Cuando se piensa en el arma acorazada, en su doctrina, en sus plataformas, y en su historia, normalmente vienen a la mente imágenes de la llanura europea, de los desiertos árabes, de los barrizales soviéticos o de los desfiles chinos. Rara vez nos acordamos de que las fuerzas acorazadas también están muy presentes, y con una rica y variada historia, en Iberoamérica.
Tras la Primera Guerra Mundial, dadas las experiencias vividas en la última parte del conflicto, la combinación de motorización, blindaje y potencia de fuego fue intensamente estudiada en Europa, materializándose en numerosos vehículos blindados que vieron la luz durante el periodo de entreguerras. Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, una Iberoamérica centrada en sus asuntos internos fue siguiendo con lentitud y distancia la senda abierta en el viejo continente.
En Iberoamérica. los incentivos para “acorazar” los ejércitos eran mucho menores que en Europa, debido a diversos factores, entre los que se cuentan la complicada orografía, el estado de desarrollo de las infraestructuras ferroviarias y viales o de la industria pesada, la distancia respecto a los posibles proveedores, la enorme inversión que exigían los carros, su huella logística, el grado de tecnificación de unos ejércitos en los cuales el caballo seguía siendo un símbolo de prestigio.
Como quiera que el progreso a menudo es imparable, y más aún cuando los conflictos estallan, entre 1932 y 1935 Bolivia y Paraguay se enfrentaron en la Guerra del Chaco. Por aquel entonces, los bolivianos fueron pioneros en el empleo de formaciones blindadas logrando un enorme éxito al arrollar las posiciones paraguayas, a pesar de que el número de vehículos empleados fue bajo.
En realidad, hasta 1945 hubo muy pocos tanques en Iberoamérica, sin embargo con el fin de la Segunda Guerra Mundial los excedentes de blindados permitieron a Estados Unidos llevar a cabo una política en la que se entregaba ayuda militar a cambio de apoyo, algo especialmente importante en el marco de la Guerra Fría. Fue este interés de Estados Unidos el que realmente introdujo el carro de combate en cantidades importantes en el subcontinente y es así como los carros ligeros M3 Stuart y medios M4 Sherman, los cazacarros M-18 Hellcat y los semioruga M2/M3 conformaron el grueso de las primeras fuerzas blindadas de importancia en la región.
Conviene recordar que los blindados siempre han sido productos caros, que incluso de origen soviético y pagados a tocateja son costosos, como bien nos recuerdan las reservas de oro del Banco de España que acabaron en Moscú para pagar todo el material utilizado en la Guerra Civil. Debido a lo anterior, es importante remarcar que en muchos casos el que ciertos países hayan obtenido un arma acorazada respetable al comienzo de la Guerra Fría se debe al apoyo de potencias extranjeras, y no tanto a la disponibilidad presupuestaria.
La otra cara de la moneda pasa por la motivación de la ayuda en forma de material blindado, y es que el objetivo primario de la misma no siempre es reforzar al receptor, sino más bien librarse de material obsoleto, obtener réditos políticos e incluso generar dependencias, pues el receptor no siempre cuenta con la infraestructura y capacidades adecuadas para operar y mantener el material que le donan.
De entre toda la ayuda estadounidense concedida durante la Guerra Fría, destacan los vehículos de transporte de personal (APC) M-113. Este vehículo sigue siendo extensamente empleado en la región, cumpliendo un rol en el que no tiene reemplazo, y proveyendo capacidades clave. El M-113 era la ayuda ideal. Se trata de un vehículo extremadamente simple, de fácil mantenimiento y operación, con blindaje para proteger del armamento de bajo calibre, suficientemente ligero como para ser helitransportado, y con capacidad para moverse por cursos de aguas tranquilas. Asimismo puede ser modificado para cumplir con misiones de todo tipo: puesto de mando, portamorteros, Vehículo de Combate de Infantería (VCI), sanitario, etcétera.
Junto a la expansión del transporte a motor civil, lo mismo ocurrió en los ejércitos de Iberoamérica, de tal forma que la motorización hizo que añadir blindaje y potencia de fuego fuera el summun de dicha motorización y un requisito muy importante para cualquier fuerza armada mínimamente moderna. Partiendo de esta base, lo que determinaría el esfuerzo de cada país por dotarse de una u otra arma blindada sería tanto el pensamiento de los militares de cada nación, como las simpatías políticas con hacia una u otra superpotencia.
