La batalla de Faluya es quizás el caso más extremo en el que una situación descontrolada hasta el límite, obligó a intervenir a las tropas estadounidenses con una respuesta militar convencional, para así acabar con la revuelta y devolver a la ciudad a una situación mínimamente estable. Después de la exitosa, aunque no fácil, invasión de Irak durante la primavera del año 2003, la llegada de las tropas estadounidenses a la capital iraquí provoco la caída del régimen de Saddam Hussein. Los gobernantes civiles y los mandos militares fueron expulsados de sus cargos, tal y como sesenta años antes hicieron las tropas aliadas al conquistar Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
Pero a diferencia de la nación europea, en la que poca resistencia se planteo y en un breve plazo se paso, de un gobierno militar aliado a un gobierno plenamente democrático, el vacío de autoridad en el país, hizo que en la mayoría de las ciudades estallase una violentísima lucha por el poder, favorecida por la composición étnica, religiosa y cultural de la población, la influencia de los países fronterizos como Irán y Siria, el lanzamiento de una Jihad internacional decretada por Al Qaeda contra las tropas de la coalición internacional presentes en el país.
La ciudad de Faluya es una población de más de 250.000 habitantes. Se encuentra situada en a unos 70 kilómetros al oeste de Bagdad, estando ambas unidas por la autopista 10, de seis carriles, que se dirige a la frontera con Siria y Jordania. Es una de las varias poblaciones que han crecido favorecida por la existencia de esa ruta de comunicación, siendo frecuentemente un lugar de alto en el viaje, antes de llegar a la capital iraquí. Administrativamente pertenece a la región de Al–Anbar, cuya capital es Ramadi, siendo la segunda ciudad en importancia de la zona.
Situada junto al río Eufrates, tiene 4 Km. de ancho y unos 4.5 Km. de norte a sur, estando formada por más de 50.000 edificios. Pertenece al llamado “Triangulo Sunni”, donde se concentra la mayor proporción de población que practica la variante del Islam Sunnita (80% en Faluya) aunque también existe una destacable presencia de la más extremista variante wahaabita. Es en esta zona de Irak donde Saddam Hussein tenía el máximo de apoyo popular, favoreciéndoles ampliamente para, a cambio, conseguir la fuerza que le permitiese tener controlados a los Shiitas del sur, que aun siendo la mayoría en el país, eran duramente oprimidos por el régimen. Varias tribus y subtribus residen en el área, siendo la mayoría, por no decir la totalidad, anti-estadounidense. Es comúnmente denominada la ciudad de las mezquitas, dado que en su interior y en las proximidades están ubicadas cerca de doscientas.
La autopista 10, llamada por los estadounidenses MSR Michigan, corta la ciudad por la mitad, mientras la atraviesa de este a oeste. Aunque dentro de cada barrio pueden encontrase varias fabricas y empresas, en términos generales, en la parte situada al norte de la autopista 10 predominan las áreas residenciales, mientras que la zona sureste, concentra la mayoría de las fabricas, formando un distrito industrial.
Siendo una ciudad antigua y con un obvio carácter musulmán, salvo algunos barrios concretos como el de Jolan, no presenta la clásica distribución de calles estrechas, caóticas y laberínticas. La estructura residencial típica es la de casa de dos plantas rodeada por una tapia alta, con un pequeño patio delantero y otro trasero. Las casas pueden ser colindantes lateralmente con las adyacentes, formando de este modo unas manzanas de casas adosadas. Las calles no son ni anchas ni muy estrechas, delimitado las tapias una especie de muro, que dificultaba a las tropas maniobrar adecuadamente cuando se establecía algún contacto.
Por su situación, alejada de los ejes principales de avance, no sufrió daños durante la invasión de Irak en la primavera del año 2003. Al ser derrotados, la guarnición situada en las proximidades, se limito a abandonar las instalaciones (posteriormente ocupada por los estadounidenses y bautizadas Camp Fallujah) dejando que fueran saqueadas por los habitantes de la ciudad.
