Programa VCR 8×8: entre la necesidad y la incertidumbre

La situación del programa a comienzos de 2018

El “Piraña V” fue elegido de forma totalmente irregular como plataforma para los Programas Tecnológicos. El de la imagen monta una RCWS “Samson Mk 2” que es, precisamente, una de las seleccionadas inicialmente
Vehículo Piraña V de General Dynamics

El programa VCR 8×8 debería servir para llevar al Ejército de Tierra Español al S. XXI, además de para lograr una soberanía industrial y tecnológica que una nación como España no puede permitirse descuidar. Sin embargo, pese a las buenas intenciones, las cosas no han salido tal y como se habían planeado y son muchas las dudas que surgen no solo respecto al futuro del programa, sino también en relación con la gestión del mismo.

A estas alturas, no creo que nadie ponga en duda la necesidad de sustituir los blindados de la familia acorazada del BMR/VEC 6×6 que, después de casi 40 años de excelentes servicios, han llegado al límite de su vida operativa. Por supuesto, las versiones derivadas del excepcional, aunque ya obsoleto, M-113, se encuentran en condiciones todavía peores, a pesar de que sea utilizado por numerosos ejércitos, convenientemente modernizado.

Como consecuencia de lo anterior, hace ya más de una década, comenzaron los estudios del denominado sucesivamente VBMR (Vehículo Blindado Modular de Ruedas), FSCT (Futuro Sistema de Combate Terrestre), VBR (Vehículo Blindado de Ruedas) y, actualmente, VCR (Vehículo de Combate de Ruedas).

Haciendo un breve repaso histórico, recordemos que el intento más importante de dotarnos con el nuevo blindado de ruedas se produjo en noviembre de 2007, cuando el Ministerio de Defensa dio a conocer un plan cuya finalidad era la adquisición de vehículos de alta protección para pelotón y escuadra, en sus dos primeras fases, y que culminaría, en su tercera fase, con la compra del VBR 8×8.

Durante el mes de mayo de 2009, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa envió una solicitud de información o RFI (Request For Information) a varias empresas multinacionales del sector de la Defensa, acerca de sus blindados 8×8 con capacidad para cubrir las necesidades del Ejército español en este campo, durante las próximas décadas. Como dato curioso, citaré que, aunque no disponía de ningún blindado 8×8, se incluyó a la firma Thales Australia como desagravio por no haberla invitado al programa de adquisición del vehículo de alta protección para pelotón, lo que ocasionó otro malentendido que tuvo como consecuencia la presentación en España del MRAP Bushmaster 4×4, aunque ya se había adquirido el RG-31.

Continuando con la RFI, tal vez para que no sucediera lo dicho anteriormente con Thales Australia, también fue incluida en la página web del Ministerio de Defensa, permitiendo que pudiera ser contestada por cualquier otra firma que pudiera cumplir los requerimientos del Ejército español.

Tanto la familia del “BMR 600” como la del “M-113” ya están al final de su vida operativa, y no cubren las necesidades mínimas exigibles
Tanto la familia del “BMR 600” como la del “M-113” ya están al final de su vida operativa, y no cubren las necesidades mínimas exigibles, de ahí la necesidad del nuevo VCR 8×8 Dragón. Fuente – Ministerio de Defensa.

La idea contemplaba la fabricación inicial, entre 2012 y 2016, de 300 VCR 8×8 en versiones de porta-personal, exploración de Caballería y puesto de mando. En fases posteriores, se contemplarían variantes de recuperación, ambulancia, combate de zapadores, escuela, porta-morteros, transmisiones, desactivación de explosivos (EOD), observadores avanzados, etc. Todas ellas derivadas del modelo porta-personal que era el considerado básico de la familia.

Con la finalidad de permitir que las empresas pudieran ofrecer el vehículo que creyeran más oportuno o, incluso, más de un modelo, la RFI fue diseñada de forma muy abierta. De hecho, las características y capacidades exigidas al futuro VCR 8×8 eran las siguientes:

  • Elevada capacidad de supervivencia para el personal embarcado.

  • Volumen interno suficiente y gran capacidad de carga útil para las diferentes variantes y misiones.

  • Elevada movilidad que capacite para un rápido despliegue estratégico, operacional y táctico.

  • Reducida necesidad de recursos logísticos y bajos costes de servicio.

  • Que fuera un sistema modular y abierto, que permita la incorporación de las innovaciones tecnológicas que se consideren necesarias.

Por último, las empresas debían responder si estaban dispuestas a desarrollar un plan de cooperación con industrias nacionales del sector de la Defensa, y con los órganos y unidades logísticas del Ejército de Tierra, lo que redundaría en un apoyo logístico más eficaz, al tiempo que garantizaría el sostenimiento durante todo el ciclo de vida de los vehículos. Además, para minimizar el riesgo, se ponía especial énfasis en que los vehículos presentados deberían encontrarse en servicio y, de hecho, se solicitaba información de los países que los utilizaban y en qué versiones.

