El sistema Aegis BMD de la US Navy ha sido desarrollado para defenderse frente a la amenaza de los misiles balísticos. El pasado 16 de noviembre, la Agencia de Defensa de Misiles de los Estados Unidos y la dotación del USS John Finn (DDG-113), un destructor equipado con el sistema Aegis BMD (Ballistic Missile Defense), interceptaron y destruyeron un misil balístico intercontinental (ICBM) con un misil Standard Missile-3 (SM-3) Block IIA durante una prueba al noreste de Hawái. Esta prueba ha supuesto un enorme hito, la primera vez que desde la mar han sido capaces de interceptar y destruir un ICBM, un sistema que permite utilizar todos los buques equipados con el sistema Aegis BMD como bases avanzadas del escudo antimisiles, un hito que afecta a la capacidad ofensiva de sus posibles rivales y que podría tener una gran importancia para la Armada Española.
La pasada semana asistimos a dos hechos importantes que deben ser recordados. Dos noticias que quizás hayan pasado desapercibidas ante el asedio mediático que vivimos debido a la pandemia y las elecciones estadounidenses, que han dado como resultado la elección de Joe Biden en sustitución de Donald J. Trump
La primera fue la finalización de las primeras maniobras conjuntas entre las Marinas de la India, Estados Unidos, Japón y Australia, algo que sin duda nos lleva a pensar en China, el Océano Índico y en el Pacífico justo 500 años después de que Magallanes y Elcano cruzaran el Estrecho de Magallanes.
Los ejercicios que han realizado la Marina de Estados Unidos (US Navy) junto con sus aliados, han recibido el nombre de Operación Malabar[1] y ha sido la segunda vez que estos cuatro países colaboraban. Este ejercicio ha sido el primero para el llamado Quad, un foro de cooperación del Pacífico entre Japón, India, Australia y Estados Unidos que busca reforzar los lazos de seguridad realizando para ello entre otras cosas ejercicios como el mencionado, en claro desafío a China y su capacidad de disuasión.
Se trata de aliados que reafirman una nueva alianza militar, no formal con el objetivo puesto en China y sus aspiraciones marítimas, y en aplicación del principio de libertad de navegación. No es cuestión baladí, pues la República Popular de China pretende cambiar el orden liberal internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial en su favor, entre otras cosas cuestionando las reglas sobre derecho marítimo. Este punto, que genera choques recurrentes con la potencia emergente es muy posible que en algún momento termine por provocar una guerra, por lo que conviene estar preparados, precisamente lo que tratan de hacer los socios del Quad.
La segunda noticia, si cabe, ha pasado todavía más desapercibida. Se trata del primer lanzamiento de un misil SM-3 Bloque IIAS[2] desde un buque Aegis BMD (Ballistic Missile Defense). La US Navy ha demostrado que un destructor de defensa contra misiles balísticos Aegis como nuestras F-100, podría derribar efectivamente un misil balístico intercontinental y servir como respaldo para un sistema interceptor basado en tierra.
Durante la prueba, la Agencia de Defensa de Misiles o MDA (Missile Defence Agency) lanzó un misil interceptor desde un buque de la US Navy. Es cierto que ya 2017 habían hecho una algo similar, pero desde un silo subterráneo en la Base de la Fuerza Aérea de Vandenberg, en California. En la prueba de 2017, el misil SM-3[3] impactó y destruyó un misil balístico de alcance intercontinental o ICBM (Intercontinental Ballistic Missile) disparado desde el atolón Kwajalein, en el Pacífico. En esta ocasión todo ha sido simulado menos el lanzamiento del misil SM-3, que sí ha sido realizado como parte de la prueba que quedaba pendiente desde 2017.
Estados Unidos ya tiene un escudo antimisiles para su territorio continental, que comprende 44 interceptores terrestres GBI (Ground-Based Interceptors) desplegados desde Alaska a California. Un sistema que ahora se complementa con el sistema Aegis[4] BMD y que ofrece numerosas ventajas, pues se puede desplegar fácilmente, mucho más rápido y moverse allí a donde sea necesario, lo que permite a Estados Unidos apoyar a sus aliados con más garantías.
El sistema Aegis BMD
Actualmente, la US Navy cuenta con 44 buques de guerra equipados con este sistema, que serán 48 en 2021. Cada uno de estos barcos cuenta con un sistema VLS (Vertical Launching System) con más de 90 celdas, cada una de las cuales tiene a su vez capacidad para portar varios misiles dependiendo del modelo. Es decir, que al menos teóricamente los EE. UU. podrían desplegar miles de misiles interceptores desde el mar en caso de necesidad. En la práctica, por supuesto, estos tubos también deben ser ocupados por otras armas, como los misiles de crucero Tomahawk o los antiaéreos Sea Sparrow, lo que reduce la cantidad final de interceptores balísticos que pueden desplegar [5].
