El Joint Light Tactical Vehicle es mucho más que un programa destinado a relevar a un vehículo anterior, pues debe cargar con la losa de ofrecer un sustituto a la altura del mítico Humvee, un vehículo que desde su entrada en servicio y con variantes cada vez más protegidas y potentes, ha sido la columna vertebral tanto del US Army como del USMC y, además, ha marcado a toda una generación de militares, a los que ha ofrecido una movilidad sin precedentes.
Historia
Todo comenzó en noviembre de 2006, cuando el Consejo Conjunto de Evaluación de Requerimientos (JROC por sus siglas en inglés) perteneciente al Departamento de Defensa de los EE. UU. aprobó un programa de recogida o solicitud de información. Dicho programa serviría para comenzar a trabajar en conceptos y capacidades concretas que las empresas participantes habrían de desarrollar y materializar mediante una serie de prototipos, eso sí, tras haber pasado varios filtros. A este programa, destinado al desarrollo y a la producción del nuevo vehículo táctico que debía equipar a las Fuerzas Armadas de los EE. UU. se le pasó a conocer bajo la denominación “Joint Light Tactical Vehicle” (JLTV) y su objetivo no podía ser más ambicioso: reemplazar al veterano Humvee.
A medida que pasó el tiempo, empezaron a surgir distintas grietas entre los interesados. Por un lado, la flota de Humvee era demasiado numerosa como para ser remplazada en relación 1:1 por el nuevo vehículo, por lo que hubo que limitar el alcance del programa. A esto se sumaron las desavenencias entre el US Army y el US Marine Corps, ya que estos últimos, por su carácter expedicionario, deseaban un JLTV más ligero que el que quería el US Army. Con todo, el programa terminó por ser aceptado por ambas fuerzas.
Para 2012 se había llegado a la conclusión de que el JLTV sería el primero de toda una familia de vehículos (FoV por sus siglas en inglés). El concepto “familia” implica la existencia de un gran porcentaje de comunalidad en los componentes y en los accesorios entre los distintos familiares, a la vez que la adopción de un diseño integral que, al menos sobre el papel, aporta un gran ahorro a nivel de costes de mantenimiento, logística y modernización a lo largo de toda la vida del programa.
En
la recta final por obtener el contrato con el Army y el USMC quedaron
tres contendientes:
- Oshkosh de Wisconsin que hacía unos años había ganado el contrato para el M-ATV
- AM General de Indiana
- Lockheed Martin Corporation de Tejas.
El JLTV estaba concebido para ser integrado en toda clase de unidades terrestres: aerotransportadas, de asalto aéreo, anfibias y hasta fuerzas pesadas, en las que se incorporarían como elementos de reconocimiento, maniobra y sostenimiento de la maniobra. Serían usados por unidades terrestres pequeñas que llevarían a cabo las siguientes misiones: patrullas de combate, reconocimiento a larga distancia, raids y escolta de convoyes.
Las pruebas LUT (Land Use and Transportation) arrojaron resultados no del todo satisfactorios. En primer lugar, todos los aspirantes habían ofrecido diseños con unas ventanas demasiado pequeñas que reducían enormemente la conciencia situacional. Además, la integración de los equipos para garantizar el mando y control fue mala, tal y como atestigua el informe del año fiscal de 2015:
Los JLTV sufrieron de una pobre integración del C3 por parte de los [tres] vendedores, afectando a la capacidad del comandante para ejercer el mando y control a nivel pelotón, a la capacidad para mantener la conciencia situacional, y a la capacidad para completar las tareas durante las misiones LUT”
Las pruebas de movilidad demostraron que los JLTV tenían especificaciones similares a las de un Up Armoured Humvee (UAH) sin el Módulo de Fragmentación 5 (la variante mejor protegida de estos) lo que es importante teniendo en cuenta el mayor peso de los JLTV. Por otra parte, todos los competidores experimentaron problemas con la suspensión, que había sido ideada entorno al Central Tire Inflation System (CTIS) (Sistema Central de Inflado de Neumáticos), debido a que ajustar los parámetros de ambos para que el vehículo tuviese un comportamiento adecuado en función del terreno consumía demasiado tiempo, lo que en más de una ocasión retrasó la maniobra y expuso a las unidades a nuevas amenazas, y es que nadie quiere perder el tiempo ajustando la presión de los neumáticos o la dureza de la amortiguación cuando le están disparando.
