Cuando en poco más de un lustro, Dios mediante, se haya construido y puesto en funcionamiento la futura base logística del Ejército de Tierra, la logística militar en España habrá avanzado a un nivel destacable. Gracias a un grupo de personas, que con gran esfuerzo, ilusión y dedicación diseñaron las instalaciones -empezando por el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra- a los militares españoles en el territorio nacional y desplegados en el extranjero, se les facilitara enormemente el poder cumplir las misiones que tengan asignadas. Esperemos que la base sea una más de las decisiones acertadas que se tomen en el país y sirva como ejemplo de actuación conjunta, generadora de riqueza y prosperidad.
El pasado día 4 de febrero de 2021, por fin se dio a conocer la localidad española donde estará ubicado el futuro parque y centro de mantenimiento del Ejercito de Tierra “General del Ejército Francisco Javier Valera Salas”, esto es, la futura base logística del Ejército. Detrás han quedado décadas de planificar algo similar una y otra vez, sin la más mínima posibilidad de verlo convertido en una realidad. Ahora toca afrontar otro reto de gran envergadura y calado, como es su construcción y puesta en marcha. Uno más a sumar a los no pocos que ya afronta un Ejército que no se sabe muy bien hacia dónde va.
En este artículo trataremos de explicar, como no van a poder encontrar narrado en ningún otro medio, los hechos que han rodeado a dicho hito en la historia de la logística militar española.
En primer lugar, se expondrá la necesidad que tenía -y tiene- el Ejército de Tierra de España de disponer de unas instalaciones de este tipo. Posteriormente se hará una breve descripción de las características de la futura base logística del Ejército, para a continuación hacer una crítica constructiva (algo que parece que olvidan tanto los medios de comunicación de masas como, lo que es más sangrante, los medios especializados en defensa) de un proyecto que tal y como ha sido concebido, está amenazado por diversas sombras que pueden dar al traste con su función principal. En último lugar, pero no menos importante, se narrarán los hechos que han rodeado al concurso entre localidades y a la designación de Córdoba como sede de dicho complejo, ya que es un derecho de los ciudadanos conocer los actos positivos y negativos que han acompañado a su elección.
Respecto a lo anterior, hemos de ser conscientes de que despreciar u ocultar la historia entre bambalinas de la selección de dicha ciudad, sólo puede llevar a que, en otros casos similares, los aciertos no se refuercen y los errores cometidos se repitan. Será un caso extraordinario, ya que nos obligará a hablar de política, algo que intentaremos hacer de la forma más aséptica posible. Esperamos que el lector entienda que es imposible explicar de otra manera los factores que han impulsado la toma de una decisión de marcado carácter político. Aunque cronológicamente no se debería dejar para el final, el no desviar la atención de la importancia de la base aconseja que este sea el esquema preferible del artículo.
Antes de empezar, hay que reseñar que el hecho de que la base lleve el nombre del actual Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME) es algo poco usual, pero que debe parecerle justo a todo aquel que haya tenido conocimiento del desarrollo de los acontecimientos. Comprar equipos e inaugurar una instalación es algo humanamente apetecible y fácil. Lo difícil es dar la orden que conlleve el cierre de cuarteles que durante décadas han estado abiertos y forman parte de la historia de la ciudad donde se sitúan, teniendo que soportar enormes presiones de políticos de toda condición, para intentar frenar dicha decisión y que todo permanezca inalterable, aunque sea en detrimento de las necesidades del país. Digamos que las “cicatrices” sufridas a partir de tomar la decisión serán algo que en tiempos futuros los militares españoles le agradecerán.
Acompañando al JEME ha estado un equipo de militares que vislumbraron la posibilidad de tomar la iniciativa, trabajando conjuntamente con un objetivo claro: dotar al “continente” de la base con un “contenido” a su altura y que no quede simplemente en la definición del acrónimo Plan COLCE (Concentración de los Órganos Logísticos Centrales del Ejército), algo que de por si justificaría la ejecución del proyecto. Muy al contrario, pretenden dotar a la futura base logística del Ejército de Tierra de las más novedosas tecnologías logísticas y de mantenimiento disponibles, ahora o en futuro, provenientes del mercado civil y militar.
Como suele pasar en la narración en los hechos militares, los años fueron transcurriendo y en los cargos se han ido relevando los mandos responsables. A la cabeza del Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) durante los años previos al concurso estuvo el Teniente General Pardo de Santayana, siendo relevado por el también Teniente General Fernando Miguel García y García de las Hijas.
Otro de los principales impulsores es el General de División Guillermo Manuel Fernández Sáez, que recientemente ocupa un nuevo destino como Jefe del Mando de Personal del Ejercito de Tierra, pasando su testigo de responsable de la Dirección de Integración de Funciones Logísticas al General de División José Manuel Vivas Urieta
Otras de las personas que más visibilidad han tenido, han sido el General de División José Luis Murga Martínez, de la Subdirección General de Planificación, Tecnología e Innovación; el General de División Rafael Tejada Ximénez de Olaso, responsable de Ingeniería del Mando de Apoyo Logístico del Ejercito (MALE) y el General del Brigada Enrique Ruiz Alonso, encargado de la Jefatura de Centros Logísticos.
Antes de entrar a explicar las características de la futura base logística del Ejército, sobre la que hay depositadas tantas esperanzas e ilusiones, es obligatorio hacer una pequeña reflexión: los centenares de millones de euros que se van a movilizar, pese a los efectos sobre la economía regional, no deben ser solo motivo de alegría, también de preocupación. Ojalá procediesen de unos presupuestos ordinarios y fuesen parte de partidas aprobadas fruto de una metódica planificación de las necesidades de España en materia de Defensa. La cruda realidad es que el proyecto se va a llevar a cabo «a la española», en medio de una situación económica lamentable y en el contexto de una pandemia mundial que va a cambiar la sociedad de una manera que todavía no se puede ni vislumbrar. Por supuesto, sería estúpido no aprovechar la oportunidad presentada y renunciar a construir la base logística del Ejército, pero también debemos ser conscientes del suelo que pisamos y de lo negativo de esta forma de proceder.
¿Es necesaria la futura base logística del Ejército?
La creación de una base única para la gestión logística de los medios del Ejército de Tierra (ET) no es algo sobre lo que se este trabajando desde hace diez años. En verdad empezó a intuirse como una necesidad imperativa desde que en noviembre de 1990 se firmase en París el Tratado de Reducción de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE). Tal y como se acordó, tanto la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como el Pacto de Varsovia (PdV), establecían límites para el número máximo de medios principales de armamento convencional para los ejércitos de ambas coaliciones. Como consecuencia, el Ejercito de Tierra español tuvo que destruir centenares de carros de combate, vehículos blindados y piezas de artillería.
Ya desde hacia varios años el Gobierno y el Estado Mayor del Ejército estaban trabajando en el denominado Plan General de Modernización del Ejército de Tierra (META) y en los posteriores Plan de Reorganización del Ejército de Tierra (RETO) y Plan de Nueva Organización del Ejército de Tierra (NORTE). El resultado final fue la reducción del número total de sistemas de armas en las fuerzas armadas españolas, siendo compensada la disminución numérica con la muy superior capacidad operativa que otorgan los medios modernos de combate.
Durante décadas el sostenimiento de los equipos había seguido una pauta no muy diferente de la que se había establecido desde las grandes guerras mundiales del siglo XX. En un principio, un arma determinada se usaba hasta que sufriese una avería que la hiciese inoperativa. Huelga decir que dicha manera de actuar, tanto por los elevados costes que comporta, como por la incertidumbre en que deja el conocimiento del estado del equipo, resulta inaceptable para poder cumplir las misiones que le asignase el mando. Es por ello que cada vez más se le fue dando mayor preponderancia a realizar tareas de mantenimiento preventivo, que mediante revisiones periódicas añaden certeza de operatividad a la vez que reducen el gasto total al usuario.
