Índice
- Introducción
- Visión general
- Organización del terreno
- Artillería
- Defensa Aérea y Medios Aéreos
- Drones
- Armas contracarro
- Guerra Electrónica y Comunicaciones
- La transformación del BTG. Los destacamentos de asalto
- La situación desde el punto de vista de las unidades acorazadas y mecanizadas
- La guerra de desgaste y la maniobra
- Conclusiones
- Notas
- Bibliografía
Introducción
Este conflicto está provocando una evolución importante en el campo tecnológico y en el estratégico, aunque no tanto en el táctico. Sobre el terreno, los dos contendientes han ido adaptando sus tácticas y organización a una situación que en principio nos recuerda la Primera Guerra Mundial, pero que en otros niveles destaca por el masivo empleo de los drones, la gestión de la (des)información, el empleo de fuegos precisos de largo alcance, la guerra electrónica (EW), y otros aspectos basados en la gestión digital. En consecuencia, ha cambiado el perfil de empleo de las unidades de maniobra y de las de apoyo por el fuego, se han mejorado los Sistemas de Mando, Control y Comunicaciones (C3), y se han tenido que alejar y dispersar los Cuarteles Generales para protegerlos de la acción de los fuegos de largo alcance.
Se puede afirmar que un factor común a los dos bandos es que han tenido que reconducir su modo de actuar. Los ucranianos no han podido aplicar métodos occidentales tras recibir apoyo en el adiestramiento y una gran cantidad de material y los rusos han rescatado las viejas formaciones de asalto y sus procedimientos, abandonando el concepto de BTG1.
Sobre un terreno con una organización muy avanzada, el estancamiento de la contienda muestra unos extensos frentes en los que cualquier avance es a costa de enormes pérdidas, provocando una falta casi total de movilidad, y con ella, de la maniobra.
A falta de ésta, y como los dos ejércitos tienen unas capacidades generales parejas, la conclusión es que el que mejor gestione el desgaste tiene mejores perspectivas de ganar (aunque no está claro que significará “ganar” para cada uno de ellos).
Junto con una enorme pérdida de vidas, difícil de calcular, desde que comenzó la invasión se calcula que los rusos han perdido más de 3.000 carros y unos 5.000 vehículos blindados, mientras que sus oponentes superan los 800 y los 2.000 respectivamente.
Tiene relativamente poca importancia de cara al desenlace final si estas cifras puedan parecer mucho o poco, lo que realmente será clave en el mantenimiento del esfuerzo es el potencial de reposición de personal y material en la actual situación de frentes prácticamente estabilizados. En este sentido, cuanto más tecnológicamente complejo sea el equipo utilizado, más difícil será reemplazarlo y, no menos importante, obtener tripulaciones, ya que deberán haber sido instruidas en un necesario mínimo periodo de tiempo que quizás no se puedan permitir.
Con la finalidad de encajarlas en un solo trabajo, veamos las particularidades relacionadas con el tema que queremos desarrollar entresacadas de los análisis de las fuentes abiertas, a los que añadiremos algunos comentarios y aclaraciones propias.
Visión general
Antes de entrar a analizar las circunstancias que afectan a las unidades de maniobra, realicemos un forzosamente breve repaso de los aspectos más relevantes que están influyendo en las operaciones sobre el terreno.
Organización del terreno
Una de las razones del estancamiento de las acciones es la intensa organización del terreno desarrollada en todos los frentes. Se han construido cientos de kilómetros de trincheras, zanjas, puestos de tiro, campos de minas, etc, en líneas sucesivas que dominan el paisaje impidiendo la movilidad. Llama especialmente la atención el cambio de mentalidad ofensiva de los rusos hacia esta construcción de líneas de defensa contra las que chocan las unidades enemigas, consiguiendo así alargar la guerra y desgastar a sus adversarios.
