El retorno de la guerra de alta intensidad y a escala industrial, como demuestra lo ocurrido en Ucrania, es una realidad. Adaptarse a ella pasa por dejar de lado concepciones que si bien eran útiles para escenarios de baja intensidad, no lo son en absoluto en el nuevo escenario, e implica recuperar las grandes unidades, como la División y el Cuerpo de Ejército, imprescindibles para operar con éxito en un entorno que es, además, multidominio. Más allá de los cambios doctrinales y las adaptaciones tecnológicas, en el caso de la Caballería, cumplir con sus cometidos tradicionales en este nuevo contexto implica el retorno de la caballería divisionaria.
La Caballería ha sido tradicionalmente el Arma que ha proporcionado a las formaciones superiores una fuerza equipada, organizada y adiestrada para ejecutar las operaciones de reconocimiento, de seguridad y de combate.
Actualmente, una de estas Grandes Unidades (GUs) superiores, la División, está sufriendo una cierta transformación en su concepto de empleo, aunque el desarrollo a nivel táctico está por llegar.
En las últimas décadas se había realizado un gran esfuerzo para que las Brigadas pudieran aportar una serie de capacidades en las operaciones en curso, todas del tipo contra insurgencia. Como resultado, estos conflictos de larga duración, en Irak y Afganistán, habían relegado los cometidos que podemos llamar tradicionales a un segundo plano, “afganizando” la instrucción y el adiestramiento. Esta situación se está revirtiendo ante la constatación de que se estaba dejando un núcleo muy importante de la misión de los ejércitos de lado, lo que ha quedado demostrado con el estallido de la guerra de Ucrania.
Las unidades más afectadas por aquella tendencia han sido las acorazadas. Cuando participaron en las misiones mencionadas, muchos miembros de tripulaciones desarrollaron funciones alejadas de las propias, por ejemplo llevando a cabo patrullas a pie o gestionando puntos de control (check points), así como tareas más rutinarias del tipo seguridad de destacamentos, para todo lo cual tuvieron previamente que instruirse y adiestrarse, resultando que al final de sus ciclos de participación en operaciones, la proporción del tiempo dedicado a esos cometidos que hemos denominado tradicionales era realmente baja.
Por otro lado, en muchos ejércitos el número de formaciones de carros disminuyó e incluso hubo alguno en el que desaparecieron totalmente, y en todo caso perdieron importancia fundamentalmente en favor de la infantería ligera.
Como consecuencia del esfuerzo dirigido hacia las Brigadas, durante años en nuestro ejército (y en los de nuestro entorno) se podían organizar Cuarteles Generales (CGs) a ese nivel, pero se disponía de una limitada capacidad para montar un Puesto de Mando (PC) de División.
En el caso de necesitarlo en alguna operación, formando normalmente un Mando de Componente Terrestre (LCC, Land Component Command), se ha estado considerando que debía asumir el mando de fuerzas y capacidades de varios países, por lo que no disponen orgánicamente de Núcleo de Tropas Divisionario (NTD)1.
Se ha seguido la tendencia de organizar las Brigadas a semejanza de como lo fueron las Divisiones, lo que ha incluido una unidad de Caballería, de la que antes no disponían. Como en otros ejércitos, no se veía la necesidad de que en un escalón que no desplegaba en operaciones existiera una organización que proporcionara a su jefe las clásicas misiones del Arma, por lo que desaparecieron los Regimientos Divisionarios en favor de los Grupos en las Brigadas. De todos modos, las Brigadas no han recibido la capacidad suficiente para gestionar otros elementos que no sean los propios (GTs, apoyos al combate y apoyos logísticos), como pueden ser los de Operaciones Especiales (OEs), helicópteros, inteligencia, defensa aérea (DA), fuegos de largo alcance, etc.