También es destacable el gran papel que ha jugado la geografía y la historia en el desarrollo de las armas acorazadas de Sudamérica. La densa selva amazónica, repleta de corrientes de agua, suelo blando, tormentas tropicales, elevada humedad y una densa e inaccesible cubierta vegetal. La cordillera de los Andes, con sus picos a temperaturas árticas, con nieve y viento, con la falta de oxígeno para los grandes motores de combustión de los carros, con sus carreteras de un solo carril, y sus endebles puentes. El desierto de Atacama, con la arena que ahoga los motores y tapona los filtros, con el calor que produce el sobrecalentamiento de los vehículos y sus subsistemas y que afecta a las ópticas y a los sistemas de guía térmica. Las grandes megalópolis como Rio de Janeiro, Caracas, Méjico DF, o Buenos Aires, con grandes rascacielos, cascos históricos y zonas de chabolas. Todos estos y otros factores han sido determinantes en la elección de los medios blindados y acorazados.
Además, las extensiones de terreno son enormes, la naturaleza muy viva y por tanto la presencia humana escasa más allá de las principales arterias de comunicación, por lo que la posibilidad de maniobrar táctica u operacionalmente es muy complicada y requiere de un apoyo enorme de ingenieros, a la vez que los vehículos de oruga son muy lentos por carretera, lo que no comulga bien con la necesidad de intervenir rápidamente en una amplia franja de terreno.
La logística es, por tanto, un problema añadido. El material a menudo es obsoleto y las empresas lo suministran desde el otro lado de un océano, normalmente el Atlántico, pero cada vez más desde el Pacifico debido al aumento de la presencia China. En conjunto, las industrias de defensa regionales están poco desarrolladas, con la única excepción de Brasil. Sin embargo, en lo que al parque acorazado se refiere, se han perdido todas las oportunidades.
Precisamente Brasil se permitió que quebraran Bernardini y Engesa, incluso a pesar de que esta última había logrado con los Cascabel y los Urutu grandes éxitos de exportación. Ambas quiebras se debieron a la falta de apoyo gubernamental y al desperdicio de recursos en proyectos infructuosos de carros de combate.
En Argentina la corrupción y la mala gestión de los sucesivos gobiernos echó por tierra la independencia y los conocimientos que se podrían haber atesorado mediante el TAM, mientras que la empresa estatal TAMSE, no ha sido más que un pozo sin fondo para las arcas públicas.
En Perú, el ingeniero Sergio Casanave, en colaboración con la compañía ucraniana KMDB, ofrecieron algunos productos sumamente interesantes, pero la corrupción y una dirección de las adquisiciones nefasta han impedido el progreso de este germen de cooperación industrial. Tampoco ha existido apoyo institucional para lograr que el Tifón 2A ucro-peruano obtuviera algún éxito de exportación, lo que teniendo en cuenta el número de usuarios del T-55 en el mundo y las mejoras que incluía el carro, no habría sido un reto insuperable.
En materia de blindados, la región es muy dependiente, destacando los productos americanos derivados en buena parte del Tratado de Río, aunque no es el único país que ha logrado éxitos exportadores:
- Por parte estadounidense destacan los V-100 como blindados sobre ruedas y los M-113 sobre orugas. Asimismo, los más modernos LAV también han conseguido algún éxito.
- Los franceses lograron enormes éxitos de exportación en el pasado, con las familias Roland, AMX-13 y AMX-VCI, pero poco más, con la salvedad de algunos blindados de caballería y algunos tanques AMX-30.
- Los soviéticos y posteriormente Rusia han colocado material en Perú, Cuba, Venezuela, Uruguay y Nicaragua, pero hoy día Ucrania, Bielorrusia, China e incluso Israel compiten en el sector.
- Los tanques alemanes sin duda han sido los más exitosos de la región, contando entre estos al Leopard 1 (si bien parte de los Leopard 1 son versiones belgas u holandeses), al Leopard 2, al VCI Marder, y en cierto sentido, también al TAM.
- España por su parte, salvo un puñado de VAMTAC y de BMR-600, no pinta nada, igual que Reino Unido con sus Scorpion y algún otro blindado.
- Los chinos han accedido tímidamente a la región, destacando el caso del MBT-2000 en Perú y los blindados chinos de la infantería de marina venezolana, sin embargo han existido muchas quejas sobre la calidad del material entregado. No obstante, se aprecia una cierta tendencia de China a intentar colocar su material en los países con presupuestos de defensa más reducidos.
En lo que a armamento antitanque moderno se refiere, destacan los misiles Spike israelíes y los Kornet rusos, y en menor medida los TOW, Milan y HJ-8 chinos.
Quizás el mayor problema es que muchos países quizás no van a tener la opción de renovar su flota de blindados debido a las carencias presupuestarias que les obligarán a decantarse por vehículos con un menor mantenimiento. En esta situación están Uruguay, Paraguay, Bolivia o Perú, con unas fuerzas acorazadas cuyo futuro es todo un interrogante.