Estos se ven obligados a cruzar un terreno llano sin obstáculos naturales, con áreas delimitadas por filas de árboles, característico en muchas zonas de Ucrania, sin superioridad aérea y batidos por el fuego de artillería, de helicópteros y aviación, recibiendo asimismo desde los flancos de las posiciones los de carros, armas contra carro y armas colectivas de infantería, encontrándose finalmente con unos campos de minas cuya profundidad los rusos han incrementado hasta los 500 metros, lejos de los reglamentarios 120 m, haciendo probablemente de esa nación la más minada del mundo hoy en día. Antes de ese incremento, los medios de apertura de brechas (fundamentalmente MICLIC, Mine Clearing Line Charge, de origen norteamericano y UR-77 Meteorit de origen soviético) ucranianos podían abrir una lo suficientemente profunda para que la infantería atacante pudiera alcanzar las posiciones defensivas enemigas.
No obstante, dado que la logística rusa no puede abastecer suficientes minas, la profundidad se ha conseguido recurriendo a una menor densidad de la indicada en los reglamentos. También han recurrido a la irregular disposición de las minas y a procedimientos como incluir IEDs o la colocación de una mina sobre otra asegurando en ciertas posiciones que el vehículo atacante quedara inmovilizado, evitando casos como los de vehículos dotados de palas empujadoras que pueden resistir la acción de varias minas antes de quedar inmovilizados.
Con esta situación los ucranianos necesitan llevar a cabo un reconocimiento exhaustivo antes de cualquier ofensiva, lo que implica un ritmo lento en el planeamiento y posterior ejecución de las acciones, y por tanto necesitan encontrar un sistema rápido de detección de minas (entre otros cabría emplear UAVs para obtener imágenes del terreno y analizarlas), y así poder realizar operaciones más allá de las defensas situadas inmediatamente delante de sus posiciones, explotando con rapidez las brechas abiertas.
Una dificultad añadida es que los rusos han preparado la demolición de sus posiciones a distancia si los enemigos penetraran en ellas. En cierto momento se estudió la posibilidad de tener fuegos previstos para atacar esas posiciones, pero se demostró que el método no era eficaz debido a la capacidad contra batería ucraniana, unida al alcance y precisión de sus piezas. También se produjo algún caso de fuego amigo sobre los elementos que abandonaban las posiciones debido a fallos de coordinación y, sobre todo, de comunicaciones.
Así, las posiciones pueden ser demolidas según entran las vanguardias de las unidades enemigas y mientras todavía las tropas propias las están abandonando por los ramales a retaguardia. Esto afecta directamente a las unidades de infantería ucranianas más preparadas, las de asalto, cuando todavía no han tenido tiempo de cambiar de posición o de ser relevadas, y les complica la limpieza de posiciones y su rápido despeje.
Artillería
Los rusos han cambiado su doctrina de fuegos obligados por la necesidad de disminuir el consumo de munición y el desgaste de sus piezas.
Hasta ahora, basándose en las estadísticas recopiladas desde la Segunda Guerra Mundial, su Artillería tenía evaluado el nivel de fuego necesario para producir efectos específicos contra objetivos definidos, es decir, tenían tasado el número de disparos necesario de cada tipo para obtener unos efectos deseados sobre un objetivo dado. Aunque de tal manera comenzaron la invasión, pronto se dieron cuenta que esto era inviable porque no se podían permitir gastar tal volumen de munición, porque la logística tendría que acumular cantidades demasiado grandes y fácilmente detectables, y porque el desgaste de los tubos de los cañones obligaría a reponerlos a un ritmo asimismo inviable.
Como consecuencia, están buscando mayor precisión en la consecución de los mismos efectos disminuyendo el número de proyectiles necesario, por lo que se ha dado prioridad a la producción de proyectiles de 152 mm guiados por láser, combinados con el empleo de UAVs que designan blancos y los UAVs dedicados a ISR (Intelligence, Surveillance, Reconnaissance).
Igualmente, combinados con UAVs ISR, emplean cada vez más los de ataque sobre los elementos a vanguardia ucranianos.
Con todo, siguen dependiendo en gran medida de MLRS, morteros de 120 mm y otras armas poco imprecisas.
Por su parte, durante el año pasado la artillería ucraniana ha sido capaz de mantener la superioridad de fuegos. Ha sido esencial que dispusieran de mejores medios para realizar fuego de contrabatería después de una buena detección.
