En las últimas cinco décadas, hemos asistido a un vuelco brutal en todo lo relativo a la construcción naval. Un cambio tectónico motivado por una parte, por el auge de distintas naciones asiáticas que han multiplicado sus capacidades de construcción naval, aplicando en algunos casos fuertes subsidios a su industria para conseguirlo. Por la otra, debido al abandono relativo del sector en Occidente, tanto en su vertiente civil como, cada vez más, militar, fruto de errores de concepción, cuando no de motivaciones ideológicas. Mediada la tercera década del siglo XXI, y aunque todavía las competencias del personal y el número de instalaciones tanto en Europa como en los Estados Unidos son importantes, es inevitable hablar de declive relativo. También, pensar, a la luz de los cambios en la guerra constatados en los últimos años, que es la hora de tomar medidas drásticas para revertir la situación. Al fin y al [Continúa…]