Combate urbano en las ciudades ucranianas

Cronología de un desastre

Cuando el 24 de Febrero de 2022 se inició la “spetsial’noy voyennoy operatsii” (“специальной военной операции” u “Operación militar especial”) de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa (FAFR) en Ucrania pocos se esperaban que un mes después nos encontráramos en una situación en la que el combate urbano pudiese tener un gran protagonismo. Lo que vimos en las primeras horas de conflicto fueron moderados (en profundidad) y rápidos avances rusos a través de carreteras, cómo algunos vehículos rusos ligeramente protegidos pero altamente móviles empezaban a controlar algunos cruces de carreteras en puntos clave y algunos vehículos con tropas rusas que se aventuraban en el interior de algunas grandes ciudades como Kharkiv o Kyiv esperando poca o ninguna resistencia.

El espectacular asalto helitransportado a Hostomel y la posterior batalla por el Aeropuerto Antonov serán sin duda analizados ampliamente en los próximos meses y años. A estas alturas casi todos estamos de acuerdos en que el plan inicial de las FAFR era una toma rápida de las grandes ciudades ucranianas (al menos Kyiv y Kharkiv) más cercanas a la frontera rusa y bielorrusa, un embolsamiento en torno al Donbas y un gran avance en dos direcciones en el sur: dirección Este para conectar Crimea con Donbas (y tomar de paso el Mar de Azov) y Noroeste para tomar toda la zona al sur del río Dnipro, incluida Kherson. Sin embargo, cuando tras algunas horas pareció obvio que esto no iba a ser una campaña tipo “Veni, vidi, vinci” sino “Blood, toil, tears and sweat”, se hizo más que evidente que lo peor aún estaba por llegar.

Aunque a día de hoy es imposible realizar un análisis más allá de lo que muestran los mapas de fuentes abiertas generalmente aceptados (https://twitter.com/JominiW/status/1507213613869801472?t=ENiYBMM8_lTtMd8_GPiypA&s=09) a nivel general, intentaremos hacer un repaso a lo que puede suponer esta campaña para ambos bandos.

Supuesto mapa oficial del Ministerio de Defensa ruso de la situación en Ucrania el 25 de marzo 2022.

El combate urbano, cuestión de números

Un mes después del comienzo de las hostilidades, viendo el mapa superior parece claro que los ucranianos han sabido apuntalar la defensa del territorio alrededor de sus ciudades más fronterizas y así lo reconocen las propias fuentes rusas. El combate urbano es altamente complejo y requiere un número de fuerzas, recursos y tiempo que el ejército ruso no se podía permitir en los primeros compases del conflicto, y parece que el orden de prioridades está cambiando poco a poco en el lado ruso.

Sin embargo, aunque a priori pueda parecer atractiva para los defensores ucranianos (o los partidarios de los mismos) la idea de que se vayan a producir una serie de batallas urbanas por ciudades como Chernihiv, Sumy, Kharkiv, Kramatorsk, Mariupol-Berdyans’k, Kherson y finalmente Kyiv, en las que las fuerzas rusas se van a desgastar, no son buenas noticias para casi nadie.

Algunos mirábamos con horror y alivio (un tanto agrio) el hecho de que ciudades como Kharkiv parecieran ya rodeadas los primeros días de la contienda o de que algunos vehículos rusos aparecieran cruzando repentinamente las calles desiertas y nulamente protegidas de Kyiv. Una campaña rápida e indolora habría sido la mejor solución para Rusia y admitámoslo, para los civiles ucranianos, al menos a corto plazo. El largo plazo, por otro lado, habría supuesto problemas mucho más difíciles de solventar. Sin embargo, esto no ocurrió. Los recursos asignados a la toma de estas ciudades fueron irrisorios (algo de lo que ya hemos hablado anteriormente en otro artículos) y finalmente no se consiguió la toma de prácticamente ninguna de las ciudades ucranianas.

Situación en torno a Sumy a 25 de Marzo de 2022. Autor – @JominiW.

Según Jim Storr (Storr, 2019) el Ejército Británico, tras un análisis de los ejercicios militares KING’S RIDE (1985) en Ruhleben Fighting City (Berlín) [1] sacó como conclusión que las tácticas NATO de ataques lentos pero seguros del Royal Hampshire Regiment (parte del BAOR, ‘British Army of the Rhine’) sobre zonas urbanas acababan en fracasos en un número mayor que los ataques (mismo escenario) usando las tácticas del Pacto de Varsovia, manteniendo el número de bajas en números similares.

Es más, algunos estudios históricos basados en datos de la Segunda Guerra Mundial (analizando 73 batallas urbanas europeas) concluyeron que los atacantes en general sufrían menos bajas que los defensores, en torno al 28% bajas atacantes en comparación con las de los defensores (Rowland 1991). Estos ratios aumentaban dependiendo de la proporción de fuerzas atacante-defensor o si el ataque se realizaba con o sin apoyo blindado.

A priori puede parecer contra intuitivo que el atacante tenga menos bajas que el defensor, pero si pensamos en que los defensores, en su mayoría cercados, no podían huir (por tanto, caían prisioneros) y no contaban con apoyos (aéreos, artilleros y logísticos). Los famosos ratios, como el 3:1 atacante-defensor no garantizan una victoria, pero estadísticamente Rowland demostró que disminuyen el número de bajas del atacante, es por esto que en terreno urbano los ratios recomendables sean en torno a 5:1 o incluso el 10:1, como el conseguido en Mosul (Thomas y Fiore 2019). Esto se traduce en pérdidas mucho más limitadas para el atacante.

