Los asesinatos selectivos de Israel, ¿una táctica eficaz?

Asesinatos selectivos
Asesinatos selectivos. Fuente: Internet.

Llegue hasta donde llegue la onda expansiva de los últimos asesinatos de alto rango llevados a cabo por Israel: el de Ismail Haniya, al frente del ala política de Hamás, y el de Fuad Shukr, jefe de la rama militar de Hezbolá, resulta de interés echar la vista atrás y observar, aunque sea a vuela pluma, el uso de esta táctica por parte del estamento de seguridad y defensa de Israel. Líderes en su utilización a lo largo de los años, amerita, también, al menos, plantear algunas cuestiones en torno a su mayor o menor eficacia, dependiendo de las circunstancias, la estrategia a la que sirve y el objetivo último que se persigue, con ella y con otras herramientas en el marco de la seguridad y la defensa israelíes.

Índice

  • Una táctica utilizada con profusión
  • Asesinatos selectivos: El concepto
  • Quiénes son los objetivos
  • ¿Son los asesinatos selectivos una táctica eficaz?
  • Bibliografía

Una táctica utilizada con profusión

El 31 de julio de 2024 dos asesinatos de alto perfil sacuden de arriba abajo todo el Oriente Próximo. Con apenas en torno a 12 horas de diferencia, un ataque israelí contra un suburbio del sur de Beirut (Líbano) acaba con la vida del jefe del ala militar de la guerrilla chií Hezbolá, Fuad Shukr, mientras, en Teherán (Irán), otra operación también atribuida a Israel mata al líder político de Hamás, Ismail Haniya.

Ni son los primeros ni, desde luego, han sido los últimos, ya que tras estas muertes han tenido lugar más ataques letales contra otros mandos de estas organizaciones. De hecho, en las últimas semanas, Israel está inmerso en una ola de asesinatos selectivos de objetivos de alto nivel de Hamás y de Hezbolá en rápida sucesión, uno tras otro. Por ejemplo, Shukr forma ya parte de la lista de cerca de 400 combatientes y miembros destacados de Hezbolá eliminados en diferentes momentos y en estos 10 meses de continua escalada de enfrentamientos con Israel (tras el inicio de hostilidades el pasado 8 de octubre en “solidaridad” con Hamás)[1].

Según el Talmud: “Si alguien viene a matarte, levántate y mátalo primero” (Sanedrín 72a). Máxima que parece haber guiado la doctrina de seguridad nacional de Israel desde su mismo nacimiento[2]. No es, por tanto, ningún fenómeno nuevo, lo que sí ha hecho es evolucionar, y oscilar, con el paso del tiempo y dependiendo de cada situación. Hasta alcanzar un nivel sin precedentes desde finales de 2023 y este 2024.

Aunque numerosos países han adoptado la táctica de los asesinatos selectivos en el marco de la lucha contra el terrorismo, ya sea de forma abierta o encubierta, pocas dudas caben de que Israel es uno de los líderes mundiales en el uso de esta herramienta. A lo largo de los años, se ha convertido en una pieza clave en su estrategia en la lucha contra el terrorismo[3] y contra sus enemigos. De ahí, su interés como caso de estudio.

Desde 1948, en estas siete décadas y media, y en la búsqueda de la consecución de sus intereses, Israel ha llevado a cabo en torno a 2.300 operaciones de este tipo, matando a varios miles de personas[4].

Asesinatos selectivos: El concepto

En este texto se usa el término “asesinato selectivo” porque es el más comúnmente utilizado, no porque sea el más preciso. Lo que hace Israel es inteligencia de objetivos, con el fin de eliminar físicamente a los mismos. Y ello con el fin de destruir, reducir o disuadir a organizaciones armadas irregulares de seguir actuando contra Israel, y hacerlo con el uso de fuerza letal, aunque limitada, como apoyo a una determinada estrategia, acorde con las circunstancias en que se produce una determinada acción. Una estrategia cuyo fin último es beneficiar la política nacional o los objetivos de seguridad buscados, relacionados con proveer de mayor seguridad a la población israelí[5].