Tal vez por ese motivo, GD-SBS presentó el Piraña III, aunque no cumplía los requisitos técnicos exigidos, especialmente en el tema de la protección, y el Piraña V que no estaba todavía operativo. Por ello, ciertas mentes mal pensantes afirman que, antes de la crisis, ya se había paralizado el programa porque GD-ELS se había quedado fuera del concurso. Y, si bien hasta ahora no me lo he querido creer, cada vez tengo más dudas al respecto, sobre todo después de la selección, tan extraña, anómala y arbitraria, del Piraña V como plataforma para los programas tecnológicos.

Centrándonos en la propia RFI, hemos de aclarar que no comprometía a ninguna de las partes, ya que era una mera encuesta realizada por la DGAM con el propósito de “recopilar la información actualizada relativa a vehículos blindados 8×8 que hay en el mercado, para que sirva de referencia en un futuro programa de adquisición”. Inicialmente, el calendario tentativo era el siguiente:

  • 15 de agosto de 2009: Entrega de las respuestas a la RFI.

  • Diciembre de 2009: Evaluación de las ofertas y vehículos (selección de una lista corta).

  • Enero de 2010: Solicitud de ofertas (RFQ-Request For Quotation).

  • Junio de 2010: Firma del contrato.

  • 2012 a 2016: Entrega de los 300 vehículos de la primera fase, garantizándose la Capacidad Operativa Inicial (IOC) con un mínimo de 40 blindados durante 2014.

Con posterioridad se iniciarían las siguientes fases del programa VCR 8×8, de acuerdo con las necesidades de las FAS.

Tras recibirse las respuestas de las empresas interesadas y efectuar diversas visitas a los centros de producción de los vehículos (Alemania, Francia, Italia, Polonia y España), los componentes del equipo designado al efecto, realizamos un estudio comparativo de todos los modelos y presentamos las correspondientes conclusiones a la DGAM. Sin embargo, la consabida crisis económica acabó con el programa, antes incluso de que fuera oficialmente constituido.

En 2007, el “Freccia” con torre “HITFIST” y cañón de 30 mm fue probado en la Brigada de Caballería “Castillejos II”. Esa torre ha sido incluida en los Programas Tecnológicos, como candidata para dotar el futuro “VEC”
En 2007, el “Freccia” con torre “HITFIST” y cañón de 30 mm fue probado en la Brigada de Caballería “Castillejos II”. Esa torre ha sido incluida en los Programas Tecnológicos, como candidata para dotar el futuro “VEC”, la variante de caballería del VCR 8×8 Dragón. Autor – Francisco P. Fernández Mateos.

Directiva 08/12 del JEME

Entró en vigor el 10 de noviembre de 2012, y contemplaba una nueva reorganización del Ejército, basada en un modelo de fuerzas terrestres realista y sostenible, dirigido a optimizar las capacidades operativas, teniendo en cuenta el panorama estratégico bosquejado por la Directiva de Defensa Nacional. El punto de partida es el de un escenario incierto de amenaza híbrida (conflicto convencional con confrontación de carácter asimétrico) y la existencia de la amenaza no compartida, es decir, la defensa del territorio nacional frente a amenazas que no son comunes a las de nuestros aliados.

Esa reorganización del Ejército, que ya está en pleno desarrollo y ha sido ampliamente tratada en la versión digital de esta revista, incluía la creación de las denominadas Brigadas Orgánicas Polivalentes (BOP), cuya configuración ideal integraría, según el propio Ejército: un Batallón de plataformas de tiro tenso (carros), sobre ruedas o cadenas; dos Batallones sobre el futuro vehículo de combate (tipo 8×8, según las tendencias actuales); un Batallón dual con la capacidad 8×8 más los medios y el adiestramiento necesario para ser aerotransportado; y una unidad de reconocimiento, tipo Grupo, con capacidades de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR).

Dado que la creación de estas BOP ideales exigiría un presupuesto mucho más elevado que el existente, se decidió adaptar este modelo a las «posibilidades reales», por lo que se han creado, más o menos, dos tipos diferentes de Brigadas Orgánicas Polivalentes: unas con un batallón dual aerotransportable y sin carros pesados; y las otras sin capacidad aerotransportable y con carros de combate pesados. Como paso intermedio para alcanzar la estructura definitiva, se han diseñado dos tipos de Brigadas de Transición: la BOP medio-ruedas y la BOP medio-cadenas. En la primera, los batallones 8×8 estarán equipados con los medios actualmente disponibles (BMR, VAMTAC, Lince, RG-31, etcétera), mientras que la medio-cadenas se dotará con los vehículos oruga existentes en inventario (Pizarro, TOA, Leopardo…).