Situación en torno a Kharkiv a 25 de Marzo de 2022. Autor – @JominiW.

Aunque los combates urbanos requieran de ratios más elevados entre atacante-defensor para disminuir bajas, la inmensa mayoría de estas tropas realizaría tareas de seguridad en retaguardia, acordonamiento del perímetro, apantallamiento y logística alrededor de la ciudad y no constituirían necesariamente tropas preparadas para el asalto. La masa aún es relevante (Reynolds 2021).

Hay varias razones por las que atacar entornos urbanos generalmente conlleva para el defensor un número de bajas mayor que para el atacante. No sólo la potencia de fuego importa, también resulta más fácil para el atacante realizar ataques con superioridad numérica local y con múltiples apoyos (en general planeados de antemano), forzándolo a defender estática y posicionalmente y en inferioridad numérica (Storr 2021, 243).

Algunos estudios como los de Rowland sacan como conclusión, que desde un punto de vista estadístico, un estilo de contraataques agresivos por parte del defensor es lo que iguala el ratio de bajas atacante-defensor, en lugar de una defensa estática ayudada de una fortificación del terreno urbano y hace la defensa a nivel táctico un recurso preferible. Rowland encontró que los contraataques de los defensores provocaban entre el 50 y el 90% de las bajas de los atacantes (Rowland 1991, 543).

Esto explicaría, entre otras cosas, por qué las FAFR no han sido capaces de avanzar en ciudades al norte de Ucrania (Kyiv y sus arrabales [Vorzel, Moshchun, Hostomel, Irpin o Bucha], Sumy o Kharkiv) donde los defensores aún no están relegados a una defensa posicional y se producen duros contraataques prácticamente a diario.

Situación en Mariúpol entre el 22 y el 24 de marzo. Autor – @JominiW.

No sólo esto, los defensores han sabido limitar sabiamente la movilidad de los atacantes con tácticas como por ejemplo la inundación del Río Irpin que recordarían a la campaña operacional de asedio y toma de las ciudades de Flandes durante la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648) de la casa de Austria, cuando la destrucción de presas en zonas bajo el nivel del mar era un recurso recurrente para limitar o eliminar el avance de las tropas enemigas de la corona.

En aquellos lugares como Mariúpol, donde las ciudades han sido correctamente aisladas por los rusos, la iniciativa del defensor ha sido neutralizada y las fuerzas rusas atacantes han conseguido concentrar un número de tropas suficiente como para poder asegurar el área de operaciones y poder apoyar los ataques correctamente, los avances en el interior de la ciudad han tenido lugar.

https://twitter.com/REjercitos/status/1507342921091227651
Combates en Mariúpol.

La única ciudad en la que los rusos se están adentrando claramente es Mariúpol. Aunque la ciudad aún no ha caído, parece que se está realizando avances sustanciales en ciertas partes de la misma y su caída sería cuestión de tiempo ya que la penetración del BTG Rosgvardiya checheno parece que seccionará la ciudad en dos áreas: Norte y Sur.

Las batallas en torno a esta ciudad facilitará lecciones aprendidas adicionales sobre la marcha a los rusos y marcará el camino a seguir si quieren continuar por esta senda el resto de la campaña. La conquista de esta ciudad (y otras zonas donde el frente se estabilice) liberará tropas y a largo plazo, supondrá una desventaja para Ucrania, ya que esto permitirá reactivar ofensivas en torno a ciudades que ya están cerca de ser rodeadas.

Aunque el combate en terreno urbano supone un consumo inusualmente alto de recursos humanos y logísticos y un nivel de estrés muy elevado en las líneas de suministro (King 2021, 138-139), los recursos humanos no se emplearían necesariamente en los, puesto que concentrar demasiadas tropas en un terreno excesivamente reducido, elevando la densidad podría traducirse en mayor número de objetivos apetecibles para realizar ataques con los que producir un elevado número de bajas al atacante.

https://twitter.com/REjercitos/status/1507279591563567104
Infantes de Marina rusa limpiando zonas de Mariúpol de combatientes ucranianos.

La defensa ucraniana y el combate urbano

Prácticamente todos los manuales doctrinales occidentales sobre combate urbano abogan por rodear y aislar los núcleos urbanos antes de proceder a su conquista, forzando así una defensa posicional e imponiendo tácticas que favorecen la maniobra, el engaño y las penetraciones sorpresivas en profundidad del atacante. Las doctrinas soviéticas hacían énfasis en una penetración apresurada de las ciudades mientras esto fuera posible, negando toda ventaja posible al defensor y protegiendo así a la ciudad y a los civiles (Ananiev, Petrenko y Chernysh 2021). Cuando esto se realizaba debidamente, los resultados eran muy fructíferos, pero sin el entrenamiento y planificación adecuada pueden dar resultados catastróficos. Las tropas que penetran en la ciudad pueden quedar aisladas y ser destruidas lentamente. Es por esto que se requiere mucho entrenamiento de armas combinadas y apoyos suficiente para evitar estas situaciones, explotando al máximo las oportunidades de penetraciones rápidas.

Parece ser que los ucranianos están empleando tácticas de hostigamiento y contra ataques generalizados para mantener el conflicto vivo apoyándose en puntos fuertes que servirían como pivotes defensivos, en este caso las ciudades. A nivel operacional, esta campaña recuerda mucho a las campañas europeas hasta el siglo XVII, en las que los defensores recurrían a un  sistema de plazas fuertes que formaban un tablero de ajedrez en medio del cual se movían los ejércitos.

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