Al aumentar la complejidad de los sistemas de armas adquiridos, con motores cada vez más potentes, gran número de equipos electrónicos y sensores, la cantidad de tareas de mantenimiento preventivo se dispararon, aumentando de manera desproporcionada los recursos y el tiempo necesario para mantener los medios operativos. De la necesidad de controlar el coste de uso de los sistemas, a la vez que se aumentan las capacidades operativas, surgió el mantenimiento predictivo como manera de dar un sostenimiento integrado mucho más sofisticado.
Desde comienzos de siglo se ha mantenido una línea de investigación y desarrollo en la Universidad de Córdoba que ha permitido preparar dicha adaptación a la tecnología de mantenimiento más puntera, llegando en la actualidad a continuar mejorando el estado tecnológico con la incorporación en dicho campo de la Inteligencia Artificial en el conocido como Proyecto MANPREDIC.
El Ejército de Tierra tiene su logística organizada en torno al Mando de Apoyo Logístico del Ejercito (MALE). De él dependen dos Direcciones:
A) La Dirección de Adquisiciones. Cuya principal misión es establecer los requisitos de los nuevos sistemas de armas que se planteen adquirir para el Ejército o la modernización de los ya existentes. Actúan coordinados con la DGAM y con la empresa pública ISDEFE, para que éstos actúen realizando una prospección de las tecnologías existentes en el Mercado que puedan satisfacer las necesidades planteadas, así como analizar económicamente sus costes a lo largo de todo su ciclo de vida (compra, empleo, mantenimiento y desactivación).
B) La Dirección de Funciones Logísticas. Integra las funciones logísticas de mantenimiento, abastecimiento y el transporte de tropas y equipos, con el objetivo de aumentar la eficiencia de su gestión. Dentro de su ámbito de competencias recae la gestión de los talleres donde se realiza el mantenimiento de los sistemas denominado de Cuarto Escalón, siendo su responsable la Jefatura de Centros Logísticos. Repartidos por el territorio nacional se encuentran:
- Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia
- Parque y Centro de Mantenimiento de Material de Transmisiones
- Parque y Centro de Mantenimiento de Material de Ingenieros
- Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos Ruedas nº 1
- Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos Ruedas nº 2
- Parque y Centro de Mantenimiento de Sistemas Acorazados nº 1
- Parque y Centro de Mantenimiento de Sistemas Acorazados nº 2
- Parque y Centro de Mantenimiento de Sistemas Antiaéreos, Costa y Misiles
- Parque y Centro de Mantenimiento de Armamento y Material de Artillería
- Parque y Centro de Mantenimiento de Helicópteros
- Parque y Centro de Mantenimiento de Sistemas Hardware y Software
La dispersión de centros enumerada es la propia de hace décadas, cuando las comunicaciones, el transporte y en general la logística, no estaban tan avanzadas. El tener que prestar servicios de abastecimiento y mantenimiento a un gran número de unidades militares repartidas por todo el territorio nacional, llevaba a adoptar dicho despliegue logístico.
En las últimas décadas, con la introducción de un ejército de tipo profesional, gran número de instalaciones militares se han ido clausurando, concentrándose el personal y los medios en menor cantidad de bases. Es por ello que el anterior esquema de sostenimiento no era el mejor adaptado a las circunstancias actuales, ni las que se puedan prever en el futuro cercano.
El hecho de que todos los parques y centros enumerados sean instalaciones añosas, en ocasiones superadas por el crecimiento urbanístico que las rodeaba, planificadas en otras épocas y con herramientas de trabajo previstas para dar servicio a otros sistemas de armas tan diferentes, llevó a la conclusión de que en la situación actual era posible para el Ejército de Tierra cumplir mejor su misión de dar apoyo logístico a la denominada “Fuerza” (las unidades de combate) si se concentraban los recursos en una única instalación: la futura base logística del Ejército.
En los Parques y Centros de Mantenimiento de ruedas y cadenas nombrados anteriormente se realiza el mantenimiento de Cuarto Escalón a los vehículos, lo que significa que están capacitados para reconstruir completamente un blindado partiendo de su chasis y piezas. Es el tipo de mantenimiento más sofisticado que se realiza en talleres propiedad del Ejército. Un ejemplo del trabajo que han realizado durante décadas es el siguiente video de hace años en el que el Coronel Landaburu cuenta a los medios las labores que se realizaban precisamente en el PCMVR nº2 de Córdoba.
Según establece el Plan COLCE, todos esos talleres (menos el dedicado al mantenimiento de aeronaves CEMAET que queda en Colmenar Viejo) serán localizados en una única instalación, consiguiendo concentrar los medios disponibles, que siempre suelen ser escaso, para permitir planificar mejor el sostenimiento de los sistemas de armas de una manera mucho más eficiente que la actual.
Breve descripción del parque y centro logístico
Una base como la proyectada no va a ser un taller como los ya existentes pero a escala mayor. Será más grande, pero lo que realmente va a significar un antes y un después va a ser la tecnología contenida dentro de sus paredes. No solo la física, sino también la digital.
La moderna manera de funcionar los ejércitos en el siglo XXI, como en el que se trabaja en España con el horizonte temporal del 2035 denominado Fuerza35, implica una acción global, con misiones tanto en territorio nacional como fuera de nuestras fronteras. Eso obliga a que la logística sea también del mismo nivel, capaz de dar soporte en cualquier punto del planeta de manera segura, tanto a nuestros militares como a los aliados con los que actuemos conjuntamente.
Afortunadamente, si en un aspecto se ha mejorado es en el desarrollo de una logística avanzada capaz de enviar de manera rápida y fiable tanto a personas como a bienes por todo el planeta.
Esa va a ser la gran labor de la futura base logística militar, tanto dar sostenimiento a los medios de nuestros profesionales como abastecerles de los equipos que precisen. Con ese fin se ha planificado una base que ira evolucionando conforme las necesidades evolucionen.
Las entradas a la base se realizarán mediante tres accesos principales diferenciales para visitas, personal o material. Ya en el interior, la base está dividida según su funcionalidad en varios tipos de edificios.
Destaca el Área de Mando, donde el Centro de Operaciones actúa como verdadero cerebro de la base y donde se controla y se gestiona la actividad de manera inteligente, integral y con planificación predictiva de la demanda, con una sala abierta donde grandes pantallas permitirán ubicar en el mapa cualquier requerimiento o equipo sobre el que se realice una consulta.
En el Área Logística destacan los edificios dedicados al mantenimiento de software y los dedicados a la calibración y ensayos, desde donde por ejemplo el Sistema Paesa de análisis de lubricantes permitirá analizar las muestras que permitan diagnosticar el estado de los equipos.
Como es lógico, habrá un espacio reservado al repostaje, donde además de los surtidores de combustibles usuales coexistirán una electrolinera para dar cargar eléctrica al cada vez mayor número de medios que empleen esa fuente de energía. También habrá depósitos de almacenamiento de hidrogeno como fuente alternativa.
La siguiente gran área es el Centro de Abastecimiento del Ejercito de Tierra (CABET) que consta de un gran almacén principal con 45.000 metros cuadrados.
En su interior grandes estantes contendrán el conjunto de piezas de repuesto y materiales de reparación para dar servicio a las docenas de miles de vehículos de las fuerzas armadas nacionales, aliadas o con las que se alcancen acuerdos.