Otro de los puntos negros de todos los candidatos al programa JLTV era que apenas tenían capacidad de transporte de abastecimientos, por lo que el tipo y de misiones que podían asumir y su autonomía quedaba reducida respecto a lo que había exigido el DoD. De hecho, los JLTV sólo podrían sobrevivir por sí solos durante 24 horas, algo a todas luces insuficiente.
Por último, aunque no era un requisito del USMC o del Army, también se hizo notar que mientras que todas las variantes portapersonal de los viejos Humvee eran capaces de transportar carga y tropas, sus equivalentes dentro del programa JLTV no podían hacer esto último.
En cuanto a la fiabilidad de los diseños, medida en forma de MMBOMF o Promedio de Millas Antes del Fracaso Operacional de la Misión, hubo un claro ganador: El diseño de Oskhosh recorrió 11.350 Km, superando con creces el requisito estipulado de 3.800 Km, así como a los fiables Humvee, que llegaban a los 4.770 Km. Por el contrario, los diseños de AM General y Lockheed Martin obtuvieron malos resultados con 840 y 2.050 Km respectivamente.
En una prueba que comprendía 24 misiones, tanto el JLTV como el UAH completaron 15 de ellas, mientras que el diseño de AM General se quedó en 13 y el de Lockheed Martin en 12. Lo que es peor, en dichas simulaciones, curiosamente, los fracasos de Lockheed y Oskhosh se debieron sobre todo a las bajas sufridas en combate. En el caso del veterano UAH y del diseño ofertado por AM General, sufrieron menos bajas. Sin embargo la cifra es engañosa, pues en 9 de las 24 misiones el diseño de AM General sufrió problemas mecánicos que degradaron la capacidad para completar dichas misiones, por lo que también se exponía a sufrir menos bajas al no completarlas.
En cuanto al nivel de protección, uno de los pilares del programa JLTV, Oskhosh sobresalió claramente y aplicó con éxito los conocimientos adquiridos con el M-ATV, de tal forma que sus JLTV con el módulo de protección A fueron capaces de ofrecer el mismo nivel de protección que los M-ATV. Solo Lockheed Martin logró un nivel de protección similar, mientras que el diseño de AM General no cumplió con los requisitos.
Después de las pruebas anteriores y de muchas otras realizadas tanto en conjunto por parte del US Army y del US Marine Corps, como por separado, a lo largo de 2015 y 2016,fue elegido el JLTV Oskhosh, sin duda el producto más maduro de los presentados al programa. Así, en octubre de 2016 los primeros 657 JLTV junto a 25 remolques fueron entregados al Departamento de Defensa.
Cambios
No todo iban a ser buenas noticias, en cualquier caso. De esta forma, a lo largo de la fase de pruebas los JLTV habían llegado a escalar su precio potencial hasta los 450.000 dólares, frente a un objetivo inicial de 250.000 dólares excluyendo los módulos adicionales. Cuando finalmente en agosto de 2015 se firmó con Oskhosh el contrato de adquisición de 16.901 vehículos, se hizo por un montante de 6.700 millones de dólares, lo que equivale a 396.000 dólares por unidad, muy lejos del objetivo, aunque todavía no está claro en que medida esto se debe a los módulos adicionales.
Además del precio, está el tema de la motorización. Si bien los primeros 2.000 JLTV en ser fabricados están siendo entregados al US Army con la configuración original, posteriormente se decidió sustituir el motor de los JLTV por uno nuevo, lo que ha llevado a que los ejemplares a partir del numeral 2001 sean denominados como “A1”. Estos serán los más numerosos en el futuro, ya que se entregaran 9.100 a los Marines y 47.100 al US Army. Es muy probable que una gran parte, si no la totalidad de los A0 tengan otras diferencias aparte del motor, ya que en 2016-2017 se siguieron implementando mejoras en el diseño de los vehículos, lo que haría que los vehículos posteriores, probablemente coincidiendo más o menos con la llegada del A1, sean algo diferentes. Además, se adoptaron otros cambios en 2017:
- Sistema de inflado de las ruedas
- Sustitución de materiales en la planta motriz para hacerla más duradera.
