
Municiones merodeadoras de largo alcance
La Guerra de Ucrania ha servido para confirmar algo sobre lo que en los últimos años se ha especulado mucho: la guerra moderna favorece la defensiva por encima de la ofensiva. Al menos en lo que concierne a los dominios terrestre y aéreo, pues la generalización de las armas contracarro y la multiplicación de sensores sobre el campo de batalla en el caso del primero, así como la extensión de las redes de defensa aérea integradas en el caso del segundo, hacen cada vez más difícil las operaciones de armas combinadas en profundidad, salvo que se cuente con una serie de capacidades que ahora mismo solo parecen al alcance de los Estados Unidos, como son las de Supresión de Defensas Aéreas enemigas (SEAD). No es la primera vez a lo largo de la Historia que sucede algo similar. La construcción de fortificaciones de traza italiana por buena parte de Europa [Continúa…]