Sin embargo, la importancia del nivel División y Cuerpo de Ejército (CE) en las modernas Operaciones Multi-Dominio (OMD) está creciendo rápidamente y cobrando un perfil diferente debido a la evolución de la naturaleza de los conflictos, que ha traído una gran complejidad de los sistemas involucrados en la batalla.
En este complejo entorno, el mayor de las últimas décadas, es necesario poder combatir en todos los dominios, descentralizando las acciones, potenciando la iniciativa y la movilidad, y maniobrando con despliegues más dispersos. En estas condiciones cobra vital importancia el reconocimiento y la seguridad junto con la capacidad tecnológica de los ejércitos, siendo este último factor el que está provocando una verdadera revolución.
Para llevar a cabo estos cometidos, se está recuperando (y no solo en nuestro ejército) la AGT Divisionaria, o una similar, basada en un Regimiento de Caballería que forma parte del NTD. Uno de los retos que se presentan ahora es el de lograr que ese NTD esté organizado y adiestrado dentro de las consabidas restricciones organizativas y económicas que adolecemos sin remedio.
¿Qué son las Operaciones Multi-Dominio (OMD)?
En los últimos años, la evolución de los conflictos basada fundamentalmente en el desarrollo de la tecnología ha conformado un entorno operativo denominado Multi-Dominio por su naturaleza, en el que las operaciones serán más letales y de mayor envergadura (los norteamericanos las denominan LSCO, Large Scale Combat Operations).
Para entender la importancia del escalón División en los actuales conflictos, vamos a intentar antes hacer un resumen de lo que es este nuevo concepto de las operaciones.
Para ello, resulta clarificador el documento del CESEDEN de abril de 2020 “Nota Conceptual, Operaciones Multi-Dominio”, del que extraemos y resumimos una parte, añadiendo algunos comentarios.
En el año 2012 apareció en EEUU el documento «Capstone Document for Joint Operations» que fue el origen de los estudios conducentes a incorporar a los ambientes físicos clásicos de las operaciones (terrestre, marítimo y aeroespacial), otros dos no físicos (ciberespacial/virtual y cognitivo, refiriéndose este último al comportamiento social y percepciones del individuo)2 que, con los avances que traen las nuevas tecnologías, están produciendo cambios en el entorno operativo3 y lo hacen cambiante e impredecible. Desde entonces se han publicado en diversos países muchos documentos, tanto oficiales como públicos, bajo el término de “Multi-Domain Operations” con la intención de aplicar las conclusiones en los planos militar y político.
Sin embargo, la realidad es que ni la mayoría de los países ni la misma OTAN ha definido todavía claramente el concepto, y ni siquiera se mantienen las mismas denominaciones a los dominios en todos los países.
Asimismo hay que comentar que ya se han desarrollado conceptos de OMD para las funciones en el nivel operacional, pero el nivel táctico está hasta ahora mucho menos desarrollado.
No obstante, tal es la importancia y la urgencia en la aplicación que se da a este nuevo concepto en los EEUU, que el límite temporal para su desarrollo y aplicación ha pasado de 2040 a 2028 («The US Army in Multi-Domain Operations 2028», 2018). Además, ha creado en la “Multi-Domain Task Force, MDTF”, una unidad de carácter experimental que tiene como objetivo desarrollar las nuevas tácticas, técnicas y procedimientos (TTPs) a emplear en el nuevo campo de batalla, y publicó el FM 3-0 con el nuevo concepto del escenario operacional, actualizado en octubre de 2022.
Este campo de batalla tiene como características principales su condición no lineal, el protagonismo de la población civil y su desarrollo en áreas urbanizadas, con enfrentamientos de alta intensidad y amplio uso de la tecnología.
El proyecto Army 2030 ha restablecido la División como el escalón táctico decisivo en las LSCO. En octubre de 2022, el U.S. Army Forces Command asignó a la 1ª División de Caballería la misión de llevar a cabo una experiencia piloto en cometidos de Reconocimiento y Seguridad (RyS) para la División Acorazada (reforzada), dentro del apoyo al desarrollo de la Actualización del Diseño de la Fuerza del Ejército 2030. Incorporó un Cavalry Squadron4 con el que están llevando a cabo diversas experiencias en las que se está aplicando el empleo de la tecnología avanzada en la táctica.
