Diez días después del ataque de Hamás contra Israel, que abrió un nuevo capítulo en la historia del conflicto árabe-israelí, los hutíes de Yemen anunciaron que atacarían cualquier buque mercante sospechoso de tener vínculos de cualquier tipo con Israel que transitara frente a sus costas. Una decisión que ha abierto una nueva crisis en el mar Rojo, con importantes consecuencias. Desde entonces, la seguridad marítima en dicho mar, así como en sus accesos desde el océano Índico se ha deteriorado considerablemente, con un descenso del tráfico marítimo cercano al 90%. Algunas de las navieras comerciales más grandes del mundo, como el grupo Mollers-Maersk o Hapag-Lloyd han decidido suspender temporalmente el tránsito de sus buques a través de la región, una decisión que ha resultado en retrasos y aumento de los precios (incluyendo los de las aseguradoras).
- La guerra de Hamás contra Israel (I): la razzia de Hamás
- La guerra de Hamás contra Israel (II): drones y lecciones para España
- La guerra de Hamás contra Israel (III): la guerra naval
- La guerra de Hamás contra Israel (IV): ruptura de paradigmas y fallo de inteligencia
- La guerra de Hamás contra Israel (V): operación «Espadas de Hierro»
- La guerra de Hamás contra Israel (VI): las derivadas cibernéticas del conflicto palestino-israelí
- La guerra de Hamás contra Israel (VII): la crisis del mar Rojo
- La guerra de Hamás contra Israel (VIII): la guerra de guerrillas urbana de Hamás en la Franja de Gaza
Para hacer frente a esta amenaza y a los más de 30 ataques que han tenido lugar desde entonces, y con el propósito de reducir al máximo los daños derivados para la economía global, varios países han desplegado buques de guerra para proteger a los mercantes. Además, tras el repentino aumento de los ataques a finales de noviembre y principios de diciembre, Estados Unidos decidió poner en marcha la operación «Prosperity Guardian” para hacer frente a las amenazas. Ésta lleva ya varias semanas funcionando bajo el mando de la ya existente Combined Task Force 153 (CTF 153), basada en Baréin. Su establecimiento, sin embargo, no ha servido para disuadir a los hutíes, que han ido aumentando progresivamente la intensidad de sus ataques en las últimas semanas.
El presente artículo repasa los numerosos incidentes que han protagonizado la actual crisis del Mar Rojo y sus alrededores como consecuencia del conflicto en Gaza. En primer lugar, se destaca de forma breve la importancia estratégica de la región del mar Rojo y el estrecho de Bab el-Mandeb para el comercio marítimo mundial. Seguidamente se detallan, en orden cronológico, los distintos ataques que han tenido lugar desde el 17 de octubre de 2023 hasta el 12 de enero de 2024 con sus aspectos más relevantes. Junto a ellos, se describe también la evolución de la Operación Prosperity Guardian y el primer ataque aliado a objetivos terrestres que tuvo lugar el 12 de enero.
El mar Rojo y el Estrecho de Bab el-Mandeb
Sin pretender abordar en profundidad las implicaciones comerciales de la crisis, que están siendo más que significativas, se debe subrayar la importancia estratégica que guardan el estrecho de Bab el-Mandeb y el mar Rojo (junto con el Canal de Suez). Es la única forma de poder entender de forma adecuada los incidentes que llevamos presenciando desde finales de octubre de 2023.
La importancia del mar Rojo radica de su posición estratégica, como nexo entre el Mediterráneo y el Océano Índico con sus accesos en el Canal de Suez y el estrecho de Bab el-Mandeb (dos de los siete cuellos de botella, o chokepoints, más importantes del mundo). Atravesando sus aguas, pasan algunas de las rutas comerciales más importantes en la actualidad entre Europa y Asia. Rutas que, además, reducen el tiempo de tránsito (y, por tanto, los costes asociados al transporte) respecto a las que bordean el continente africano por el Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica). Por ellas transitan, mayoritariamente, bienes de consumo, petróleo, y gas natural licuado, suponiendo en total alrededor del 12% del comercio mundial en cuanto a volumen, y cerca del 30% del tráfico mundial de contenedores. Como ya nos demostró el incidente del Ever Given en 2021, cualquier obstáculo al comercio marítimo en la región puede tener consecuencias muy graves para la economía de Europa y muchos otros países.
