¿Sabe el US Army lo que quiere? Programas de blindados norteamericanos

Programas de blindados norteamericanos: El nudo infinito

El US Army ha consumido en las últimas décadas decenas -si no centenares de miles de millones de dólares- en una serie de programas que nunca han llegado a cumplir con los objetivos inicialmente previstos, especialmente los relativos a los vehículos blindados. A lo largo de las próximas líneas expondremos la desastrosa sucesión de iniciativas puestas en marcha desde el final de la Guerra Fría. Supongo que el título de este trabajo sorprenderá a más de uno; no en vano, el US Army tiene una gran prestigio, al menos como comprador de los diferentes materiales e, incluso, damos por sabido que los equipos seleccionados finalmente, han pasado una serie de test y pruebas muy exigentes, aunque hayan tenido que invertir ingentes cantidades de recursos.

Por ejemplo, suelen elegir a varias empresas que, tras recibir jugosos contratos por varios prototipos, tienen que competir entre ellas, a menudo durante varios años, antes de conocerse el ganador definitivo. En consecuencia, lo normal es que, al final del proceso, el vencedor del concurso sea, en cualquier caso, el mejor de todos los participantes o, al menos, el que cumple con mayor rigor los requisitos expuestos por el Estado Mayor, así como por los programas y organismos pertinentes.

A pesar de todo lo anterior, en las últimas dos décadas, el US Army ha tomado, desde el punto de vista de los futuros blindados, algunas decisiones realmente sorprendentes y, desde mi punto de vista, fuera de toda lógica y muy desconcertantes. Además lo ha hecho no solo durante el desarrollo de los propios programas sino, y esto es quizás lo más preocupante, desde el propio diseño de los mismos.

De hecho, a menudo, he tenido la sensación de que los estudios preliminares, en lugar de estar confeccionados por verdaderos profesionales expertos, avalados por profundos conocimientos de la materia correspondiente, han sido encargados a guerreros o chamanes de alguna tribu amazónica o de otras tierras lejanas, con la esperanza de que sus originales soluciones sean capaces de eliminar todas las dificultades existentes. Tal vez esta afirmación pueda ser un tanto exagerada y, sin lugar a dudas, así es; pero, lo cierto es que hay algunas decisiones de difícil comprensión.

Por ejemplo: ¿Quiénes y cómo convencieron a las principales autoridades del Ejército norteamericano de que solo eran necesarios blindados de tipo medio, inferiores a las 20 toneladas, para que pudieran ser aerotransportados en aviones Hercules, pero que contaran con la misma potencia de fuego e idéntica protección que los carros Abrams?, desoyendo las afirmaciones de las principales empresas del sector. Ojo, empresas que, a regañadientes, afirmaron que no se podrían conseguir los blindados deseados con menos de ¡¡¡24 toneladas!!! De verdad, ¿alguien se lo creyó realmente, o hicieron tal afirmación para no parecer ofensivos con los expertos del US Army?

A renglón seguido, cambiaron radicalmente de idea, pasando a desarrollar blindados con similar peso que el propio Abrams y de coste muy superior que, por razones más que comprensibles, tampoco fueron aceptados. En resumen, un despropósito tras otro. Por supuesto, podríamos poner otros muchos ejemplos, pero los iremos viendo a lo largo de este trabajo.

Y sin más preámbulos, a continuación nos centraremos en los programas de blindados norteamericanos iniciados y cancelados, o en proceso de desarrollo, desde los comienzos del presente siglo. Entre los más destacados, citaremos (algunos solo de pasada) los siguientes:

  • Sistema de Sistemas SoS o Futuro Sistema de Combate FCS
  • Vehículo de Combate Terrestre GCV
  • Modernizaciones del Abrams, Bradley y Stryker
  • Futuro Vehículo de Combate FFV
  • Vehículo de Combate de Próxima Generación NGCV
  • Vehículo de Combate Opcionalmente Tripulado OMFV
  • Vehículo de Combate Robótico RCV
  • Vehículo con gran Potencia de Fuego, Protegido y Móvil MPF (vamos, el carro ligero de toda la vida)
  • Vehículo Acorazado Multi-Propósito AMPV
  • Vehículo de Combate Expedicionario EFV
  • Vehículo Avanzado de Asalto Anfibio AAAV y Vehículo Anfibio de Combate ACV, los dos últimos diseñados realmente a petición del USMC

El Sistema de Sistemas contemplaba inicialmente la fabricación de 167 prototipos de robots en sus tres versiones básicas, muchas de las cuales han sido probadas en las operaciones en curso.