En materia política, los eventos más condicionantes han tenido mucho que ver con la Guerra Fría. En primer lugar, porque la confrontación con el comunismo en la región dio lugar a numerosas guerrillas, golpes de estado, divisiones dentro de los ejércitos, y en definitiva a que las Fuerzas Armadas se vieran obligadas a centrarse en cuestiones internas. Con la caída de la URSS, el ambiente ha cambiado, pero han persistido algunos grupos guerrilleros y terroristas propios de la Guerra Fría, y en cierta medida los cárteles y el crimen organizado han tomado el relevo.
Cuba
Uno de los casos más curiosos es el de Cuba, en donde la influencia de la URSS se hizo sentir cuando llegaron cantidades ingentes de blindados de las series T-34-85, T-55 y T-62, VCI BMP-1, APC BTR-50, vehículos de reconocimiento BRDM-2 y carros ligeros anfibios PT-76, blindados aerotransportados BMD-1, artillería autopropulsada 2S1 Gvodzika de 122 mm y 2S3 Akatsiya de 152 mm, así como un gran número de blindados sobre ruedas BTR-60.
Las fuerzas acorazadas y el pensamiento cubano sobre el empleo de los blindados han variado poco a lo largo del tiempo, y están anclados en el pasado empleando carros que en el mejor de los casos son T-62M y VCI BMP-1P posiblemente con pocos repuestos, entrenamiento y con reservas de combustible limitadas.
El bloqueo económico desde los años 60 ha surtido efecto, y más aún cuando desapareció la URSS, dejando al ejército cubano sin su principal proveedor de material a bajo coste.
Las principales modificaciones que ha llevado a cabo Cuba en sus blindados pasan por la transformación de las barcazas para incorporar nuevas piezas de artillería -como ocurre con los BRDM-2, que han sido modificados para llevar un mortero pesado M1938-, los APT-T-130, que son T-34 modificados para montar una pieza de 130 mm, o los camiones Júpiter I y II, dotados de la misma pieza. También encontramos T-34 que ahora incorporan una torre abierta con un cañón KS-19 de 100 mm capaz de efectuar funciones antitanque y antiaéreas, aunque estas últimas sólo de forma marginal. O los BTR-100 y BTR-115, en esencia BTR-60 altamente modificados que incorporan los cañones D-10T (100 mm) y UT-5S (115 mm) respectivamente.
El principal problema de Cuba a nivel operativo reside en la logitud de la isla, que dificulta concentrar las fuerzas en un solo lugar, por lo que la movilidad, en particular de la artillería, parece haber sido el elemento que más atención ha recibido de los cubanos. En base a lo observado, pensamos que las FFAA cubanas tienen cuatro grandes características, a saber, el énfasis puesto en la ocultación, la ligazón territorial de las unidades, el combate en condiciones de calor y humedad, y el empleo de tácticas obsoletas y a la vez de algunos medios modernos.
En caso de guerra Cuba sería un objetivo muy fácil para las fuerzas aéreas de Estados Unidos. Esto era un hecho en los años 50, y tiene incluso más importancia hoy, así que es normal que los cubanos pongan un especial énfasis en la ocultación de sus blindados hasta el momento anterior al combate.
A su vez, la largura de la isla que facilita los desembarcos, lo que unido a la posibilidad de una agresiva campaña aérea contra la retaguardia cubana hacen que sea necesario disponer de unidades con una orgánica fuerte, capaces de operar en su territorio de forma autónoma hasta que puedan llegar refuerzos.
Los cubanos, además deberían estar acostumbrados y tener mucha experiencia en climas húmedos y de altas temperaturas, no sólo por la propia Cuba, sino también por sus intervenciones en Angola, donde además usaron el mismo material que mantienen hoy día.
En el pasado, para proteger sus territorios insulares, Cuba contó con una fuerza blindada anfibia interesante, dotada de APC BTR-50 y de carros ligeros PT-76, sin embargo esta fuerza seguramente hoy día se encuentra en muy mal estado.
En contraposición a la mayor parte de los países de la región, fruto de la revolución cubana y de la influencia soviética, la guerra se considera un evento que embarca a la totalidad del estado, con lo que estamos ante un ejército popular. Esto en la práctica se ha traducido en un elevado número de reservistas, y sobre todo en tres organizaciones constituidas para ayudar directa o indirectamente a las FFAA, principalmente en labores de retaguardia, pero también de combate llegado el caso. Encontramos al Ejército Juvenil del Trabajo, a las Brigadas de Producción y Defensa, y a las Milicias de Tropas Territoriales. Mientras que las dos primeras aportarían principalmente mano de obra para construir defensas y reunir recursos, las segundas servirían para encuadrar una leva de reservistas que a su vez ayudaría a engrosar a las FFAA y a los mandos territoriales.
No está claro el número de unidades blindadas con que cuenta Cuba, ni su ubicación exacta, ya que los datos disponibles tienen más de quince años, y entretanto las FFAA han sufrido grandes cambios.