Su importancia, sin embargo, contrasta con la fragilidad que la caracteriza en cuanto a la seguridad marítima se refiere. Esta fragilidad tiene su origen mayoritariamente en dos focos de inestabilidad próximos a la región de Bab el Mandeb y en su salida al Índico: Yemen y Somalia.
Ambos son estados fallidos, en los que ha proliferado la corrupción y la presencia de actores no-estatales que amenazan la seguridad regional, incluyendo la piratería en Somalia, o la presencia de proxis iraníes como son los hutíes. De esta forma, uno de los puntos críticos para el comercio y la economía mundiales se encuentra desde hace años expuesto a un constante riesgo de disrupciones y ataques por parte de estos grupos, como ha sido el caso desde octubre.
La evolución de la crisis del mar Rojo
Desde que Hamás lanzara su ataque contra Israel, se han producido más de treinta ataques por parte de los hutíes de Yemen (hasta el 12 de enero). Estos han hecho, una vez más, gala de un arsenal de armas muy importante, incluyendo misiles antibuque balísticos y de crucero, UAVs y USVs. El misil balístico Asef, de origen iraní, con una cabeza explosiva de 500 kg, y un alcance que ronda los 400 kilómetros, es el arma más sofisticada con la que cuentan. Además, también poseen misiles de crucero como el Al-Mandeb, basado en el C-802 que China vendió a Irán allá por los años 90, o los drones UAV Samad-2 y Samad-3 capaces de llevar cargas explosivas de hasta 18 kg.
Como señalaban Sidarth Khausal y Sam Cranny-Evans en un artículo para RUSI, “el hecho de que un actor no-estatal esté en posesión de armas de tal calibre, y esté usándolas de forma relativamente impune, es algo preocupante”. No obstante, como también indican, pese a la experiencia operativa que tienen después de años de conflicto en Yemen con Arabia Saudí, su principal debilidad es la ausencia de capacidades de detección adecuadas para localizar sus blancos, por lo que se estima que parte de su inteligencia la obtienen a partir del buque iraní MV Behshad (un carguero civil reconvertido).
En las siguientes líneas, se detallan los distintos incidentes que se han ido sucediendo en el tiempo, ordenados cronológicamente hasta el día 12 de enero. A la espera de una continuación de este artículo, se incluye también el ataque que tuvo lugar ese mismo día contra objetivos terrestres en Yemen y que marcó, en cierto modo, el inicio de la respuesta occidental a la crisis del mar Rojo.
Octubre
Pocos días después del inicio del conflicto, Estados Unidos movilizó el grupo de combate del portaviones USS «Gerald R. Ford», que llegó a la región del Mediterráneo oriental el día 12 de ese mes. El grupo, compuesto por el CVN78 «Gerald R. Ford» con su ala embarcada, un crucero de la clase Ticonderoga (USS «Normandy»), y cuatro destructores clase Arleigh Burke (USS «Thomas Hudner», USS «Ramage», USS «Carney» y USS «Roosevelt»), tenía la misión, más allá de proteger el tráfico mercante, de disuadir a Irán de cualquier tipo de escalada.
Además, casi al mismo tiempo se desplegó un segundo grupo de combate, el del USS «DwightD. Eisenhower» (CVN 69), que llegó a la región a finales de octubre. Pocos días después, el buque de mando y control, y a la vez buque insignia de la Sexta Flota de la US Navy, el USS «Mount Whitney», partía también desde Italia hacia la el Mediterráneo orienta para unirse al resto de unidades del grupo del Ford y contribuir a estabilizar la crisis del mar Rojo.