Quizás, uno de los factores que impidió asentar, de manera rápida y efectiva, una situación de estabilidad, fue el hecho de que en varios meses, una sucesión de unidades militares americanas fueran haciéndose cargo de la zona. El motivo fueron las rotaciones establecidas para sacar a las cansadas unidades participantes en la Operation Iraqui Freedom, que estaban deseando abandonar el país y regresar a los Estados Unidos, después de más de un año de presencia en la región. En los primeros momentos, las tropas destacadas pertenecían a la 82nd Airborne Division, haciendo poca presencia dentro de la ciudad, limitándose principalmente a proteger ciertas instalaciones, como los servicios de agua y electricidad.
Mientras tanto, espoleados por Al-Qaeda y por la propaganda anti-estadounidense (ya sean canales de TV árabes o buen número de los medios comunicación occidentales) una corriente de individuos abandonaban sus países para llegar a Irak, con la finalidad de combatir a las tropas de la coalición multinacional (incluidos los militares españoles). En vez de tener que llegar al remoto Afganistán, Irak, por su afinidad y proximidad, era el campo de batalla ideal para miles de radicales ansiosos de matar y morir. Y precisamente, la autopista 10 era la ruta perfecta elegida para infiltrarse en el país, teniendo a Faluya como lugar de parada idóneo antes de intentar entrar en Bagdad o como lugar donde refugiarse de las operaciones contraterroristas. En ese contexto, la ciudad fue convirtiéndose en un lugar altamente inestable, hasta llegar a degenerar en un santuario y un símbolo para los grupos terroristas que actuaban en Irak.
Los primeros incidentes no tardaron en llegar. Empleando una táctica similar a la usada, por ejemplo, en Gaza contra Israel, o en Afganistán contra las tropas españolas, de una manera deliberada, se buscaba provocar la chispa que iniciase el incendio. El 28 de abril de 2003, una multitud protestaba por la presencia de los soldados de la 82nd Airborne Division acantonados en una escuela. Empleando como parapeto a dichas personas, un grupo de individuos armados hicieron fuego contra los militares que protegían la entrada a las instalaciones. En el tiroteo que siguió, varias personas murieron, siendo en su inmensa mayoría los que disparaban contra las tropas, pero para los insurgentes el objetivo ya estaba conseguido. A partir de ese instante, la población de Faluya estaba ganada para la causa de la insurgencia.
Posteriormente llegaron mas ataques. En el mes de noviembre de 2003, dieciséis soldados murieron cuando un misil tierra-aire derribo un helicóptero Chinook en las afueras de Faluya. Cuando el 1/505 Parachute Infantry Regiment (Primer Batallon del 505 Regimiento Paracaidista) transfirió el 24 de marzo de 2004 el mando a la Primera Fuerza Expedicionaria del US Marine Corps – I Marine Expedicionary Force (I MEF)- en la 82nd Airborne Division habían tenido en siete meses gran número de fallecidos. Cada día que pasaba la situación se volvía en más incontrolada, hasta llegar al momento decisivo, con la emboscada y muerte de los cuatro miembros de la compañía Blackwater.
El día 31 marzo de 2004, dos Mitsubishi Pajero (en España Montero por motivos comerciales obvios) ocupados por cuatro estadounidenses empleados de la compañía Blackwater Security Consulting, viajaban por la autopista 10. Al parecer, estaban inspeccionando una ruta que, posteriormente, tendría que transitar un convoy al que el día siguiente debían escoltar. La cuestión fue que eran relativamente nuevos en la zona, no estaban plenamente al tanto de los hechos que en los últimos días estaban aconteciendo dentro de la ciudad, con varios intentos de emboscadas realizadas a las patrullas de los marines. Pasaron los puestos de control de los militares, adentrándose en la ciudad, sin percatarse de la emboscada que estaban a punto de tenderles. Al llegar al centro, un numeroso grupo de insurgentes abrió fuego contra ellos matándoles. Posteriormente sacaron los cuerpos de los vehículos y los mutilaron, mientras una multitud cantaba y bailaba jubilosa. Para finalizar, arrastraron los cadáveres, los colgaron de un puente de entrada a la ciudad y acabaron quemándolos.