Pero también se enfrentan al problema de la reposición de tubos desgastados y del abastecimiento de munición de 155 mm. Es complicado el mantenimiento de la operatividad de los 17 sistemas de artillería que les atribuyen, así que, dentro de sus posibilidades, deberían limitar su número y concentrarse en aumentar la cantidad de piezas de cada uno, consolidando un parque razonable.
Defensa Aérea y Medios Aéreos
La DA ucraniana ha recibido mucho material occidental de gran calidad, no obstante les falta aumentar la cantidad de sistemas con el objeto de poder abarcar un frente tan extenso y proteger los puntos sensibles del interior. Además, occidente proporciona la información de inteligencia necesaria para gestionarlos con la máxima eficacia.
Kiev tiene un reto en la asignación de prioridades de protección entre los objetivos sensibles del interior (resguardando vidas de civiles e instalaciones críticas) y los del frente. Han tenido gran éxito estableciendo un paraguas defensivo equilibrado gracias a la integración de sus viejos medios (como los S-300 y Buk-M1) con los recibidos, entre ellos los misiles antiaéreos portátiles (MANPADS, Man-Portable Air Defense Systems, sistemas portátiles de defensa aérea), Stinger, Mistral, Avenger, Crotale, Strela, Piorun y otros, y los de medio y largo alcance como los NASAMS, Patriot, Hawk, Aster, IRIS-T, etc.
Enfrente, la aviación rusa no ha podido establecer la superioridad aérea debido a estas capacidades, a los errores propios en el planeamiento y ejecución de las operaciones y, no en menor grado, la falta de adiestramiento de sus pilotos a causa de las pocas horas de instrucción, problema arrastrado desde el comienzo de la invasión.
Buena prueba de esto es que, evitando entrar en zona cubierta por las defensas aéreas del adversario, operan desde su propio espacio aéreo, empleando la posibilidad BVR (Beyond Visual Range) de algunos de sus aparatos.
Un aspecto interesante, y sintomático, es que los ucranianos han detectado que levantan las perturbaciones del GPS de modo que sus aeronaves puedan utilizar una navegación precisa coordinando las acciones cuando realizan maniobras de ataque con elementos aéreos, dado que ambos ejércitos emplean muchas de las mismas plataformas.
En cualquier caso, se estima que podrán mantener su ritmo de combate en las presentes condiciones, con el mismo número de salidas y consumo de munición, asumiendo el actual ritmo de pérdidas.
La ucraniana ha tenido pocas posibilidades de actuación porque no puede enfrentarse a la DA contraria (baterías de misiles S-400 y Pantsir). Es muy escasa, muy inferior a la rusa, cuyos cazas han utilizado su superioridad en las capacidades aire-aire para evitar que opere salvo en algunas acciones muy puntuales, cuando las ocasiones eran favorables.
Se han visto obligados a operar desde bases improvisadas y a adaptar, con cierto éxito, sus sistemas de origen soviético a tecnologías occidentales, tal como ha sido el caso de los MiG-29 Fulcrum con los misiles antirradiación AGM-88 HARM, consiguiendo varios éxitos.
Con todas estas condiciones, desde el inicio de la invasión se estableció una especie de equilibrio entre aviación y sistemas de defensa aérea, algo que puede cambiar porque los rusos están adquiriendo experiencia, ampliando el adiestramiento de sus pilotos en el empleo de munición de largo alcance y gran precisión y están utilizando los medios aéreos con mayor flexibilidad.
Por otro lado, en su estrategia de desgaste mediante misiles de largo alcance y drones, han aumentado el número de ataques a objetivos en el interior de Ucrania, lo que aumenta la presión sobre las decisiones en materia de despliegue de la DA y, aunque han ido contrarrestando esos ataques, ha supuesto un elevado consumo de municiones. No van quedando suministradores alternativos a Rusia para el armamento de origen soviético y se están agotando las de origen occidental, sofisticadas, caras, y por tanto tan difíciles de producir que no llegan al ritmo de consumo, agotándose las reservas en los países aliados.
