El futuro de la Armada y la Industria de Defensa

Esquema de las futuras fragatas F-110. Fuente - Armada.
Esquema de las futuras fragatas F-110. Fuente - Armada.

El futuro de la Armada y el de la Industria de Defensa en España están íntimamente ligados. El título de este artículo busca fijar la mirada en los futuros planes de adquisiciones que tiene la Armada para los próximos años, teniendo en cuenta el marco estratégico en el que nos movemos – marcado por la guerra de Ucrania- y la aceleración de las dinámicas negativas que afectan a la seguridad nacional e internacional. Un escenario que sigue dominado por una serie de riesgos y amenazas en rápida evolución que se han ido complicando durante la última década.

El actual escenario geoestratégico se caracteriza por cambios acelerados y difícilmente previsibles, así como por vertiginosos avances tecnológicos que dificultan a la industria de defensa mantener el paso y la ventaja sobre los hipotéticos adversarios. Adversarios que cada vez más a menudo no son actores estatales y que, sin embargo, tienen a su alcance baratas tecnologías que ponen en jaque a las más modernas fuerzas militares.

Se ha creado una especie de tormenta perfecta entre Rusia, China y Estados Unidos, potencias todas ellas que luchan por el liderazgo regional o global y a las que se suman otra como India o Brasil, pero también organizaciones internacionales como la UE, que aspira a ser un actor internacional asimilable a los anteriores. La característica predominante es la incertidumbre y sus principales palancas de cambio son la competitividad tecnológica, la rivalidad económica y una carrera por un acceso preferente a los recursos. Esto se ha traducido en un aumento de las misiones de nuestras Fuerzas Armadas (FAS) en el extranjero y un inesperado incremento del presupuesto de Defensa, más sorprendente si cabe ahora que estamos embocando una nueva crisis económica que apuntaba a un nuevo recorte.

Las unidades navales, especialmente los buques y aeronaves embarcadas, son complejos sistemas de armas a la vanguardia de la tecnología que tienen un ciclo de vida muy largo en comparación con otros sistemas y armas. Es necesario estudiar las tendencias globales para adelantarse y prever los posibles escenarios a los que las unidades se enfrentarán para estar preparados frente los retos del futuro e incluso, predecirlos para influir sobre ellos.

El escenario presupuestario es otro factor importante a tener en cuenta. Estamos, sin embargo, en un momento en que los conflictos, la guerra de Ucrania, animan a invertir a los gobiernos ante el temor de que una guerra les sorprenda. La responsabilidad última de decidir las futuras adquisiciones dependerá lógicamente de los cometidos asignados y del escenario geoestratégico que el Gobierno haya declarado en documentos base. Estos, en el caso español son los libros blancos o estrategias posteriormente concretados en otros como los Requisitos de Estado Mayor. Recientemente se aprobó la Estrategia de Seguridad Nacional[1], el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN[2] y la Brújula Estrategia de la Unión Europea[3]. Todos ellos marcan de alguna manera la ruta a seguir.

Son muchas las decisiones cruciales para el futuro de la Armada en las que la industria española de defensa jugará un papel crucial, aunque no en todos los casos podrán adquirirse productos autóctonos. Fuente – Armada.

La estrategia de la Armada y de España

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2021 (ESN21) define las capacidades militares asociadas a la disuasión y la defensa y establece que deben proporcionar una disuasión creíble y una respuesta eficaz en todo el espectro de la crisis o conflicto, además de ser sostenible en el largo plazo, lo que exige disponer de un marco presupuestario estable[4]

La ESN21 reconoce el potencial estratégico de la Inteligencia Artificial que, por su importancia, se debe incorporar a sistemas, plataformas y sensores de vigilancia marítima para modernizar las capacidades navales.

La publicación de la Estrategia de Seguridad Marítima Nacional española (ESM13)[5], así como las equivalentes de la Alianza Atlántica y la Unión Europea, son síntomas claros de la creciente preocupación de los Estados por controlar las amenazas y riesgos provenientes del espacio marítimo y mantener la necesaria libertad de navegación que salvaguarde los intereses nacionales y colectivos.