- Disminución del tamaño de los filtros de aire para que obstaculicen menos la visión del conductor.
- Mejoras en el acceso a la parte trasera desde el interior del JLTV.
- Reubicación de los compartimentos para dejar los cajones de munición.
- Mejoras del anillo de la torreta para proteger al tirador.
- Sustitución de la protección ventral compuesta, que cambia las láminas cerámicas por el acero.
- Mejoras en la integración de los sistemas C3.
- Rediseño del espacio bajo los asiento para evitar que al colocar objetos debajo de estos dañen las capacidades de los materiales absorbentes de explosiones.
En realidad aún hay cosas que mejorar y el vehículo ha sido y sigue siendo puesto a prueba. No obstante, el pasado 2019 se inició la producción en masa. Con todo, parecen persistir algunos pequeños problemas, especialmente relacionados con el C3, tanto en cuanto a su integración como en cuanto al apartado de la ciberseguridad, aunque todo apunta a que estos problemas no son tan graves como los detectados en 2015.
Análisis
La
familia se compone de dos matrices, una de dos plazas y otra de
cuatro, cada una de las cuales da lugar a uno y dos descendientes
respectivamente y, además, para todos los anteriores se ha ideado un
remolque que se adosa en la zona trasera.
De la matriz biplaza surge el JLTV-CSV, dedicado principalmente al transporte (JLTV-UTL) y que puede incorporar un contenedor estandarizado especial para transportar productos especiales. De la matriz de cuatro plazas (JLTV-CTV) nacen dos descendientes, de un lado el Vehículo de Propósito General (JLTV-GP) y de otro lado el Portaarmas de Combate Cercano (JLTV-CCWC). A su vez el JLTV-GP, que es el más numeroso, puede recibir tres módulos para desempeñar distintas misiones, así se puede instalar el módulo de Propósito Especial (JLTV-SP) el módulo de Transporte de Armamento Pesado (JLTV-HGC) y el módulo de Mando y Control en Movimiento (JLTV-C2OTM), habiéndose desarrollado recientemente la versión de reconocimiento JLTV-RV dotada con una RWS con un cañón de 30 mm. Naturalmente el JLTV-CSV tiene una mayor capacidad de carga que el JLTV-CTV, siendo 2.300 Kg la del primero y 1.600 Kg la del segundo.
El número real de descendientes de las plataformas matriz es y será muy numeroso y, siendo sinceros, es difícil de aventurar cuando todavía el programa está evolucionando. Lo que sí tenemos claro es que aunque el JLTV no vaya a sustituir plenamente al Humvee, sí que lo va a reemplazar en un gran número de misiones, algo que vendrá determinado por la necesidad de protección. Así, es predecible que los Humvee sigan en dotación para los servicios de retaguardia, y particularmente en su variante de ambulancia. De hecho, la gama M1100 de AM General seguirá en servicio e incluso se adquirirán nuevos ejemplares e igualmente es previsible que variantes como el Avenger SHORAD tarden mucho en ser reemplazadas.
En otro orden de cosas, si bien todos estos vehículos salen de fábrica con el módulo de protección “A”, en caso de ser necesario se puede instalar el módulo “B” que aumenta el peso del vehículo hasta un máximo de 8-10 Tn, dependiendo de la matriz a la que se le aplique. Este aumento de peso ha sido problemático, ya que no ha permitido cumplir con las especificaciones del Army, que exigía que sus CH-47F pudieran transportar un JLTV con protección B en el exterior. No obstante, este requisito podrá ser satisfecho a partir de 2020 con la fabricación del CH-47F Block 2 que ha contemplado específicamente esta necesidad y, además, en 2025 entrará en producción el Block 3, lo que garantizará la heliportabilidad táctica del JLTV, al menos para el US Army. Los Marines, por su parte, no han sufrido tanto el problema del peso gracias a que los CH-53E sí son capaces de transportar un JLTV con el módulo de protección B en el exterior.
Aunque las anteriores son las plataformas y las variantes del JLTV de Oskhosh que ha adquirido EEUU, lo cierto es que la empresa se está afanando en concebir nuevos módulos, como por ejemplo uno SHORAD que podría estar destinado a sustituir al Humvee Avenger y que dispone de cuatro misiles AGM-114L Longbow Hellfire, así como de una ametralladora del calibre 50 M3P Browning, todo ello operado gracias a un FLIR. La exportación manda y este es un vehículo cuyos contratos en el exterior, especialmente en países de Oriente Medio, podrían ser multimillonarios.