En cualquier caso, la debilidad económica apunta a que la operatividad y el número de efectivos serán muy bajos, aunque posiblemente de nivel batallón para abajo existan algunas unidades razonablemente entrenadas y equipadas. Hay que recordar la habilidad con la que los cubanos lidiaron con los sudafricanos en Angola. Por lo demás, también carecen de armas antitanque modernas y en realidad de casi cualquier cosa anterior al año 2000, con la excepción de algunos drones.
Hubo un tiempo en que Cuba fue el estado militarmente más fuerte de América, tras los propios Estados Unidos, una época en que contaban con material moderno y personal numeroso y muy bien entrenado. Sin embargo esos tiempos pasaron y hoy las FFAA cubanas son sólo una triste sombra que no ve la luz al final del túnel.
Venezuela
Venezuela cuenta con tres cuerpos armados concebidos para el combate en tierra, a saber la Guardia Nacional Bolivariana, una suerte de infantería ligera particularmente fiel al gobierno, la Milicia Nacional Bolivariana, que encuadra a millones de reservistas y, por último, el Ejército Nacional Bolivariano (ENB), que es quien controla a las unidades blindadas. La Armada Nacional Bolivariana cuenta con una potente fuerza blindada anfibia para su infantería de marina.
En cuanto al parque acorazado venezolano, nos encontramos con carros T-72B1 o T-72M1M, de los que se suministraron 92 junto a 5 vehículos de recuperación BREM-1. Estos vehículos probablemente no tienen capacidad para emplear misiles, sus ópticas son mediocres y su blindaje es de tipo compuesto, pero no Chobham. Eso sí, cuenta con blindaje reactivo de primera generación Kontakt-1.
En el pasado Venezuela recibió alrededor de 82 AMX-30B procedentes de Francia. Durante los años 90 la empresa norteamericana Continental Motors convirtió estos tanques a la versión AMX-30V, dotada de un nuevo motor y transmisión, cambios en las dimensiones de las barcazas, un nuevo Sistema de Control de Tiro (SCT) completamente computerizado, con la estabilización mejorada y telémetro láser. Es probable que parte de los AMX-30 hayan sido dados de baja, si bien es cierto que se ha planteado la modernización de estos al estándar AMX-30VE, que sería equipado con el sistema GLONASS, una Unidad de Potencia Auxiliar (UPA), nuevas radios y optrónica israelí.
Otros materiales suministrados por Rusia incluyen 123 VCI BMP-3M, un blindado que sólo protege frente a armas ligeras, pero que dispone de una enorme potencia de fuego gracias a su cañón de baja presión de 100 mm, y a sus dos armas coaxiales: un cañón de 30 mm y una ametralladora media. Además, el cañón principal puede disparar misiles antitanque.
También se adquirieron 114 BTR-80A, blindados sobre ruedas con una protección mínima, pero dotados de una torreta con un cañón de tiro rápido de 30 mm y lanzaartificios. Otros blindados incluyen en torno a 80 Scorpion-90, una treintena de AMX-13/90, y un gran número de APC sobre ruedas como el UR-416, el Fuchs, los Dragoon, o los V-100.
Las principales unidades blindadas se encuadran en la 1ª División de Infantería, y en la 4ª División Blindada, que cuentan cada una con una brigada acorazada, la 11ª y la 41ª respectivamente. Sin embargo, los apoyos orgánicos de artillería y defensa aérea los proveen brigadas separadas que se asignan desde el escalón divisionario. La 1ª División con sede en Maracaibo está dotada de AMX-30V, AMX-13C/90, AMX-F3 de 155 mm. Sita en Maracay, la 4ª División Blindada es la unidad más pesada del ENB, al contar con una brigada de defensa aérea, otra brigada de artillería, una brigada de infantería paracaidista, que seguramente es de la mejor infantería de línea con la que cuenta Venezuela, y una brigada blindada ligera.
Se trata de un modelo de división centralizado y más propio de la Guerra Fría que de una fuerza moderna y flexible. Es muy probable que debido a las carencias presupuestarias no se efectúen suficientes ejercicios militares como para que todas las unidades de la división sean capaces de coordinarse bien. En caso de guerra es también probable que la división fuera desbrozada en los batallones más operativos, que serían repartidos por toda la geografía para atender a las necesidades militares.
La elección de la urbe de Maracaibo como sede de la 1ª División no es ninguna casualidad, ya que el Lago Maracaibo divide el este de Venezuela en dos, y el punto de cruce más estrecho está en el cuello que domina dicha urbe y que incluye a las autovías 3 y 6. Maracaibo es la encrucijada de la autovía 6 que luego se vierte en dirección norte y sur respectivamente, es decir hacia la zona en disputa de la Guajira. Efectivamente, la 1ª División está orientada a un conflicto en la frontera colombiana en general, y en la Guajira en particular. De hecho, los AMX-30V tienen su base en Fuerte Mara, en plena Guajira.