La Estrategia de Seguridad Marítima resalta la situación de España a caballo entre el Atlántico y el Mediterráneo, completamente dependiente de las comunicaciones marítimas, con la responsabilidad de custodiar uno de los estrechos con mayor tráfico del mundo y con territorios separados por mar de la península como Ceuta, Melilla y los archipiélagos canario y balear, convierte a nuestro país en una nación con vocación marítima por excelencia.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, firmó el 4 de agosto la nueva Directiva de Política de Defensa 2020 (DPD20)[6], que desarrolla la Directiva de Defensa Nacional 2020 (DDN20), promulgada por el Presidente del Gobierno el 11 de junio de 2020[7]. Así, se actualizaban las Directivas vigentes desde el año 2012.

Entre sus novedades, destaca la apuesta por un enfoque transversal y de acción integral del Estado a fin de dar respuesta a los numerosos retos y amenazas a la seguridad, que requieren la utilización al unísono de todas sus herramientas y recursos disponibles.

Con su promulgación, se inicia un nuevo Ciclo de Planeamiento de la Defensa, en el que se prestará una atención preferente al recurso del personal; se revisarán y actualizarán los Objetivos de Capacidades Militares; y se determinarán los esfuerzos militares a sostener en tiempos de crisis, tanto en misiones y operaciones en el exterior, como en las misiones permanentes de las FAS en los espacios de soberanía e interés nacional.

La DPD20 tiene como finalidad superior contribuir al mantenimiento de la seguridad y los derechos y libertades de los españoles garantizados por la Constitución, y a la paz, la estabilidad y la protección de los intereses nacionales en el exterior, conforme a las disposiciones de la Ley Orgánica de la Defensa Nacional 5/2005 y las directrices de la DDN20.

La DPD20 describe el contexto estratégico de la Defensa, establece sus objetivos y contempla las directrices para el planeamiento de la Defensa, tanto para la preparación de la Fuerza y las Operaciones Militares, como en el ámbito de las Capacidades y Tecnología en la Industria Militar.

El Ministerio de Defensa y las FAS deben potenciar las capacidades y fortalezas propias, que permiten contribuir a una Seguridad Nacional concebida como un todo integrador. Sin perjuicio de lo anterior, las FAS mantendrán las capacidades necesarias para, excepcionalmente, actuar de manera autónoma para asegurar la soberanía e intereses nacionales.

El Objetivo de Fuerza a Largo Plazo 2035 del JEMAD define las capacidades de la Fuerza Conjunta en función del entorno estratégico y operativo previsible en el largo plazo, asegurando su viabilidad y sostenibilidad. Las capacidades militares se agrupan en áreas de capacidad atendiendo a los requisitos establecidos para la fuerza[8].

Las Líneas Generales de la Armada subrayan que la carrera de armamentos nos ha llevado a nuevos sistemas de armas avanzados, reduciendo significativamente nuestra ventaja tecnológica. A tal efecto apuesta por la I+D+i para mantener la superioridad tecnológica frente a nuestros potenciales adversarios. Entre las nuevas tecnologías a incorporar se apunta el Big Data, la Inteligencia Artificial y la introducción de gemelos digitales.

La Armada lleva haciendo planes desde que existe, pero antes de hablar de planes tendremos que definirlos bien. Según la RAE plan, en algunas de sus acepciones, es la intención, proyecto o modelo sistemático de una actuación pública o privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla y encauzarla. La Estrategia de Seguridad Nacional traza tres ejes —proteger, promover y participar— sobre los que se estructuran las líneas de acción. Este planteamiento otorga especial relevancia al avance en la integración del Sistema de Seguridad Nacional y a la acción frente a situaciones de crisis.

Hasta la guerra de Ucrania, la Armada y en general las marinas de su entorno, especialmente las de tamaño medio como España, proyectaban sus futuros buques de guerra desde la perspectiva de la renovación de unidades por fin de vida. Esto era debido a lo que se ha planteado anteriormente, los actuales buques de guerra son altamente tecnológicos y costosos y nacen con una esperanza de vida operativa media de 20-30 años. 

