En las últimas horas, miles de integrantes de Hezbolá habrían sufrido heridas, muchas de ellas de gravedad, debido a la explosión de los «buscas» que portaban y que utilizaban para comunicarse en el seno de la organización. La acción, de la que se responsabiliza a Israel, sin estar todos los detalles claros apunta a dos opciones básicas: 1) el hackeo de los aparatos, provocando una explosión de las baterías o, mucho más probablemente; 2) su modificación física en algún punto entre la fábrica y su posterior entrega a los responsables de logística de Hezbolá. Sea como fuere, con el ataque de Israel a los «buscas» de Hezbolá se habría provocado un daño importantísimo a este grupo apoyado por Irán, privada temporalmente de su capacidad de mando y control, así como de buena parte de sus efectivos, por no hablar de la sensación de estar totalmente infiltrados por los servicios secretos israelíes. Una acción, en cualquier caso, que debe ser encuadrada en el contexto actual de seguridad en Oriente Medio, de forma que puede ser entendida bien como un aviso; una suerte de ultimátum para frenar los ataques de Hezbolá contra territorio israelí, o bien como un preludio de una acción militar contra el sur de Líbano aprovechando que sus enemigos están desorientados y desorganizados.
Índice
- El ataque
- ¿Cómo ha sido llevado a cabo?
- El ataque en el actual contexto de Oriente Medio
- Conclusiones
El ataque
Durante el día de ayer, 17 de septiembre de 2024, tuvo lugar un hecho hasta ahora insólito por su magnitud: en el plazo de unos pocos minutos habrían explotado varios miles de «buscas» o localizadores, con la particularidad de que todos y cada uno de ellos estaban en poder de integrantes de la organización libanesa Hezbolá, patrocinada por Irán y agente por delegación del régimen chií contra Israel.
Las explosiones, que ya desde el primer momento apuntaban a ser varios centenares, según algunos medios podrían haberse cobrado hasta 4.000 heridos y al menos 11 fallecidos. El número de muertos, de hecho, deja claro que habrían sido en todos los casos, como se puede ver en los numerosos vídeos que han ido apareciendo en redes sociales, de escasa potencia; la suficiente como para afectar seriamente al portador, sin causar daños a personas que se encontrasen a su alrededor, incluso a distancias mínimas.
En cuestión de minutos, los hospitales libaneses quedaban colapsados, llegando a ellos miles de afectados, en su práctica totalidad varones, muchos de ellos con dedos amputados o con heridas severas en los costados o las piernas, esto es, en las posiciones habituales en las que suelen transportarse estos aparatos. Además, algunos heridos adicionales habrían sido daños colaterales provocados por las ondas expansivas, si bien han sido una ínfima minoría, lo que habla a las claras de lo quirúrgico del ataque.
Al mismo tiempo que trascendían las primeras noticias, comenzaban también a diseminarse por las redes sociales las primeras teorías, que apuntaban por supuesto a Israel -dado el objetivo del ataque nadie duda respecto a la autoría- y que hablaban de jamming contra las baterías de los dispositivos afectados, lo que habría provocado la explosión de las mismas. También las que apuntaban a los Estados Unidos, ya que de inicio se habló de buscapersonas producidos por la norteamericana Motorola, si bien este extremo se descartó, siendo al menos la mayoría de «buscas» empleados como vector para el ataque producidos por una empresa taiwanesa Gold Apollo Corporation Limited (sin que esto implique sea imposible que otros aparatos de otras marcas hayan sido también afectados).
Por supuesto, como es habitual en estos casos, la palabra «Mossad» aparecía en primer lugar en muchos mensajes en redes sociales (especialmente dependiendo de la orientación del autor) e incluso titulares de prensa. Ahora bien, más allá de que se haya convertido en un lugar común acusar de todo lo que ocurre en el exterior de Israel a los servicios secretos de este estado, se trata de una acción que parece más propia de algunas de las unidades de las IDF especialmente dedicadas a preparar este tipo de ataques, caso de la Unidad 8200, encargada en su día de diseñar e implementar el ataque contra las centrifugadoras iraníes llevado a cabo mediante el virus Stuxnet.
Más allá de los varios miles de afectados por las explosiones, cuyo número final está por determinar, cabe decir que se han visto alcanzados algunos cargos importantes dentro de Hezbolá o familiares directos de estos. También el embajador de Irán en Líbano, quien habría perdido un ojo a consecuencia de la explosión, lo que deja a las claras la relación entre el gobierno chií y Hezbolá. Es más, desde fuentes diplomáticas iraníes hablaban de un «horrible ataque terrorista» conducido por Israel contra «civiles en Líbano» que habría culminado con 11 fallecidos y 4.000 heridos, 400 de ellos en condición crítica, en lo que es su retórica habitual, que se ha podido ver tras otros ataques israelíes, incluso cuando estos han sido si cabe mucho más localizados y quirúrgicos.
Muy interesante es también, aunque entra más en lo anecdótico, el hecho de que la página web de uno de los modelos localizadores afectados haya quedado fuera de juego o haya sido eliminada de los sitios oficiales de la empresa fabricante con dominios tanto .tw como .com, lo que nos lleva al siguiente epígrafe, en el que se explica cómo habría sido realizado el ataque.
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