La invasión de Kursk (II)

Estabilización, contraataque ruso y consecuencias de la operación

Soldado ruso posa junto a un VCI M2 Bradley ucraniano capturado en Kursk
Soldado ruso posa junto a un VCI M2 Bradley ucraniano capturado en Kursk. Fuente: (X) @Blackrussiantv.

El 6 de agosto de 2024 las Fuerzas Armadas ucranianas dieron inicio a la invasión de la región rusa de Kursk, tras semanas de preparación extremadamente secreta. Tras un avance inicial sorprendentemente rápido, que barrió a las escasas fuerzas rusas presentes al otro lado de la frontera, pronto se vieron los límites de la logística ucraniana, lo que unido a la mayor resistencia por parte de su enemigo impidió alcanzar objetivos estratégicos dentro de esta región. La nueva situación obligó al Estado Mayor ucraniano a decidir si continuar adelante con la invasión, forzando al Ejército ruso a una batalla de desgaste para retomar el territorio o si retirarse cuando la relación de bajas y el golpe moral infligido a su enemigo todavía eran muy favorables. Ucrania optó por mantenerse en Kursk, en una operación que se ha extendido durante meses y que ha culminado con la práctica expulsión de las AFU del territorio ruso y una relación de bajas mucho menos favorable; lo que es peor, la decisión de invertir cuantiosos y valiosos recursos en Kursk podría haber tenido un importante efecto al facilitar los avances rusos en otros sectores del frente.

La invasión de Kursk

Índice

  • Estabilización del saliente: 21 agosto- 9 septiembre
  • Contrataques rusos en el ala norte y acciones ucranianas en Veseloye-Glushkovo: 10 septiembre a 31 octubre
  • Consecuencias de la incursión: noviembre 2024 – enero de 2025
  • Conclusiones
  • Notas a la segunda parte

Estabilización del saliente: 21 agosto- 9 septiembre

Para finales de agosto, las tropas ucranianas habían penetrado hasta 65 kilómetros en algunos puntos del territorio ruso y tenían la iniciativa táctica de su lado. No obstante, la llegada de nueva tropa y artillería rusa, la desaparición de la sorpresa estratégica y el desgaste acumulado por las fuerzas ucranianas a la ofensiva, provocaron que ya durante la última semana del mes se llegase a un cierto impasse en las operaciones. En un intento por aumentar la presión sobre las fuerzas rusas desplegadas en la orilla meridional del río Seim, la Fuerza Aérea ucraniana junto a la artillería de largo alcance centraron sus esfuerzos en interrumpir el flujo de material y hombres sobre el Seim. Para ello, desde el 17 de agosto hasta los primeros días de septiembre, llevaron a cabo una campaña de bombardeos sobre los distintos puentes y pasos de pontones erigidos a toda prisa por los rusos entre Tetkino y el oeste de Korenevo, dañando o destruyendo tres de los cruces sobre dicho río (Luxemore, Marson & Sivorka, 2024).

Para entonces, Ucrania tenía desplegados más de 10.000 hombres en territorio ruso y otros 4.000 apoyaban la operación desde el lado sur de la frontera (Coles & Gordon, 2024). Con cada día que pasaba, elementos de unidades trasladadas desde el este de Ucrania y de la reserva comenzaban a ser inyectadas en el saliente, aumentando el número de fuerzas ucranianas en Kursk para finales de agosto hasta los entre 15.000 y 20.000 hombres junto a su material y vehículos[1].