La difusión de las imágenes por televisión conmociono al mundo, unos horrorizados y otros no tanto. En Washington vinieron a la memoria los hechos acontecidos en Mogadiscio en el año 1993, que también fueron televisados por todo el planeta (reflejados más tarde en la película Black Hawk Down). Desde el gobierno, la reacción inmediata a la emisión de las imágenes fue clara y directa. La mutilación festiva de los cadáveres de los estadounidenses, no resultaría esta vez impune como en Somalia. Hay que tener en cuenta – y en muy pocos escritos es reflejado – que por aquellas fechas, en Estados Unidos estaban en plena precampaña electoral, prevista para noviembre de ese mismo año, no queriendo George Bush aparecer ante la opinión publica como un político débil, que es algo que ya le sucedió a Bill Clinton, al ordenar retirar las tropas de Somalia después del incidente.
Operación Vigilant Resolve: Primera batalla de Faluya
Aunque también enfadados por la matanza de sus compatriotas, en el I MEF pensaron realizar, mediante detenciones selectivas, una muy controlada y meditada respuesta. Pero la presión política fue muy fuerte, ordenándoles de una manera directa, una acción dura, inmediata y castigadora, que sirviese de ejemplo para el resto de ciudades de Irak. Faluya había llegado a convertirse en un símbolo de resistencia al gobierno provisional iraquí y a la coalición multinacional, y eso era algo que no se debía consentir. El 2 de abril se recibieron órdenes de iniciar las operaciones, sellando la ciudad y comenzando el día 4 la operación Vigilant Resolve. Constaba de tres fases: bloqueo, combate y manejo postcombate.
En la fase de bloqueo, el Regimental Combat Team-1 (RCT-1) (una agrupación de combate de los Marines en torno a un regimiento) establecería un cordón alrededor de la ciudad, con controles de tráfico en las principales carreteras, con el fin de aislar la ciudad, impedir que entrasen más insurgentes y evitar que los existentes dentro pudieran escapar. En el resto de poblaciones de la zona, otras unidades del MEF actuarían realizando agresivas operaciones contraterroristas, para evitar la interferencia de los insurgentes en ayuda de los defensores. En Faluya, se les aviso a los habitantes civiles de la ciudad para que abandonaran la población.
Para la fase de combate, dos batallones asaltaron Faluya, con aproximadamente unos 2.000 hombres, principalmente infantería, apoyados por 10 carros de combate M1A1 del 1st Tank Battalion, 24 AAVP-7 (vehículos de desembarco blindados de la Infantería de Marina) y una Batería de obuses M198 de 155mm. El 2nd Battalion, 1st Marine Regiment (2/1) (Segundo Batallón del Primer Regimiento de Infantería de Marina) ataco desde el noroeste, hacia el distrito Jolan, mientras que el 1st Battalion, 5th Marine Regiment (1/5) (Primer Batallón del Quinto Regimiento de Infantería de Marina) ataco desde el sureste, hacia el distrito industrial de Shuhidah. El plan era atrapar a los insurgentes entre las dos pinzas del movimiento, mientras que el 2nd Battalion, 2nd Marine Regiment (2/2) (Segundo Batallón del Segundo Regimiento de Infantería de Marina) actuaba desde el sur como fuerza de bloqueo a todos los defensores que intentasen escapar. Posteriormente, el 13 de abril se unió a la lucha el 3rd Battalion, 4th Marine Regiment (3/4) (Tercer Batallón del Cuarto Regimiento de Infantería de Marina) entrando desde el noreste de la ciudad (Ver mapa adjunto).
Para asaltar la ciudad, los marines tenían por delante una dura tarea. Debían aislar cada manzana, despejando los edificios uno a uno, mientras que eran continuamente atacados por pequeños grupos de individuos que se asomaban por una esquina, disparaban con todo lo que tenían y salían corriendo. Y todo ello, rodeados por infinidad de trampas explosivas. En total, se estimaba que tendrían que enfrentarse a más de 2.000 combatientes.
Para colaborar en la ofensiva, se pensó actuar con unidades del Nuevo Ejercito Iraquí. El recientemente entrenado Segundo Batallón, recibió órdenes de unirse al combate, pero para sorpresa de los estadounidenses, se negaron a combatir, desertando gran número de sus soldados.
