La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania

Imagen de portada de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania. Fuente - Gobierno Federal de Alemania.
Imagen de portada de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania. Fuente - Gobierno Federal de Alemania.

El pasado mes de junio de 2023, Alemania publicó, tras un largo periodo de espera e incertidumbre, su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, la primera en la historia de este país. La elaboración de la misma ha sido coordinada por la ministra de asuntos exteriores, Annalena Baerbock, y ha durado 15 meses en total (se llevaba hablando de su elaboración desde la formación del actual gobierno de coalición a finales de 2021). El estallido de la guerra en Ucrania ha influido significativamente en el documento, contribuyendo a acelerar su proceso. Desgraciadamente para el país teutón, las marcadas diferencias entre los socios de gobierno -que han impedido, además, la formación de un Consejo de Seguridad nacional que imitara a la Dirección de Seguridad Nacional (DSN) española o a organismos similares en otras naciones europeas- no auguran el mejor de los futuros a un documento crucial, nacido en un contexto excepcional.

En términos generales, el documento proporciona una visión clara sobre las diversas cuestiones de importancia para Berlín, que incluyen de manera notable las consecuencias del cambio climático y la amenaza económica que se cierne sobre Europa como resultado de la guerra en Ucrania y las negativas consecuencias que está dejando. Permite conocer de forma aceptable la visión que tiene el actual Gobierno sobre la amplia variedad de aspectos que se incluyen en el documento. Su estructura es simple, y aporta valor en algunas cuestiones, pero el deseo de liderar la seguridad europea y la transición hacia una Unión Europea más segura, recogido en el documento, está lastrado por las carencias que atraviesa Berlín en estos momentos.

A continuación repasamos los aspectos más relevantes del contenido de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania, subrayando sus aportaciones más significativas, para después describir algunas de las debilidades que presenta, así como los desafíos consecuencia de tales debilidades.

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania

El documento tiene una estructura relativamente sencilla, sin entrar en demasiadas complicaciones. Se compone de dos secciones principales (“Alemania en Europa y el Mundo” y “Una Seguridad Integrada para Alemania”) así como de un resumen ejecutivo a modo de introducción y una breve reflexión final titulada “construyendo juntos una seguridad integrada”. En conjunto, describe la situación actual del país y los desafíos a los que se enfrenta; pero como veremos, deja muchas cuestiones abiertas y sin precisar, restando valor a las ambiciones que refleja. 

Alemania en Europa y el Mundo

En la primera sección se describe la situación actual de la seguridad alemana y su postura en relación con la seguridad de la UE y la OTAN. Bajo el lema que define la política de defensa alemana, “promover la paz mundial en un a Europa unida”, la sección se centra en tres elementos: su identidad de seguridad, sus valores e intereses, y su entorno estratégico. La primera se describe como intrínsecamente ligada a la seguridad de Europa y de la Alianza atlántica, con la cual “Alemania tiene una responsabilidad especial.”[1] Reconoce además la ayuda que recibió durante los años de la Guerra Fría la República Federal, sin la que sería posible haber llegado a la realidad política y económica actual. Ayuda que parece haber quedado marcada a fuego en la propia identidad nacional germana.

Respecto a los valores e intereses, detalla que la política de seguridad nacional está “basada en sus valores e impulsada por sus intereses.” Estos últimos son consecuencia directa de la situación geográfica del país, así como de su adhesión a las dos instituciones internacionales más relevantes a nivel continental: UE y OTAN. Se enuncian un total de nueve intereses, siendo destacables “la consolidación de la Alianza atlántica”, “la protección de un orden internacional basado en los principios del derecho”, o “el fortalecimiento de la cohesión interna y la capacidad de actuación de la Unión Europea.”[2]

En la descripción de su entorno estratégico, Rusia acapara la primera plaza como la amenaza más directa para la seguridad del país. Se indica que “Rusia es por ahora la amenaza más significativa para la paz y la seguridad de la zona euroatlántica”, a la vez que se insiste en que “ni Alemania ni la OTAN buscan la confrontación con Rusia». Ese “por ahora” revela la evolución que ha tenido la postura alemana frente a Rusia, y el desacuerdo entre socios de gobierno con respecto a cómo lidiar con Moscú. China aparece mencionada igual que en la Brújula Estratégica de 2022 (“un socio, un competidor, y un rival sistémico”), revelando una vez más la falta de consenso y de una postura clara hacia este Estado. 

A la Federación Rusa y a la República Popular de China les siguen otras amenazas de orígenes diversos, como son las guerras y las crisis a lo largo de la periferia europea; así como las constantes amenazas terroristas y extremistas en el sur, la proliferación de armas nucleares, el impacto de crisis sanitarias a escala global como fue el COVID-19, o la fragilidad de las infraestructuras críticas que en muchos casos están gravemente desprotegidas (algo que Alemania sabe perfectamente desde lo ocurrido con el Nord Stream).