Pese al endurecimiento de la defensa rusa, especialmente en las alas del saliente, las unidades de las ZSU, aunque exhaustas y con problemas de aprovisionamiento, trataron de mantener el impulso. Prosiguieron con el avance en dirección general oeste-noroeste hacia Korenevo y el Seim, buscando aislar a las unidades de las VSRF al sur y este del río[2].  Del mismo modo, Ucrania amplió su control sobre el territorio capturado en el ala septentrional, ensanchando el saliente para reducir el riesgo de que la penetración pudiera ser cortada en su base mediante un contrataque ruso. Sin embargo, tras más de quince días de combates por la crucial localidad, los ucranianos fracasaron a la hora de tomar Korenevo y alcanzar la orilla meridional del Seim, impidiéndoles capturar los cruces sobre el río o usar el mismo como “escudo” ante las concentraciones de fuerzas rusas en el ala norte del AO. En el centro del saliente, por su parte, Ucrania continuó sus avances en dirección general este-noreste. A principios de septiembre, en la carretera Sudzha-Lgvov, aseguró las alturas al sur y oeste de Pogrebiki, mientras que en la autopista R-200 llegó a establecer posiciones entre Martynovka y Bolshoye Soldatskoye, marcando el punto de máximo avance ucraniano a través de la autopista.

En el contexto global de la contienda, las operaciones ofensivas en territorio ruso tenían un impacto negativo en el frente oriental de Ucrania. El refuerzo del saliente de Kursk obligó a sustraer fuerzas veteranas y experimentadas desde otras AOs, provocando que para finales de agosto el ritmo de territorio conquistado por el Ejército ruso en el este de Ucrania se incrementara de forma constante, permitiendo que obtuviera rupturas en las direcciones de Pokrovsk, que se hallaba amenazada de cerco, en Kurajove y en Vuhledar, que caería en poder de las VSRF a principios de septiembre. Voces discordantes entre políticos y soldados ucranianos comenzaron a hacerse oír, criticando la incursión en Kursk, que para entonces era ya tildada por algunos de “sumidero de recursos que podrían ser mejor empleados en el este” (Miller, 2024c).

Rusia, pese a que el territorio ocupado por las ZSU pertenecía a la propia Federación, no mostró reparo alguno en emplear los mismos procedimientos y modos operacionales que desde mediados de 2023 estableció como el estándar operativo de las VSRF en Ucrania. Es decir, que procedió al bombardeo masivo de edificaciones susceptibles de convertirse en posiciones defensivas ucranianas, usando para ello tanto artillería y drones, como gran cantidad de bombas planeadoras. Aunque el empleo de estas últimas fue una amenaza desde los primeros días de la incursión, su efectividad se vio reducida por la movilidad y fluidez de la propia ofensiva. En el momento en que las ZSU quedaron fijadas al terreno, ofreciendo blancos más o menos estáticos, el impacto de la artillería, los drones FPV, otros como los Zala Lancet y la acción constante de las VKS se dejaron sentir. Pese a ello, las acciones rusas para expulsar a las fuerzas ucranianas de Kursk durante agosto y principios de septiembre resultaron inefectivas debido a la falta de planificación, así como a la mala coordinación y organización entre las unidades presentes en el AO.

Durante los primeros días de la incursión quedó claro que las VSRF no poseían capacidades ofensivas en la región como para desalojar a las unidades ucranianas de Kursk, por lo que, aunque Rusia en ningún momento cejó en sus intentos por contraatacar y recuperar el territorio perdido, el Kremlin decidió contemporizar y minimizar las pérdidas territoriales. Esto en parte venía motivado por la demostración de que Ucrania no podía continuar ampliando el saliente, minimizando la amenaza que se cernía sobre el suelo ruso y, en parte, a qué en cierta forma, Kursk beneficiaba la estrategia general de Rusia para la contienda. Actuando a modo de vaso comunicante con el este y sur de Ucrania, otorgó mayor libertad de acción a las VSRF en los ejes de Pokrovsk, Kurajove y Vuhledar[3]. Por ello, entre finales de agosto y principios de septiembre, las unidades de las VSRF presentes en Kursk más que intentar recuperar territorio, lo que lograron con relativo éxito fue detener y extinguir el impulso ofensivo ucraniano, mientras fijaban a las ZSU en posiciones defensivas. Al mismo tiempo, Rusia comenzó a aglutinar las fuerzas que progresivamente arribaban a la región en las proximidades de Ryl’sk, Kurchatov, Lgvov y en la orilla septentrional-occidental del Seim.

