Históricamente, la visión extremista de la doctrina islámica cuya interpretación en ocasiones derivaba en acciones de violencia terrorista era un fenómeno prácticamente desconocido en Marruecos. Esta tendencia se revirtió en la década de los 70 del pasado siglo. En el año 1972 salta a la escena marroquí el grupo Shabiba al-Islamiyya (Juventud Islámica).
Su líder era Abdelkarim Moutii y defendía el uso de la violencia para el establecimiento en marruecos de un estado regido por la Sharia. En sus inicios estuvo muy influenciado por el movimiento egipcio de los Hermanos Musulmanes y por la doctrina de sus figuras más emblemáticas: el fundador Hasan al Banna y otro de sus destacados dirigentes Saiyid Qutb. El 18 de diciembre de 1975 el grupo asesinó a Omar Bejelloun, líder de la Union Socialiste de Forces Populaires (USFP), movimiento que proponía para Marruecos un modelo laico y de izquierdas En la década de 1980 el grupo siguió desarrollando una importante actividad violenta y se implicó en otras actividades ilegales como el tráfico de drogas y el de explosivos.
Sin abandonar la década de 1970, en esa época tuvo lugar un hecho que tendría una notable influencia en el desarrollo del fenómeno yihadista en el país: el desembarco en Marruecos del Wahabismo. Wahabismo o Wahabiyyah es la denominación de un movimiento religioso fundado en el siglo XVIII en Arabia Saudí por Muhammad ibn Abd al-Wahhab. Proponía el retorno al un Islam idealizado que se practicaba en el pasado y a la observancia estricta del contenido del Corán y de los hadices, hechos y dichos atribuidos a Mahoma. Fue conocido por su oposición, en ocasiones violenta, al culto popular de los santos, la idolatría o los santuarios. Fue responsable del saqueo de así como el saqueo de los santuarios chiíes de Najaf y Kerbala en 1802. En 1747 formó una alianza con Muhammad ibn Saud que sirvió como base para la consolidación del reino actual de Arabia Saudita. Sus detractores les llamaban Wahabíes aunque ellos se definen como Muwahhidun, o “gente del Tawid” (la unicidad de Alá).
Esta doctrina radical llegó a través de las mezquitas construidas y financiadas por Arabia Saudí que contaban con la aquiescencia del monarca Hassan II. La presencia saudí fue debida al apoyo, económico y diplomático realizado por la monarquía de los Al Saud en la época del conflicto del Sahara Occidental.
Al calor de esa interpretación rigorista del Islam, fueron surgiendo grupos como Al Hijra ual Takfir (Exilio y Excomunión), asentado en la zona de Casablanca se le responsabilizó del asesinato de personas por solo hecho de realizar conductas que consideraban contrarias a la Sharia como consumir alcohol.
As Sirat al Mustakim (El Camino Recto) fue una escisión del anterior y cometió varios asesinatos en Casablanca ordenados por su líder Zakaria Miloudi. Muerto en noviembre de 2006, Miloudi pronunciaba fatuas, decretos religiosos, en los que emitía condenas a muerte. Tal vez el caso más escabroso fue el de Fouad Kerdoudi, quien, en el año 2002, fue asesinado a pedradas por una quincena de individuos, acompañados por el propio Zakaria Miloudi, después de que este último dictase una fatua ordenando su muerte por lapidación.
Salafiya Yihadiyya (Tradición y Guerra Santa), grupo del que uno de sus líderes, Mohamed Firazi expreso de manera pública su adhesión al que por aquel entonces era el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden. Este grupo está rodeado por un halo de dudas ya que hay opiniones que afirma que en realidad fue una creación de los servicios de seguridad para, “ubicar” a los más de mil detenidos en el año 2003 por su presunta implicación en los atentados de Casablanca.
Por su parte, el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), también conocido como Grupo Marroquí Armado (GMA) o Grupo Combatiente Marroquí (GCM) fue fundado en el año 1993 en Peshawar (Pakistán) por un grupo de “afganos” ciudadanos marroquíes que se habían desplazado a combatir a Afganistán. Hasta el año 2001 sirvió de soporte logístico a Al Qaeda y a tras la adhesión de Marruecos a la lucha contraterrorista después de que se cometiesen los atentados de 11S en EE.UU. el grupo cambió de estrategia para empezar a cometer ataques terroristas en territorio marroquí.