Idealmente, las unidades de la 4ª DB estarían protegidas por lanzamisiles antiaéreos portátiles (MANPAD) Mistral e Igla de corto alcance, y por los sistemas BUK a medio alcance. Su artillería incluiría a las piezas autopropulsadas MSTA-S de 152 mm y lanzacohetes BM-21 Grad, e incluso LAR-160 montados sobre chasis de AMX. Las unidades blindadas contarían con infantería mecanizada en BMP-3M y carros de combate T-72M1M/B1 y AMX-30V. Estos últimos poseen mejores ópticas que los T-72. Para el reconocimiento bien podrían emplearse carros ligeros como los Scorpion-90, los AMX-13/90 o incluso vehículos sobre ruedas como el V-100.
La brigada blindada ligera contaría con infantería montada en BTR-80A, los Dragoon 300 con cañón de 90 mm o puede que los tanques ligeros mencionados anteriormente. Además, el ENB cuenta con asesoramiento de técnicos rusos y cubanos todavía hoy.
El ENB también cuenta con su propia aviación de ataque gracias a los helicópteros Mi-35M2 Caribe, aparatos que han dado muchos problemas ya que se trataba de células modernizadas en la que los cambios implementados y el desgaste estructural anterior han producido fallas críticas en partes del fuselaje como la cola, obligando a remozar las aeronaves y causando notables trastornos. A pesar de todo, los Hind cuentan con una aviónica avanzada para la región, pudiendo operar con limitaciones durante la noche. Su armamento incluye misiles como el Shturm. Tiene las salidas de gases ocultas contra las armas termoguiadas y puede incorporar el sistema de contramedidas Vitebsk. Se trata de un helicóptero bien blindado pero con desventajas como su huella logística, fruto de su peso, las horas de vuelo de las células y la dependencia respecto a Rusia.
En cuanto a la infantería de marina venezolana, es la más acorazada de la región debido a que el principal escenario de operaciones -La Guajira y las otras islas frente a la costa continental- está a escasa distancia de las principales bases navales, por lo que la proyección es a corta distancia. Los marines venezolanos han sido equipados con alrededor de un centenar de vehículos chinos, entre los que contamos 68 VN-1, un blindado sobre ruedas 8×8 que va equipado con una torre abierta para una ametralladora pesada, o con una torreta dotada de un cañón de 30 mm, ametralladora coaxial y misiles antitanque HJ-73. También encontramos unas decenas de VN-16 y VN-18, versiones de exportación de los ZTD-05 y ZBD-05 que emplean los marines y las divisiones mecanizadas anfibias de la RPC. Ambos son vehículos sobre oruga anfibios, con la diferencia de que el uno es un carro ligero (VN-16) con un cañón principal de 105 mm, mientras que el otro es un vehículo de combate de infantería con una torreta similar a la del VN-1.
En términos históricos Venezuela siempre ha poseído una fuerza acorazada bien equilibrada para lo que es la región, aunque desde el advenimiento de Hugo Chávez y el inicio de las malas relaciones con EEUU, las compras y la forma de hacer las cosas se han dirigido a Rusia y China, lo que ha tenido su eco, para bien o para mal, en la fuerza acorazada venezolana. El material venezolano es todavía respetable, pero los problemas políticos internos, la moral del ejército, la escasez presupuestaria y la falta de entrenamiento y mantenimiento lo convierten en un ejército con los pies de barro.
Colombia
Colombia es un caso atípico, pues su único tanque fue el venerable M5 Stuart. La falta de fondos, y la tiranía de la geografía colombiana fueron siempre un lastre para su fuerza blindada. La selva, la montaña, la falta de infraestructuras adecuadas y el territorio a cubrir eran excesivos. Por otro lado, las amenazas externas eran improbables, destacando en esencia la disputa territorial con Venezuela por la pequeña península de la Guajira, que posee un suelo un tanto característico, en el que las orugas son imprescindibles. Fueron los problemas internos con las guerrillas comunistas y el crimen organizado ligado al narcotráfico los que concentraron la mayor parte de los recursos y de las mentes de las Fuerzas Armadas colombianas.
Para enfrentarse a una guerrilla en un territorio tan amplio lo más importante era la movilidad de las unidades y en el caso de confiar en vehículos de orugas, lo cierto es que su huella logística hubiese sido abrumadora, por lo que Colombia, con la ayuda estadounidense puso el énfasis en dar forma a una excelente infantería ligera apoyada por helicópteros y aviones de hélice y todo ello completado gracias a un parque de vehículos sobre ruedas ligeramente blindados.