Dada la premura de tiempo con la que se organizo la operación, no se había reunido la suficiente cantidad de abastecimientos para el combate. Al recrudecerse los atentados mediante artefactos explosivos improvisados (siglas IED en ingles) realizados a los convoyes logísticos, los marines en la ciudad tuvieron una situación precaria en ciertos suministros. La región entera se había convertido en una zona de guerra, llegando a ser los combates en Ramadi incluso más duros que en Faluya. Las unidades del 2nd Battalion del 4th Marine Regiment, tuvieron 16 muertos y 100 heridos en cinco días.
La defensa de Faluya fue dispersa, no linear y en profundidad, con pequeñas células muy móviles que usaban tácticas de golpear y correr, emboscadas y ataques a distancia con morteros. Lo que buscaban era permitir a las unidades de los Marines penetrar en profundidad en su territorio, para poder realizarles ataques sorpresa y emboscadas. También fue muy abundante el empleo de trampas explosivas. Un objetivo perseguido era conseguir aislar pequeñas unidades de marines, para concentrarse sobre ellos desde múltiples direcciones. No existía un mando centralizado, aunque si que había lideres de las pequeñas células que les permitían una mínima colaboración. El más prominente caudillo de los insurgentes era Abdullah Al Janabi.
Deliberadamente lucharon desde zonas sensibles como hospitales, escuelas y mezquitas, empleándolos también para almacenar todo tipo de armamento y munición, además de usar los minaretes como puntos de observación y para situar a los francotiradores. Como hecho adicional, empleaban las ambulancias del Creciente Rojo para transportar a los combatientes armados de un lugar a otro de la ciudad.
Estratégicamente, los defensores buscaban conseguir dos objetivos: ganar la atención de los medios de comunicación y causar el mayor número de bajas a los atacantes, buscando un combate a corta distancia, donde no pudieran intervenir los abundantes medios disponibles por los estadounidenses (artillería, morteros aviación y helicópteros).
Un error que cometieron los asaltantes, a la hora de la planificación del ataque, fue el no darse cuenta de la importancia de la toma del hospital principal de la ciudad, que está situado al oeste de la urbe, sobre un meandro que forma el río Éufrates. Astutamente, los insurgentes permitieron a gran número de periodistas que se colocaran en la entrada, para retratar o filmar a los heridos que llegaban al hospital. La visión de las imágenes en los medios crearon gran malestar en los países musulmanes, incluido el gobierno iraquí, que presionaron muy fuertemente a la Casa Blanca para que parase la ofensiva.
De esta manera, el día 9 de abril, cuando quedaban prácticamente 48-72 horas para finalizar el ataque y derrotar a los defensores, se decreto un alto el fuego unilateral, con gran enfado del Marine Maj. Gen. Mattis, a cargo del I MEF, al ser consciente de que 39 militares estadounidenses habían fallecido sin que se consiguiese el objetivo final de derrotar a los insurgentes.
Durante dos semanas se mantuvieron las posiciones, hasta que una serie de reuniones llevaron a la creación de una unidad militar iraquí para que se hiciera cargo de la ciudad. Era la denominada Brigada Faluya, a cuyo mando se coloco a un antiguo militar de Saddam Husein, el MajGen Muhammad Latif y su segundo MajGen Jasim Salif. La ceremonia de transferencia se realizo a finales de abril.
Faluya, ciudad del terror
Para los marines y soldados, el fin de la primera batalla de Faluya fue un duro golpe a su moral. La presión política les había llevado a realizar una operación militar con gran precipitación, cometiéndose algunos fallos que podían haberse evitado fácilmente. Tras unas jornadas de duro combate, la misma presión política les había quitado la victoria cuando estaba prácticamente al alcance de la mano. Ninguno de los objetivos se había logrado. La orden de ataque establecía textualmente como misión “….capturar o matar a los asesinos de los contratistas, mientras se realizan operaciones ofensivas destinadas a restablecer la ley y el orden, consiguiendo una estabilidad a largo plazo”. Obviamente, no se consiguió. El Maj Gen Mattis (I MEF) fue apartado mediante el típico método del ascenso, y junto con el Lt Gen Conway (1st Marine Division) salieron de Irak.