El 14 de octubre, el líder de los hutíes en Yemen, Abdulmalik Al-Houthi, advirtió que se involucrarían en la contienda mediante ataques con misiles, drones y otras opciones militares contra buques relacionados con Israel, al menos en caso de que los Estados Unidos intervinieran en el conflicto.
El 19 de octubre, el destructor USS «Carney» interceptó cuatro misiles antibuque y 15 drones UAV procedentes de territorio yemení, empleando sus misiles antiaéreos SM-2. Pese a que no se terminó de acalarar completamente cuál era la dirección exacta que llevaban los ataques, la hipótesis más aceptada sugiere que se dirigían hacia Israel. Este supuso el primer ataque lanzado desde Yemen, siguiendo con lo anunciado por el líder de los hutíes pocos días antes.
Una semana más tarde, el 27 de octubre, dos UAVs procedentes del sur del Mar Rojo fueron lanzados hacia objetivos israelíes en el norte. Ambos cayeron en las ciudades egipcias de Taba y Nuweiba, causando el primero de ellos daños cerca de un hospital y dejando varios heridos. Dos días después, Israel anunció que su sistema de defensa aérea Arrow había interceptado un misil superficie-superficie proveniente del sur del Mar Rojo.
El 31 de octubre, los hutíes anunciaron oficialmente su entrada en el conflicto para apoyar a los palestinos en Gaza, lanzando varios drones y misiles balísticos y de crucero hacia Eliat y Shaharut en Israel. Todos fueron interceptados por el sistema de defensa aérea Arrow y varias unidades de la Fuerza Aérea israelí.
Noviembre
Los dos grupos de combate norteamericanos desplegados en el Mediterráneo realizaron un ejercicio conjunto el 3 de noviembre. Maniobras en las que también participaron dos fragatas italianas, la ITS «Virginio Fasan» y la ITS «Carlo Margottini». Durante las mismas se incluyeron prácticas de defensa de unidades de alto valor (High-Value Units, en inglés), defensa contra misiles balísticos, reaprovisionamiento en combate y otras operaciones de seguridad marítima. La duración total de estos ejercicios fue de tres días, implicando la participación de alrededor de 11.000 efectivos.
El 8 de noviembre, los hutíes anunciaron que habían derribado un dron americano MQ-9 Reaper mientras sobrevolaba las aguas territoriales de Yemen, acusándolo de estar realizando maniobras de vigilancia “hostiles”.
Una semana más tarde, el dia 15, el USS «Thomas Hudner» derribó un UAV proveniente de Yemen mientras transitaba el Mar Rojo integrado en el grupo de combate del Eisenhower. El Hudner se convirtió en el segundo buque norteamericano en interceptar un ataque hutí, después de que lo hiciera el USS «Carney» a mediados de octubre. Tras este incidente, la frecuencia de los ataques comenzó a aumentar gradualmente.
El 16 de noviembre, Estados Unidos incrementó su presencia naval en la región, buscando atajar la crisis en el mar Rojo o, en caso de que esta escalase, poder responder con garantías. Para ello, movilizó un grupo anfibio compuesto por el LHD USS «Bataan», el LSD USS «Carter Hall» y el LPD USS «Mesa Verde», junto con la 26ª Unidad Expedicionaria de Marines. El grupo se encontraba en el área de operaciones de la 5º Flota desde agosto, cuando fueron desplegados en respuesta a las tensiones ocasionadas por Irán.
Tres días más tarde, el 19 de noviembre, el ferry «Galaxy Leader» fue abordado mientras transitaba el Mar Rojo con destino a la India. Un grupo de asaltantes hutíes aterrizaron en la cubierta del buque con un helicóptero, tomando el control de la nave pocos minutos después. El incidente fue grabado por los asaltantes y distribuido por el canal de televisión Al Masirah, mostrando el aterrizaje y el posterior secuestro del buque. Momentos después de que tomaran el control, se perdieron todas las comunicaciones con la embarcación civil.
