Minería submarina

Nuevo espacio de conflicto

Vehículo robótico dedicado a la minería submarina
Vehículo robótico dedicado a la minería submarina. Fuente: C&EN.

Los fondos marinos representan una de las últimas fronteras inexploradas de nuestro planeta. Albergan una biodiversidad única y recursos minerales significativos que tienen el potencial de impactar sobre la economía global y la sostenibilidad ambiental. Este focus tiene como objetivo explicar la geopolítica de los fondos marinos en relación con la minería submarina, destacando los tratados internacionales, las capacidades tecnológicas de diversos países, los proyectos y vehículos de exploración empleados, y las implicaciones estratégicas y económicas[1].

La minería de los fondos marinos se ha convertido en un tema candente en la geopolítica global, generando debates intensos sobre el futuro de los recursos submarinos. Este nuevo campo de explotación mineral promete acceso a valiosos metales críticos para la tecnología moderna, pero también plantea serias preocupaciones ambientales y éticas, además de ser objeto de una intensa y creciente competición.

Los fondos oceánicos patrimonio de la humanidad, que cubren alrededor del 65% de la superficie del planeta, albergan vastos depósitos de minerales como níquel, cobre, cobalto, manganeso, zinc, plata y oro. Estos “minerales críticos” son esenciales para la fabricación de todo tipo de productos tanto industriales como de consumo y, por supuesto, defensa: desde smartphones hasta vehículos eléctricos y turbinas eólicas.

Esquema del trabajo en el fondo marino
Esquema del trabajo en el fondo marino. Fuente: Pew Trusts.

La oceanografía moderna comenzó hace unos 150 años, a finales del siglo XIX, con la Expedición Challenger (1872-1876), que toma su nombre del HMS «Challenger», un buque de guerra británico. Esta expedición, entre sus muchos hitos, logró descubrir la Fosa de las Mariana -a la sazón la zona más profunda del océano con 11.034 metros bajo la superficie-, y proporcionó el primer esbozo de la cuenca oceánica, incluyendo la Dorsal Mesoatlántica. También compiló gráficos sistemáticos de corrientes y temperaturas oceánicas.

Durante este viaje, se descubrieron por primera vez nódulos polimetálicos el 7 de marzo de 1873. Sin embargo, el interés económico en dichos nódulos no surgió hasta un siglo después, en las décadas de 1960 y 1970, cuando consorcios en Alemania, Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Bélgica e Italia comenzaron a evaluar recursos y desarrollar tecnologías de extracción en la zona Clarion-Clipperto, en el Océano Pacífico.

Volviendo sobre la minería submarina, esta actividad se enfoca en tres tipos principales de depósitos: nódulos polimetálicos en el fondo marino, sulfuros polimetálicos cerca de fuentes hidrotermales y costras de ferromanganeso ricas en cobalto en montes submarinos. Estos recursos han atraído la atención de gobiernos y empresas en todo el mundo, dada su importancia estratégica para las industrias de alta tecnología y, en estos momentos también, para la transición energética[2].

Sin embargo, la explotación de estos recursos plantea importantes desafíos técnicos, legales y ambientales. La profundidad y las condiciones extremas de los fondos marinos requieren tecnologías avanzadas y costosas, mientras que la falta de un marco regulatorio completo genera incertidumbre legal. Además, los científicos advierten sobre los posibles daños irreversibles a ecosistemas marinos únicos y poco conocidos.

Zonas geográficas de interés en relación con la minería submarina
Zonas geográficas de interés en relación con la minería submarina. Fuente: ISA.

La minería submarina y el panorama geopolítico

La carrera por los recursos submarinos ha creado un complejo escenario geopolítico. Potencias emergentes como China, India, Japón, Rusia y Corea del Sur están a la vanguardia en la exploración de los fondos marinos. Estos países han invertido significativamente en tecnología y capacidades para la exploración y potencial explotación de los recursos submarinos.

Pequeños estados insulares como Nauru, las Islas Cook y Kiribati ven en la minería submarina una oportunidad económica significativa, lo que aumenta la importancia de una serie de países que, como vimos a propósito de los cables submarinos, están tomando un renovado protagonismo. Estos países, con limitados recursos terrestres, consideran los minerales submarinos como una posible fuente de ingresos y desarrollo económico. De hecho, desde hace algún tiempo su participación en este campo ha venido siendo notable, con Nauru liderando los esfuerzos para acelerar la regulación de la minería submarina[3].

Por otro lado, una oposición creciente de países, incluyendo España, Brasil, Canadá, Francia y Alemania, ha pedido una moratoria o prohibición total de la minería submarina. La razón es sencilla: estos estados argumentan que se necesita más investigación sobre los impactos ambientales antes de permitir la explotación comercial por sus efectos potencialmente catastróficos sobre los ecosistemas en los que se lleven a cabo actividades de este corte. Además, hay que tener en cuenta que en casos como el de España hay otro tipo de intereses y disputas que se relacionan con este tema, como la polémica en relación con Marruecos y el monte Tropic.