Haciendo un inciso, y a propósito de la ayuda occidental, quizás llame la atención los pocos sistemas autopropulsados de defensa aérea tipo Guepard entregados, un aspecto que afecta especialmente a las formaciones mecanizadas. La razón es que nuestros ejércitos disponen de pocos medios de defensa aérea de corto y medio alcance de ese tipo porque se confía en obtener superioridad aérea y, por lo tanto, la importancia de estos sistemas es menor, por lo que no los hay en cantidades suficientes.
En este contexto, puede llegar el momento en el que los ucranianos tengan que priorizar al no poder cubrir todos los objetivos. La aviación rusa podría entonces encontrar brechas por las que penetrar aumentando los daños en el interior y sobre las unidades que queden desprotegidas, poniendo en peligro las operaciones terrestres especialmente donde no se cubran los espacios aéreos más allá de los misiles portátiles.
En esta situación es cuando cobra sentido la necesidad de Ucrania de abastecerse de una aviación capaz de contrarrestar estas posibles carencias.
En otro orden de cosas, y en términos generales, este conflicto ha visto muy limitado el empleo de los helicópteros en ambos bandos debido a la situación sobre el terreno. La densidad de las defensas aéreas, con un frente atestado de MANPADS, la falta de sigilo de esos aparatos, y la obligatoriedad de volar a ras de suelo, lo que impide un correcto reconocimiento de las posiciones enemigas que dificulta poder emplear el armamento de a bordo, obliga a emplearlos en tareas de apoyo. En pocas ocasiones pueden emplear los medios contra carro y deben realizar misiones a baja altitud transportando suministros, recogiendo heridos y lanzando cohetes no guiados a kilómetros de distancia. Es un recurso común disparar cohetes S-8 en parabólico que, aunque no tienen gran precisión, siempre tendrán mayor capacidad destructiva sobre una posición defensiva sin exponerse a las defensas antiaéreas que intentar utilizar misiles contra carro, ya que no prevén encontrar una masa de blindados que les ofrezca una adecuada coyuntura.
La entidad de la flota de helicópteros ucraniana no podía permitir un rendimiento muy relevante. La pérdida de aparatos ha sido compensada con la restauración de algunos aparatos viejos y la entrega por parte de occidente de algunos de diseño occidental y, sobre todo, de una buena cantidad de origen soviético que estaban de servicio en sus FAs. También algunos países han actuado como intermediarios adquiriéndolos y revisándolos antes de su entrega. Sin embargo, el verdadero problema ha sido la pérdida de tripulaciones instruidas y experimentadas, más difíciles de reemplazar que las máquinas.
Han tenido una cierta difusión unas imágenes de varios helicópteros ucranianos que fueron localizados y atacados por la artillería enemiga en pocos minutos. Esta situación se produce porque, al tener que operar relativamente lejos de sus bases, que también han sido atacadas con medios de largo alcance, están utilizando las llamadas FARP (Forward Arming and Refueling Point, Punto Avanzado de Reabastecimiento de Munición y Carburantes). Se trata de una zona cercana a su área de operaciones donde pueden aterrizar con cierta seguridad y ser abastecidos de carburante y munición en pocos minutos, antes de que puedan ser localizados y batidos.
Sin embargo, a pesar de que las defensas aéreas todavía les pueden proporcionar una buena protección, los rusos han mejorado sus comunicaciones y con ellas el proceso de localizar un blanco y tomar la decisión de atacarlo (kill chain), hasta ahora muy lento, poniendo en peligro las FARP.
En consecuencia, las únicas posibilidades que les quedan con el objeto de disminuir el número de pérdidas son acelerar el proceso de reabastecimiento, mejorar sus defensas aéreas, pasar a realizar operaciones nocturnas o, como casi siempre ocurre, una combinación de ellas.
Los rusos sí disponían de una potente flota de helicópteros, pero no la han podido en unos casos, o sabido en otros, utilizar. Junto a las circunstancias comunes que hemos comentado, se han tomado decisiones desastrosas como la del aeropuerto de Jersón, en donde Rusia desplegó una buena cantidad de aparatos, parte de los cuales fueron rápidamente destruidos por los ucranianos.