La descripción que se hace en esta primera sección sobre los principales valores e intereses de Alemania a día de hoy es bastante completa. Identifica las principales amenazas para su seguridad nacional, que comparten además en la mayoría de los casos con sus vecinos y aliados. La forma de describirlas deja entrever a una Alemania con afán por llevar la batuta en los esfuerzos de la defensa europea. Pero entre tantas aspiraciones y desafíos se hace evidente la escasez de referencias a sus fuerzas armadas y especialmente al papel concreto que éstas deberán desempeñar durante los próximos años. Esta contradicción puede llegar a sugerir que, quizá, Alemania no esté capacitada en estos momentos para asumir el liderazgo europeo que persiguen.

El Ejército alemán (Bundeswehr) lleva varios años atravesando una situación no demasiado positiva, como señalaba el propio Jefe de Estado Mayor del Ejército alemán, el general Alfons Mais, declarando el mismo día que comenzó la invasión rusa de Ucrania cómo “el ejército que lidero está más o menos agotado.”[3] En efecto, su estado hoy, incluso a pesar del fondo especial de 100.000 millones de euros anunciado por Scholz hace ya más de un año para recuperar capacidades, ensombrece significativamente las aspiraciones descritas en la estrategia, con una escasez de personal que se viene señalando desde hace varios años y con un nivel de preparación y de equipamiento bastante pobre en comparación con la magnitud de las aspiraciones del Gobierno Federal.[4]

Esto, por otra parte, se puede leer también entre líneas en la propia estrategia. No sólo por la ausencia de mención alguna a la «Autonomía Estratégica» europea que tanto se ha venido mencionando en los últimos años como objetivo prioritario para la UE y sus miembros, sino también al ver que las cuestiones militares quedan supeditadas en la mayoría de casos a la OTAN o a la UE.

Una Seguridad Integrada para Alemania

En la segunda y más extensa sección de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania se describen los fundamentos clave de la seguridad nacional alemana. El documento hace referencia al término “integrada” para remarcar que implica “agrupar todos aquellos instrumentos y cuestiones que son relevantes para protegerse de amenazas externas.”[5] En esta parte, el aspecto económico tiene un peso importante. 

Los tres pilares o aspectos fundamentales sobre los que la seguridad alemana ha de construirse son tres: robustez (del alemán wehrhaft), resiliencia y sostenibilidad.

  • Robustez: el documento señala que la seguridad alemana es indivisible de la europea, siendo indispensable el contar con unas capacidades de disuasión y defensa que sean sólidas. Subraya el compromiso firme de Berlín con las distintas iniciativas de defensa europeas, así como el deseo existente de expandir la presencia de sus tropas en territorio aliado. También subraya la necesidad de una sociedad civil protegida y preparada, y enuncia una serie de objetivos en lo relativo a la gestión de crisis internacionales, incluyendo su apoyo firme a los proyectos PESCO.

  • Resiliencia: Para lograr una seguridad que se mantenga en el tiempo y que sea capaz de hacer frente a los retos provenientes del exterior, se describen varios objetivos para lograrlo. Entre ellos, la protección de la democracia y el orden internacional basado en reglas, el fortalecimiento económico y financiero, la protección frente a ciberamenazas y ataques a sus infraestructuras críticas, o la progresiva disminución de su dependencia energética de países como Rusia. 

  • Sostenibilidad: en este último apartado, se describe cómo “la lucha contra la crisis climática y sus consecuencias para la Humanidad es la tarea central de este siglo. Resulta obvio, por tanto, que acaparen aquí la atención la crisis del cambio climático y a la protección de la biodiversidad, los ecosistemas y los recursos naturales. Atendiendo al concepto de seguridad integrada que dirige la Estrategia, buscan abarcar todos aquellos aspectos relevantes para la seguridad nacional, incluyendo la necesidad de fortalecer la seguridad alimentaria a nivel global y optimizar al máximo la prevención de pandemias globales. 

El contenido de esta segunda parte es, como vemos, muy amplio, describiendo numerosos aspectos considerados como vitales para fortalecer la postura de Alemania frente a las amenazas presentes en un entorno externo altamente cambiante. Como es lógico, al abarcar tantas cuestiones sin llegar a proporcionar una visión clara y directa para cada una de ellas, el documento en su conjunto, y la aproximación que ha tomado Alemania con la estrategia, adolecen de varias carencias. Esto nos lleva a poner en duda que vaya a tener los resultados esperados después del año y medio que ha durado el proceso de elaboración de la misma.

Puntos débiles de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania

El nuevo documento nos muestra a una Alemania dispuesta a fortalecer su postura de seguridad y mantenerse a la cabeza de la defensa europea, mientras subraya los numerosos desafíos a los que tanto la UE y la OTAN (y por extensión, como miembro de ambas, ella misma) se enfrentan actualmente. Sin embargo, podemos encontrar ya varios comentarios aparecidos en las semanas inmediatamente posteriores a la publicación de la estrategia que sacan a relucir algunas de las debilidades del documento; bien porque proporciona una visión muy pobre, o bien porque directamente evita mencionarlos. Además de la cuestión relativa al estado del Ejército alemán que ya hemos mencionado, podemos destacar varios más. 

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