Los insurgentes si entendieron perfectamente que se había conseguido ganar una batalla al todopoderoso ejército estadounidense. Como es fácil de imaginar, inmediatamente se pusieron a festejar la retirada de las tropas americanas. La Brigada Faluya era una farsa, pasándose inmediatamente a celebrar la victoria con los guerrilleros que habían combatido en la ciudad. Incluso el Maj Gen Jasim Salif tuvo que ser quitado de su cargo, tras conocerse que en 1993 había sido responsable de la matanza de miles de chiitas en Karbala. Poco después, el Maj Gen Muhammad Latif tuvo que huir de la ciudad. Cuando se les quiso desarmar, lo único que consiguieron fue que entregasen todas sus armas y municiones a los defensores.
Para empeorarlo todo, los hechos acontecidos en la ciudad de Faluya la convirtieron en un lugar seguro para toda clase de combatientes antiamericanos, como por ejemplo la “franquicia” de Al Quaeda en Irak, al mando del jordano Abu Musab al-Zarqawi. Terroristas de todas las nacionalidades se establecieron en la ciudad, convirtiéndola en el lugar más peligroso de todo el país, con todo tipo de fabricas dedicadas a la preparación de explosivos, coches bomba o planificación de atentados. El foco de inestabilidad era tan extremo, que era imposible que el gobierno iraquí y las autoridades de la coalición internacional quedasen de brazos cruzados, sobre todo, teniendo en cuenta que en enero de 2005 tendrían lugar unas elecciones en todo el país.
Se estableció un cordón defensivo alrededor de la ciudad, pero los soldados eran blanco continuo de los ataques. Como ejemplos, el 7 de septiembre, 7 marines del 2nd Battalion, 1st Marine Regiment, fueron asesinados mediante un ataque con coche bomba a un convoy, parecido a lo que ocurrió a finales de octubre, cuando 9 marines murieron por el ataque de un suicida con explosivos.
Planificación
Ambos bandos fueron conscientes de inmediato que la batalla había sido un primer asalto, iniciando medidas para prepararse adecuadamente para una segunda intervención. En el campo de la política, varios cambios acertados permitieron una mejor actuación. El Lt. Gen. George Casey reemplazo al Lt. Gen. Ricardo Sánchez, mientras que el diplomático John Negroponte, sustituyó a Paul Bremer como jefe de la Coalition Provisional Authority (CPA).
En el plano militar, la planificación de la nueva acción ofensiva se realizo con todo detalle. Uno de los grandes defectos de la primera batalla había sido la escasa presencia de medios acorazados, que podían haber evitado gran número de bajas en combate. En todo Irak, el Marine Corps sólo contaba con 16 carros M1A1 Abrams, una cifra muy baja para la tarea que tenia por delante. Cuando en el mes de agosto se sublevaron las milicias del clérigo Muqtada al Sadr en las zonas de mayoría chiíta, la 11th Marine Expeditionary Unit se vio obligada a entrar en acción en la ciudad de Najaf.
Junto a ellos, participaron varias unidades del US Army, que aportaron sus medios blindados al combate, convenciendo a los marines de la eficacia en combate urbano del binomio Carro de Combate – Vehículo de Combate de Infantería. Con vista a su participación en la futura Operation Phantom Fury, se realizo una petición al Lt Gen George Casey, para que asignase varias unidades del US Army a la operación. Las elegidas fueron el 2nd Battalion, 7th Cavalry Regiment (TF 2-7), el 2nd Battalion, 2nd Infantry Regiment (TF 2-2), además de la 2nd Brigada Combat Team, 1st Cavalry Division (2BCT/1CD) “Blackjack Brigade”.
La aportación de cada una de las TF del US Army al asalto es destacable:
- El TF 2-2 contaba con 16 M1A1 Abrams, 16 M2/A2 Bradley, 2 M109A6 Paladin, 1 vehículo MCLIC para abrir brechas en campos de minas, 4 M1064 con morteros de 120mm, 2 morteros de 81mm, 38 M1114, 16 M998AOA, 2 D9 Caterpillar, además de francotiradores, ingenieros y un batallón del Nuevo Ejercito Iraquí.