La única fuerza mecanizada vendría de la mano de los M-113 norteamericanos combinados con los EE-11 Urutu y sobre todo los EE-9 Cascavel. Ambos vehículos merecen una reseña por su popularidad en la región. En el primer caso, el EE-11 Urutu es un APC dotado de un puesto para una ametralladora pesada, sin embargo es la base de todas las demás variantes, que incluyen una dotada del mismo cañón que el Cascavel, y la antitanque y antiaérea con cañones automáticos. Por su parte, el EE-9 Cascavel es un vehículo diseñado por la firma brasileña Engesa en los años 70, que está basado en el M8 Greyhound estadounidense, con tracción 6×6 y por encima de todo con un cañón de 90 mm. Es un vehículo simple, diseñado para el reconocimiento, con una huella logística baja para un blindado. Es apto para moverse por suelo firme y está protegido contra balas de bajo calibre, sin embargo tiene una silueta muy alta, el blindaje lateral es reducido y la distribución del peso no permite el desplazamiento en terrenos demasiado blandos. Además, su Sistema de Control de Tiro está obsoleto para el estándar actual.
La necesidad de nuevos blindados para Colombia es obvia, pero en los últimos años los experimentos en esa dirección han sido limitados y a menudo infructuosos, como ocurrió con los Centauro B1 italianos, que tuvieron problemas de movilidad en la Guajira. A pesar de todo, Colombia ha adquirido una treintena de LAV III, de los que apenas 12 podrían ser equipados con un cañón de 105 mm, al estilo del Stryker. Este raquítico parque acorazado está apoyado por una buena panoplia de misiles antitanque, incluyendo al Spike y al TOW, en algunos casos sobre Humvee.
En cuanto a la artillería, cuentan con unas pocas piezas remolcadas y sobre todo, se inició un proceso de prueba y adquisiciones con el Joya SAA-1, un camión de seis ruedas BMY y un cañón Nexter de 105 mm adaptados por compañías nacionales. Sin embargo, se trata de una pieza de poca potencia, y un tanto rudimentaria. Curiosamente, para proporcionar fuego de apoyo a la FUTAM; de la que luego hablaremos, los morteros pesados con munición guiada, y en particular los montados en el M-113 podrían ser una solución aceptable para lidiar con la escasa artillería del país.
Colombia, como curiosidad, sí que ha estado activa en otros terrenos y es que recientemente ha adquirido equipos de guerra electrónica de la compañía alemana Rohde & Schwarz, montados sobre camiones BMY, algo poco común en la región.
A medida que el estado colombiano ha ido derrotando a los actores no estatales, las prioridades han ido cambiando, y parece que el ejército de Colombia cada día mira más hacia el extranjero, como es normal. En este sentido, las crisis constantes con el vecino venezolano empujarán a Colombia hacia un ejército más convencional y pesado, habida cuenta del material con el que cuenta Caracas.
De este contexto ha surgido precisamente la FUTAM en 2015, esto es, la “Fuerza de Tareas de Armas Combinadas”, desplegada precisamente en la Guajira y que no es más que una especie de brigada mecanizada con todos sus apoyos orgánicos que agrupa la mayor parte del parque acorazado nacional, que así puede ser empleado de forma concentrada.
Es una intentona por contar con capacidades más convencionales y listas para la maniobra táctica y operacional, si bien es cierto que la absoluta carencia de carros de combate siquiera ligeros o de artillería autopropulsada blindada, así como la escasa potencia de las bocas colombianas (cañones de 90 mm) restan credibilidad, efecto disuasorio y utilidad a esta unidad, que sin embargo aporta experiencia valiosa en lo que al mantenimiento y operación de grandes unidades se refiere.
Por herencia histórica, el blindado en Colombia no es más que un medio para proporcionar fuego de apoyo o maniobrar junto a la infantería, pero no se trata de un arma realmente separada, con la excepción de la FUTAM.
A falta de blindados, Bogotá ha optado por una filosofía tendente a lo antitanque, aunque desgraciadamente dentro de la misma sólo los helicópteros Arpía podrían aportar algo mediante misiles antitanque, ya que la fuerza aérea colombiana carece de aparatos modernos y de armamento adecuado para una misión de este tipo ante la defensa aérea venezolana.
Bolivia
Bolivia fue junto a Perú la gran derrotada de la Guerra del Pacífico, en la que Chile se impuso a ambos contendientes y cortó de raíz las aspiraciones bolivianas de poseer una salida al mar. Posteriormente, Bolivia adquirió en los años 30 una precoz fuerza acorazada a base de tanquetas Carden-Lloyd y carros Vickers de 6 toneladas armados con dos torretas. Aquellos tanques, que aún hoy conservan los impactos de bala sobre sus blindajes fueron clave para que Bolivia ganara la Guerra del Chaco contra Paraguay, cuya infantería nada pudo hacer.