En el seno de las Fuerzas Armadas (FAs) de los EEUU se ha llegado a un acuerdo general en cuanto a la necesidad de “rápida y continua integración de capacidades de los diferentes ámbitos” y en cuanto a ciertas características que muestra la nueva situación. En ese sentido, estas operaciones estarán a cargo forzosamente de una Fuerza Conjunta que debe adaptarse a la nueva complejidad que viene de la mano de las nuevas técnicas, para intentar producir efectos en y desde todos o muchos ámbitos de la Operación, coordinando a los actores implicados para conseguir acciones convergentes.
Será necesario que los componentes de las FAs empleen sistemas interoperables, que gocen de una necesaria conectividad, y así poder compartir la información generada por todos los sensores en las operaciones dentro de una “nube de combate” (combat cloud) creada en una gran intranet. Todo esto implicará un cambio de mentalidad en los cuadros de mando de forma que, basándose en la tecnología, sean capaces de adoptar decisiones ágiles y veloces, utilizando la información compartida y con un ciclo de toma de decisión muy rápido. Para ello hará falta que los sistemas de Mando y Control (Command and Control, C2), con las características que acabamos de describir (conectividad, interoperabilidad), sean capaces de afrontar este tipo de acciones.
En definitiva, las FAs se enfrentan a lo que podríamos llamar un nivel superior en las operaciones, más complicado que el de las conjuntas, caracterizado por su carácter híbrido, complejo, por la conectividad de los sistemas y por el ritmo rápido y cambiante. Se trata de emplear al Ejército y las capacidades conjuntas con la finalidad de utilizar en cada momento todos los medios necesarios de combate de los dominios concernidos para conseguir cada objetivo, y así cumplir las misiones con la mayor eficacia.
Finalmente, la Nota Conceptual aclara que, hasta ahora, en las FAs españolas se empleaba el término “ámbito de operación”, que son, según la PDC-00, los espacios físicos y no físicos, con características propias diferenciadas, que condicionan las aptitudes y procedimientos de los medios, fuerzas y capacidades que deben operar en ellos. No obstante, se considera que los ámbitos no físicos carecen de límites tangibles y precisos, con el resultado de que se está empleando cada vez más el término dominio, ya que “ámbito” se refiere más a un área concreta, con límites precisos, mientras que “dominio” se define como “ámbito real o imaginario de una actividad”.
La AGT de la División
El manual Empleo de las Fuerzas Terrestres PD1-001 dice de la División que no existe como estructura orgánica, y añade que, como Fuerza Operativa:
“Es la Gran Unidad fundamental de empleo en las operaciones militares que no tiene composición fija. Se genera con varias Brigadas de Combate, Agrupamientos Tácticos y unidades de apoyo al combate y apoyo logístico al combate en número variable. En caso de constituirse, es la fuerza operativa de menor entidad capaz de realizar todas las actividades de todas las funciones tácticas y cuyo Cuartel General es capaz de integrar todas las capacidades operativas de las fuerzas terrestres”.
Creemos que esta definición ha quedado obsoleta o, al menos, algo insuficiente, dado que después de ver lo que implica el concepto de las OMDs, está claro que la División debe trabajar como Fuerza Conjunta cada vez que se active. Esto significa que, aunque desde el punto de vista orgánico no podrá adiestrarse en el día a día como tal, sí deberá tener en cuenta esa faceta en sus planes y adiestrarla en los ejercicios, tanto en los ambientados en las operaciones tradicionales como en los que se desarrollen en ambiente híbrido.