- La TF 2-7 estaba compuesta por 14 M1A1 Abrams, 30 M2A3, 12 M1114, morteros de 120mm y varios vehículos de ingenieros.
El plan de ataque difería del empleado en la primera batalla de Faluya (Operation Vigilant Resolve). El enemigo estaba perfectamente al tanto de lo que se le venia encima, pero lo que desconocía completamente era el lugar por donde entrarían en la ciudad y el momento en el que lo harían. Imaginando que actuarían de una manera similar a la usada en abril, pensaron que el esfuerzo principal sería por la zona sureste de la ciudad, el distrito industrial. Por ese motivo, concentraron allí gran parte de sus fuerzas, construyeron todo tipo de defensas y situaron a varios de los mejores combatientes, sobre todo los extranjeros.
Pero en esta ocasión estaban completamente equivocados, las tropas americanas e iraquíes entrarían por la zona norte de la ciudad, que es la zona residencial. En el sur, únicamente estarían distintas unidades dispuestas para sellar la población y no permitir la huida de los terroristas atrapados en Faluya.
El despliegue de las tropas asaltantes que irrumpirían en la ciudad, era adecuado a los objetivos marcados en la Orden de Operaciones. El ataque estaba organizado en torno a la acción de dos Marine Regiment Combat Team (RCT). El RCT-1 se ocuparía de la parte más occidental, mientras que el RCT-7 actuaría en la región centro y oriental del avance. En total participarían 15.000 militares, de los cuales 10.000 entraron en la ciudad en algún momento de los combates. Los 5.000 restantes, pertenecían a las unidades de apoyo o encargadas del bloqueo.
El RCT-1 disponía, principalmente, de dos batallones de Marines, el 3rd Battalion, 1st Marine Regiment (3/1) y el 3rd Batallion 5th Marine Battalion (3/5). A ellos se les unía la TF 2-7 del US Army, unidades de ingenieros, una batería con obuses M198, unidades SEAL, dos batallones del Nuevo Ejército Iraquí, el 36th Commando y algunas otras unidades.
El RCT-7 estaba constituido principalmente por el 1st Battalion, 8th Marine Regiment (1/8), el 1st Battalion, 3rd Marine Regiment (1/3), la US Army TF 2-2, una batería dotada de obuses M198, dos batallones del Nuevo Ejército Iraquí, además de otras unidades.
Aunque la composición es en ambos casos parecida, el concepto y método de intervención fue bien distinto. Así, el RCT-1 dispuso a la TF 2-7 como punta de lanza del resto de unidades. La idea era emplear la coraza y el poder de fuego de las unidades mecanizadas, para abrir brecha en las defensas, poner en fuga al enemigo y despejar los puntos fuertes de resistencia. Los blindados avanzarían por varias calles paralelas de manera coordinada, actuando los batallones de Marines y del Nuevo Ejército Iraquí, para ir despejando la población, casa a casa y manzana a manzana. El primer objetivo seria el parque Jolan, situado en el barrio del mismo nombre. La inteligencia lo había identificado como un lugar clave de concentración de los insurgentes, por lo que los blindados se dirigirían al enclave, lo tomarían al asalto y se colocarían en posición defensiva, pasando a rechazar los ataques que les lanzasen. Entre el blindaje y la potencia de fuego, la TF 2-7 daría buena cuenta de gran número de adversarios.
Mientras, el RCT-7 coloco a sus distintas unidades de manera diferente. Dispuso a sus principales batallones para que avanzasen de manera paralela. Por el centro de la ciudad, colindante con la zona de operaciones del RCT-1, actuaría el 1/8. A su lado lo haría el 1/3, dejando a la TF 2-2 la tarea de utilizar su blindaje, para avanzar por el límite oriental de la ciudad, directamente encaminados a la Autopista 10 (MSR Michigan, o también denominada PL Fran). De esta manera, pretendían abrir rápidamente la principal arteria de comunicación de la ciudad. A cada uno de los batallones, le seguirían las unidades iraquíes para controlar el terreno.
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