Futuro Sistema de Combate FCS

En la guerra de Kosovo de 1999, el US Army tuvo numerosos problemas para utilizar sus unidades en combate ya que, por una parte, las pesadas tenían muchas limitaciones para moverse por un terreno especialmente abrupto, mientras que las ligeras carecían de la suficiente capacidad de combate para enfrentarse a las fuerzas serbias.

En consecuencia, el Estado Mayor del Ejército, bajo las órdenes del General Eric Shinseki, pensó que había llegado el momento de tomar decisiones urgentes y revolucionarias, que pasaban por organizar unidades de tipo medio, pero con capacidades similares o superiores a las más potentes de la época. Por su parte, las unidades pesadas y ligeras, deberían desaparecer o quedar solamente en plan testimonial.

Llegados a este punto, no debemos dejar de lado, pues con toda certeza influyó en las decisiones tomadas, el US Army veía con preocupación el aumento de la influencia de los Marines, especialmente a la hora de realizar operaciones de proyección de fuerzas.

Tomada la decisión, existía el problema de conseguir que esas unidades medias, inicialmente denominadas Fuerza Objetivo y, más tarde, Fuerza Futura y Unidad de Acción, no perdieran potencia de fuego ni capacidad de supervivencia en comparación con las unidades pesadas. La única solución viable consistía en dotarlas de nuevos equipos de alta tecnología, especialmente en lo referente al mando, control e inteligencia, para dominar todo el espectro del campo de batalla.

Para soslayar el inconveniente de que la primera Unidad de Acción no estuviera lista hasta 2015, fueron diseñadas las Brigadas Interinas, posteriores Brigadas Stryker o SBCT (Equipo de Combate de Brigada Stryker), siendo elegido el Cuerpo de Ejército III para garantizar la capacidad de respuesta ante posibles crisis.

Además de los problemas descritos, no podían olvidarse las enormes dificultades que representaba el transporte aéreo, tanto de las SBCT como de las Unidades de Acción; de hecho, para proyectar una sola SBCT son necesarios 50 vuelos de aviones Galaxy, o bien, 80 de Hercules. En consecuencia, aparecieron algunos escépticos, incluso en el propio Pentágono, que centraban sus críticas en el temor de que pudiera pasar lo mismo que con la pieza ATP Crusader y el helicóptero Comanche, abandonados tras consumir inversiones millonarias. De ahí, que el denominado SoS fuera visto con desconfianza ya que para su desarrollo había que asumir un alto riesgo tecnológico que, para muchos, era excesivo y muy difícil de asumir.

El recuerdo de los programas de la pieza ATP Crusader y del helicóptero Comanche, cuyo final fue desastroso, provocó que el programa FCS fuera visto con gran desconfianza.

De hecho, las lecciones aprendidas a partir de los enfrentamientos de cierta importancia, especialmente en Iraq, contribuyeron a cambiar la idea inicial, pues había quedado patente la necesidad de emplear también fuerzas ligeras y pesadas (en realidad, cualquier soldado novato habría llegado a esa misma conclusión sin gastar un solo dólar). De ahí, que replantearan la organización futura del Ejército, manteniendo los tres tipos de unidades clásicas, si bien, variando su proporción. Es decir, que los blindados más pesados como el Abrams y el Bradley, había que mantenerlos operativos durante bastante tiempo, convenientemente modernizados, al menos hasta que las nuevas tecnologías permitan fabricar vehículos ligeros pero con similar protección y potencia de fuego, logro que no parece previsible antes de ¿2030?, en el mejor de los casos. Y, ya veremos si eso es posible, y a qué precio.