Desde el punto de vista de Tel Aviv, que es quien lleva a cabo esta práctica, el país se encuentra en una situación, más o menos permanente, de guerra, conflicto o, al menos, amenaza, con organizaciones terroristas, guerrillas y estados abiertamente hostiles, lo que legitimaría el uso de este procedimiento de operaciones especiales de inteligencia contra objetivos pertenecientes a estas organizaciones y a los que considera como combatientes enemigos. De este modo, el término asesinato, más vinculado con el ámbito criminal, no se ajusta plenamente a la realidad sobre el terreno que estaría quizá más dentro del Derecho Internacional Humanitario (DIH), que tampoco lo define claramente[6].

No obstante, sí conviene tener en cuenta que dentro del DIH a la hora de llevar a cabo un asesinato selectivo habría que atenerse a los principios de proporcionalidad (la ventaja militar de un determinado ataque debe exceder el riesgo potencial de daño a civiles), distinción (entre población y bienes civiles y combatientes y objetivos) y necesidad militar (que supone optar por el mal menor para no causar a la parte adversa mayor violencia que la exigida por el desarrollo de las hostilidades)[7]. Unos principios que, a lo largo de los años y en diferentes momentos, no siempre se han tenido en cuenta al 100 % en el proceso de toma de decisiones.

Un ejemplo: el ataque del pasado 13 de julio de 2024 que acabó con la vida de Mohammed Diab, líder de las Brigadas Al Qassam de Hamás, considerado uno de los arquitectos de los ataques del 7 de octubre de 2023 y, tras Haniya, uno de los oficiales de más alto rango asesinados por Israel desde entonces, tuvo lugar en una zona designada como “humanitaria” y fallecieron, al menos, 90 palestinos.

Estas decisiones se toman en última instancia por el primer ministro o el gabinete de seguridad del Gobierno, una vez tenidas en cuenta las recomendaciones realizadas por diversas agencias civiles y militares. Tras la recopilación y el análisis de la información obtenida, se designa un objetivo y se diseña la operación a llevar a cabo. Los asesinatos selectivos son planeados y ejecutados por el Mossad (la División Cesarea y los Kidon), Shin Bet, AMAN, Sayeret Matkal y la Flotilla 13 naval, cada una o en colaboración entre varias agencias.

El Mossad planea y ejecuta las operaciones en el extranjero y el Shin Bet opera únicamente en el interior de Israel, en las zonas ocupadas de Cisjordania y en la Franja de Gaza. Antes del año 2000, había poca coordinación entre agencias a este respecto. Sin embargo, tras el estallido de la Segunda Intifada eso cambia y se llevan a cabo operaciones coordinadas entre Mossad, Shin Bet y AMAN. Una medida que, por ejemplo, en el año 2000, dispara el número de asesinatos selectivos de 24 ese mismo año a más de un centenar en 2003[8].

Los métodos también han evolucionado con el tiempo. En la última época, han dominado los ataques con drones y misiles, y la vigilancia y recopilación de información con mezcla de software de reconocimiento de voz, inteligencia artificial y espías sobre el terreno, pero también ha habido envenenamientos, artefactos explosivos y tiroteos en la calle, entre otros[9].

Históricamente, los asesinatos selectivos se han incrementado cuando lo ha hecho el nivel de violencia, y viceversa. Antes se citaba la Segunda Intifada en el 2000. Siguiendo esa misma tendencia, en los últimos meses, el nivel de violencia desatado por los sucesos del pasado 7 de octubre y la guerra en Gaza ha llevado consigo que se haya disparado el número de asesinatos selectivos.

Una ola en la que se suman varias motivaciones. A las ya mencionadas anteriormente, como reducir las capacidades de acción y el liderazgo de las organizaciones hostiles, hay que tener en cuenta otras. Una de ellas se encuentra en el sustrato de asesinatos selectivos anteriores, como por ejemplo la Operación Cólera de Dios de eliminación de los involucrados en el secuestro y asesinato de 11 atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich: la venganza. Algo a tener en cuenta, ya que esta motivación ha contado en varios momentos con la aprobación más o menos mayoritaria de la opinión pública israelí. Como afirma Amos Yadlin, antiguo jefe de la inteligencia militar israelí: “Todo el mundo sabe que Israel tiene una lista ‘Olimpíadas de Múnich 72’ para Hamás”[10].

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