La nueva base de misiles de la fuerza nuclear China

El impacto sobre la estabilidad estratégica con los EE. UU.

Recientemente ha sabido que China está construyendo 119 silos para misiles balísticos intercontinentales (ICBM), probablemente del tipo DF-41. El hallazgo es, potencialmente, un paso más en el probable cambio radical de la estructura de la fuerza nuclear China, algo que el país asiático viene llevando a cabo desde hace unos años. Sin embargo, la noticia no coge totalmente por sorpresa a los analistas y observadores de la estrategia nuclear china. Desde hace algunos años, hay un creciente número de indicios y de rumores respecto a que China está actualizando y modificando su conservadora estrategia nuclear, que consistía en mantener un número muy pequeño de ojivas y bajos niveles de alerta, encaminándose hacia un arsenal mucho más numeroso y con niveles de alerta comparables a los de Rusia y EE. UU.

Sin ir más lejos, en 2017 escribí en Revista Ejércitos un artículo sobre la posibilidad de que en los próximos años China pudiese llegar a desplegar un arsenal nuclear del orden de 800 ojivas, o quizás 1.000 en su límite máximo. Tal estimación a futuros, aunque altamente especulativa, se basaba en la, por entonces, próxima entrada en servicio de los ICBM DF-41 y los misiles balísticos submarinos (SLBM) JL-3, que podrían transportar varias ojivas por misil.

Más adelante, ya en octubre de 2019, desfilaron por la calles de Pekín nada menos que 16 DF-41 pertenecientes a dos brigadas de dicha clase de misiles. Por otra parte, del año 2018 al 2020, China creó 11 nuevas brigadas de misiles, de las cuales varias estarían formadas por los citados DF-41. Dado que las brigadas de ICBM DF-4 muy probablemente se modernizarían pasando a dotarse de DF-41 en silos, los indicios señalaban a una gran expansión nuclear china.

En septiembre de 2020, el Pentágono afirmó en un informe sobre la actividad militar de China (páginas ix y 85) que el país, cuando menos, doblaría su arsenal nuclear pasando de las 200 hasta las 400 ojivas. En julio de se año, el almirante Charles «Chas» A. Richard, jefe del mando estratégico de EEUU (STRATCOM), afirmó que China estaba aumentando su arsenal nuclear para alcanzar la paridad con la paridad nuclear con su país y con Rusia. En 2021, el almirante Richard dijo en varios foros que el arsenal chino no solo podría doblarse, sino que podría triplicarse o cuadruplicarse. En añadidura a lo anterior, ​los indicios de que China está adaptando su postura nuclear para disparar sus misiles en Launch on Warning (lanzar la represalia nuclear desde que se detecta de manera temprana el ataque enemigo), hacía pensar que, el rumor que circulaba por Washington y las afirmaciones de documentos y mando del Pentágono, estuvieran bien fundamentados.

Además, los analistas de temas estratégicos nucleares, desde hace muchos años, hemos venido observando crecientes preocupaciones entre los analistas de defensa del país asiático acerca de la credibilidad de su la fuerza nuclear china en caso de un intercambio estratégico con los EE. UU. (ver aquí y aquí). Los modelos de intercambio nuclear que simulaban una guerra nuclear entre EE. UU. y China, señalaban que la mayor parte de la fuerza nuclear china podría ser destruida en un primer ataque americano, con las escasas fuerzas nucleares supervivientes siendo interceptadas por las crecientes capacidades antimisil norteamericanas. En las siguientes imágenes se ve el resultado de las simulaciones sobre hipotéticos intercambios nucleares entre China y EE. UU. para el año 2017:

Ha de tenerse en cuenta que las fuerzas antimisiles estratégicos estadounidenses no consisten solo en los GMD basados en Alaska y California, sino que, como explicaba en mi blog en 2016, también son extensibles a los misiles navales Standard. La conducta del gobierno chino evidencia una profunda preocupación (a niveles paranoicos e injustificados) respecto las defensas antimisiles americanas, como cuando sobrerreaccionó al despliegue del sistema THAAD en Corea del Sur. Aunque el radar del THAAD no tiene potencia como para detectar lanzamientos de ICBM en el interior del territorio de China, ni sus interceptores podían alcanzar las trayectorias balísticas chinas, el gobierno chino impuso duras sanciones económicas a Corea del Sur para revertir tal despliegue.