Respecto al armamento que pueden llevar las distintas versiones del JLTV, este incluye ametralladoras medias, ametralladoras pesadas, cañones de tiro rápido y lanzagranadas automáticos. Junto a esto se ofrecen paquetes de sensores con las siguientes capacidades:
Capacidad | Visión diurna | Visión térmica |
Distancia de detección | 8.000 m | 10.350 m |
Distancia de reconocimiento | 4.700 m | 3.450 m |
Distancia de identificación | 2.900 m | 1.725 m |
Como ametralladora media se ha pensado directamente en las FN MAG/M240, mientras que en el caso de las pesadas se ha adaptado la M2 Browning, aunque es probable que también se pueda colocar la M3 Browning o la ametralladora rotatoria M134 con el cartucho 7,62 OTAN. Como lanzador de granadas se ha escogido el Mk-19 AGL que emplea granadas de 40 x 46 mm y, por último, empresas como Electro Optic Systems han ofrecido el cañón de tiro rápido de 30 mm ATK M230LF. Es también previsible que se puedan adaptar con mayor o menor facilidad otras armas, como por ejemplo las ametralladoras medias PKM, MG-3, FN Minimi, o ANF1, las ametralladoras pesadas DShKM, NSVT, Kord, QJC-02, KPVT, los lanzadores de granadas LAG-40, QLZ-87, AGS-17D o AGS-30 Atlante y probablemente una larga lista de MANPAD e incluso lanzacohetes termobáricos.
En realidad el mayor problema está en el peso de los sistemas anteriores, así como en el espacio disponible para almacenar munición, y es que el JLTV con el módulo A pesa 6,4 Toneladas en orden de combate. Si se espera garantizar su heliportabilidad, el peso de los sistemas de armas juega un papel importante. Por otra parte, al peso extra hay que sumarle el volumen, y es que cualquier RWS puede añadir entre 60 y 70 cm de altura al vehículo, lo que puede obligar a desmontar el sistema a la hora de transportarlo en aviones de carga, que ya de por sí van muy justos debido a que en su momento no se previó la altura que tendrían los futuros MRAP.
Una RWS R400 Mk. 2 con su arma y su munición, puede añadir entre 300 y 400 Kg extra, a lo que se le añade un problema y es que determinadas armas, por su propio peso y el volumen de sus proyectiles, dejan poco margen para almacenar munición. Así por ejemplo, un JLTV podrá contar con 1.200 cartuchos de 7,62 x 51 mm para su ametralladora media, y 500 cartuchos de 12,7 x 99 mm para su ametralladora pesada, cantidades razonables. Sin embargo, si nos vamos a un lanzagranadas automático, apenas podrá almacenar 96 granadas de 40 x 46 mm, y en el caso de un cañón de tiro rápido apenas podrá disponer de 75 proyectiles de 30 x 113 mm. Nos parece obvio que salvo en el caso de las ametralladoras, el resto de las armas son incapaces de permitir almacenar una cantidad aceptable de munición, particularmente en el caso del cañón de tiro rápido.
Cosa distinta son las versiones específicamente diseñadas para portar armas de este tipo, ya que en este caso suponemos que sí serán capaces de llevar más munición y armamento. Por ejemplo, el JLTV-CCWC es capaz de llevar simultáneamente una torreta abierta protegida para una M2 Browning junto a un misil CC TOW 2B Aero. Cabe decir respecto a este último que, debido a los gases que genera al ser disparado, ha sido bloqueado en ciertos ángulos para evitar provocar daños al propio vehículo.
La mayor parte de los JLTV que llevan armamento simplemente cuentan con la misma torreta abierta protegida de los viejos UAH, armados con una ametralladora pesada M2. De esta forma, el tirador sigue teniéndose que exponer para abrir fuego. Si bien es cierto que hay algunos JLTV con una RWS, la verdad es que estos dispositivos aún son muy caros y no parece que a corto y medio plazo vayan a sustituir a la torreta clásica.