La distribución de piezas se intentará que sea lo mas automatizada posible, con robots circulando sin intervención humana por vías designadas a tal efecto.
El Centro de Mantenimiento de Sistemas de Armas del Ejército de Tierra (CEMSATET) constará de una gran nave de 100.000 metros cuadrados. En su interior se realizarán las tareas de mantenimiento, lo que será posible gracias a los 150 boxes que permitirán atender los distintos sistemas de armas del Ejercito de Tierra, prestando sus servicios a docenas de miles de vehículos de distintas categorías, marcas y modelos
Otros componentes del CEMSATET son una galería de tiro subterránea de 200 metros de longitud, un centro de diagnosis e inspección final, con la correspondiente ITV que certifique los vehículos, además de una pista de pruebas para comprobar sobre el terreno el correcto funcionamiento de los blindados en ensayos de rodadura, frenada y estabilidad.
Por último, la base está dotada de un conjunto de instalaciones que conforman el Área de Servicio, con alojamientos, comedores, zonas deportivas, un museo, zona sanitaria y un helipuerto que facilite visitas o evacuaciones médicas.
Uno de los aspectos sobre los que se va a hacer más hincapié es en el de la seguridad de las comunicaciones, tanto de las internas como las que tengan origen o destino hacia el exterior.
La ciberseguridad es un aspecto cada vez más importante y el Ministerio de Defensa ya ha sido víctima de dichos ataques anteriormente. Este mismo año 2021, en medio de la pandemia y con dependiendo de las gestiones por vía informática, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) fue blanco de uno de una intrusión del tipo “ramsomware”, que encripta archivos y bloquea ordenadores con el propósito de obtener un rescate pagado con criptomonedas.
Es por ello que la información que maneje la base no será manipulable, empleando un método de cifrado seguro, con autentificación y trazabilidad de las comunicaciones, con un registro de todas las transacciones de datos, que deben ser en tiempo real y sin intermediarios. El método ha de facilitar la visibilidad y trazabilidad de los activos, creándose una estructura en la que la red permanezca segura, aunque un nodo se haya visto comprometido. En dichos nodos cada participante tiene su propia copia de la información, que estará además encriptada, lo que permitirá que el acceso a la información de cada uno de ellos sea selectivo.
Resulta paradójico que tras anunciar el presidente del Consejo Social de la Universidad de Córdoba que dicha institución era un referente nacional en asuntos como la ciberseguridad, realizando cursos y encuentros dedicados a alertar a la sociedad, al mes siguiente fueran ellos víctimas de un ataque “ramsomware” del Grupo Conti, que encriptó un alto porcentaje de documentación de materias delicadas de investigación. Este caso, por más que puntual, obliga a ser modestos y aprender la lección de forma que instituciones como la UCO, que participan en programas de I+D de la DGAM relacionadas con la logística militar, blinden también su información para no comprometer las investigaciones.
El error conceptual que limita la función para la que la base se diseñó
La función principal del centro que se pretende construir en Córdoba es la de dotar al Ejército de Tierra de un mantenimiento y de una logística propias del siglo XXI, capaz de sostener a la proyectada Fuerza35. Indudablemente se va a producir una gran mejora, aunque sólo sea por lo que significa la concentración de medios, pero el concepto final de sostenimiento en el que trabajan en la actualidad esta errado en fondo y en forma, partiendo dicho error de las acciones deliberadas y coordinadas en las que un grupo de individuos, civiles y militares, incurrieron con el fin de obtener réditos personales en detrimento de la UCO y del MALE.
En España, la idea y la doctrina dirigidas a la completa implantación del mantenimiento predictivo en los sistemas terrestres militares parten de un estudiante de la UCO llamado Rafael López Mercado, colaborador además de esta publicación. Mientras acababa la carrera de ingeniería, dicho alumno realizo el Servicio Militar en el Grupo de Artillería de Campaña X de la Brigada Guzmán el Bueno de Córdoba. Como miembro del Centro de Dirección de Fuegos (FDC por sus siglas en ingles) de la Segunda Batería, una de las primeras tareas que tuvo que realizar fue la de acudir cotidianamente al segundo escalón de mantenimiento del grupo de artillería, donde el blindado de mando M-577 se encontraba averiado pendiente de su reparación.
En ese ambiente fue donde dicha persona conoció de primera mano las tareas de mantenimiento empleadas por los especialistas del ejército para cumplir su labor de mantener operativos los sistemas de armas.
Tras licenciarse en el Ejército y estando aún pendiente de la realización del proyecto fin de carrera, Rafael López trabajó brevemente en el mantenimiento industrial de la Central Térmica de Puente Nuevo (Córdoba).
Cada cierto número de años, Red Eléctrica Española concedía un intervalo de tiempo para que se pudiera realizar un mantenimiento preventivo de los sistemas de la central, como medio que permitiera garantizar su correcto funcionamiento y asegurar el suministro de energía eléctrica tanto a las personas como a las empresas. Dado que las fechas para completarlo eran fijas y había muchos componentes que comprobar, se creó en la central un Departamento de Ensayos, responsable de ir monitorizando los distintos sistemas, con el fin de saber el grado de fiabilidad de cada uno de ellos y permitir de esta manera optimizar tiempo y recursos.
De esta fusión del conocimiento adquirido en el mundo académico, militar y civil, es de donde partió la inspiración inicial que llevo a la realización del Trabajo Profesional Fin de Carrera. En lo que se conoce como tecnología dual, una idea del mundo civil se vio trasladada al sector militar.
El mantenimiento predictivo ya existía en otros campos de las Fuerzas Armadas, caso del Ejército del Aire, pero el concepto de aplicar la monitorización a gran escala dentro del Ejército de Tierra español -no solo de un vehículo militar, sino de la flota completa en dotación- y el análisis de la información obtenida, facilitaban de tal forma su gestión logística que de lograrse su implantación, podría considerarse como una tecnología disruptiva de primer orden, pues aporta una superioridad sobre otros ejércitos que no se transformen a esa nueva realidad.
Dicho Trabajo de Investigación y Desarrollo se realizó en las instalaciones de la entonces BRIMZX de Córdoba, con autorización del Ministerio de Defensa y dentro del Convenio Marco de Colaboración científica, técnica y cultural firmado en 2004 entre el Rector de la UCO Eugenio Domínguez y el responsable de la BRIMZ X, General Manuel Mollá Ayuso.
Esta introducción inicial, amén de para reivindicar una figura, nos sirve para explicar una idea básica sobre la que tanto en el trabajo de investigación como en las numerosas conferencias que Rafael López dio a lo largo de años, se hizo especial hincapié y que ha de quedar grabada en la cabeza de los lectores: el foco y el esfuerzo principal en el intento de implantar un mantenimiento integrado (correctivo+preventivo+predictivo) debe hacerse allí donde se encuentren los vehículos, pues no existen mejores sensores que los tripulantes de los propios vehículos y los especialistas encargados de repararlo.
El que la mayor parte de las nuevas tecnologías a incorporar estén orientadas principalmente al escalón superior es un error, fruto de haberse apropiado del trabajo y esfuerzo de la persona que más conocía la problemática, sin entender plenamente el concepto en su conjunto. No es lo mismo aprender en un centro de referencia mundial en el mantenimiento de flotas de vehículos como es la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), a cargo de personas como D. Francisco Payri, D. José María Desantes, D Vicente Macian, D. Bernardo Tormos, etc., que simplemente intentar que un algoritmo resuelva el mantenimiento de un blindado. La inteligencia artificial es una herramienta más, pero no la solución mágica a la que aferrarse.
