
España deja atrás un año complicado: la DANA del pasado 29 de octubre en Valencia y otras Comunidades ha dejado una marcada huella entre los españoles; seguimos sin presupuestos, con la misma crispación y división política y batiendo récords de llegada de pateras a Canarias. Las Fuerzas Armadas, por su parte, intentan adaptarse a un escenario desafiante que lo será aun más en los próximos años, de ahí que por ejemplo la Armada haya presentado su plan «Armada 2050». Sin embargo, en el presente Focus no hablaremos sobre asuntos domésticos sino de la evolución de los conflictos en el mundo y de lo que le espera a España en 2025, basándonos en diversas fuentes, incluyendo el prestigioso Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés), que hace apenas unas semanas ha presentado su Estudio sobre Conflictos Armados[1].
Índice
- Introducción
- Europa
- Oriente Próximo
- África subsahariana
- España en 2025 : un año “conflictivo”
- Estamos ante un momento “VUCA”
- Conclusiones
- Notas
Introducción
El panorama global sigue siendo sombrío, al menos en lo que se refiere a la seguridad y a la defensa, con un número sin precedentes de conflictos que parecen cada vez más difíciles de resolver debido a la creciente participación de actores internos y externos, así como por las tensiones geopolíticas en aumento.
Las muertes por eventos violentos aumentaron un 37% durante el período de julio 2023 a junio 2024, alcanzando las casi 200.000 a nivel mundial. Aunque las fatalidades disminuyeron en América y Asia, se dispararon un 315% en la región MENA, principalmente debido a la violencia en Oriente Próximo[2].
La fragmentación geopolítica se ha intensificado además en el mismo periodo, con potencias no occidentales como Rusia mostrando una política exterior más asertiva. Esto ha socavado la legitimidad y efectividad de los mecanismos establecidos para la resolución de conflictos y el derecho internacional.
Los grupos armados no estatales, por su parte, han adquirido en muchos casos un papel central como actores políticos y proveedores de gobernanza, tendencia que viene de lejos, pero que se ha profundizado en los últimos tiempos. De esta forma, y según Cruz Roja, 455 grupos armados estaban activos globalmente hasta julio de 2024, con aproximadamente 210 millones de personas viviendo bajo su control.
La crisis climática está teniendo un impacto desproporcionado en países frágiles, agravando algunas de las causas subyacentes de los conflictos y llevando al desplazamiento forzado e inestabilidad transfronteriza.
La competencia por recursos naturales escasos se ha convertido en un impulsor significativo tanto de conflictos internos como interestatales. La disolución de la Unión Soviética en 1991 y las posteriores conmociones políticas siguen siendo los principales impulsores de conflictos en Europa y Eurasia, especialmente bajo el liderazgo revanchista de Putin en Rusia.
China ha reforzado su dominio sobre la construcción naval mundial, superando a Japón y Corea del Sur en los últimos 10 años. En 2024, los astilleros chinos han experimentado un aumento del 17 % en nuevos pedidos, dominando el mercado de portacontenedores (90 %), graneleros (81 %), petroleros (72 %) y gaseros (44 %)[3].
Actualmente, el gigante asiático controla el 42 % de la capacidad global de construcción naval mundial. En el caso de Corea del Sur controlan el 22 %, mientras que Japón, sus cifras se estabilizan en torno al 17 %. Ante este crecimiento, las potencias europeas esperan que Estados Unidos, bajo la administración de Trump, implemente medidas para contrarrestar la hegemonía industrial china, como los aranceles aplicados a los vehículos eléctricos.
En resumen, en algo más de treinta años, el mundo ha experimentado transformaciones profundas, pasando del fin de la Guerra Fría a un conflicto armado entre dos exrepúblicas soviéticas: Rusia y Ucrania[4] y dejando atrás, en cualquier caso, la época estable y unipolar que siguió al derrumbe soviético, para pasar a otra más inestable y confusa, marcada por la competición estratégica entre grandes potencias.
Europa
Durante el período analizado, varios conflictos continuaron desestabilizando la región, con Rusia como actor principal, algo que se evidencia por su papel no sólo en la guerra de Ucrania sino también en el conflicto de Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán, en el de Transnistria o en las crisis políticas que afectan a varios Estados más del continente[5].
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