Hay gente que se ha sorprendido enormemente por el hecho de que los EE. UU. no tuvieran desplegados sistemas antimisiles en Irak para detener ataques con misiles como aquellos que ha llevado a cabo Irán para a atacar a las tropas americanas como represalia por la muerte de Soleimani. En realidad no debería sorprender en absoluto. Los EE. UU. no tienen baterías de misiles antimisiles en cantidades infinitas. Aunque los norteamericanos son los que tienen más baterías y misiles de ese tipo, también ha de tenerse en consideración que cuentan muchos más objetivos que defender a lo largo de todo el planeta. De hecho, debe desplegar baterías antimisiles en Corea del Sur (donde ha enviado un considerable número, por cierto), en varios países europeos, en las bases a lo largo del Golfo Pérsico (excluido Irak), en Okinawa, Guam, etc. No es posible defender cada base y cada cuartel, aeropuerto, infraestructura petrolera, etc.
Incluso de contar con una mayor cantidad de baterías Patriot y THAAD, la racionalidad de las investigaciones operacionales y de defensa indican que los EE. UU. no deberían distraer esos recursos en bases secundarias, sino que deberían reforzar las bases y lugares ya protegidos o, al menos, aquellos lugares que sean mucho más prioritarios que no bases aéreas sin la cantidad suficiente de escuadrones de caza, de bombarderos, aviones cisternas… y que no compensen el esfuerzo económico y logístico. De hecho lo correcto es concentrar los medios en lugares y bases que ya están defendidas por baterías antimisiles. Es mucho más importante en este sentido maximizar la defensa de los bombarderos estratégicos B-1, los cazas F-22, etc, y no un puñado de helicópteros. En las fotos por satélite de la base atacada en el Kurdistán no se observan rastros de aviación de ala fija, sino solo helicópteros. Por motivos logísticos los EE. UU. tienen concentrada casi toda su aviación en el Golfo Pérsico, en la base de Al-Udeid (Qatar), y en menor medida en los Emiratos Árabes Unidos. También cuentan con algunos activos aéreos en Kuwait (principalmente aviación de transporte y drones).
En Irak, el tipo de fuerzas desplegada por EE. UU. se centra principalmente en activos del Ejército de Tierra (US Army) y la Infantería de Marina (USMC) porque la misión en ese país es combatir al ISIS. Esos objetivos no son los apropiados para ser defendidos por los muy escasos y caros sistemas antimisiles balísticos. Hay que advertir que las defensas anticohete, como el famoso Israelí Iron Dome (que se emplean para defender áreas de población y no valiosas activos militares), no son efectivos contra misiles balísticos como los Qiam o Fateh. Los interceptores del Iron Dome no tienen la capacidad explosiva suficiente ni la fuerza de impacto cinético como para frenar un misil balístico en su fase terminal. Los misiles balísticos, como los usados por Irán en su reciente ataque, son de mucho mayor tamaño y van a muchísima más velocidad que los cohetes, morteros y obuses que dispara Hamás.
Sin ir más lejos, eso es lo que se observa el mapa de despliegue de THAAD y Patriot en el golfo Pérsico. Aunque el mapa es de 2016 (del IISS), ahora hay más baterías en los países que ya las tenían desplegadas en ese mapa, además de las baterías norteamericanas (azules) recientemente desplegadas en Arabia Saudí en los últimos meses de 2019. Se puede observar que los Patriot y THAAD están posicionados para defender solo las bases principales, puestos de mando e infraestructura clave, como es el caso de las baterías saudíes (marrón la de los países árabes) en su zona petrolera o en torno a Riad.
La racionalidad estratégica y operativa recomienda a los EE. UU. no desplegar baterías antimisiles balísticos en Irak, sino que es mucho más económico retirar la aviación de ahí y reposicionarla en bases ya protegidas en Qatar o Emiratos Árabes Unidos, que no dispersar las baterías Patriot.
Dispersar la aviación de Irak (salvo helicópteros y poco más), también es lo recomendable no solo para defenderse de forma más adecuada contra ataques de misiles balísticos iraníes (y de crucero cuando se produzca un ataque así), sino para defenderse de ataques de infantería irregular utilizando morteros y cohetes. Irak es un país muy inestable con varias milicias antiamericanas.
Por esa conjunción de motivos, estratégica y operativamente racionales, los EE. UU. no tenían ni deberían tener baterías de misiles Patriot en Irak, por más que los estadounidenses estuvieran alertados de que las bases iraquíes con personal americano en el Golfo Pérsico iban a ser atacadas con misiles por Irán, algo que era totalmente predecible y que de hecho se ha simulado durante años (como explicaba en este artículo).
Por otra parte, se está diciendo en algunos foros que Irán atacó bases en Irak porque trataba de causar pocas o ninguna baja, y así no provocar una demoledora respuesta por parte de los EE. UU.
Eso no es verdad. Ya han podido observarse las imágenes de los daños causados por el ataque y puede comprobarse que han sido ataques de una gran precisión. No se observan impactos en lugares que no tengan importancia militar para atacar una base aérea. Se han destruido varios hangares, edificios y también han impactado en las pistas de rodaje. Han sido ataques con un círculo de error probable de pocos metros (yo diría que de solamente unos 5 metros al observar los impactos en las pistas). No ha sido de tanta precisión como los ataques con misiles de crucero de llevados a cabo por los EE. UU. contra bases aéreas en Siria, pero no deja de ser una precisión muy considerable.
La probabilidad de causar muertos y heridos atacando edificios y hangares, es muy alta. Irán intentó matar personal militar norteamericano. Si no lo consiguió fue porque la alerta temprana al detectar las trayectorias balísticas restó efectividad al ataque (dando tiempo a acudir a los refugios).
Irán tampoco atacó en Irak bases secundarias para intentar parecer poco escalatorio y provocador. Irán atacó esas bases porque no tenían defensas antimisiles, por lo que se garantizaban los impactos y el éxito del ataque, para así poder matar, herir y causar estragos en equipo y material. De atacar bases protegidas con baterías antimisiles, es muy probable que todos o una fracción elevada de los misiles atacantes hubieran sido interceptados dada la gran concentración de defensas antimisiles en dichas bases.
Hay que resaltar que la efectividad de los Patriot en Arabia Saudí contra los misiles houthis (proporcionados por Irán) ha sido bastante elevada. Los días de 1991 en los que los Patriot PAC-2 supuestamente fueron poco eficaces contra los misiles Scud y Al-Hussein quedan muy lejos (además que esos informes son incorrectos, es una investigación periodística hecha por T. Postol solo analizando algunas imágenes de televisión).
En la guerra de Yemen se han interceptado bastante más de la mitad de los ataques con misiles balísticos, y muchos de los ataques balísticos no interceptados no lo fueron porque eran ataques contra objetivos sin baterías Patriot que las defendieran o porque el misil atacante se desviaba y no era necesario interceptarlo.
Por lo tanto, no es verdad que se atacara bases en Irak para ser desescalatorio, sino porque atacar bases más importantes hubiera sido un fracaso dada la concentración de defensas balísticas.
Por otra parte, considero que el ataque iraní no debe ser interpretado como un modo de escalar, eso no es así en la cultura estratégica y doctrina iraní, pero eso lo explicaré con detalle en un futuro artículo.
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