Por otra parte, que el Pentágono no publicara las pruebas de que China estuviera en una fuerte expansión de sus fuerzas nucleares no es algo sospechoso. Ha de tenerse en cuenta que mostrar las capacidades de reconocimiento y espionaje norteamericanas, daría información a China de forma que podría burlarlas o alterar su despliegue nuclear. Por lo tanto, dado que el Pentágono probablemente no estuviera mintiendo, Jeffrey Lewis, experto en asuntos nucleares y director del Centro de Estudios de No Proliferación (CNS) James Martin, contrató a Decker Eveleth para buscar las evidencias de la gran expansión nuclear china.

Lo que Eveleth encontró fue bastante sorprendente. Al menos 119 silos para misiles ICBM (podrían haber más), desplegados en una extraña disposición de colmena, en un área de más de 40 kilómetros de ancho, con cada silo separado entre sí por unos 3 kilómetros de distancia.

También se identificaron lo que parecen construcciones de mando y control, conectada cada una de ellos a 10 silos diferentes.

La disposición de 10 silos por cada centro de mando recuerda a las bases de ICBM estadounidenses de los ICBM Minuteman. No obstante, la separación de los silos de misiles americanos es mucho más distante, del orden de unos 10 km entre silo y silo. Además no siguen una disposición de colmena.

Se ha especulado acerca de que la mayoría de los silos estarían destinados a estar vacíos, respondiendo a una estrategia de shell game (esconderse en refugios), en el que una cantidad elevado de silos deberían permanecer vacíos para que el ICBM fuera cambiando su posición de forma regular. Los EE. UU. han barajado en varias ocasiones ese tipo de estrategia para basar sus misiles intercontinentales en cada ocasión que han tenido que desplegar nuevos ICBM. El sentido de esta estrategia para basar misiles es doble. Por un lado, el ocultamiento impide un eficaz ataque contrafuerza que destruya la fuerza de ICBM; por otro lado, los silos vacíos funcionarían de «esponja» nuclear. Una esponja nuclear consiste en un objetivo que no se puede atacar y destruir fácilmente, lo que obliga al adversario a emplear una gran cantidad de ojivas nucleares para destruirlos, por lo que podría quedarse sin ojivas durante un intercambio nuclear.

4000 ojivas atacantes para intentar destruir solo 200 misiles en game shelter

Por ejemplo, las bases de bombarderos, aunque albergan escuadrones de aviones capaces de transportar y disparar cientos de ojivas nucleares, pueden destruirse o inutilizarse lanzando ataques con apenas unas pocas ojivas. Es decir, una estructura de fuerza nuclear de 1.000 ojivas, desplegadas en 100 bombarderos dispersados en cuatro bases aéreas, podría ser destruida con un ataque nuclear de dos o tres ojivas contra cada base (15 ojivas). Sin embargo, si las 1.000 ojivas estuvieran desplegadas en 1.000 silos de ICBM, se necesitaría, por lo menos, unas 2.000 ojivas atacantes (habría que dedicar dos ojivas a cada blanco, por la tasa de fallos que tienen los cohetes atacantes ya que la precisión no es perfecta). Por tanto, los 119 silos de la nueva base de la fuerza nuclear china seguramente estén destinados a ser esponjas nucleares, manteniéndose vacíos la mayoría de ellos (shelter game) o todos con un misil cada uno.

Los misiles ICBM móviles tienen varias desventajas que podrían haber inducido a los chinos a construir silos. Primero, son bastante más caros de operar que los misiles basados en silos. Cada vehículo TEL de misil ICBM móvil no va en solitario, sino que requiere de un gran despliegue de apoyo. Los Topol-M ruso, por ejemplo, necesitan casi una compañía formada por numerosos vehículos de todo tipo para su operación y seguridad. Segundo, en caso de detectarse los misiles móviles, estos podrían ser atacados con ojivas nucleares de bajo rendimiento. Además, podrían atacarse las cocheras y la base de misiles móviles de en un ataque preventivo lanzado por sorpresa, destruyéndolos todos de un golpe. Es decir, como esponjas nucleares son una opción inferior y además son muchísimo más caros de operar.

La posibilidad que los silos se usen para un shelter game no son indiscutibles (aunque tampoco se excluye esa posibilidad). Las opciones que se barajaron para ese tipo de opción en EE. UU. se diseñaron incluyendo un sistema de transporte de misiles mediante túneles subterráneos. Esto permitía ocultar a los ojos de los enemigos los silos que estaban siendo operados en cada momento.

Aunque es cierto que se ensayó la opción de transportarlos en grandes camiones, tiene el inconveniente de que los satélites de observación y reconocimiento pueden hacer un seguimiento de los redespliegues y movimientos de los misiles (se tarda horas en mover un ICBM e introducirlo en el silo). En la actualidad, al contrario que en la Guerra Fría, se está extendiendo el uso de constelaciones de satélites de órbita baja que podrían vigilar en tiempo real las bases de misiles.

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