La guerra de Ucrania y la generalización de la batalla en el multidominio nos obligan a plantearnos si ese modelo da respuesta al escenario estratégico al que España se enfrenta en un horizonte de 5 o 10 años. Esto, a su vez, impone replantearse el modelo actual de adquisiciones dirigido desde de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM).

Veamos a continuación cómo se organizan los programas de Defensa.

La DGAM y los Programas de Armamento y Material

La Orden Ministerial 60/2015, de 3 de diciembre, regula el proceso de Planeamiento de la Defensa y fija el proceso de Obtención de Recursos Materiales (ORM) que vienen regulados por la Instrucción 2/2011, de 27 de enero, del Secretario de Estado de Defensa (SEDEF), que regula los Recursos Financieros, la Instrucción 67/2011, de 15 de septiembre, que regula el Proceso de Obtención y la Instrucción 72/2012, de 2 de octubre, del SEDEF, que regula la Gestión de sus programas.

La Política de Armamento y Material trata de dar respuesta a las necesidades de las FAS que vienen determinadas por sus actuaciones, tanto de carácter nacional como las derivadas de los compromisos internacionales que se adquieran con nuestros socios y aliados en el ámbito de la seguridad compartida y de la defensa colectiva.

Organigrama de la DGAM. Fuente - Ministerio de Defensa.
Organigrama de la DGAM. Fuente – Ministerio de Defensa.

Dicha Política de Armamento y Material se fundamenta en la Política de Defensa que viene determinada, esencialmente, por la Directiva de Defensa Nacional y por las comparecencias del ministro de Defensa para exponer las líneas generales de la política de su Departamento. Su preparación, planificación, desarrollo y ejecución se lleva a cabo particularizando y desglosando estas líneas de actuación y las directrices de desarrollo globales al ámbito específico del armamento y material.

Para desarrollar la Política de Armamento y Material y alcanzar los objetivos fijados se establecen las siguientes líneas generales de actuación: La integración del desarrollo de la Política de Armamento y Material en el proceso de planeamiento por capacidades, alineando la gestión del armamento y material y resto de recursos materiales y financieros con la consecución de las capacidades militares[9].

Política de Armamento y Material de la DGAM. Fuente - Ministerio de Defensa.
Política de Armamento y Material de la DGAM. Fuente – Ministerio de Defensa.

Política de Armamento y Material de la DGAM. Fuente – Ministerio de Defensa.

La Instrucción 2/2011 del SEDEF regula el proceso de Planeamiento de los Recursos Financieros y materiales surge de la necesidad de actualizar y desarrollar lo contemplado en Directiva de Política de Defensa 1/2009, en la que se establecen las directrices para implementar el planeamiento por capacidades. Esta instrucción introduce el concepto de ORM (Objetivos de Recurso Material) que responde a la conveniencia de integrar en dichos procesos todas las necesidades, tanto las derivadas del planeamiento militar como las derivadas de otros objetivos que garanticen la obtención ordenada de los recursos materiales y la asignación eficiente de los recursos financieros.

Los ORM son un conjunto ordenado de componentes que se vinculan entre sí por contribuir todos ellos a proporcionar una solución integral en alcance y plazo para obtener, total o parcialmente, una determinada capacidad militar o cumplir un objetivo del Departamento. Los componentes son el resultado de transformar las necesidades, detectadas, definidas y validadas por las autoridades de planeamiento competentes, en recursos materiales a obtener de forma integrada y coordinada en el ámbito de la Secretaría de Estado de Defensa. 

La manera de discriminar si un componente se considera básico o complementario se hace en función de criterios operativos, funcionales, tecnológicos/industriales o por criterios normativos. Si un componente encaja en al menos uno de los anteriores criterios, se considerará básico, de lo contrario de clasificará como complementario.

La programación se realizará en base a períodos de seis años, incluyendo los ORM previstos y en base a distribución temporal de los recursos financieros para cada uno de los componentes. En la elaboración de dicha programación se deben cumplir ciertos requisitos que asegurarán que los ORM, por orden de prioridad, tienen asignados recursos financieros para los componentes básicos que los conforman.