En julio de 2006 emergió el Yamma Ansar al Mahdi (Grupo de seguidores del Mahdi). Ese mismo año, las fuerzas de seguridad marroquíes detuvieron a medio centenar de individuos sospechosos de pertenecer al grupo entre los que había cinco militares, tres gendarmes y un policía. Entre sus simpatizantes, que realizaban donaciones al grupo estaban dos esposas de sendos pilotos de la aerolínea Royal Air Maroc (RAM).
Antes de la proclamación “oficial” del “califato” el 29 de junio de 2014, ya existía presencia de yihadistas marroquíes, alineados con Al Qaeda, en el conflicto que asola Siria desde que en 2011 se produjeron las mal llamadas “primaveras árabes”. En 2013 Ibrahim bin Shakran, Ahmed Mizouz y Mohammed Alami fundaron Harakat Sham al Islam. Estos tres ciudadanos marroquíes fueron capturados en Afganistán tras de la invasión estadounidense en 2001 y posteriormente fueron trasladados a la prisión de Guantánamo, en la isla de Cuba.
En el año 2004 fueron puestos en libertad bajo custodia de las autoridades marroquíes. La liberación de Ibrahim bin Shakran fue un tanto controvertida ya que la Fuerza de Tarea Conjunta de la cárcel de Guantánamo le atribuía un importante papel en la estructura del Grupo Combatiente Islámico Marroquí. Bin Shakran ostentó el liderazgo de Harakat Sham al Islam, compuesto mayoritariamente por marroquíes, hasta que fue eliminado en 2014 mientras combatía al Ejército sirio junto a otros grupos yihadistas como la
filial siria de Al Qaeda, entonces llamada Frente Al Nusrah, Ahrar al Sham y Jaish al Muhajireen al Ansar. En 2016 Abu Muhammad al Baydawi, individuo vinculado a los atentados de Casablanca, pasó a liderar el grupo. El 10 de diciembre de 2016, Harakat Sham al Islam anunció la fusión con la facción yihadista siria Harakat Fajr al Sham al Islamiyya surgiendo una nueva organización situada en la órbita de Al Qaeda que pasaba a operar bajo el nombre de Jabhat Ansar al Din.
Sea hacia las filas de Daesh o hacia las de Al Qaeda, lo cierto es que un notable número de ciudadanos marroquíes decidieron desplazarse hacia las zonas de conflicto en las que operan grupos yihadistas para integrarse en estos. En febrero de 2018, The North Africa Post, citando datos del ministerio del Interior de Marruecos, estimaba en 1699 el número de ciudadanos marroquíes integrados en grupos yihadistas en Irak y Siria. De estos 929 se encuadrarían en Daesh de los cuales 596 habrían perecido en combate. Por su parte, un informe de la consultora de seguridad e inteligencia AICS apunta a que unos 900 yihadistas podrían regresar a Marruecos.
Desde que la “nueva marca” del yihadismo global, Daesh, proclamase el “califato” el grupo terrorista no se ha atribuido acción alguna en territorio marroquí si bien en ese periodo ha habido un gran número de detenciones de individuos presuntamente vinculados a Daesh. Estas detenciones fueron efectuadas por la BCIJ (Bureau Central d’Investigation Judiciaire) Oficina Central de Investigación Judicial). La BCIJ se fundó en 2015 y está dirigida por Abdelahak Khiame. Desde su fundación (2015) la BCIJ ha desmantelado 49 estructuras que planeaban atentar en territorio marroquí: 21 en 2015, 19 en 2016 y las 9 de 2017.En ese mismo periodo ha detenido a 739 sospechosos de terrorismo: 275 (año 2015), 276 (año 2016) y 186 (año 2017).En una entrevista publicada en diciembre de 2017, Khiame afirmó que la Oficina que él dirige en a lo largo del año 2017 desmanteló nueve estructuras terroristas, detuvo a 186 sospechosos de terrorismo y a otros 20 individuos que regresaron a Marruecos provenientes de zonas de conflicto.
En mayo de 2018, Abdelahak Khiame afirmó que sobre los individuos detenidos por su relación con Daesh recibían sentencias de entre 10 y 15 años de prisión. Durante la entrevista, Abdelahak Khiame hizo hincapié en la preocupante situación de seguridad que vive el Sahel y alardeó de la efectividad de las unidades marroquíes dedicadas a la lucha antiterrorista afirmando: “Gracias a nuestros servicios, se han frustrado ataques en Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra, Dinamarca, Italia y España”.
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