Inicialmente, estaba previsto que cada Unidad de Acción incluyera: Tres Batallones de Armas Combinadas; un Batallón de Artillería ATP (NLOS-Fuera de la Línea de Mira o puntería indirecta); un Escuadrón de Reconocimiento, Vigilancia y Adquisición de Objetivos (RSTA); un Batallón de Apoyo Logístico; una Compañía de Inteligencia y Comunicaciones de Brigada; y una Compañía de Cuartel General.

En total, integraría 971 vehículos (330 portadores de armas y 216 robots) y 2.987 personas (792 de infantería y reconocimiento), transportando 9.864 municiones de medio y grueso calibre.

Para dotar a la Unidad de Acción pusieron en marcha el Sistema de Combate Futuro FCS que fue, sin lugar a dudas, el programa terrestre más ambicioso llevado a cabo por un Ejército a lo largo de la historia (obviamente, en tiempos de paz). No en vano, estaba prevista una inversión superior a los 159.000 M$, cifra impresionante a primera vista pero comprensible si consideramos la gran cantidad de proyectos que incluía, como ya veremos.

En líneas generales, el FCS comprendía 18+1+1 sistemas, a saber: Conjunto de sensores terrestres autónomos (UGS-Sensores Terrestres Desatendidos); dos municiones autónomas (misiles y municiones inteligentes) (reducidas a los misiles); cuatro clases (I a IV) de vehículos aéreos no tripulados (UAV), orgánicos para sección, compañía, batallón y unidad de acción (reducidos a las clases I y IV); tres modelos de vehículos terrestres no tripulados (UGV), un robot armado (ARV), otro de pequeño tamaño (SUGV) y otro multiuso/logístico (MULE) (reducidos a los dos últimos); y ocho blindados básicos; más las redes (18+1); más el soldado (18+1+1), reducidos finalmente a 14+1+1.

Los vehículos acorazados tripulados debían disponer de un chasis común (sobre orugas o de tracción 8×8, de los que construyeron demostradores) que no llegó a seleccionarse, si bien el único prototipo construido fue montado en un chasis sobre orugas, debiéndose producir una completa familia con las siguientes versiones:

  • Sistema de Combate Tripulado (MCS). Es el equivalente a los actuales carros ligeros, si bien para emplearse básicamente como apoyo directo a la infantería durante el asalto, destruyendo con gran rapidez todo tipo de objetivos, incluidos los búnkers y otras fortificaciones, tras aprovechar su alta movilidad para maniobrar y situarse en posiciones dominantes; es decir, para usarse como el Stryker MGS. Como armamento principal, montaba un potente cañón capaz de hacer fuego con distintas municiones de puntería directa o sobre la línea de mira (LOS), así como por encima de ella (BLOS) utilizando misiles con un alcance máximo de 8 km.

  • Vehículo de Combate de Infantería (ICV). Similar externamente pero con diferente equipamiento, y con 4 cuatro variantes para puestos de mando de compañía y sección, y pelotones de fusileros y de armas. Todos ellos con un cañón, probablemente de 40 mm, para funciones de autodefensa y de apoyo a la infantería desmontada en todo tiempo. Las dos últimas variantes con 8 tripulantes.

  • Fuera de la Línea de Mira – Cañón (NLOS-C). Es, simplemente, una pieza ATP de altas prestaciones con capacidad para usar municiones convencionales así como otras especiales de alcance aumentado y de guía terminal. Era el elemento básico de apoyo de fuegos en los niveles de brigada y batallón, siendo su funcionamiento totalmente automatizado (manejo, puntería, carga, disparo, etc). Por supuesto, con capacidad MRSI, es decir, con posibilidad de disparar sobre un objetivo varios proyectiles (con diferentes cargas y ángulos de tiro) de manera que impacten simultáneamente. Fue el único modelo del que llegó a fabricarse un prototipo, aparte de tres demostradores, uno sobre chasis de orugas con obús de 155 mm en montaje externo, una pieza Caesar sobre camión de la francesa Nexter de 155 mm, y otro sobre un Stryker 8×8 y pieza de 120 mm.

