Sin duda alguna, la noticia, en el aspecto aeroespacial militar, de las últimas horas, es el tremendo giro de timón que ha dado el US Army en cuanto a su vertiente aérea. El aspecto más llamativo de esta reestructuración, y el que más titulares se está llevando en la prensa especializada, es la cancelación del programa FARA (Future Attack-Reconnaissance Aircraft), aparato del que hablamos aquí hace unos años y que era tan rompedor como, en algunos aspectos, controvertido.
Este radical cambio de rumbo, como vamos a ver, forma parte de una profunda reestructuración de los planes futuros. Remodelación que afecta a las aeronaves de ala rotatoria y de hecho, al conjunto del US Army, servicio que ha anunciado un “reequilibrio de la inversión en equipos aéreos”, tanto para aeronaves tripuladas como para UAVs y UCAVs, a la espera de que extienda los cambios también a las plataformas terrestres.
Decisiones drásticas que son, en buena parte, consecuencias de las lecciones identificadas en conflictos como la guerra de Ucrania, actualmente en curso y que ha forzado a reevaluar las prioridades. No en vano, los cambios se están produciendo a un ritmo inusitado y no aconsejan mantener la inversión en programas a muy largo plazo y un alto coste, sino que parecen indicar que es más juicioso apostar por mejoras en la flota existente y por la modernización de plataformas más que probadas y amortizadas.
Por hacer un pequeño resumen, el FARA (Future Attack-Reconnaissance Aircraft), programa oficialmente lanzado en 2018, abogaba por desarrollar un nuevo helicóptero ligero capaz de realizar misiones de reconocimiento armado. Por lo tanto, no era per se, un sustituto de los pesados Apache, como han dado a en entender en algunos medios. Realmente se estaba buscando un reemplazo para los OH-58D Kiowa, aparatos que, como ya contamos en el artículo anteriormente mencionado, fueron dados de baja sin un sustituto adecuado.
Esta decisión había obligado a redirigir una parte importante de la flota de AH-64D, unos 350 aparatos, con objeto de cumplir con el papel de exploradores en beneficio de otras aeronaves o fuerzas de tierra del US Army, con lo cual, si es parcialmente cierto que en el futuro, el aparato que hubiese resultado ganador de esta competición, podría haber acabado dando el relevo a parte de los AH-64D Longbow Apache y AH-64E Apache Guardian, de ahí la probable confusión.
Recapitulando, se había desarrollado un programa de evaluación al que se presentaron diferentes candidatos, que fueron siendo eliminados de manera paulatina en distintas fases para, finalmente acabar decidiendo entre las dos plataformas que parecían tener un mayor potencial:
- El Raider X de la empresa Sikorsky (ahora parte del gigante Lockheed Martin).
- El 360 Invictus, perteneciente a Bell Helicopters
Curiosamente, los aparatos se encuentran en la fase final de construcción, y ni tan siquiera han llegado a volar. Es más, a finales de 2022, con motivo de la Feria Aeronáutica AUSA, Sikorsky anunció que su prototipo se encontraba al 92%, con un segundo aparato en un estado de construcción avanzada, aunque sin aportad datos concretos. Bien es cierto que han pasado más de 18 meses y aún no se sabe nada de su primer vuelo, y es que parece que uno de los principales motivos del retraso tiene que ver con el desarrollo de su propulsor, ya que el motor T901, también ha acumulado numerosos problemas durante su concepción y fase de pruebas. Esto no es baladí, pues el retraso ha tenido una notable repercusión en otros programas del US Army, como veremos más adelante.
Según el documento publicado, los trabajos en los prototipos concluirán con el fin del presupuesto del año fiscal 2024. Si bien no se especifica qué va a pasar con los mismos, es probable que sigan el camino del malogrado Boeing-Sikorsky RAH-66 Comanche[1], pasando a ser evaluados por alguna unidad concreta, durante una temporada, en la que se explotarán sus bondades y se asimilarán para futuros proyectos. A partir de ahí, lo más posible es que terminen expuestos en algún museo. Eso suponiendo que no acaben en un almacén o, peor aún, desguazados.
Lo relevante aquí es que, tras las distintas evaluaciones llevadas a cabo, se ha llegado a la conclusión de que las capacidades del programa FARA (Future Attack-Reconnaissance Aircraft) podían lograrse de manera más efectiva y asequible con una combinación de equipos no tripulados y sistemas basados en el espacio. Y es que, como la realidad nos ha hecho ver en los últimos años, la supervivencia de las aeronaves de ala rotatoria en el frente de batalla está en entredicho. Recordemos que, por ejemplo, Alemania ya ha decidido reemplazar antes de tiempo sus helicópteros de apoyo Tiger UHT[2], por una variante armada del Airbus (antes Eurocopter) H145M. Una decisión que, si bien puede parecer un paso atrás -sería volver a los tiempos de los MBB Bo105-, si se estudia con cierta perspectiva tiene cierto sentido. Al fin y al cabo, hoy en día existen numerosos sistemas de armas contracarro lanzadas desde un helicóptero y capaces de alcanzar objetivos más allá de los 25 km[3]. Eso permite aumentar la supervivencia de la aeronave que los porta, permitiendo el uso de medios más económicos tanto de adquirir como de operar.
Por otra parte, hay que pensar que las FAS estadounidenses están enfocando su futura estrategia de combate hace un enfrentamiento en la zona del Pacífico, es decir, frente a la amenaza China. En dicho escenario los helicópteros podrían tener una utilidad cuanto menos limitada, debido a las enormes áreas de operaciones en las que se verían obligados a combatir. Algo, por cierto, que no es aplicable al FLRAA (Future Long-Range Assault Aircraft), pues precisamente una de las ventajas que ofrecen los convertiplanos frente a los helicópteros tradicionales es que, al poder volar de manera similar a un avión, su alcance se multiplica exponencialmente con respecto a las aparatos de ala rotatoria tradicionales. Quién sabe si en un futuro terminará por desarrollarse una variante armada del Bell V-360 Valor aprovechando que su radio de acción muchísimo mayor que el de un helicóptero de ataque convencional como puede ser el Apache.
Consecuencias de la cancelación del FARA (Future Attack-Reconnaissance Aircraft)
Debido a la decisión de cancelar el FARA (Future Attack-Reconnaissance Aircraft), son dos las ramas de las Fuerzas Armadas estadounidenses que van a ver truncados sus planes. Por un lado el USMC, el cual estaba estudiando desarrollar el FARA como sustituto de sus Bell AH-1Z Viper Cobra. Por otro, el SOCOM[4], en donde pensaban sustituir con el nuevo aparato sus ligeros y maniobrables AH/MH-6 Little Bird.
(Continúa…) Estimado lector, este artículo es exclusivo para usuarios de pago. Si desea acceder al texto completo, puede suscribirse a Revista Ejércitos aprovechando nuestra oferta para nuevos suscriptores a través del siguiente enlace.
Be the first to comment