Finalmente, cabe destacar que están desplegando un helicóptero equipado con medios de EW en las formaciones en vuelo, con la intención de localizar radares enemigos. Esto da idea de la potencia de la defensa aérea ucraniana y de la integración de estos medios en el proceso de adquisición de objetivos.
Drones
En este contienda se ha multiplicado enormemente el empleo de drones (se está empleando el término UXV para designar genéricamente varios tipos de sistemas no tripulados), especialmente los aéreos, con algunos grandes éxitos conseguidos por los navales. En menor medida se utilizan los terrestres, sin aparentemente resultados resaltables.
Se ha generalizado tanto su empleo, que es difícil clasificarlos, existiendo varias agrupaciones caracterizadas desde el punto de vista técnico por aspectos como el peso, radio de acción, o medio de control, y desde el táctico por las misiones que pueden llevar a cabo. Se utilizan en cometidos variados, desde vigilancia/reconocimiento hasta el apoyo a comunicaciones, EW, o como sistema de armas. En según qué ocasiones se podrían dividir entre los de ataque y los de reconocimiento, aunque en algunos casos pueden actuar sucesivamente en esas tareas, por ejemplo, las municiones merodeadoras2, que recorren una zona de terreno enviando imágenes hasta que encuentran un blanco y lo atacan.
Se están empleando por todo tipo de unidades, a todos los niveles. No es raro encontrar decenas de ellos operando entre líneas en unos pocos kilómetros de frente. Además, se ha conseguido integrar un empleo mixto de drones diseñados específicamente para tareas militares con otros comerciales (off the shelf) con alguna modificación. Ya hemos comentado el futuro que tienen en el campo de análisis de imágenes en el reconocimiento de las zonas minadas con más eficacia y rapidez. Como sistemas de armas, la versión contra carro tiene un empleo reducido en comparación con otras como las de Artillería o DA, pero se están distinguiendo por resultar efectivos y baratos. Son difíciles de localizar y tienen la facilidad de poder atacar a los blancos en sus partes más débiles, en el caso de los blindados la unión de torre con barcaza, la parte superior, el motor o las escoltillas abiertas (esto es así a pesar de que hay que descartar muchos vídeos en los que se ven drones dejando caer una granada de mortero a través de una escotilla por ser mera propaganda, pues los vehículos afectados están abandonados).
Están teniendo especial éxito los FPV (First-Person View, visión en primera persona), equipados con una cámara, artillados, y controlados remotamente desde puntos relativamente lejos del enemigo.
Los ucranianos comenzaron con una gran ventaja sobre su empleo con respecto a sus oponentes. Sin embargo, estos han conseguido ir equilibrando la balanza mediante la producción de aparatos, el desarrollo de medios contra UAVs, y la formación de personal para controlarlos y gestionar su empleo.
Los de Kiev han visto crecer sus pérdidas, además de por la necesidad de exponer sus drones más de lo recomendable, a las mejoras y coordinación de los sistemas de EW y de defensa aérea rusos.
Con el tiempo se tendrá que analizar con cierto cuidado el empleo de estos medios y los resultados obtenidos, igual que las contra medidas aplicadas, pues las condiciones en que se desarrolla esta lucha tienen características muy particulares.
En cualquier caso, el bajo precio, el pequeño tamaño que tienen y su gran movilidad, les hace un arma eficaz y temible, al menos por ahora, ya que antes o después se encontrará el equilibrio entre su capacidad ofensiva y las defensas. El clásico enfrentamiento entre el escudo y la flecha. A día de hoy el ataque físico o cinético contra ellos es muy complicado. Junto con medidas clásicas como el ocultamiento, el enmascaramiento y el camuflaje, lo más efectivo es el empleo de la EW, aunque se han llegado a emplear escopetas o redes de pesca. Las acciones más eficaces son la toma de control del aparato (“spoofing” o suplantación de identidad), la denegación de la señal del GPS, y la interrupción del enlace radio que permite controlarlos o de la capacidad de sus medios optrónicos para captar sus blancos.