  • Fuera de la Línea de Mira – Mortero (NLOS-M). Era el encargado de efectuar las misiones descritas para el NLOS-C, pero a favor de las compañías y secciones. La mayor parte de sus tareas (carga, puntería, preparación de la munición, disparo del mortero, etc) podían realizarse de forma automática o semiautomática, incluyendo las propias de C4ISR. Una de las variantes estudiadas transportaba un mortero de 81 mm para instalar fuera del vehículo en terrenos difíciles.

  • Vehículo de Reconocimiento y Vigilancia (RSV). Integraba un conjunto multisensor instalado sobre un mástil plegable capaz de actuar en todas las condiciones imaginables, ejecutando misiones de detección, localización, adquisición, clasificación e identificación automática de objetivos. Como medios de ayuda disponía de sensores terrestres autónomos (UGS), un pequeño robot terrestre (SUGV) con diferentes módulos de carga y dos vehículos aéreos no tripulados (UAV).

  • Vehículo de Mando y Control C2V. Para prestar servicios en todas las unidades hasta nivel compañía, formando parte del puesto de mando fijo o móvil, y proporcionando a su jefe todos los medios necesarios para llevar a cabo las funciones C4ISR. A través de la red FCS, recibía y transmitía toda la información necesaria vía voz, datos o vídeo, tanto dentro como fuera de la Unidad de Acción. Asimismo, para actualizar los datos obtenidos, podía controlar diferentes sensores (UGS) y vehículos no tripulados (UAV y UGV).

  • Vehículo Médico de Tratamiento (MV-T) y Evacuación (MV-E). Como su propio nombre indica, estos dos vehículos estaban destinados a proporcionar apoyo médico al personal herido en un plazo inferior a una hora. El primero, empleando modernos sistemas de telemedicina y, el segundo, efectuando las evacuaciones hasta los puestos de socorro u hospitales de campaña.

  • Vehículo de Recuperación y Mantenimiento (FRMV). Cada Unidad de Acción integraba un número reducido de equipos de reparaciones de combate, independientes del Batallón de Apoyo Logístico, que incluían dos o tres especialistas y uno de estos vehículos dotados de las herramientas y equipos necesarios (grúa, cabrestantes, soldadura, repuestos, etc) para efectuar tareas de mantenimiento correctivo y de recuperación.

Cuando cancelaron el programa todavía no habían decidido si los blindados MGV iban a diseñarse sobre chasis de ruedas o cadenas. En la imagen, los dos demostradores de movilidad utilizados en las pruebas (FCS-T y FCS-W).

Para hacernos una idea aproximada del enorme alcance del FCS diremos que estaba previsto construir los siguientes prototipos: 100 UAV (36 clase I, 36 clase II, 12 clase III y 16 clase IV); 63 ARV; 45 SUGV; 59 MULE; 54 MCS armados con un cañón de 105 ó 120 mm; 78 ICV; 18 NLOS-C con piezas de 155 y 120 mm; 24 NLOS-M de 120 mm; 27 RSV con diferentes sensores (cámaras de TV y térmicas, telémetro láser, radar, etc); 79 C2V para todos los niveles de mando; 29 MV-T/MV-E; y 10 FRMV.

Para que los blindados del programa ofrecieran una aceptable capacidad de supervivencia, fueron estudiadas corazas ligeras con elementos de titanio, aluminio, cerámica y polímeros de gran dureza, así como placas reactivas mejoradas de las llamadas SLERA (ERA de efecto limitado) y NERA (ERA no explosivo). Además, a pesar de que sólo se les exigía que resistieran impactos de 30 mm, lo cierto es que finalmente fue revisada su condición de aerotransporte en Hercules, cuando las empresas insistieron en que había serias dificultades para que el peso total quedara por debajo de las 24 toneladas. Es más, si se hubieran informado adecuadamente, habrían entendido que, incluso disminuyendo el peso hasta las 20 toneladas, para que el avión despegara sin problemas, tendría que haber dejado en tierra parte del carburante por lo que, en el mejor de los casos, podría haber realizado un corto paseo.

