso, Logística y Sanidad, CIS, Finanzas y Recursos Humanos, y, Cuestiones Políticas, Legales y Comunicación Social, en lo civil, donde no es aplicable una organización operativa propiamente dicha, cuando un proyecto o programa va adelante, es necesario activar departamentos o secciones funcionales “operativas” precisas: Director de Programa, Director de Proyecto, etc, que se apoyan en otras direcciones específicas de acuerdo a la actividad a desarrollar: Director de Sistemas Eléctricos, de Sistema Electrónicos, de Sistemas Ópticos, de Software, de Simulación, etc, lo que se conoce como la organización horizontal.
En ambas organizaciones militar y civil, de las divisiones, secciones, direcciones o departamentos, se derivan orgánicamente, todos los elementos necesarios para el desarrollo de la actividad, operadores de armas, de comunicaciones, fusileros, etc, en el mundo militar, y operarios, mecánicos, electricistas, etc, en el civil.
Comunicación
Comunicación es “la acción consciente de intercambiar información entre dos o más partes con el fin de transmitir o recibir información, opinión u órdenes”.
El proceso comunicativo es esencial para la vida en sociedad y la laboral, permite que los seres humanos, los trabajadores, se expresen y compartan información entre sí, establezcan relaciones, lleguen a acuerdos y sean capaces de organizarse. La palabra comunicación deriva del latín “communicatio”, que significa compartir, participar en algo, poner en común, y esto es fundamental en cualquier organización civil o militar. Cualquier organismo ya civil, ya militar sin comunicación, es un organismo muerto sin pulso.
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