Dicha equivocación es particularmente sangrante cuando se piensa acerca de la cantidad de ingenieros que trabajan en la empresa pública ISDEFE, en la DGAM y en el MALE y que analizan el estado de la ingeniería presente y realizan una prospección a futuro. En la propia DGAM se llegó a publicar hace unos años un monográfico sobre el mantenimiento predictivo en plataformas militares. En dicho documento se enumeran hasta doce centros tecnológicos de referencia en el mantenimiento predictivo de flotas de vehículos terrestres, resaltando tres veces a las instalaciones de la UPV. ¿Le han consultado a la hora de diseñar la base logística? ¿Y a otros centros punteros como la Universidad de Valladolid y el CIDAUT?
En las últimas décadas la logística militar en España ha cambiado profundamente. Cada vez dotada de más herramientas y gracias al aprendizaje conjunto que significa el trabajar codo con codo con profesionales de otros países aliados, la visión que se tiene es cada vez más correcta y eficiente.
Como se puede observar en la imagen del organigrama del Ejército de Tierra, como se establece en la última reorganización, según la Orden DEF/708/2020 de 27 de julio de 2020, a partir de septiembre de ese año la anterior Fuerza Logística Operativa desaparece como tal. Sus unidades asignadas pasan a depender de la Fuerza Terrestre, con sede en Sevilla, dentro del nuevo Mando de Apoyo a la Maniobra, con sede en La Coruña. De este modo la Brigada Logística (BRILOG) queda dentro del Mando de Apoyo a la Maniobra
Es decir, ahora los segundos escalones de mantenimiento de las principales unidades de combate dependen de su brigada dentro de su gran unidad tipo división incluida en la Fuerza, mientras que los terceros escalones de mantenimiento de los blindados ahora forman parte del Mando de Apoyo a la Maniobra y dependen también orgánicamente de la Fuerza. Por otro lado, los cuartos escalones (que ahora se concentran en la base logística) dependen del Mando de Apoyo Logístico del Ejercito (MALE) bajo la autoridad del Apoyo a la Fuerza.
Esta idea tiene sentido si se entienden los terceros escalones como aquellos dedicados a acompañar al grueso del ejército en un conflicto a gran escala o para realizar destacamentos al exterior apoyando en distintas misiones como las del Líbano, Mali, Irak o Afganistán. Esperemos que se esté pensando en lo que ya hace más de una década se conocía como la transformación del mantenimiento en dos niveles.
Lo que no se deberían dedicar a hacer los terceros escalones es sustituir o remplazar a los segundos escalones en el mantenimiento que se les da a los medios de las unidades en sus bases. De hecho, lo que se conoce como las tareas de mantenimiento correctivo y preventivo de tercer escalón deberían ir desapareciendo, siendo cumplidas estas tareas de trabajo por unos segundos escalones reforzados. Conceptualmente, el mantenimiento integrado a los vehículos de las unidades sólo se lo deberían dar los segundos y cuartos escalones.
Siendo un gran salto adelante la futura base logística y las tecnologías que van a incorporar, el punto de aplicación principal del esfuerzo se debe centrar en los segundos escalones, dándoles las herramientas y la capacidad de realizar cada vez reparaciones más complejas. En una guerra los combates los deciden aquellos humanos que están en la línea del frente, no los que creen que desde una pantalla a miles de kilómetros sus decisiones tienen un efecto inmediato en los acontecimientos. De igual manera, las tripulaciones y los especialistas son los que siempre marcaran el estado de los sistemas de armas de las unidades militares.
En el mundo de la ingeniería están los que se creen que centralizando al máximo y ejerciendo un control absoluto desde la dirección, los equipos van a funcionar perfectos, cuando los ingenieros de a pie saben que mientras más y mejor se formen a los operarios, los resultados de la fábrica serán más satisfactorios.
Desgraciadamente, parece que después de la plaga de la ingeniería de sistemas como método de filosofar, ahora ha brotado una nueva generación de técnicos que se consideran más sabios que nadie en el pasado, sentando doctrina en aspectos tan etéreos como es la industria 4.0 o el internet de las cosas. El simple hecho de que un profesional de la ingeniería use la palabra “cosas” en un documento técnico es para perder la esperanza en la raza humana. Hay una gigantesca diferencia entre las reflexiones escritas por Alvin Toffler y el humo que vende cualquier «tonto 4.0» con atrevimiento suficiente para salir a un estrado. Es triste ver como en el estamento militar se ha adoptado con simpatía dicha jerga.
Por lo que respecta al diseño inicial de la base logística, hay un hecho que llama poderosamente la atención. Obviamente se trata de una infografía de cómo quedaría la base sobre el terreno, resaltando sus instalaciones principales. No es un plano o una maqueta a escala, simplemente simbolizan un concepto de base. ¿Hay algún aspecto que el lector puede echar en falta en la imagen de una base tan moderna?
Con el fin de que la pregunta encuentre respuesta, basta con observar la siguiente fotografía del PCMVR nº2 de Córdoba, donde se observa que las instalaciones tienen una vía ferroviaria -con su muelle final de descarga- mediante la cual es posible que puedan acceder al interior trenes con los vehículos que, procedentes de toda España, vayan a ser reparados.
Si dicho aspecto fue incorporado al PCMVR nº2 hace décadas, ¿han decidido obviarlo en el año 2021 para la futura base logística? En la foto se puede contemplar en la explanada trasera de la base cordobesa algunas docenas de vehículos del más de un centenar de los presentes en cualquier instante en la base. Multiplíquese por lo que será traer a las nuevas instalaciones el volumen de trafico de otros diez parques y centros de mantenimiento y el lector podrá comenzar a intuir lo que será el futuro trasiego cotidiano.
Si por el contrario han decidido que los miles de vehículos accederán exclusivamente mediante el acceso por carretera será para concederles el premio al «desatino 2035». En los siguientes videos del Ejército de Tierra puede observarse lo que supone el trasporte de un batallón, tanto de la BRI XII de Madrid, como de la BRI X de Córdoba al Centro Nacional de Adiestramiento (CENAD) de “San Gregorio” en Zaragoza.
El propio video indica que transportando parte de los vehículos y blindados mediante transporte ferroviario consiguen un ahorro del 50%. Desde luego todo lo que signifique emplear trenes de mercancías para el incesante tráfico de entrada a la base será una gran ventaja.
Además, como se puede observar e intuir, el trasporte por carretera desde las bases militares suele hacerse teniendo que organizar largos convoyes que congestionan el trafico ordinario y que suelen necesitar días enteros para completar la entrega.
El segundo video es del desplazamiento al CENAD de una unidad mecanizada de la base de Cerro Muriano, en Córdoba. Para llegar a la estación de mercancías de la ciudad primero tienen que bajar todos los blindados empleando convoyes de camiones que van y vienen a la base durante un par de días. Es una lástima que justo a la espalda de la base de Cerro Muriano pase la vía de un ferrocarril que fue empleado durante décadas justo para esa misión, el trasporte de material militar partiendo de la cercana estación de Obejo, hasta que la desidia civil y militar abandonó un medio de transporte vital para el desarrollo del norte de la provincia. Si hubiese una vía de entrada a la base y un muelle de carga y descarga, los ahorros que se conseguirían de los siempre escasos recursos, serian enormes. Lo mismo o más cuando se trate de enviar los blindados averiados o pendientes de revisión a la base logística.
Si el transporte de los medios a la base mediante transporte por carretera es una gran desventaja, no hablemos de lo que sería si las 1.600 personas que van a trabajar en la base se tienen que desplazar cada día en vehículo particular hasta las instalaciones.