Aparte de la coraza pasiva, realizaron importantes esfuerzos tanto en lo referente a la denominada tecnología Stealth o de sigilo, como al desarrollo de elementos de protección activa. En el primer caso, para disminuir las señales radar, térmica y acústica de los vehículos, son aplicadas las siguientes medidas: Recubrimiento con pinturas o materiales absorbentes de radiaciones; aislamiento térmico del cañón y de la cámara del motor, con especial atención a la salida de los humos de escape; formas angulosas y con pocos elementos salientes y debidamente carenados; y disminución del ruido procedente del motor y de los elementos mecánicos, en especial las cadenas, que son construidas de caucho reforzado. En lo relativo a los sistemas de protección activa, han sido tratados profusamente en Ejércitos.org, por lo que no les dedicaremos más tiempo. Baste citar que, hasta hora, el Trophy israelí es el que ha obtenido un mayor éxito en los blindados norteamericanos como el Abrams, Bradley, y Stryker.

El programa FCS ya estudió el uso de láseres para los blindados.

Los grupos motrices híbridos o de energía combinada están formados por un motor convencional (diésel o turbina), uno o dos generadores y varios motores eléctricos encargados de mover las ruedas o cadenas, además de un conjunto de baterías de alta capacidad. Este tipo de propulsión ofrece importantes ventajas resumibles en: Tamaño reducido; gran versatilidad de empleo y maniobrabilidad; pequeña señal infrarroja; posibilidad de mover el vehículo en determinadas situaciones sólo con los motores eléctricos que producen muy poco ruido; menor complicación mecánica; consumo más reducido y, por lo tanto, mayor autonomía; y excelente modularidad, sobre todo en el caso de versiones de ruedas.

Si bien la propulsión híbrida puede parecer una novedad, lo cierto es que sus ventajas fueron detectadas en el pasado, existiendo algunos proyectos de épocas tan lejanas como 1919 (Char 2C francés) y 1943 (cazacarros Elefant o Ferdinand y carro super-pesado Maus, ambos alemanes), en los que fue aplicada esta tecnología pero con las limitaciones técnicas de su época. Posteriormente, apareció el portador del sistema AA Crotale 4×4 (todavía en servicio) y el proyecto del VCI Cobra, ambos con grupo motriz de la empresa belga ACEC. En la actualidad, hay diferentes programas en curso en países tales como Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia, Suecia…

Los cañones eléctricos disponen de una gran potencia de fuego, pero aún tienen un largo camino por delante, dado su tamaño y excesivo consumo eléctrico.

Centrándonos en los desarrollados en EEUU que, en mayor o menor medida han servido para el FCS, cabe destacar los siguientes proyectos: AHED (Advanced Hybrid Electric Drive) de configuración 8×8 (motor diésel MTU 6V-199, generador de 360 kw, y motores eléctricos de 110 kw); TTD (Transformation Technology Demonstrator) sobre chasis M-113 modificado (motor John Deere de 154 kw y dos motores eléctricos de la misma potencia); Bradley HED-D (Hybrid Electric Drive-Demonstrator), realizado para comprobar la viabilidad del vehículo de reconocimiento y combate anglo-norteamericano FSCS/TRACER, que finalmente dio lugar a dos planes paralelos denominados Lancer y SIKA, ambos con el mismo grupo motriz (motor Caterpillar modelo 3126 de 300 kw y dos motores eléctricos United Defense Serie 85 de similar potencia); FCS-T (Future Combat System – Tracked) y demostrador de pieza ATP NLOS-C con idéntico sistema de propulsión que los anteriores; y FCS-W (Future Combat System-Wheeled) (8×8) que incorpora una turbina Honeywell LV-50 de 300 kw en lugar del motor diésel.

Hoy por hoy, este tipo de motores han alcanzado un alto grado de desarrollo, si bien todavía tienen importantes retos que superar, especialmente el de acumulación de energía eléctrica y, por lo tanto, su autonomía con los motores eléctricos. Pensemos que los demostradores existentes montan entre 30 y 40 baterías, lo que es un grave contratiempo tanto por el peso y espacio que ocupan como por el mantenimiento posterior (corta vida y precio elevado). De hecho, hasta la fecha, no han tenido una buena aceptación para ser instalados en blindados, tal vez porque están esperándose los motores totalmente eléctricos, cuyo desarrollo es mucho más lento.