Otras de las mejoras más interesantes -y caras-, incluyen al Sistema de Protección Activa «Trophy» en su versión ligera Throphy-LV que, además de proteger de proyectiles de carga hueca, es capaz de emplear sus sensores para detectar el origen del fuego de fusilería enemigo. Además, en algunos JLTV con una RWS Boeing ha instalado el CLWS, que esencialmente es un sistema láser ideado para derribar pequeños drones, algo importante para los tiempos que corren en los que la proliferación de estos aparatos va a suponer una amenaza creciente.
Quizás la versión más completa de entre todos los JLTV pueda llegar a ser la de reconocimiento y es que en realidad aún no se ha hecho oficial que clase de módulo será instalado para llevar a cabo tal misión, sin duda la más peligrosa de cuantas pueden llevar a cabo estos vehículos.
Lo ideal sería tomar la matriz de cuatro plazas JLTV-CTV e instalar el Trophy-LV. A continuación, colocar la RWS Samson Dual que incluye un cañón de tiro rápido, para disponer de cierta potencia de fuego contra vehículos ligeramente blindados y una ametralladora media coaxial M240. Por último, modificar las ventanas de la parte trasera para que los soldados situados atrás colaboren en la observación, todo lo cual permitiría obtener un vehículo soberbio. Eso sí, como siempre está la cuestión del peso y es que si a lo anterior se le añade el módulo de protección B el JLTV-RV podría acabar siendo demasiado pesado. Hay que decir, no obstante, que Estados Unidos está buscando un nuevo Vehículo de Reconocimiento Ligero y el JLTV armado con una RWS es un candidato factible.
El apartado de la movilidad es particularmente importante en el diseño de Oskhosh, ya que entendemos que su reforma respecto al M-ATV es lo que ha permitido reducir el peso manteniendo el mismo nivel de protección que un vehículo que pesa más del doble que un JLTV básico.
El motor Gale Banks 866T V8 de 6,6 litros es capaz de desarrollar alguna cifra entre los 400 y los 500 caballos y con él, el JLTV es capaz de superar los 100 Km/h. Por encima de todo ha sido la arquitectura Duramax del 866T, patentada por General Dynamics, la que ha permitido al JLTV batir en todas las competiciones de resistencia motriz a sus rivales e incluso a sus predecesores. De hecho, sorprende que la planta motriz sea más resistente al desgaste que la del Humvee, algo poco usual en la industria de defensa, ya que a menudo los nuevos productos son más complejos y tienden a tener niveles de disponibilidad inferiores debido a la complejidad de los sistemas.
En la durabilidad del JLTV también ha entrado la propia Oskhosh que naturalmente ha concebido un sistema de suspensión independiente para ambos ejes, algo muy importante si se quiere garantizar la movilidad de un coche blindado moderno. El diseño de tal suspensión, conocido como TAK-4i, es especialmente efectivo gracias a sus dobles amortiguadores y al movimiento vertical independiente de 50,8 cm que permite a cada rueda, toda una garantía para enfrentarse a cualquier obstáculo sin perder tracción.
Respecto a su autonomía, aunque no han trascendido datos fiables, es probable que el JLTV también mantenga la típica autonomía de entre 400 y 600 Km en carretera, para así poder seguir a la par el ritmo de avance de las formaciones acorazadas .
Por último, en relación al blindaje se desconocen los detalles acerca de la protección que ofrece el módulo B. Sin embargo, respecto al A -que es equivalente al del M-ATV– podemos presumir que la célula en la que van los soldados protege de hasta cartuchos perforantes de 7,62 x 39 mm y puede que de 7,62 x 51 OTAN y 7,62 x 54R. Naturalmente no sabemos de cuantos Kg de TNT protege la célula, pero se supone que este debería ser uno de sus puntos fuertes. Sin ninguna duda las grandes vulnerabilidades en la protección del JLTV residen en el motor, que prácticamente no tiene protección, y en las ruedas, que por bien diseñadas que estén no podrán aguantar una explosión o unas cuantas balas.
(Continúa…) Estimado lector, este artículo es exclusivo para usuarios de pago. Si desea acceder al texto completo, puede suscribirse a Revista Ejércitos aprovechando nuestra oferta para nuevos suscriptores a través del siguiente enlace.
Be the first to comment