Al margen de algunas reclamaciones territoriales con Brasil, Chile o Perú, Bolivia se ha mantenido centrada en sus problemas internos, en particular los derivados de la conflictividad social entre criollos e indígenas, todo ello condimentado por la ideología socialista que Cuba y la Unión Soviética ayudaron a inocular en la región.
La última gran modernización del ejército boliviano tuvo lugar en la década de los 70 durante la dictadura de Hugo Bánzer Suárez, y dio lugar a la adquisición de un pequeño parque blindado. Por aquel entonces se planificó la adquisición de cazacarros Sk-105 austriacos y de un par de blindados de recuperación Greif, basados en el mismo vehículo. También llegaron 24 EE-11 Urutu y otros 24 EE-9 Cascavel y 50 M-113. Por último, siguen en servicio los ancianos semiorugas M-5/M-9, de los que Argentina donó 37 en 2006.
Los Sk-105 son vehículos capaces de compensar su obsolescencia y su falta de blindaje si se utiliza de forma adecuada, gracias a una potencia de fuego respetable y equipos muy avanzados para su época, ya que cuenta con un buen telémetro láser, ópticas adecuadas y una pieza de 105 mm alimentada por un autocargador de tambor con seis proyectiles listos para ser usados en sucesión mientras otros 36 están en reserva. Desgraciadamente, los sistemas C3 (mando, control y comunicaciones) son rudimentarios, no cuentan con BMS alguno, la protección no se puede mejorar mucho y el fabricante no está interesado en modernizar los vehículos. No obstante la inclusión de medios de ocultación junto a cierta mejora en el C3, en la optrónica, y la adquisición de lo mejor en municiones de 105 mm podrían hacer del Sk-105 un vehículo muy a tener en cuenta a nivel regional. Es posible que una parte de los Sk-105 bolivianos sean de la variante A1, y el resto de la A2, que se diferencian en el estabilizador para hacer fuego en movimiento, y en la posibilidad de alimentar el autocargador desde el interior del carro.
Como apoyo a las fuerzas blindadas, el país cuenta con una artillería basada en varias decenas de piezas remolcadas de origen chino Tipo 54 de 122 mm y Tipo 66 de 152 mm, a las que se unen los M-101 de 105 mm, el cañón ligero M-1 de 75 mm. La defensa aérea es de corto alcance basada en AAA y MANPAD, mientras que la fuerza aérea apenas puede contar con pequeños reactores con una capacidad de combate aéreo exigua.
El material antitanque, por su parte, pasa por bazucas a corta distancia, CSR M-40 de 105 mm a media distancia y misiles antitanque chinos HJ-8 para larga distancia. Por último, en materia de helicópteros el país cuenta con 34 UH-1H Bell, 6 Z-9 chinos que han dado numersos problemas, 2 Fennec ligeros franceses, 4 EC-145 alemanes y 6 Super Puma.
En la actualidad el país cuenta con una gran unidad blindada, la 1ª División Mecanizada con sede en Viacha, junto a la capital, La Paz. La 1ª DM es la única división más o menos profesional del país, y agrupa tanto al mejor material como a las principales fuerzas de línea que se enfrentarían a otro estado en caso de guerra. La mayor parte del resto de divisiones se trata de unidades en cuadro que se rellenarían a base de reservistas y que apenas cuentan con un núcleo de oficiales y suboficiales profesionales y alguna unidad especial concreta. La 1ª DM encuadra al 1er Regimiento Blindado, dotado del Sk-105, el 4º Regimiento de Infantería Mecanizado probablemente dotado de M-113 o Urutu, el 1er Regimiento de Artillería de Campaña, un regimiento de caballería con los Cascavel y el 6º Regimiento de Artillería de Defensa Aérea con armamento para defensa a corta distancia.
Naturalmente, se trata de un ejército pequeño y anticuado, aunque se está haciendo algún esfuerzo para integrar drones de pequeño tamaño, y hay alguna iniciativa puntual, como la de los cohetes de diseño y fabricación nacional B1-N1 o los bugis Koyak.
Aunque el presupuesto de defensa ha ido mejorando poco a poco, Bolivia no deja de ser un país relativamente pobre que no puede acometer grandes programas de adquisiciones. Ello, unido a cierto aislamiento debido a la ideología de su líder Evo Morales, han llevado a La Paz a mirar hacia China. Pekín ha suministrado ayuda militar en especie y mantiene contactos con Bolivia en materia de comercio de defensa desde los años 90, cuando el material chino sirvió para mejorar el parque de artillería boliviano. Desde entonces han llegado coches blindados, MANPAD, ATGM, armas ligeras, helicópteros, etcétera.
Estamos, pese a todo, ante un ejército con muchos más problemas y falta de capacidades clave que de soluciones.