Para el 7 de septiembre, el despliegue de la práctica totalidad de las unidades del Distrito Militar de Leningrado en el AO elevó la cifra de fuerzas rusas a más de 35.000 hombres y más de medio centenar de tanques, permitiendo que su ejército finalmente lograse consolidar la línea del frente y, a costa de grandes pérdidas humanas, frenase en seco los avances ucranianos en las direcciones de Korenevo, Lgvov y en la R-200. La amenaza de una explotación desde el saliente ucraniano había desaparecido, otorgando un respiro a una Rusia que aprovechó para concentrar fuerzas en las aproximaciones septentrionales de Korenevo, en la orilla occidental del Seim, en la carretera Sudzha-Lgvov, en Bolshoye Soldatskoye sobre la R-200 y en los alrededores de Gir’i y Belitsa, mientras construía defensas en la profundidad en preparación de una campaña prolongada. Las tropas que Rusia trasladó a la región estaban bien equipadas y algunas, como las unidades VDV y de Infantería de Marina, poseían amplia experiencia en combate. Igualmente, Rusia también comenzó a emplear con éxito sus sistemas de EW para derribar drones y FPVs ucranianos, cerrando la brecha que en un principio se había establecido a favor de Ucrania en ese campo.

Para el 10 de septiembre de 2024 las pérdidas rusas se habían incrementado en 43 vehículos en tan sólo 19 días de combate, totalizando 83 vehículos de todo tipo destruidos desde el comienzo de las operaciones en Kursk. Por su parte, Ucrania había perdido en ese mismo periodo 60 vehículos, elevando sus pérdidas totales hasta los 123[4].

La penetración ucraniana había alcanzado su máxima extensión y el saliente en el óblast de Kursk no haría más que reducirse a partir de este momento. La capacidad ofensiva de las ZSU en Kursk había llegado a su límite durante la primera semana de septiembre y, a partir de ese momento, las unidades se atrincheraron y pasaron a la defensiva, tratando de mantener el territorio conquistado hasta esa fecha mediante una combinación de defensas fijas y contraataques puntuales. La alta movilidad y las escaramuzas, que habían sido la tónica dominante durante casi un mes de operaciones, dejarían paso a los combates estáticos entre líneas de trincheras muy similares a aquellos que tenían lugar a lo largo y ancho de un frente que -ahora estaba claro-, incluía la parte suroccidental de la región rusa de Kursk.

Mapa de situación a 23 de agosto de 2024. Autor: Gonzalo M. Vallejo Quevedo.
Mapa de situación a 23 de agosto de 2024. Autor: Gonzalo M. Vallejo Quevedo.

Contrataques rusos en el ala norte y acciones ucranianas en Veseloye-Glushkovo: 10 septiembre a 31 octubre

La tercera fase de las operaciones ucranianas en suelo ruso estuvo marcada por la progresiva reducción del territorio bajo control de las ZSU en el ala noroccidental del saliente.

Tras cinco semanas de operaciones en Kursk, la resistencia rusa se endureció, y algunos soldados ucranianos desplegados en la región comenzaban a cuestionar la decisión de lanzar la incursión en un momento en que Ucrania luchaba por defender ciudades y pueblos clave en el este del país (Kottasová & Gak, 2024). Pese a ello, la mayoría de la tropa desplegada en Kursk contemplaba la incursión como un éxito táctico que, de ser continuado de forma óptima (tanto a nivel militar como político), podría llevar aparejado cierto éxito estratégico-político, al demostrar una vez más al mundo que Rusia no era imbatible y que sólo hacía falta valor, fuerza e inteligencia para enfrentarla.

No obstante, para el 10 de septiembre el número de tropas rusas en el AO había aumentado a 45.000 soldados, ayudados por entre 90 y 100 tanques. Rusia comenzó a emplear ingentes cantidades de infantería desmontada, artillería y bombas planeadoras en sus acciones contraofensivas, lo que incrementó de forma notable el daño sufrido por las tropas ucranianas en el saliente. Estas observaron que las bajas y pérdidas humanas comenzaban a ser mayores, equiparándose a aquellas que estaban sufriendo en el frente oriental del país.