En principio, estudiaron una familia acorazada con estas 8 versiones básicas.

En lo relativo a la potencia de fuego, la del FCS estaba basada en gran medida en los sistemas de tiro con puntería indirecta, pero sin dejar de lado los de puntería directa, por lo que disponía de una completa gama de proyectiles convencionales de todas las categorías, municiones de guía terminal, misiles con diversas cabezas de guerra y de energía cinética (KEM y CKEM), así como misiles de precisión y los denominados de ataque retrasado.

En lo referente a las armas eléctricas (eléctrotérmicas o electromagnéticas), hemos de decir que, si bien estudiaron diferentes versiones, la gran cantidad de energía necesaria para su funcionamiento no las hizo viables; de hecho, en los últimos años, han aparecido modelos operativos pero, por ahora, su tamaño obliga a usarlas en buques de guerra de gran tamaño. Sin embargo, también probaron cañones híbridos o electrotérmicos-químicos de 120 mm, cuyo desarrollo está bastante avanzado, demostrando que ofrecen mejores prestaciones que los modelos convencionales de su mismo calibre, pero menores que los de 140 mm. En consecuencia, hoy por hoy, no es nada recomendable dar el salto tecnológico, sobre todo si consideramos las complicaciones técnicas, industriales y económicas que ello acarrearía.

Varias vistas de la fabricación del prototipo NLOS-C.

Los estudios realizados dentro de la Iniciativa de Defensa Estratégica sirvieron de base para desarrollar el Láser Táctico de Alta Energía THEL que, en las diferentes pruebas efectuadas, logró destruir varios proyectiles en vuelo. El único problema es que las instalaciones necesarias ocupaban un edificio de varias plantas, existiendo un problema muy similar al descrito para las armas eléctricas, si bien en la actualidad ya existen algunos modelos ligeros, montados en diferentes tipos de vehículos; pero, por el momento, lo cierto es que no dejan de ser demostradores con capacidades limitadas. De todas formas, no cabe descartar el empleo a corto plazo de ciertos equipos de efecto limitado como armas secundarias de los carros o blindados, para cegar o inutilizar equipos electro-ópticos o de guía de misiles e, incluso, con capacidades C-RAM o para funciones anti-drones.

Tras efectuarse varias limitaciones en el alcance del programa FCS, ante el excesivo coste que estaba alcanzando, en 2009, dieron a conocer que, mientras el desarrollo de cuatro de los vehículos (NLOS-C, ICV, RSV y C2V) seguiría adelante, el de los otros cuatro se retrasaría, si no era abandonado definitivamente. Finalmente, poco después, fue cancelado el programa completo, continuándose el desarrollo de algunos de los sistemas de forma individual.

Torre desarrollada para el portamorteros de 120 mm NLOS-M.

Como mera curiosidad, a continuación exponemos las características básicas del MGV sobre chasis de orugas. Son las siguientes: Tripulación, 11; peso, 20 toneladas (casco); grupo motriz, híbrido, con motor diésel Caterpillar de 400 cv y dos motores eléctricos United Defense Serie 85 de 400 cv.; tracción, orugas de caucho reforzado; suspensión, oleoneumática; velocidad máxima, 90 km/h; autonomía, 575 km; autonomía con baterías, 4 km; pendiente, 60%; peralte, 40%; obstáculo vertical, 0,91 m; cruce de zanjas, 2,13 m; vadeo, 1 m.

NOTA: Las características son aproximadas y corresponden a dos prototipos empleados como demostradores, no habiéndose decidido el tipo de tracción que montarían los vehículos definitivos (ruedas o cadenas). Las diferentes versiones debían incorporar modernos sistemas de mando y control, dirección de tiro, localización e identificación de objetivos, visión nocturna y para condiciones de mala visibilidad, navegadores, cargadores automáticos, protección activa, identificación amigo-enemigo (BTID), seguimiento automático de blancos, coraza compuesta, transmisión de datos, anti-explosiones y contra-incendios, etc.