Perú
La historia militar del arma blindada peruana es de las más interesantes del continente. Durante los años 30, Perú adquirió 25 carros ligeros checoslovacos LTP, derivados del THN-S y que fueron usados contra Ecuador en la campaña del Norte de 1941 en combinación con una operación aerotransportada sobre la posición de Santa Rosa.
En los años 90, también con Ecuador se produjo la Guerra del Cenepa, que fue de corta duración, y que por tanto no permitió el despliegue del arma acorazada por parte de ningún bando.
En plena Guerra Fría, durante la dictadura de Juan Velasco Alvarado, el Perú se decantó por la URSS, y adquirió entorno a 200 carros de combate soviéticos T-55 junto a unos 100 AMX-13. En una época en la que los cazacarros AMX-13 y Sk-105, junto a los Sherman dominaban el panorama iberoamericano, la llegada de los T-55 supuso un gran salto para las fuerzas acorazadas de Perú, que pudieron disfrutar de cierta superioridad sobre sus vecinos hasta finales de la década de los años 70. Sin embargo, la flota no se actualizó: de los T-55 se calcula que sólo 50 permanecen en servicio, junto a un número desconocido de AMX. Ambas plataformas siguen constituyendo hoy por hoy el núcleo de las fuerzas acorazadas peruanas, cincuenta años después. Los T-55 prácticamente no han sido mejorados, aunque han existido numerosas iniciativas para que así ocurriera, incluidos más de cuatro prototipos de mejora gracias a la colaboración entre la industria de defensa ucraniana y la empresa del ingeniero peruano Sergio Casanave. De entre estos prototipos destacaremos los T-55M1 León 1, T-55M2 León 2, con importantes mejoras, en particular sobre el SCT, y posteriormente los Tifón 2A. Merece la pena resaltar que este último es un T-55 altamente modificado, que cuenta con un Sistema de Gestión del Campo de Batalla (BMS), GPS, un nuevo cañón, autocargador que permite 8 d.p.m, y que reduce en un carrista la tripulación, un nuevo SCT, capacidad para lanzar misiles, blindaje compuesto y blindaje reactivo, casi todo de origen ucraniano.
En cuanto al AMX-13, que originalmente estaba pensado como un carro ligero con un fuerte carácter de cazacarros, muchos han sido modificados para sustituir el cañón de 105 mm por un lanzamisiles Kornet de origen ruso. Por ejemplo, podemos encontrar los AMX-13P8 Escorpión-3 dotados de dos lanzamisiles y un cañón de 30 mm, o los Alacrán, dotados de tres lanzadores para los Kornet.
Recientemente se han convertido algunos AMX-13 en artillería autopropulsada, para lo que se les ha sustituido la torre por un cañón soviético D-30 de 122 mm que va al aire libre, una modificación similar a la que le hicieron en Egipto y Siria a los T-34. Este vehículo ha sido apodado AMX-D30 Vulcano y la mayor parte de las mejoras son de origen ucranio, e incluirían elementos del SCT del carro T-84 Oplot, por lo que el Vulcano esta también pensado para actuar como un cazacarros por fuego directo.
En cuanto a la infantería mecanizada, el Perú confía en los M-113, de los que recibieron entre 120 y 300 dependiendo de la fuente -curiosa disparidad de datos- mientras que el reconocimiento blindado sobre ruedas es cosa de los BRDM-2 dotados de una ametralladora pesada y a veces de misiles 9M14 Maljutka.
Por lo demás, Perú ha adquirido una preocupante cantidad de blindados sobre ruedas a lo largo del tiempo, incluyendo pequeñas partidas de Chaimite, Casspir, BRDM-2, BMR-600, BTR-60 y V-100 junto a varios cientos de UR-416, Roland y Fiat Tipo 6614 y 6616, toda una pesadilla logística. El parque de artillería, por otra parte, está servido de una amplia gama de cañones remolcados de todo origen y calibre, un puñado de M-109 autopropulsados y sobre todo por los lanzacohetes múltiples chinos Tipo 90B de 122 mm que han venido a sustituir a los BM-21 Grad soviéticos.
Desde luego, en materia de blindados sobre ruedas el Perú necesita una urgente homogeneización del material para ganar en operatividad y reducir los costes de mantenimiento, asimismo es urgente la modernización de los T-55 y en menor medida de los AMX-13, o su sustitución por un nuevo tanque.
Hace años que se vienen oyendo rumores aquí y allá sobre la adquisición de nuevos carros, pero tras varias evaluaciones, sólo la compra del MBT-2000 chino estuvo a punto de cuajar, pero acabó en un fiasco y un ridículo terribles entre las malas calificaciones técnicas obtenidas por este blindado en los concursos, las acusaciones de corrupción y el empleo sin autorización de los ejemplares del carro chino en un desfile. Como curiosidad, cabe destacar que de todos los carros evaluados por el ejército peruano, el vencedor fue el Leopard 2A6.
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