Comencemos diciendo que pese que la autovía A4 pasa por la entrada de la futura base, a la mayoría le será más cómodo acceder por la Nacional IV, carretera que bordea el polígono industrial de Las Quemadas, el Campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba y la barriada de Alcolea. Se trata de una carretera muy congestionada, tanto a la entrada en Córdoba como cuando pasa a ser de un carril con doble sentido.
Todos los días parten de la estación ferroviaria de pasajeros de Córdoba varios trenes de corto recorrido que enlazan el centro de la ciudad con el campus universitario. Se trata de la misma vía que sigue hasta pasar a escasos metros de donde está previsto que se construya la base logística.
Con lo estupendo que se pone todo el mundo con lo ecológicas que serán las instalaciones ¿de verdad no han pensado en lo que evitarían contaminar cada día un millar y medio de personas en vehículos congestionando las carreteras? Una simple parada de tren de cercanías y le facilitarías la existencia a todo el personal de la base. Espero que no hagan caso a los cantos de sirena que algunos puedan emitir desde ámbitos del Ayuntamiento o la Universidad, que con tal de vivir en su mundo de ensoñación idealista, insistirán en que lo suyo es ir a diario a la base en bicicleta o patinete. Si sucumben es porque no saben lo que es vivir el calor veraniego cordobés, que dura como mínimo cinco meses, o porque no les importa ir renovando la plantilla de trabajadores conforme tengan accidentes.
Respecto a las residencias que está previsto construir dentro de la futura base logística del Ejército, no hace falta que sean grandes edificios. Allí sólo se quedará a pasar la noche el que por motivos de trabajo tenga que empezar pronto la jornada por un apremio puntual o forme parte de una unidad de transporte que esté de paso. La inmensa mayoría del personal irá a pernoctar cada día a la ciudad, por lo que el tren de cercanías de vuelta les dejaría en el centro, cerca de su hogar y de los lugares de ocio.
El concurso para seleccionar la sede
Al premio de la base logística militar de la futura base logística del Ejercito de Tierra se presentaron varias localidades españolas con mas o menos posibilidades a priori. En el segundo grupo se encontraban desde regiones como Asturias hasta relativamente pequeñas poblaciones como Talavera de la Reina, Lorca, Alcira, Segovia (con su PCMSA nº 2), Huete o Aguilafuente.
Obviamente existía la voluntad de sacar las instalaciones de Madrid, cuando desde un primer momento en el Ministerio de Defensa la planificación establecía su ubicación en la ciudad de Toledo, probablemente debido a que hasta junio de 2018 la Ministra de Defensa era María Dolores de Cospedal, quien anteriormente había gobernado la Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha. Sin ánimo de polemizar, pero ateniéndonos a los hechos y tal y como nos han demostrado varios de los responsables que han ido ocupando dicho cargo, siempre terminan por barrer para su tierra con el fin de conseguir réditos electorales. De hecho, el Secretario de Estado de Defensa en 2018 era Agustín Conde, antiguo alcalde de Toledo, que según ha contado participó en la inicial elección de dicha localidad como ubicación de la base.
De todos modos, también hay que decir que Toledo cumplía varias condiciones que se consideraban claves, como eran su buena localización geográfica, los abundantes terrenos disponibles y el hecho de contar con una planificación previa inicial, como pudo verse en las conferencias de SYMDEX 2019 “Visión Integral del proyecto tecnológico de la Base Logística del ET” a cargo del General Enrique Ruiz Alonso (Jefe de Centros Logísticos) y la del General Emilio Muñoz Garrido (Subdirector General de Proyectos y Obras de la Dirección General de Infraestructuras) titulada “¿es posible diseñar una base logística inteligente”. No es de extrañar que hasta el final, a pesar de contar con escaso apoyo institucional y pocas ganas de luchar por semejante logro para la ciudad, Toledo fuera una de las máximas candidatas.
Uno de los casos más asombrosos es el de la ciudad de Zaragoza y otras poblaciones cercanas, situadas magníficamente como nodo logístico. En sus inmediaciones se encuentran instalaciones militares como las de la Academia General Militar, Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros nº12, Brigada Aragón I, Regimiento de Caballería España nº11, y el Regimiento de Artillería de Campaña nº20. Para dar más fuerza a sus posibilidades se encuentra la propia Academia de Logística, el Cuartel General de la Brigada Logística y la Agrupación de Apoyo Logístico nº41.
Por si faltaba algo, también reforzaba la candidatura de Zaragoza la presencia del Centro Nacional de Adiestramiento de “San Gregorio” y del Centro Universitario de la Defensa con proyectos tan interesantes como el de la construcción de bases militares energéticamente autosuficientes y sostenibles. Sin duda, sobre el papel y de manera imparcial, sus opciones y posibilidades eran máximas con respecto a sus rivales. Únicamente la desidia de su clase dirigente puede explicar que pasase sin pena ni gloria la candidatura, no siendo escusa la actual presencia de otras instalaciones militares cuando precisamente las siglas del Plan COLCE significan literalmente “Concentración de Órganos Logísticos”.
Ciudades como Cáceres pronto llegaron a admitir que su candidatura no era muy factible dado el pésimo estado de las comunicaciones de Extremadura con el resto de España. Pocas opciones se pueden tener en el mundo de la logística del siglo XXI cuando el tren más rápido que comunica dicha ciudad con Madrid tarda cuatro horas en recorrer 250 kilómetros. Una media de 60 km/hora, que queda como rápida si consideramos que, para llegar a la ciudad de Sevilla, capital de la comunidad autónoma colindante de Andalucía, en ferrocarril desde Cáceres hay que invertir casi cinco horas, tiempo necesario para salvar una distancia similar a Madrid a una velocidad media cercana a 50 km/hora, digna de la época de las diligencias de caballos. Es entendible si los extremeños no están particularmente contentos con el papel desempeñado por sus políticos, que parecen atender a todo menos a los intereses de sus ciudadanos. Los propios medios de la región tiraban la toalla y con buena información daban por finalistas a las ciudades de Toledo y Jaén.
La provincia de Jaén hizo todo lo que estuvo en su mano para conseguir ser elegidos como ubicación de la base. Con tiempo por delante y esmero, planificaron su candidatura, con el mérito de intuir la importancia que podría tener para una provincia en claro declive. De hecho lo hicieron todo; desde el escoger a una mascota y un emblema en un concurso hasta ir adelantando lo que serían las expropiaciones y las reordenaciones de territorio necesarias.
Incluso desde el Parlamento de Andalucía se aprobaron proposiciones no de ley en la que se instaba al Ministerio de Defensa a ubicarse en la provincia de Jaén, siendo uno de los máximos valedores el propio Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía y responsable del partido Ciudadanos, miembro de la coalición de gobierno.
Córdoba, la ciudad ganadora
La de la candidatura de Córdoba y su elección como ubicación de la base es una historia realmente interesante que conviene colocar en perspectiva.
Durante las últimas décadas la ciudad ha ido languideciendo, como lo han hecho otras tantas en muchas otras regiones de España, pero con una particularidad única que a lo largo del tiempo se ha demostrado demoledora.
Desde la vuelta de la democracia, en una especie de pacto no escrito, el PSOE tenía un acuerdo para no luchar por la ciudad de Córdoba, presentando candidatos muy débiles y dejando que un líder carismático como Julio Anguita, del Partido Comunista, consiguiese la alcaldía y convirtiese Córdoba en su plaza fuerte, tratándose de la única capital de provincia de todo el país en la que esto se daba. A cambio de esta cesión, el partido socialista podía contar con su apoyo en Sevilla para el gobierno de la Junta de Andalucía.