Demostrador del NLOS-C (arriba) y único prototipo finalizado de toda la familia.

El Vehículo de Combate Terrestre GCV

Abandonado el FCS, el US ARMY vio la necesidad de lanzar un programa que contemplara la sustitución de, al menos, una parte de sus carros y blindados a medio plazo, al tiempo que pusieron en marcha proyectos de modernización tanto del Abrams como del Stryker y el Bradley. En consecuencia, en febrero de 2010, confeccionó una petición de propuestas (RFP) a las diferentes empresas del sector, para el futuro Vehículo de Combate Terrestre, es decir, el sustituto del citado MGV anterior. Sin embargo, los acontecimientos de Iraq y Afganistán, ponían en entredicho la eficacia de los blindados de tipo medio (el Stryker demostró ser excesivamente vulnerable), por lo que existían serias dudas de que las nuevas tecnologías, que además estaban superando con creces los costes contemplados inicialmente (algunos organismos oficiales llegaron a citar la cifra de 16 millones de dólares por cada ingenio), fueran capaces de proporcionar una adecuada protección frente a las nuevas amenazas (minas, IED, EFP…), manteniendo el peso de los vehículos suficientemente bajo para su fácil proyección, especialmente con medios aéreos.

Ante las nuevas dificultades planteadas, incluida o, mejor dicho, sobre todo por la crisis económica, en agosto de 2010 fue cancelado el proyecto, con la finalidad de estudiar detenidamente la problemática y hacer una nueva lista de requisitos que, apoyados en tecnologías ya maduras, no supusieran un riesgo excesivo. Unos meses más tarde, a finales de noviembre, fue dada a conocer la nueva RFP, estando previsto otorgar tres contratos de 450 M$ cada uno, para la fase de desarrollo de tecnologías, que debía durar 24 meses, a partir de abril de 2011. En principio, presentaron ofertas tres grupos de empresas, a saber: SAIC que, en unión de Boeing y las alemanas Krauss Maffei Wegmann y Rheinmetall, ofrecía una versión del nuevo vehículo de combate alemán Puma; BAE Systems con Northrop Grumman; y General Dynamics Land Systems junto a Lockheed Martin y Raytheon.

Uno de los diseños del GCV, en el que podemos ver su elevada protección, que contrastaba con su baja potencia de fuego, basada inicialmente en un cañón de 25 mm.

En agosto de 2011, el US Army firmó sendos contratos con BAE Systems (449,9 M$) y General Dynamics (439,7 M$), por lo que SAIC presentó una protesta oficial al considerar que no estaba justificada su exclusión del proyecto. Sin embargo, en diciembre de ese mismo año, el GAO (Grupo de Cuentas del Gobierno) denegó su petición, afirmando que la decisión del Ejército había sido razonable y era totalmente compatible con los criterios de evaluación, no habiéndose atentado en ningún momento contra los derechos de SAIC. Por consiguiente, el programa siguió su curso, aunque con tres meses de retraso. En consecuencia, se previó que el primer demostrador estaría finalizado en 2014 y el primer prototipo completo en 2016, comenzando la producción en serie en 2018 y la entrada en servicio de los nuevos blindados a lo largo de 2019. Obviamente, este calendario era cualquier cosa menos realista, como quedó claro poco tiempo después.

Al mismo tiempo que las empresas trabajaban en sus diferentes alternativas, conjuntamente con el Ejército norteamericano, éste realizó estudios comparativos de empleo y posibilidades de otros vehículos, tanto propios (Stryker y Bradley) como de otros países (Namera israelí y CV9035 sueco), si bien finalmente desechó todas las opciones.

El Namera israelí y el CV9035 sueco, también fueron estudiados como candidatos al GCV, pero también fueron descartados.