Fase en la que se divide el proceso de obtención y uso de los sistemas. Fuente - Ministerio de Defensa.
Fase en la que se divide el proceso de obtención y uso de los sistemas. Fuente – Ministerio de Defensa.

La Instrucción 72/2012 del SEDEF regula el proceso de obtención del armamento y material y la gestión de sus programas. Esta instrucción se aplica a las fases de ejecución y servicio del proceso de obtención de los recursos materiales de armamento y material, así como a la gestión de sus correspondientes programas; los Ejércitos se responsabilizan de la fase de servicio.

En la instrucción 54/2012 del SEDF se regula el Plan Anual de Contratación del Ministerio de Defensa (PACDEF) que tiene por finalidad identificar los contratos, acuerdos técnicos y otros negocios jurídicos onerosos susceptibles de ser suscritos por el Ministerio de Defensa, indicando las directrices a aplicar para su preparación y adjudicación, al objeto de garantizar la coordinación y continuidad de las actividades contractuales que se aborden en la Fase de Ejecución del Proceso de Obtención de Recursos Materiales, así como en la Fase de Definición y Decisión.

Fases y actores en el proceso de obtención. Fuente – Ministerio de Defensa.

Las especificaciones se obtendrán a partir de los requisitos operativos y técnicos aprobados en el REM (Requisito de Estado Mayor), y de las consideraciones establecidas en el Documento de Viabilidad (DDV). Las especificaciones se deberán redactar de forma clara y concisa, asegurando que quedan cubiertos todos y cada uno de los requisitos de usuario incluidos en los hitos documentales previamente aprobados y validados.

Organigrama del proceso de obtención. Fuente – Ministerio de Defensa.

Una vez aprobado un DDV con viabilidad positiva, y todavía dentro de la Fase de Definición y Decisión se desarrollan las Etapas de Establecimiento del Programa y de Preparación de la Ejecución. El establecimiento de un nuevo Programa de Armamento y Material corresponde al DiGAM (director General de Armamento y Material) que se lo asignará a la Subdirección General de Gestión de Programas correspondiente, por ejemplo, los barcos al JSNAV (Jefatura de Sistemas Navales).

Subdirecciones de armamento de la DGAM. Fuente – Ministerio de Defensa.

El Ministerio de Defensa, además, ha llevado a cabo un importante esfuerzo para conseguir formar al personal militar en la gestión de programas, teniendo en cuenta los métodos y procedimientos de países aliados y los programas multinacionales, así como hacer posible la creación paulatina de una doctrina común, tecnificar la gestión y facilitar la participación en ellos.

La DGAM ha diseñado un plan de formación dirigido al personal destinado en los diferentes organismos relacionados con el armamento y material, con cursos directamente orientados a la gestión de programas, y otros más específicos, para la logística de obtención y las necesidades comunes a los tres Ejércitos, no cubiertas actualmente por ninguno de ellos y relacionadas con el armamento y material. La Dirección General de Enseñanza es la encargada de la publicación de estos cursos.

El Máster Universitario en Dirección y Gestión de Adquisiciones de Sistemas para la Defensa[10] surge de la necesidad por parte de la DGAM para capacitar a expertos para ejercer las funciones de dirección y gestión de programas, así como al resto de labores requeridas para la planificación, negociación, contratación y seguimiento de dichos programas en el entorno nacional e internacional[11]. El citado máster también resulta de interés para los titulados civiles cuyo desarrollo profesional tenga relación con el ámbito de la Defensa.

Por último, la Política de I+D+i del Ministerio de Defensa trata de promover la incorporación de tecnologías avanzadas en los sistemas a emplear por las FAS y capacitar a la Base Tecnológica e Industrial Nacional para que puedan abordar las necesidades tecnológicas del ministerio. Se trata, por tanto, de una I+D+i aplicada y finalista orientada a trasladar tecnologías avanzadas a los sistemas de uso en el Ministerio, a través del desarrollo de prototipos o de tecnologías.

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