«El corsarios del oro negro» es la segunda entrega de las aventuras del Albatros, del teniente de navío de la Armada Española Federico Supervielle Bergés, quien se ha autoeditado un libro que, sin duda, superará en éxito al anterior, lo que no es poco. En esta ocasión, el libro comienza de forma muy inteligente, presentando de nuevo a los principales protagonistas de la primera novela, que lleva por título «El Albatros y los piradas de Galguduud» y lo hace sin aburrir, sin que parezca una introducción forzada y permitiendo que aquellos que no hayan leído el primer libro puedan leer este sin problemas. Así, por ejemplo, al repasar el estado del buque, que lleva un tiempo amarrado a puerto, casi sin querer permite que los legos se familiaricen con su disposición y equipo, lo que muchos agradecerán.
Una vez más Pablo, Gabi, Paco y el resto del grupo, con algunas bajas que como vasco lamento, pero también con algunas incorporaciones interesantes, son requeridos por el magnate suizo dueño de Alps Tankers para dar seguridad a sus buques y, de paso, vivir unas cuantas aventuras esta vez en el Golfo de Guinea, más concretamente en las costas de Nigeria.
Naturalmente, después de un tiempo de relax, disfrutando de las ganancias de su primera navegación, la situación del equipo ha cambiado. Algunos tienen problemas personales, otros han iniciado nuevas etapas y los más se dedican a disfrutar de la vida mientras echan de menos la acción. La primera tarea de Pablo y Gabi será, por tanto, volver a reunir un equipo capaz de manejar un buque del tamaño de un BAM y además, de llevar a cabo todas las tareas que puedan encomendarles y que siempre terminan por sorprender al lector.
A partir de ahí, los protagonistas deberán enfrentar desde pateras a piratas y de traiciones -esto ha sido todo un acierto, una vez más- hasta ataques yihadistas, lo que llevará a entablar una serie de combates que están narrados con la precisión que solo un marino de guerra es capaz de ofrecer. Naturalmente no desvelaremos nada más sobre la trama por respeto al lector, que debe descubrir los inesperados giros de esta por sí mismo.
Sin lugar a dudas, «El corsario del oro negro» es un libro que ha avanzado respecto al primero, que ya era una obra notable en un género del que apenas tenemos autores en España. Los personajes son más maduros y más profundos, las situaciones son si cabe más peligrosas y cada combate está más igualado, entrando en juego factores como la suerte. De esta forma, se consigue más tensión para el lector y también sembrar dudas sobre el destino de algunos personajes, dudas que no se despejarán hasta las últimas líneas.
Por supuesto, el libro no aspira a ser una obra cumbre de la literatura -aunque el autor deja algunas pinceladas de su calidad como escritor, por cierto-, pero es una novela sincera que pretende entretener, que busca que el lector se enamore de un tipo de vida y de unos personajes y que quiera más y lo consigue con creces.
De hecho, ya estamos esperando la tercera parte, que sin duda llegará y para la que tanto el Sudeste Asiático como especialmente las costas del Caribe podrían ser un gran escenario, diseñado casi a propósito para «nuestro» Albatros…
Como siempre, un libro que podéis -y debéis- adquirir a través del siguiente enlace o pulsando sobre la imagen de la portada.
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