En líneas generales, el modelo básico de combate de infantería tenía una capacidad de transporte de 12 personas (3 tripulantes y un pelotón de 9 infantes), perfectamente protegidos contra todo tipo de amenazas, incluidas las cargas explosivas improvisadas o IED; de hecho, sería el primer VCI diseñado expresamente para soportar ese tipo de agresivos. En consecuencia, su peso en combate se situaba en torno a las 63,5 toneladas, al tiempo que sus dimensiones eran de 9 metros de largo, por 5 de ancho y 3 de alto, eso sí con el máximo nivel de protección, que incluía unos gruesos faldones laterales.

En lo referente a la potencia de fuego, solo llegaron a contemplar un cañón de 25 mm y una ametralladora coaxial de 7,62 mm, aunque con toda probabilidad habría integrado cañones más potentes, lanzamisiles contracarro (a semejanza de los que monta el Bradley) e, incluso, alguna estación de armas de control remoto (RCWS) muy útil para el combate en zonas urbanizadas.

Junto al inicio del proyecto GCV, tomaron la decisión de modernizar el carro Abrams y los blindados Bradley y Stryker.

En el aspecto de la movilidad, destacaremos que estudiaron dos opciones para el grupo motriz: El modelo híbrido diésel-eléctrico E-X-Drive de la firma QinetiQ, con una estructura similar a la diseñada para la familia MGV, o bien, un motor diésel MTU de las series 880/890 con la correspondiente transmisión automática Renk.

Por supuesto, en el apartado C4ISR (mando, control, comunicaciones, computadoras, inteligencia, vigilancia y reconocimiento) se prestó una especial atención, disponiendo de una arquitectura abierta que permitiera la introducción de todas las mejoras futuras, al tiempo que pudiera integrarse en red y realizar todo tipo de comunicaciones (voz y datos) tanto con la plataforma parada como en movimiento.

En estos dibujos comparativos, vemos las diferencias de tamaño entre el GCV previsto y el Bradley.

Entre los 1.874 vehículos previstos inicialmente, cabe suponer que serían incluidas versiones similares a las descritas para el programa anterior, es decir: Puesto de mando, ambulancia, recuperación y reparaciones, reconocimiento, carro de combate, porta-morteros y pieza ATP. Posteriormente, sin duda sería necesario diseñar algunos modelos más (combate de zapadores, lanzapuentes, defensa antiaérea, lanzacohetes, carga, etc). A más largo plazo, cuando tuvieran que retirarse tanto el Abrams como el Stryker y el Bradley, es bastante probable que fueran necesarias dos familias acorazadas, una sobre orugas para dotar a las unidades más potentes, y otra sobre ruedas, dada la mayor flexibilidad de empleo, movilidad estratégica y capacidad de proyección de este tipo de vehículos.

Por supuesto, para la realización de misiones de las denominadas de paz o de apoyo a la paz que, por lo general, suelen ser de larga duración, se daba por hecho que seguirían usándose los MRAP, ya que tanto su precio de compra como el de su mantenimiento eran muy inferiores al de los blindados de combate y, en ese tipo de operaciones, el uso intensivo de los vehículos les ocasiona un elevado desgaste, lo cual no es admisible en un modelo como el GCV, cuyo precio definitivo fue estimado en unos 10 M$.

En estas imágenes, queda perfectamente claro el diseño aparatoso del proyecto.

FFV/OMFV y programas actuales

Ante los graves problemas existentes, especialmente la falta de recursos económicos, en 2014, fue cancelado el programa GCV. De forma casi inmediata, una vez más, el US Army puso en marcha un nuevo programa (inicialmente, fue denominado Futuro Vehículo de Combate FFV. Posteriormente sería cambiada la denominación por Vehículo de Combate Opcionalmente Tripulado OMFV -realmente son varios vehículos diferentes, uno tripulado y otro u otros no tripulados-. No contentos con esto, finalmente pasaría a llamarse Vehículo de Combate de Próxima Generación NGCV…) que, para evitar precipitaciones (como se suele decir: a buenas horas, mangas verdes), debería estudiarse de forma muy rápida pero sin poner en marcha ningún concurso (esta solución tiene la ventaja de que no habrá que cancelarlo), de manera que las tecnologías necesarias estuvieran disponibles en 2025, si bien, la fabricación de los vehículos no deberá comenzar hasta diez años más tarde.

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