Mapa de las acciones ofensivas en el saliente ucraniano de Kursk entre el 10 de septiembre y el 1 de octubre de 2023.
Ilustración 10 – Mapa de las acciones ofensivas en el saliente ucraniano de Kursk entre el 10 de septiembre y el 1 de octubre de 2023. Autor: Gonzalo M. Vallejo Quevedo.

A partir del 10 de septiembre de 2024, una vez que Rusia consolidó la línea defensiva y concentró las fuerzas que estimaba necesarias, inició una contraofensiva general en todo el AO con el objetivo de expulsar a las fuerzas ucranianas de Kursk. Ese mismo día comenzaron las acciones ofensivas contra el flanco noroccidental del saliente -desde Korenevo hasta la frontera internacional-, cuyo peso principal recayó en la 155º SGNIB y el grueso de las unidades VDV desplegadas en Kursk, especialmente el 234º VDR/76º GAD y los 51º VDVR/106º GAD y 119º VDVR/106º GAD. Estos combates centrarán la mayoría de la atención y recursos de ambos contendientes durante esta fase de las operaciones ucranianas en Kursk, y se prolongarán, de forma ininterrumpida, durante más de un mes.

El atardecer del 10 de septiembre, columnas mecanizadas pertenecientes al 51º VDVR/106º GAD avanzaron desde la orilla occidental del Seim y desde el noroeste de Korenevo hacia al norte y noreste de Snagost’, capturándola entre los días 11 y 12, para luego pivotar hacia el este. Simultáneamente, en la estela del 51º VDVR/106º GAD, el 119ºV DVR/106º GAD progresó sobre el oeste de Snagost’, donde cruzó el río homónimo, para luego avanzar en sentido inverso a las agujas de un reloj en dirección general carretera Sudzha-Ryl’sk. De esta manera amenazaban tanto de hacerse con Lyubimovka, así como la retaguardia de las unidades ucranianas combatiendo entre Novoivanovka y las afueras de Korenevo.

En respuesta al contrataque ruso contra el ala noroccidental del saliente, el 13 de septiembre la 95.ODShBr, el 225.OSPH y la unidad especial “Khorne” atacaron la frontera rusa al sur de Veseloye[5], entre los asentamientos de Novy Put y Medvezhye[6]. Tras ello, atacaron la carretera Veseloye-Glushkovo[7] con intención de dirigirse hacia los cruces sobre el Seim en esta última localidad. Mediante esta acción las ZSU pretendían amenazar, o cuando menos ralentizar, las acciones ofensivas rusas contra la línea defensiva situada desde el suroeste de Snagost’-Korenevo hasta la frontera ucraniana en Zhuravka y, de esta manera, aliviar la presión que sufría su ala noroccidental, eliminando la amenaza de una penetración rusa que cortase la 38k-030. La acción, aunque disminuyó el ritmo de la ofensiva rusa y permitió la captura de Veseloye, no impidió a las VSRF retomar al menos nueve asentamientos y más de 200 kilómetros cuadrados de territorio para el 18 de septiembre. Igualmente, liberó de la amenaza de cerco a las fuerzas rusas entre la frontera y el Seim, alejando a las fuerzas ucranianas del río y, por supuesto, de los cruces sobre el mismo.

El centro del saliente fue donde menos fuerzas concentró Rusia, con la 810º SGNIB y el 11º SGAAB llevando el peso de los combates en la carretera Sudzha-Lgvov y al sur de la misma. Debido a ello, Rusia logró recuperar algunos de los asentamientos más nororientales del saliente, aunque las ZSU lograron mantener la mayoría del territorio ocupado durante las semanas intermedias del mes de agosto. Incluso progresaron a través de la carretera y el talud del ferrocarril Sudzha-Lgvov hasta alcanzar las alturas entre Pogrebiki y Kamyshovka, haciéndose momentáneamente con esta última el 21 de septiembre. Durante las semanas finales de septiembre y la primera de octubre se libraron feroces combates por su control y el de las alturas entre ambas localidades, que quedarían hasta finales de octubre como tierra de nadie.

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