Un año después de la salida de las tropas internacionales de Afganistán, la filial de Daesh en el país y en el Asia central ha reforzado su estrategia propagandística. Para ello, el IS-K ha lanzado un nuevo manual de propaganda en inglés sobre su organización y dos nuevos medios de ámbito local y regional. Con ello, IS-K quiere amplificar su agenda para sobredimensionar su presencia informativa internacional y aumentar el reclutamiento de nuevos yihadistas dispuestos a movilizarse hacia zonas del Asia Central para luchar por su organización. El auge y expansión del apoderado de Daesh en Asia Central permite a la organización pivotar entre áreas de influencia y expandir su influencia hacia el continente asiático.
Cuando se va a cumplir un año de la salida de tropas de la coalición internacional de Afganistán, el país asiático vuelve a ser foco de atención y análisis de la situación actual del yihadismo. En primer lugar, por la reciente muerte del líder de Al-Qaeda, Aymann Al-Zawahiri, cuando un dron estadounidense impactó contra su residencia en Kabul. Asimismo, por el asentamiento del régimen de los talibán tras 12 meses en el poder, a costa de los derechos y libertades de la población afgana, y por el crecimiento de la filial en el Asia Central de Daesh: el IS-K.
Este último actor pertenece al ecosistema global del yihadismo, pese a que se conciba como una facción regional del Asia Central. Aún más, cuando su creación fue dirigida directamente desde el mando central de Daesh. La autodenominada provincia del Estado Islámico del Jorasán (IS-K o IS-KP), como característico general del funcionamiento yihadista, acompaña su operatividad armada terrorista de intensas campañas propagandísticas. En lo particular de Daesh y sus proxies, la estrategia desarmada y mediática cobra aún más protagonismo, con un estilo y unos medios propios. Además, a diferencia de otras organizaciones terroristas islamistas, como los talibán en Afganistán o Hayat Tahrir al-Sham en Idlib (Siria), el IS-K opera bajo una doble dinámica que combina tanto lo internacional como lo regional.
En el plano internacional, el IS-K se ha convertido en un gran puntal de la estrategia informativa de Daesh desde que protagonizara el atentado durante el desalojo del aeropuerto internacional de Kabul a finales de agosto de 2021. Ahora, a nivel regional, ha iniciado una nueva campaña de reclutamiento de simpatizantes islamistas en los países vecinos del Asia Central y el Cáucaso, creando incluso medios propagandísticos exclusivos para este nuevo objetivo.
Internacionalización mediática del IS-K
El IS-K funciona desde 2015 como apoderado de Daesh en el Asia Central. Las particularidades de este grupo residen en que es de los pocos ejemplos de grupos terroristas leales a Daesh, como el caso libio, cuya creación viene directamente orquestada desde la matriz de la organización yihadista; lo cual, difiere de otros apoderados terroristas que resultan de grupos locales ya existentes y que, posteriormente, juran lealtad a la central de Daesh, como en el caso de Mozambique. Asimismo, este proxy fundado por exdirigentes de los talibán pakistaníes (TTP), sigue una ideología –takfiri– que justifica el asesinato de todos aquellos que no comulguen exactamente con sus postulados, inclusive musulmanes y combatientes terroristas de otros grupos. Todo ello, lo convierte en un actor no desdeñable del ecosistema yihadista afgano y a cuyo desarrollo y funcionamiento le dedicamos un artículo en profundidad en la Revista Ejércitos.
Pese a contar con sonados atentados en suelo afgano con anterioridad, el gran punto de inflexión para el apoderado afgano de Daesh fue el ataque suicida contra las tropas estadounidenses mientras desalojaban al personal internacional del aeropuerto de Kabul. El mismo día del atentado, el 26 de agosto de 2021, Daesh reivindicó la autoría del mismo a través de un vídeo en una de sus principales plataformas propagandísticas: AMAQ News Agency. En él, aparecía el miembro del IS-K que se inmoló contra los militares norteamericanos reconociendo su voluntad de atentar y afiliación al apoderado de Daesh en al Asia Central. Aquel rápido comunicado sorprendió por la habitual tardanza de la organización yihadista en reivindicar sus atentados, lo cual denotó la preparación del mismo y la gran significación con la que quisieron envolver el ataque suicida: mientras los ojos del mundo centraban su atención en los talibán, el IS-K irrumpía con fuerza en la agenda internacional posicionándose como un actor a temer en Afganistán y dejando casi un centenar de muertos y doscientos heridos.
Pero, ¿qué hay de nuevo en el IS-K desde la toma del poder de los talibán? Según informes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el apoderado de Daesh en la región goza de una autonomía operativa y libertad de movimiento jamás vista con anterioridad, si esto lo comparamos con los años de intervención militar internacional (Raz, 2022). En el plano propagandístico, en los últimos meses, el IS-K ha publicado su primer manual en inglés Jihad, the way to Jannah, y ha impulsado la creación de varias plataformas propagandísticas en favor de su causa: “La voz del Jorasán” y Al-Azaim Tayiki.
Jihad, the way to Jannah –La yihad, el camino hacia el paraíso–, es el ejemplar elaborado por Al-Azaim (el principal brazo propagandístico del IS-K) a comienzos del año 2022. La transformación cualitativa y cuantitativa de la comunicación del IS-K se ejemplifica en: el diseño gráfico de la publicación, apostar por una audiencia objetivo, regional e internacional, al ser escrita en inglés –más allá de las acciones mediáticas previas en árabe, pastún y dari–; y por su ofensiva sin cuartel por desmontar a los talibán y a los que considera aliados internacionales de los actuales regidores de Afganistán (Webber, 2022a).
La publicación propagandística más extensa del IS-K, hasta la fecha, cuenta con tres bloques diferenciados. El primero de ellos está dedicado principalmente a confrontar las acciones de los talibán, sus ideas y alianzas. Así, desde la propaganda de IS-K se critica que la toma del poder de Afganistán se realizó bajo los designios de China, Pakistán y Rusia para unirse al marco global de Naciones Unidas y ser reconocidos internacionalmente para solventar sus problemas económicos, y no realmente por un seguimiento fiel del mandato divino islámico ni a una yihad verdadera (Webber, 2022a).
El segundo bloque del manual de la filial de Daesh en el Asia Central está enfocado en reforzar su visión fundamentalista e integrista sobre la yihad, un término mal usado por el terrorismo contemporáneo y que coránicamente alude al esfuerzo por comportarse como un buen musulmán y no como un criminal. En el apartado dedicado a la yihad, desde IS-K se hace un llamamiento a seguir sus acciones violentas en nombre de la religión, así como sugiere que unirse a su organización no es tan difícil como pueda pensarse (Raz, 2022) –unos planteamientos ya presentes en campañas propagandísticas anteriores de Daesh–. Asimismo, la dimensión religiosa que se desprende del título es, asimismo, innegable. De esta forma, el apoderado de Daesh contrapone una práctica normal y pacífica del Islam para alcanzar el paraíso coránico con una visión violenta y extremista religiosa de cómo, según ellos, se debe proceder para conseguir la mayor de las recompensas divinas islámicas.
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