GD-SBS sistemas presentó dos vehículos, el “Piraña III” que no cumplía los requisitos técnicos, y el “Piraña V” (realmente era un “IV Evo” con pequeñas modificaciones) que todavía no estaba en servicio, por lo que tampoco cumplía lo especificado en el pliego.
GD-SBS sistemas presentó dos vehículos, el “Piraña III” que no cumplía los requisitos técnicos, y el “Piraña V” (realmente era un “IV Evo” con pequeñas modificaciones) que todavía no estaba en servicio, por lo que tampoco cumplía lo especificado en el pliego del VCR 8×8. Fuente – Archivo del autor.

Necesidades reales

En los próximos años, el ET español tendrá que dotar las nuevas BOP con los futuros blindados del programa 8×8, creado hace un par de años en la DGAM con la nueva denominación de Vehículo de Combate de Ruedas o VCR 8×8. A pesar de que las necesidades más urgentes se han cubierto con las adquisiciones de blindados de alta protección o MRAP para escuadra y pelotón (LMV y RG-31), lo cierto es que sus capacidades no ofrecen suficientes garantías para emplearlos adecuadamente en operaciones de media y alta intensidad, al menos, para realizar misiones importantes.

Por consiguiente, es totalmente imprescindible y urgente el desarrollo y adquisición del VCR 8×8, que debe ser un verdadero blindado de combate capaz de actuar, de forma eficaz, en todo tipo de operaciones y en cualquier circunstancia. En caso contrario, es indudable que la nueva reorganización del ET pasará a engrosar la ya larga lista de planes engañosos, ineficaces y nefastos, que solo han servido para reducir drásticamente las capacidades del Ejército español que, nos guste o no, ya se encuentra en unas condiciones lamentables y con una dificilísima marcha atrás. Esperemos que la actual situación internacional, obligue al Gobierno español a aumentar los presupuestos de Defensa, hasta el dichoso 2% del PIB, que la OTAN lleva tantos años solicitando.

Aunque la adquisición inicial que contempla el programa es de tan sólo 348 ejemplares del VCR 8×8, en un corto número de versiones (puesto de mando, exploración de Caballería, transporte acorazado de personal, observación de artillería y combate de zapadores), en posteriores fases habrá que acometer el desarrollo del resto de variantes necesarias para cumplir los cometidos que, hoy por hoy, realizan los diferentes modelos de las familias BMR/VEC y M-113, cuya cifra total supera con creces los 2.000 vehículos, si bien es cierto que con la nueva reorganización harán falta muchos menos ejemplares.

En líneas generales, las versiones del VCR 8×8 necesarias, a medio y largo plazo, podrían ser las siguientes:

  • Vehículo de Combate de Infantería/Caballería (VCR). Con capacidad para transportar un pelotón de fusileros y dotado de una RCWS con cañón automático de 30 mm. La variante de transporte de personal debe ser similar, pero con una estación de armas ligera armada con una ametralladora de 12,70 mm y/o un lanzagranadas automático de 40 mm.

  • Vehículo de Exploración de Caballería (VEC). Sustituto del BMR 625/VEC, deberá disponer de espacio para transportar dos exploradores en la parte trasera. Según las preferencias expuestas por la Caballería, con una torre tripulada (proporciona mejor observación que las RCWS) y, una parte de los ejemplares, con dos lanzamisiles Spike, lo que le proporcionaría cierta potencia contracarro, dado que normalmente actuará aislado, aunque esta segunda opción no es contemplada por el momento. Al igual que el VCI/C, debe incluir una moderna dirección de tiro y un cañón de 30 mm, así como transmisiones de largo alcance, siendo deseable que integrara un conjunto multisensor en mástil o sobre el techo de la torre, con cámaras de TV y térmica, telémetro láser, etc.

  • Puestos de Mando (VCPC) y dirección de fuegos de artillería. Con la mitad trasera de la barcaza sobre-elevada y dotada de transmisiones adicionales, mesas, porta-planos, grupo electrógeno, tienda de campaña adosada, etc. La solución de construir este modelo con similar configuración que el de combate sólo parece adecuada para los que presten servicio en las unidades tipo compañía, ya que en los escalones superiores serán perfectamente identificables por su situación en el despliegue.

  • Transmisiones (VTRANS) en distintas configuraciones, con los diferentes módulos de la Red Básica de Área.

  • Ambulancia (AMB), en configuraciones de evacuación y puesto de socorro. Sobre todo, en el segundo caso, sería muy conveniente que dispusiera de techo sobre-elevado y, por lo tanto, con mayor volumen interno disponible.

  • Desactivación de explosivos (EOD). Sobre un chasis también sobre-elevado, debe incluir los equipos correspondientes al cumplimiento de sus funciones específicas, como uno o varios robots terrestres de desactivación.