Los planes de la US Navy, de hecho, no se quedan aquí; planean construir nuevos buques Aegis hasta alcanzar las 65 unidades en 2025 [6], 11 de las cuales serán destinadas a la protección de las propias costas estadounidenses, que quedarían completamente cubiertas con solo 3 o 4 unidades en la mar, según George Lewis de la Universidad de Cornell [7]. Hay que dejar claro que no todos los buques dotados con el sistema de combate Aegis tienen esta capacidad sino que para realizar operaciones BMD se deben incorporar cambios en el software del sistema de combate AEGIS y armar a los buques con misiles interceptores BMD como el SM-3 Boque IIAS.
China y Rusia ven con esto una amenaza, ya que supone un claro desafío a su capacidad de disuasión y les obliga a buscar sistemas de lanzamiento submarinos o armas de tercer ataque que puedan desafiar a las defensas de los Estados Unidos y de Europa, que ahora cuenta con dos sistemas basados en tierra, la versión terrestre denominada Aegis Ashore [8]. Este sistema incluye una estructura similar al Aegis intalado en los buques de la US Navy o la Armada Española y un VLS reubicable con capacidad para 24 misiles SM-3. Hay dos ubicaciones Aegis Ashore en Europa, una en Rumania y otra en Polonia[9].
Rusia ha sostenido durante mucho tiempo que las conversaciones sobre el control de armas deberían incluir no sólo sistemas ofensivos, como bombarderos y misiles, sino también los defensivos que pueden neutralizarlos. China, que no tiene firmado ningún acuerdo con los EE. UU. como sí tiene Rusia, ya ha advertido a Washington de lo que supondría la instalación del sistema Aegis Ashore en Japón, algo a lo que ha renunciado por el momento, no sabemos si por el interés en el sistema embarcado, con las ventajas que ofrece o por las presiones chinas[10].
De todos modos, Japón está decidido a dotarse de sus propios sistemas BMD[11], plan que formó parte de la política de seguridad del primer ministro Abe de 2017. Hasta el momento su sucesor no ha realizado ninguna declaración sobre posibles cambios en dicha política, por lo que el proyecto parece seguir adelante. Es lógico si tenemos en cuenta que es posible que se produzca un empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte a partir de febrero de 2021, cuando gobierne Joe Biden.
En este sentido, el lanzamiento desde el destructor USS John Finn (DDG-113) de un misil interceptor BMD SM-3 Bloque IIA durante la prueba llevada cabo el pasado lunes 16 de noviembre de 2020 frente a Hawai[12] supone un verdadero salto para la US Navy. Puede que no tenga un impacto tan grande como lo tuvo en su día la instalación del sistema Aegis Ashore en Polonia o Rumanía, al motivar el despliegue por parte de Rusia de armas capaces de batir dichas instalaciones. No obstante, sí que va a suponer un incremento en la capacidad de lanzamiento de misiles desde submarinos, la puesta en servicio de misiles balísticos de nueva generación y también de misiles hipersónicos, que garanticen la estabilidad estratégica.
No debemos olvidar un punto clave: el sistema es susceptible de implementarse en otros buques dotados con Aegis lo que incluye a las Fuerzas de Autodefensa de Japón anteriormente citadas, la Armada Española, Corea del Sur, Australia, Italia y Noruega…
Prueba del Aegis BMD (FTM-44)
Hasta donde sabemos, la prueba realizada el pasado día 16 de noviembre -después de retrasarse a consecuencia de pandemia- ha sido un éxito. En palabras del director de la Agencia MDA, el vicealmirante Jon Hill [13]:
«Este fue un logro increíble y un hito crítico para el programa Aegis BMD SM-3 Block IIA. El Departamento está investigando la posibilidad de aumentar el sistema de Defensa de Medio Curso basado en tierra, enviando sensores adicionales y sistemas de armas para protegerse de amenazas inesperadas relativas los misiles. Hemos demostrado que un buque equipado con el sistema Aegis BMD y con el misil SM-3 Block IIA puede derribar un ICBM, lo cual es un paso en el proceso de determinar su viabilidad como parte de una arquitectura basada en capas para la defensa de los EE. UU.. Mis felicitaciones a todo el equipo de pruebas, incluyendo a nuestros socios militares e industriales, que nos han ayudado a lograr este hito».
Esa prueba, designada FTM-44 (Flight Test Aegis Weapon System), fue la sexta prueba de vuelo de un buque equipado con el Aegis BMD. Se cumple así con el mandato del Congreso de los Estados Unidos de evaluar la viabilidad de la capacidad del misil SM-3 Block IIA para contrarrestar una amenaza de misiles ICBM antes de finales de 2020[14].
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