Dicho posicionamiento es tan legal como democrático, pero en sucesivas elecciones ha llevado a la ciudad a dar bandazos demasiado radicales, pasando alternativamente de una visión económica social-comunista a otra liberal. El daño para el tejido productivo ha sido tremendo. Docenas de empresas se fueron mudando paulatinamente buscando una estabilidad y certeza jurídicas que no podían encontrar en la ciudad. Generaciones de cordobeses se han marchado buscando un proyecto vital mínimo que por lo menos permita vivir a sus hijos con el mismo nivel que sus padres. Sin iniciativa privada que actúe como motor económico, lo único que se podía esperar era vivir del empleo público, dando como resultado que gran parte de la masa laboral lo haga en instituciones como son la Brigada BRIX de Cerro Muriano, el Hospital Reina Sofia y la Universidad de Córdoba. Este hecho por sí solo es indicador de una muy mala salud económica.
Incluso el periodo de expansión de la burbuja de la construcción causó en Córdoba un daño mayor que en muchas otras ciudades españolas. La entidad financiera principal de la región era CajaSur, fruto de la absorción por parte del Monte de Piedad de la Caja Provincial de Córdoba. Como el lector puede conocer, los montes de piedad fueron creados por distintas órdenes religiosas para que cuando la gente humilde pasase momentos de apuro económico, pudieran empeñar a precio razonable sus pertenencias y no fueran víctimas de los abusos de los usureros. El problema en CajaSur fue que, en determinado momento, a su dirección llegó Monseñor Castillejo, personaje digno de un estudio psicológico, que capitaneó la entidad financiera hasta su bancarrota y su venta al grupo vasco Kutxabank.
Rodeando la quiebra de Cajasur actuaron los empresarios del ladrillo, encabezados por el grupo Prasa, Noriega y Arenal 2000, siendo dueño de esta última entidad un individuo apodado “Sandokan” que deja como ilustrados a personajes como los constructores Jesús Gil o “el Pocero”. Es aquí cuando las características políticas de Córdoba condujeron a una situación límite. Toda la corrupción proveniente del ladrillo cohabitó perfectamente con un alcalde comunista y una entidad financiera dirigida por un clérigo megalómano, de todo menos humilde.
La imagen que puede contemplarse es la de un parque empresarial que en 2008 planeó construirse en Córdoba bajo la palabra mágica: “logística”. En uno de los mejores terrenos agrícolas de la provincia, conocido comúnmente como “La Rinconada”, situado al Este de la ciudad, sobre uno de los meandros del río Guadalquivir, se diseñó el que sería un nuevo polígono industrial. Daba igual que los ya existentes estuvieran desiertos y desolados, en el fondo de lo único que se trataba era de especular con un terreno agrícola para aumentar su valor y así con las plusvalías conseguir dinero con los que pagar las deudas municipales.
La crisis económica arrasó con el proyecto y únicamente los cultivos y una empresa agrícola son testigos de los sueños delirantes de los dirigentes de la ciudad.
Durante una década, los propietarios pertenecientes a las conocidas familias cordobesas López-Crespo y Martínez-Sagrera, pidieron que la titularidad del terreno expropiado, al que no se les daba ningún uso, volviese a sus dueños. Hay constancia de que al menos los López-Crespo acudieron a los tribunales, los cuales dictaron sentencia y ordenaron que les fuera reintegrada la propiedad. Fue el 8 de febrero, justo cuatro días después de que la ciudad ganase el concurso para la base logística al que el Ayuntamiento había acudido ofreciendo unos terrenos que estaban a punto de dejar de ser suyos. Efectivamente, sin conocer todavía la sentencia judicial y quizás para curarse en salud, el alcalde había presentado al Ministerio de Defensa dos posibles ubicaciones para la base.
La primera de las opciones era el lógico aprovechamiento del ya existente Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos de Ruedas nº2, emplazado en la barriada del Higuerón, al Oeste de la ciudad siguiendo la Carretera a Palma del Rio.
La idea era expandir las instalaciones hacia la ciudad, de manera paralela a las vías del ferrocarril. A una primera parcela de 90 hectáreas, en caso necesario se les podría añadir otra de 120, terreno más que suficiente para todo uso imaginable y cualquier futura expansión.
Como puntos positivos estaban el partir de un terreno ya en propiedad del Ministerio de Defensa, reutilizando unas instalaciones ya en funcionamiento. La estación de mercancías de ADIF en Córdoba es colindante con las instalaciones, algo muy deseable dado el volumen de mercancías y vehículos que cotidianamente se van a trasladar y que no precisarían el traslado por carretera. Además, el aeropuerto de la ciudad, apenas sin utilización, se encuentra también muy próximo, pudiendo ser empleado para el envío de equipos y piezas que sean livianas o de poco volumen.
En contra tiene la saturación de la carretera a Palma del Río y de los posibles accesos por el Sur, lo que haría muy farragoso de no usarse trenes, tanto para el traslado del personal como el de mercancías o vehículos. Además, décadas de negligencia por parte de los políticos cordobeses han permitido que los terrenos agrícolas colindantes se hayan urbanizado, convirtiéndose en parcelas ilegales donde se han construido todo tipo de viviendas.
La otra zona ofrecida al Ejército es la zona anteriormente mencionada, conocida como “La Rinconada”, situada al Este de la ciudad, en un meandro del rio Guadalquivir. Sin duda ha sido la opción preferida desde un comienzo por los políticos, dado que les sirve para rematar el desastre de recalificación de suelo realizado en el año 2008.
Como factores positivos está la proximidad a la autovía A4 y la Nacional IV, además de tener cerca las vías del ferrocarril, pese a que no parece que esté prevista una terminal ferroviaria. Además, el estar aislados de núcleos de población evitaran entorpecer las actividades industriales inherentes a un centro industrial. Quienes hayan escuchado el ruido generado por uno o varios blindados de cadenas al rodar por el pavimento, serán conscientes que ningún individuo desearía vivir en una casa o piso colindante con la base. Por supuesto, no hay que olvidar que se trata con armamento que requiere una manipulación segura sin riesgo de accidentes fortuitos, por lo que poner distancia con los civiles siempre es aconsejable. Además, el estar aislados ofrece una seguridad adicional a la base y permite actuar con certeza ante posibles intrusiones del perímetro por personas o medios aéreos como drones, a la vez que garantiza la inviolabilidad en las comunicaciones sin interferencias.
La candidatura cordobesa contaba con varios puntos a su favor dignos de mención. La ciudad tiene una historia muy larga de fructífera y cordial relación con el estamento militar. En sus inmediaciones se encuentra la base de Cerro Muriano, con una unidad militar tan querida como es la BRI X “Guzmán el Bueno” donde se han ido agrupando los distintos batallones y regimientos que anteriormente estaban localizados en el núcleo urbano.
Además, uno de los centros logísticos que se planteaba disolver, el Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos de Ruedas nº2, está ubicado en Córdoba desde que se creo en 1938, en plena Guerra Civil, formando parte intrínseca de la historia de la ciudad. Parece lógico pensar que, si la base logística era construida en una población que ya tenia unas instalaciones de ese tipo, por lo menos un porcentaje considerable de los medios y del personal no tendrían que ser trasladados.
Córdoba es una ciudad magníficamente comunicada, con trenes de alta velocidad que permiten a sus ciudadanos viajar con gran facilidad y en poco tiempo a puntos tan distantes como son Barcelona, Zaragoza, Valencia, Madrid, Sevilla y Málaga. Los militares que estén en la ciudad y tengan a sus familias en otras regiones dispondrán de numerosas posibilidades al llegar el fin de semana para trasladarse y poder reunirse. Esa es una opción con la que otras candidatas como Jaén o Cáceres desgraciadamente no cuentan.