Una vez secuestrado, los asaltantes llevaron al «Galaxy Leader» al puerto de Hodeidah, en Yemen, donde se permitió a la tripulación mantener un “contacto moderado” con sus familiares. De acuerdo con las declaraciones de la empresa, realizadas poco tiempo después del suceso, “los 25 tripulantes secuestrados no tienen ninguna conexión con la situación en la región. No pueden [los hutíes] obtener nada más de ellos”. Los tripulantes proceden de cinco países distintos: Filipinas, Bulgaria (incluidos el capitán y el primer oficial), México, Ucrania y Rumanía.
El 23 de noviembre, el USS «Thomas Hudner» derribó nuevamente “varios drones suicidas” que se dirigían hacia su posición, en lo que fue la segunda intervención del buque en ocho días. De acuerdo con el comunicado por el CENTCOM estadounidense, el buque estaba realizando una patrulla en aguas internacionales cuando detectó a los dos UAVs.
Dos días más tarde, el 25 de noviembre, el buque portacontenedores «Symi» fue atacado por un dron iraní Shahed-136 en el océano Índico. El buque, que según indicó la empresa de seguridad marítima Ambrey, tenía vínculos con Israel, notificó que habría sufrido daños con la explosión causada por el dron, aunque no hubo ningún herido. Curiosamente, la tripulación ya había comenzado a actuar días atrás en previsión de un posible ataque, pues habían apagado el sistema de identificación automática (AIS en inglés) del buque poco después de zarpar del puerto de Jebel Ali en Dubai.
El 26 de noviembre, el transporte de químicos MV «Central Park» fue abordado por cinco piratas en el Golfo de Adén mientras transportaba una carga importante de ácido fosfórico, material usado para fabricar fertilizantes. El destructor norteamericano USS «Mason» respondió a su llamada de socorro, capturando a los cinco asaltantes del buque – que se confirmó más tarde que eran de origen somalí – mientras trataban de huir en pequeñas lanchas, pudiendo liberar al «Central Park» en colaboración con la coalición contra la piratería de la Task Force 151 (TF 151).
Al día siguiente, el USS «Mason» y un buque petrolero con bandera de Liberia fueron atacados por dos misiles balísticos procedentes de la costa de Yemen. Los misiles cayeron dentro de un radio de 10 millas náuticas del buque americano, pero no alcanzaron ningún objetivo.
El 29 de noviembre, el «Carney» derribó un UAV KAS-04 lanzado desde Yemen, de fabricación iraní, mientras escoltaba a al buque de aprovisionamiento USNS «Supply» y otro buque con bandera norteamericana que transportaban equipamiento militar a la región. De acuerdo con la Subsecretaria de Prensa del Pentágono, “era un dron que se sabe iba en dirección hacia el Carney, y fue interceptado por que el comandante lo consideró una amenaza seria”.
A raíz de los sucesivos incidentes con buques mercantes en la región del Mar Rojo y el Estrecho de Bab el-Mandeb hasta este momento, Estados Unidos comenzó a estudiar distintas opciones más asertivas para hacer frente a la crisis del mar Rojo. Según declaraciones del consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan a principios del mes de diciembre, Estados Unidos comenzó a valorar la opción de establecer una Fuerza de Acción Marítima (Maritime Task Force) con otros países para proteger el comercio en la región. Dicha fuerza de acción se constituiría al margen de la ya existente TF 151 contra la piratería en el Índico.
Diciembre
El 3 de diciembre, se notificaron cuatro ataques contra tres embarcaciones distintas, conectadas a un total de 14 nacionalidades diferentes (teniendo en cuenta la nacionalidad del buque, su tripulación, y la de la empresa que los opera). El USS «Carney» respondió a las llamadas de socorro de los buques e intervino para neutralizar los ataques.
(Continúa…) Estimado lector, este artículo es exclusivo para usuarios de pago. Si desea acceder al texto completo, puede suscribirse a Revista Ejércitos aprovechando nuestra oferta para nuevos suscriptores a través del siguiente enlace.
Be the first to comment