  • Cazacarros o de defensa contracarro (VCR-C/C). Entre las numerosas opciones posibles citaremos la instalación de un lanzador para misiles sobre un soporte sencillo y la colocación de una torre o un RCWS o mástil plegable con varios lanzadores, obviamente para misiles Spike. Una opción, desde mi punto de vista de gran rentabilidad, sería la de instalar la estación de armas o la torre del VCI o VEC con cañón de 30 mm y dos lanzamisiles laterales y, si es posible, no estaría de más que montara un conjunto multisensor en mástil. De esta forma, el cañón podría utilizarse para destruir objetivos ligeros o ligeramente blindados, mientras que los siempre escasos misiles podrían utilizarse sólo para batir los objetivos mejor protegidos o más peligrosos.

  • Pieza Autopropulsada de 155 mm (ATP). Personalmente, creo que podría ser muy interesante realizar una pieza a partir de la plataforma 8×8 seleccionada, sobre la que podría instalarse una torre moderna y de altas prestaciones, como la AGM de Rheinmetall que ya ha sido probada sobre varios chasis de orugas (M-548 y Pizarro Fase II) y de ruedas (Boxer).

  • Lanzacohetes (VCLC) con un lanzador de altas prestaciones, como el actual LYNX, ofrecido recientemente por la firma IMI israelí, en colaboración con EXPAL, y que es capaz de utilizar cohetes de guía terminal de 122, 160, 306 y 370 mm, con alcances de hasta 300 km y un centro de error probable de tan solo 10 m. Es decir, que puede lanzar proyectiles a 300 Km y con una gran precisión y, lo más importante, a un precio infinitamente menor que si fuera un misil. Sin duda alguna, es el sistema de lanzacohetes múltiple más versátil, eficaz y a menor precio del mercado, teniendo en cuenta su elevada precisión.

  • Porta-morteros (VPM) de 81 y 120 mm. Con piezas dotadas de sistemas de retroceso y, especialmente en el segundo caso, sistema automático de carga, instalados en el suelo del vehículo. Opcionalmente, se podría estudiar una versión con un mortero de retrocarga y 120 mm montado en torre.

  • Defensa Antiaérea (VDAA). Con un afuste sencillo de misiles de corto alcance como el Mistral, ya utilizado por el Ejército español, o una torre con un sistema de cañones, misiles o mixta.

  • Observación de Artillería (VCOAV). Similar al vehículo de combate, pero dotado de un conjunto multisensor, que bien podría ser el que monta el prototipo derivado del Pizarro y el Vehículo de Exploración y Reconocimiento Terrestre VERT, que es muy parecido y también está siendo construido por FABA/Navantia.

  • Porta-radar terrestre (VPR). Con el radar montado en un mástil telescópico o plegable, que también podría servir para instalar el Raven u otro modelo antiaéreo e, incluso, podría ser el mismo de la variante de defensa contracarro.

  • Recuperación y Reparaciones (VREC). Con grúa, tornos, hoja empujadora, equipo de remolque, herramientas, grupo motriz de repuesto, etc., bien instalados en un único modelo, o en dos especializados para labores de recuperación/remolque y reparaciones, respectivamente.

  • Combate de Zapadores (VCZ). Como sustituto del BMR/VCZ, estará preparado para transportar un pelotón de zapadores y disponer de algunos equipos auxiliares (hoja empujadora, cabrestante, remolque de carga, equipo de señalización de pasillos, etc.).

  • Vehículo lanzapuentes (VLP). Con un puente de tipo deslizante que permita el paso de todos los vehículos de la familia (uno de clase 35/40 sería suficiente).

  • Reconocimiento NBQR (VRAC). Similar al BMR/VRAC, con capacidad para realizar misiones de reconocimiento, identificación y señalización de zonas contaminadas.

  • Carga y/o Municionamiento (VCG/VMUN). Con la parte trasera de la barcaza sin techo y con posibilidad de colocarle una lona y transportar contenedores. Incluso se podría estudiar la opción de que sirviera como módulo básico para constituir algunas versiones, montándole los contenedores necesarios para los diferentes cometidos (puesto de mando, transmisiones, ambulancia, dispersador de minas, lanzacohetes, etc.).

Por último, creo conveniente reseñar que, por motivos meramente económicos, podría estudiarse la posibilidad de que algunas versiones tuvieran una configuración 6×6. Sin embargo, esta solución que personalmente me parece factible y rentable, lo cierto es que ninguno de los constructores que participaron en las pruebas realizadas en 2010, aceptó su posible fabricación. De hecho, ni siquiera Krauss-Maffei ni Patria, que habían realizado prototipos de esa configuración, estuvieron de acuerdo en contemplar esa posibilidad.

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