Otra valedora para la candidatura cordobesa ha sido la relación con la Universidad de Córdoba. Aunque en el último momento han brotado desde debajo de las piedras gran número de simpatizantes con la logística militar, que hace años brillaban por su ausencia – especialmente grandes patronales, políticos y sindicalistas – en concreto hay dos personas que, sin considerar el cargo que ocupaban, han dedicado mayor esfuerzo y tesón a que la relación entre la ciudad de Córdoba, su universidad y el mundo militar, haya podido exhibirse como baza ganadora. A la primera parece que únicamente lo ha tenido en cuenta el catedrático y cronista de la historia de la ciudad, José Manuel Cuenca Toribio, quien mirando atrás se acordó de los años en los que, el también catedrático de la UCO Fernando López Mora realizaba conferencias y cursos de muy alto nivel a los que acudían personas de gran prestigio y relevancia dentro del mundo castrense vinculado con el Ministerio de Defensa en Madrid.
La otra persona es el ya mencionado Rafael López, quien además de asistir a las conferencias del profesor López Mora, por iniciativa propia inició un proyecto de I+D dedicado a la implantación del mantenimiento predictivo dentro de las tareas propias del sostenimiento de los sistemas de armas terrestres del Ejército de Tierra.
El propio presidente del Consejo Social de la UCO es quien afirma que el peso de la Universidad de Córdoba fue clave para conseguir para la ciudad tan anhelado objetivo, por lo que parece lógico resaltar la labor de quien durante más de diez años recorrió miles de kilómetros visitando a los máximos responsables militares de la logística. También a los directivos de las empresas del sector, con el fin de que una tecnología fundamental para el ejercito se convirtiese en una realidad. Aun sin poder ser consciente en su momento de la relevancia que su trabajo obtendría, su esfuerzo ha ayudado de manera decisiva a conseguir un fruto para su ciudad como muy pocos cordobeses jamás hayan podido ni imaginar.
Quizás el factor que más ha asombrado en el Ministerio de Defensa es que la ciudad se presentó a la cita con los mandos militares para presentar su propuesta unida como una piña. Todos los partidos políticos en todas las instituciones, empresarios, sindicatos, universidad y miembros de la sociedad civil, pusieron su granito de arena para mostrar la imagen real de una ciudad en comunión con el estamento militar, encantada de poder acoger a los servidores públicos con los brazos abiertos, como siempre ha hecho. Visto el ejemplo que cunde en otros lugares, nada mejor para dar estabilidad a un trabajo que llevará años en ver puesto en marcha.
Pese a la insistencia de que Córdoba era el mejor lugar de España para la logística debido a su posición estratégica, hay que recordar que ya hace dos décadas en Andalucía se intentó crear un gran centro logístico al que optó la ciudad, pero la ubicación final elegida fue Antequera.
Como asunto sobre el que se debería reflexionar, después de dos décadas el proyecto es aun una mera infografía con un aire muy similar a la que querían establecer en 2008 en Córdoba en una finca de nombre “La Rinconada”. Según los dirigentes, en Antequera se invertirían 450 millones de euros y se generarían 1.900 puestos de trabajo, ¿Les suena familiar? Por caprichos del destino actualmente el director general de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) es Rafael Merino, que fue alcalde de Córdoba desde 1995 hasta 1999.
Aunque Córdoba se unió muy tarde al concurso y fue la última en presentar el 22 de enero su proyecto en el Ministerio de Defensa, lo hizo con una propuesta muy bien elaborada, dando muy buena imagen y con las ideas muy claras. Es verdad que la premura impidió concretar muchos aspectos, empezando por los terrenos, los cuales presentaban una serie de flecos sin atar, pero de lo que no hay duda es que el alcalde José María Bellido, en medio de la paupérrima situación económica de su ciudad, tuvo la suficiente claridad de mente como para intuir la posibilidad e intentar alcanzarla, sin nada que perder y sabiendo que de conseguirlo podría ser una gran noticia para Córdoba. Por lo menos él presentó un documento escrito de casi un centenar de páginas, algo que al parecer otros candidatos ni llegaron a poder mostrar. Lo raro es que con el panorama económico nacional no se presentasen al concurso docenas de localidades dispuestas a albergar la futura base.
En los días anteriores a que se comunicase la elección de la sede de la base, por la mente de muchos cordobeses rondaba lo sucedido en 2011, cuando una ciudad que como máximo exponente de dinamismo celebraba un festival anual de poesía, optaba a ser seleccionada como capital europea de la cultura 2016, con las pretendidas consecuencias en visitas turísticas. Años de preparación y búsqueda de apoyos se fueron al traste cuando a última hora un acuerdo político entre los gobiernos nacional y autónomo vasco terminaron con dicha distinción concedida a la ciudad de San Sebastián en un claro acto de discrecionalidad. Curiosamente, igual que ahora ha sucedido en Jaén, se recurrió judicialmente el dictamen administrativo.
Por fin, el jueves 5 de enero el Ministerio de Defensa emitió un comunicado en el que se anunciaba que Córdoba había sido la candidatura elegida para albergar la futura base logística del Ejército. Como es natural y lógico, los ganadores se mostraron jubilosos de haber conseguido para sus ciudadanos el que puede ser un gran motor que revitalice el declive económico de la región.
Desgraciadamente en el desenlace de la selección hubo un asunto que, como mínimo, se puede considerar de tremendamente desafortunado. El diputado por Córdoba Antonio Hurtado fue demasiado presto en escribir un tweet en el que adjudicaba el mérito de la designación de Córdoba al papel de la cordobesa y vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, quien según él habría intercedido directamente ante el presidente del Gobierno.
Aquella confesión encendió rápidamente los ánimos en las otras candidaturas, que pusieron el grito en el cielo al afirmar que desde el poder no se habían mantenido unas mínimas reglas básicas de neutralidad. Por supuesto, el diputado borró la indiscreción de Internet a la mayor brevedad, pero ya el daño estaba hecho y sus palabras habían sido copiadas desde el medio digital Cordópolis.
Lejos de amilanarse, la vicepresidenta echó más leña al fuego al declarar en la Cadena SER que el proyecto “era algo en lo que yo creía y quería para mi tierra. Se lo tengo que agradecer mucho al presidente del Gobierno (Pedro Sánchez), que ha sido sensible a una ciudad y a un territorio como el nuestro que necesita trabajo, trabajo digno, posibilidades, esperanza». A lo que ante pregunta de los periodistas fue respondida por el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, explicando que comprendía las dudas de los políticos de Jaén por la aparente falta de neutralidad a la hora de elegir un ganador.
Como muy bien menciona Juan Marín, los ciudadanos habían sido testigos de uno de los actos de guerra política más despiadados que se habían visto en mucho tiempo. Haciendo bueno el dicho de que “hay enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido”, la guerra interna dentro del partido socialista andaluz, ante las cercanas elecciones primarias, había llevado a actuar de manera inmisericorde a unos contra otros, de una manera tan despiadada como las famosas intrigas de la serie televisiva Juego de Tronos.
El alcalde socialista de Jaén se vio tremendamente expuesto ante su propia ciudadanía. Tanto como para confesar que en diciembre de 2020 le había llamado la Secretaria de Estado de Defensa para asegurarle, de manera confidencial, que a la espera de los últimos trámites formales Jaén era la ciudad elegida para implantar el Plan COLCE.
La situación se fue del control de los políticos al tomar la ciudadanía la iniciativa. Todo tipo de protestas se convocaron, incluida una manifestación automovilística que colapsó el estratégico paso de Despeñaperros. Tal era el riesgo de ser arrollados por la ola de la indignación que de protestar el alcalde de Jaén ha pasado al más absoluto mutismo, temeroso de su puesto de trabajo. Incluso desde la combativa Linares el alcalde ha tomado una actitud sumisa y bajo vagas promesas ha renunciado a toda confrontación para unirse a la candidatura de Córdoba.
