Introducción a la Estrategia

General Beaufre

Introducción a la Estrategia - General Beaufre
Introducción a la Estrategia - General Beaufre

Es tarea imposible elaborar una lista de los tratados sobre ciencia militar más relevantes, ordenándolos de forma que contente a todos. En cualquier caso, la obra que hoy traemos a colación merece, sin duda alguna, estar en las primeras posiciones de dicho ranking. “Introducción a la estrategia”, del general francés André Beaufre, es una obra pionera en muchos sentidos, al sintetizar buena parte de los conceptos ahora comunes, como la disuasión, siendo su aportación fundamental en el campo de la los estudios estratégicos.

“Introducción a la estrategia”, publicado en 1980 por Ediciones Ejército, supone, por más que solo una porción mínima de la población -y me atrevería a decir que también de nuestros militares- lo haya leído, un antes y un después. Es así, pues después de la archifamosa -y desconocida- obra de Clausewitz, es el primer intento serio de revolucionar el arte de la estrategia y, por ende, la ciencia militar al completo, dando forma a una teoría que trataba de ser omnicomprensiva a diferencia de la del autor prusiano que, según el propio Beaufre, únicamente se ocupaba de “una estrategia”.

De esta forma, Beaufre nos explica como la estrategia no ha de ser una doctrina única, sino un método de pensamiento que permite dosificar y jerarquizar los acontecimientos para luego escoger los procedimientos más eficaces y como a cada situación corresponde una estrategia particular. Además, nos propone una primera pirámide de estrategias, encabezada por la “estrategia total” que incluye a su vez a cada estrategia particular, sea esta política, económica, militar o diplomática.

Ciñéndose ya a la guerra en sí, Beaufre deja claro que la guerra, cada vez más compleja y destructiva, necesita de una praxeología o ciencia de la acción y que es precisamente la estrategia quien puede y debe conferir a la misma un carácter racional y calculado de forma que se logre alcanzar los objetivos políticos marcados.

Nos define la estrategia como el “arte de la dialéctica de las voluntades que emplean la fuerza para resolver el conflicto” y nos dice, a su vez, que su finalidad es “alcanzar la decisión creando y explotando una situación que acarree una desintegración moral del adversario”. Es quizá aquí donde reside la idea central del libro, pues independientemente de que nos hable de estrategia convencional o de estrategia nuclear, Beaufre vuelve una y otra vez a la idea de lograr esa “desintegración moral del adversario”, a ser posible sin llegar al conflicto armado. El arte de la estrategia, pues, consistirá en elegir entre los medios disponibles y en combinar su acción para que concurran a un mismo resultado psicológico que sea lo bastante eficaz como para producir el efecto moral deseado sobre el adversario y, así, ganar o, lo que es lo mismo, alcanzar nuestras metas políticas.

Dicho esto, pasa a teorizar sobre los distintos modelos estratégicos, desde la amenaza directa a las acciones sucesivas, la lucha total prolongada o la presión indirecta entre otros, englobando en ellos las ideas de todos sus predecesores desde Clausewitz a Mao o Liddell Hart quien, precisamente, prologa el libro del general francés.

Sobre todo, nos clarifica los principios fundamentales de la estrategia, a saber: Mantener la libertad de acción y la economía de medios. Por supuesto, desarrolla ambas ideas de forma tan clarividente y sencilla, que no cabe reproche alguno, por más que otros autores hayan hecho algún añadido a dichos principios.

En la segunda parte del libro, por llamarlo así, se centra en la estrategia nuclear, tema candente en el momento de su redacción y sobre el que nos aporta valiosos conceptos pero que, como bien señala el responsable del prólogo a la edición española, el general Juan Cano Hevia, brilla más por su valor histórico que por su aportación intelectual que, girando en torno a la idea de la disuasión, quizá no alcance las alturas a las que llega la primera parte de esta “Introducción a la estrategia”. De hecho, el prólogo del general español, aunque quien escribe no lo comparta completamente, es de obligada lectura. Ojalá más autores se atreviesen a ir a la contra de aquellos otros a quienes deben prologar, aumentando así, en mucho, el valor de la obra, al permitir al lector situarlo en su justo lugar.

En resumen, “Introducción a la estrategia” es una de las obras cumbre del pensamiento militar. Un libro difícil de encontrar pero que merece la pena en todas y cada una de sus apenas 200 páginas y que, si las cosas fuesen como deben, el Ministerio de Defensa reeditaría una y otra vez. Lástima que apenas nadie esté interesado en comprarlo.

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