Mientras tanto, la competencia por estos recursos se ha intensificado en áreas como el Pacífico, donde se encuentran algunas de las zonas más prometedoras para la minería submarina. Esta región se ha convertido en un punto focal de la competencia geopolítica, con China jugando un papel cada vez más prominente y los Estados Unidos buscando mantener su influencia. Disputas que se ligan con la posición de ciertas islas e islotes que, además, tienen un papel fundamental para el control militar de la región.

Ubicación de los principales yacimientos minerales
Ubicación de los principales yacimientos minerales. Fuente: Frontiers.

Regulación internacional y controversias

La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés) es el organismo encargado de regular la minería en aguas internacionales. Sin embargo, su proceso para establecer un código minero ha sido lento y controvertido[4]. En la siguiente tabla podemos encontrar un desglose de las zonas o áreas marítimas según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM):

Zona Extensión Soberanía/Derechos Actividades Permitidas
Aguas Interiores Dentro línea de base Plena soberanía No aplica el derecho de paso inocente
Mar Territorial Hasta 12 millas Plena soberanía Derecho de paso inocente de buques extranjeros
Zona Contigua 12 a 24 millas Derechos de soberanía limitada Fiscalización aduanera, fiscal, migratoria y sanitaria
Zona Económica Exclusiva (ZEE) Hasta 200 millas Derechos de soberanía para exploración y explotación Navegación, sobrevuelo, tendido de cables y tuberías
Alta Mar Más allá de la ZEE Libertad de los Estados Navegación, pesca, investigación, construcción de islas artificiales
Plataforma Continental Hasta el borde exterior del margen continental o 200 millas marinas, pudiendo extenderse hasta 350 millas Derechos de soberanía para la exploración y explotación de recursos No afecta a la navegación ni a otros derechos de los Estados
Zona Internacional de Fondos Marinos Más allá de la Plataforma Continental Patrimonio común de la humanidad Exploración y explotación en beneficio de la humanidad
Reparto de zonas/áreas según la CNUDM. Fuente: elaboración propia.

La ISA se enfrenta al desafío de equilibrar los intereses económicos con la protección ambiental, en un contexto de creciente presión por parte de algunos países y empresas para iniciar la explotación comercial.

Con la entrada en vigor de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM) y el establecimiento de la ISA, las actividades de exploración comenzaron a regularse mediante contratos, inicialmente realizados por organismos nacionales hasta que en 2010 comenzaron a participar empresas privadas, creando una industria minera de nódulos polimetálicos.

Esquema de repartos según la CNUDM
Esquema de repartos según la CNUDM. Fuente: X

La ISA ha suscrito contratos de 15 años con 22 contratistas para la exploración de nódulos polimetálicos (N), sulfuros polimetálicos (S) y costras de ferromanganeso ricas en cobalto (C) en la zona internacional de los fondos marinos (la Zona), abarcando áreas en la Zona Clarion-Clipperton, el Océano Índico, la Dorsal Mesoatlántica y el Océano Pacífico.

CONTRATISTA N S S Total
1 Organización Conjunta Interoceanmetal 1 1
2 JSC Yuzhmorgeologiya 1 1
3 Gobierno de la República de Corea 1 1 1 3
4 Asociación de Investigación y Desarrollo de Recursos Minerales Oceánicos de China 1 1 1 3
5 Deep Ocean Resources Development Co. Ltd. 1 1
6 Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar 1 1 2
7 Gobierno de la India 1 1 2
8 Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales 1 1 2
9 Nauru Ocean Resources Inc. 1 1
10 Tonga Offshore Mining Limited 1 1
11 Global Sea Mineral Resources NV 1 1
12 Loke CCZ (antes UK Seabed Resources Ltd.) 2 2
13 Marawa Research and Exploration Ltd. 1 1
14 Ocean Mineral Singapur Pte. Ltd. 1 1
15 Corporación de Inversiones de las Islas Cook 1 1
16 China Minmetals Corporation 1 1
17 Beijing Pioneer Hi-Tech Development Corporation 1 1
18 Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Federación Rusa 1 1 2
19 Gobierno de Polonia 1 1
20 Japón Organización para los Metales y la Seguridad Energética 1 1
21 Companhia de Pesquisa de Recursos Minerais S.A.* 1 1
22 Blue Minerals Jamaica Ltd 1 1
19 7 5 31
Concesiones de Exploración de la ISA. Fuente: ISA.

Diecinueve de estos contratos tienen como objeto la exploración de nódulos polimetálicos en la zona de fractura Clarion-Clipperton (17) y la cuenca del Océano Índico Central (1), y el Océano Pacífico Occidental (1). Además, hay siete (7) contratos de exploración de sulfuros polimetálicos en la Dorsal Suroccidental de las Indias, la Dorsal Central de las Indias y la Dorsal Mesoatlántica, y cinco (5) contratos de exploración de costras ricas en cobalto en el Océano Pacífico Occidental.

(Continúa…) Estimado lector, este artículo es exclusivo para usuarios de pago. Si desea acceder al texto completo, puede suscribirse a Revista Ejércitos aprovechando nuestra oferta para nuevos suscriptores a través del siguiente enlace.

Be the first to comment

Leave a Reply