El perder la oportunidad de ser la sede del plan COLCE ha sido un mazazo para la sociedad jienense, que contaba con albergar la futura base logística del Ejército. Como en muchas otras regiones españolas, sobre ellos pesa la sombra de la despoblación y la marcha de los jóvenes a otros lugares donde puedan tener mínimo de proyección personal. Tantos años escuchando a los políticos mencionar la palabra mágica de la “subvención” ha acabado por aniquilar la mínima iniciativa privada, que es la verdadera generadora de riqueza. Iniciativas faraónicas como el tranvía de Jaén han llevado a que una y otra vez tuviera que acudir al rescate la Junta de Andalucía hasta llegar a enterrar más de un centenar de millones de euros en un tren que no ha circulado por las vías en una década y que no ha aportado nada a los jienenses.
Cansados, la asociación ciudadana Jaenmerecemas ha presentado una denuncia penal ante los tribunales de la Plaza de Castilla en Madrid que ha sido admitida a trámite, iniciándose un periodo de tiempo en el que el Ministerio de Defensa tendrá que aportar la documentación requerida por los juzgados. Tal y como reconoció expresamente la Secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, la proclamación de la candidatura ganadora se realizó sin emisión de dictado de resolución, acuerdo escrito o expediente, saltándose varios trámites administrativos pertinentes de la Ley de Contratos en el Sector Público, por lo que se piden responsabilidades penales que van desde la Vicepresidencia del Gobierno pasando por un conjunto de cargos del Ministerio.
Quien conozca la Ley de Contratos del Sector Publico, será consciente de los tediosos tramites a los que obliga la normativa, aunque sea para gastos mínimos. Por ello, resulta paradójico que en relación con una elección a la que aspiran varias ciudades y que supone un desembolso de centenares de millones de euros, desde la Secretaría de Estado de Defensa su titular alegue, ante una petición de documentación por parte de los jugados de Madrid que “No se puede facilitar la documentación solicitada pues la decisión adoptada no constituye una resolución administrativa, porque no resulta de un procedimiento administrativo de concurrencia competitiva, de uno de adjudicación contractual, ni de otro cualquiera en el que se hubiera adoptado una resolución tras la formación de un expediente administrativo y la valoración de las ofertas con arreglo a los criterios técnicos determinados conforme a la regulación establecida para aquellos”. Básicamente indica que no ha existido concurso por lo que no se ha requerido procedimiento administrativo alguno. Al final va a ser cierto que España ha entrado en una nueva era digital, no la de la informática que pensábamos todos, sino la de la de libre voluntad del poder.
Históricamente no deja de ser paradójico recordar que ya anteriormente Jaén se vio envuelta en un caso de designación «a dedo», pero en este caso de manera favorable. A comienzos del año 2004 varias marcas optaban a un concurso para dotar a las fuerzas armadas española con 750 vehículos todoterreno ligeros, siendo los posibles candidatos el VAMTAC de Urovesa, el Defender de Land Rover y el Aníbal de Santana Motor fabricado en Linares. Tras la renuncia de la marca británica quedaron a expensas de la elección final el modelo gallego y el andaluz, no escapándosele a nadie que el VAMTAC era un vehículo de mayor entidad y prestaciones, siendo el Aníbal más barato, aunque de peor calidad.
Fue en esas circunstancias cuando los atentados del 11 de marzo de 2004 dieron un vuelco a las previsiones electorales, ganando el Partido Socialista por delante del Partido Popular y esfumándose de esta manera las posibilidades del VAMTAC -fabricado en una comunidad autonómica gobernada por los populares- a favor del Aníbal, promocionado por la Junta de Andalucía, entonces socialista. Hasta ahí todo estaría dotado de cierta “lógica política” si no llega a ser por la imagen del todopoderoso jienense Zarrias proclamando al Aníbal como ganador del concurso, antes incluso de que en el Ministerio de Defensa anunciasen al vencedor.
En verano de 2021, la situación política que rodea la futura base logística es de alta polarización y tensa calma en espera de que los acontecimientos que se avecinan no pongan en peligro la finalización de los trámites burocráticos y el comienzo de las obras, que se espera se inicien a comienzos de 2022. Muy poco segura tiene que estar la Ministra de Defensa, cuando visitó Córdoba con el JEME para poder pisar unos terrenos resecos en plena canícula y arrullada por el canto de las cigarras.
El abogado José Luis Martin Ovejero, es autor de varios libros sobre el comportamiento no verbal y la detección de la mentira. En su web analiza casos reales y prácticos en los que el comportamiento y el lenguaje pueden ser indicadores de que se está mintiendo, que se intenta ocultar la verdad o que no se tiene seguridad en lo que se intenta comunicar. La visita de la ministra de Defensa al ayuntamiento cordobés puede analizarse como un ejemplo de libro, en el que su lenguaje denota inseguridad en lo que se quiere transmitir mediante los denominados complejos del lenguaje mentiroso, unos refuerzos de credibilidad que se emplean intentando exageradamente repetir un mensaje para hacerlo pasar por cierto. El mencionar cuatro veces en escasos segundos que el proyecto de la futura base logística del Ejército es imparable, lo único que denota es que teme que pueda ser parado.
Además de la denuncia de la plataforma Jaenmerecemas, está acumulándose gran tensión política en Andalucía, cuya Junta es el organismo público que más retrasado está en los trámites burocráticos, mientras el partido político Ciudadanos, socio de la coalición de gobierno en la Comunidad Autónoma y en la mayoría de ayuntamientos municipales, se desintegra. En la capital de Granada su alcalde se aferra al cargo sin pasarle el testigo al representante del Partido Popular con el que había realizado dicho acuerdo. Por otro lado, el Ayuntamiento de Jaén ha saltado por los aires al dimitir gran parte de los concejales de Ciudadanos con motivo de la traición del plan COLCE y abandonar al alcalde socialista de Jaén. Con el partido socialista embarcado una guerra civil entre partidarios del presidente Pedro Sánchez y seguidores de la anterior líder andaluza, Susana Díaz, bastaría con una concatenación de hechos aparentemente inocuos para que se precipitase un adelanto electoral y se redibujase un nuevo escenario político, que es justamente lo que más temen en el Ministerio de Defensa, ya que puede dar al traste con el rápido inicio de las obras de la base en Córdoba. Claro que emplear los términos “rapidez” y “obra” parece que no va a ser muy adecuado cuando solamente para realizar la derivación de la autovía a la entrada de la base ya se establece un periodo de 24 meses.
Y es que el peor enemigo del Plan COLCE, dejando a un lado el paupérrimo nivel de nuestra clase política, será el paso del tiempo…
Permítanme que felicite efusivamente al autor del artículo. Buenísimo, claro y sagaz.
Un saludo.
¡Gracias!
Magnífico artículo, muy detallado. Felicidades, varios de los artículos del autor son de lo mejor de la revista, con el debido respeto al resto de escritores.
Muchas gracias por el comentario, sobre todo viniendo de Kilo025, ya que si no me equivoco, hace años hemos coincidido en innumerables ocasiones en la época dorada de los foros militares de internet. Lo aprendido entre todos en aquella «era» es lo intentamos aprovechar para divulgar los asuntos relacionados con la Defensa Nacional. Si por mayo de 2023 estas en Madrid, puedes pasarte por la feria FEINDEF y podremos charlar en persona. Un abrazo.