En el futuro próximo habrá que reforzar a las unidades de reconocimiento y seguridad con medidas que alerten de su presencia e incluso los combatan antes de alcanzar el despliegue del grueso de las mecanizadas. Ya existen sistemas anti dron, los habrá más y mejores en un futuro próximo, y habrá que insertarlos en las plantillas y los programas de adiestramiento.
Armas Contra-Carro
Actualmente se habla menos del empleo de las armas contra carro que tan efectivas fueron en los primeros compases de la contienda, si bien ese éxito se debió en buena medida a la desastrosa gestión táctica de los atacantes.
Este conflicto no ha supuesto cambios en los principios de empleo de estas armas. El terreno, llano o ligeramente ondulado, resulta favorable, aunque las características líneas de arbolado que dividen parcelas y algunas zonas boscosas han hecho que la distancia media de empleo sobre el terreno sea de 1400 m, lo que implica que estas armas no se llegan a utilizar con el máximo de sus posibilidades. Esto no ha de extrañar, porque realmente en casi cualquier escenario se pueden encontrar fácilmente obstáculos como edificios, masas de árboles y ondulaciones del terreno entre otros, además de las condiciones meteorológicas y la resolución de los medios de visión, que limitan el campo visual. Hasta los misiles que pueden enviar la imagen de lo que tienen delante no se pueden disparar para buscar un blanco más allá de la línea de visión, hay que haberlo detectado antes del lanzamiento.
Las medidas de protección se han extendido, por ejemplo con los nuevos materiales de enmascaramiento o las “jaulas” de rejillas que protegen de las cargas huecas, lo que repercute en que en la mayoría de los casos no se produce una destrucción del objetivo, sino una limitación en la capacidad de movimiento (en muchos textos en inglés “mobility kill”), que facilita una posterior acción sobre ellos.
Un factor importante está siendo el adiestramiento de los operadores de los ATGM y las unidades en las que sirven. En el caso de los rusos, las mejor adiestradas son las encargadas de llevar a cabo las emboscadas contra carro. Parecen disponer de suficientes sistemas y munición y las suelen colocar en los flancos de las posiciones porque, además de ser eficaz tácticamente, se limita al máximo el riesgo a perder estos equipos, escasos por el nivel de instrucción que necesitan alcanzar.
En el caso de los ucranianos, es de imaginar el problema de instrucción (y logístico, como con tantos otros equipos), después de recibir la heterogénea cantidad de sistemas de occidente.
Guerra Electrónica y Comunicaciones
Lo que los rusos denominan REB (Radioelektronnaya Bor’ba, los analistas y traductores emplean indistintamente los términos Guerra Electrónica y Guerra Radio Electrónica) no se corresponde exactamente al concepto occidental de EW porque está dirigida a operaciones electromagnéticas más amplias. Es arduo entender y explicar en este complicado campo los cometidos que desarrolla en unas pocas palabras, así que nos quedaremos con que suprime o protege, según sus acciones sean de ataque o defensa, los medios radio y de telefonía móvil, radares, y los sistemas electrónicos y de capacidad EW del enemigo. Esto incluye C4ISR (Command, Control, Communications, Computers, ISR), sistemas de localización y distribución de objetivos, de control de fuegos, ordenadores, y sistemas de servicios/redes, a los cuales ha debido previamente interceptar mediante la inteligencia de señales (SIGINT), a través de la de comunicaciones (COMINT) y la electrónica (ELINT).
Manejan como una de sus finalidades fundamentales la C2D, o Desorganización del Mando y Control, recurso muy debatido en sus publicaciones militares y que se refiere a la desorganización de las unidades enemigas y del control de sus sistemas de armas.
El programa de modernización de los sistemas de EW que comenzó en 2009, fecha de la creación de las tropas de EW como especialidad independiente, pareció haber cosechado un rotundo fracaso en la invasión de hace dos años. El material, la organización y el adiestramiento, todos buenos, no dieron el resultado esperado, pero reaccionaron y hoy en día se están adaptando y mejorando sensiblemente.
Como el Cor. Oliva Bermejo expone en un artículo de la revista Ejército (ver bibliografía), hay razones que explican el bajo rendimiento de estas notables formaciones.
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