Para poder tener éxito en la batalla, el Jefe de la División necesita obtener y mantener la iniciativa, y por eso en el proceso de transformación del ET hacia la Fuerza 2035 (Conceptos de Transformación), se contempla que, “para dotar de profundidad y preservar la libertad de acción de la fuerza terrestre, se deberán integrar organizaciones operativas de Caballería en todos los niveles tácticos, que proporcionarán capacidades especializadas en el reconocimiento, seguridad táctica, control de zona y enlace, de especial valor en los escenarios no lineales y con amplios espacios vacíos”.
Actualmente, en los enfrentamientos armados no se van a poder utilizar las fuerzas en masa, no al menos en el principio de las operaciones, porque el enemigo las localizará y batirá rápidamente con fuegos precisos de largo alcance, lo que provoca el efecto de la creación de amplias zonas vacías a raíz de la dispersión. En esta situación es donde cobra importancia el empleo de formaciones con gran capacidad de dispersarse y concentrarse, cuando y donde sea necesario, con rapidez.
La División precisa, en consecuencia, de una organización de cierta importancia, con gran movilidad, velocidad y potencia de combate, capaz de desplegar en amplios espacios y de concentrarse rápidamente para llevar a cabo sus cometidos, equipada y adiestrada con tal fin.
Surge de esta forma (más bien resurge, ya que es muy veterana) la figura del Regimiento Divisionario, que forma para el combate la AGT divisionaria, cuya misión general será, mediante el reconocimiento, facilitar al Jefe de la División que conozca el entorno operativo y, mediante la seguridad, proporcionarle tiempo de reacción y espacio de maniobra.
Su actuación normal será, inicialmente, desplegar a vanguardia del grueso y llevar a cabo los combates de reconocimiento. Ante las primeras acciones de contacto con el enemigo, normalmente otras unidades de su misma naturaleza hasta alcanzar al grueso, las destruye o neutraliza, y le fuerza a realizar maniobras no deseadas de forma que, en última instancia, cuando sus despliegues y entidad son ya conocidos, se realiza un paso de escalón con la o las Brigadas designadas, pasando entonces a cubrir los flancos en misión de seguridad o a formar la reserva, o parte de la reserva, de la División. Al finalizar la acción principal, puede volver a realizar reconocimiento a vanguardia o a ejecutar la operación de explotación del éxito o de persecución.
En las funciones de seguridad, debe evitar el fuego directo y la observación del enemigo sobre las fuerzas propias, y puede alertar a la División con sus medios de observación acerca de los movimientos de enemigo, ganando así tiempo para reaccionar.
Asimismo puede llevar a cabo acciones de retardo proporcionando información y tiempo, evita el empleo de otras formaciones que de esta forma se puedan empeñar en diferentes zonas (economía de fuerzas), mantiene el contacto con el enemigo desgastándole, disminuyendo de esta forma su capacidad ofensiva, y le canaliza hacia zonas favorables de la defensa.
El alcance y naturaleza de sus misiones justifica una organización tipo Regimiento, y se traduce en que la AGT que genera debe estar preparada para realizar una serie de cometidos muy diferentes entre sí que no pueden ser llevados a cabo por otras unidades de maniobra. Debe reunir una serie de características que necesitan de un adiestramiento específico para lo que no están, ni deben estar, preparadas otras organizaciones.
En este sentido, y dentro de las experiencias que hemos mencionado en el proceso de reorganización 2035 del Army, con las que se está estudiando dotar a las Divisiones de un componente específico en misiones de RyS, se intentó asignar las funciones de la Caballería a una de las Brigadas de Combate (BCT, Brigade Combat Team), pero su desempeño fue bajo en los ejercicios realizados, porque el cumplimiento de esas misiones requiere, según ellos mismos declaran, de una manera de combatir, mentalidad de los jefes y un adiestramiento especifico propios del Arma. Además, en ese proceso se perdería una Brigada para posteriores intervenciones.
En el caso de nuestro Ejército, si se dispone de un Regimiento, pero no tiene la entidad necesaria, como es el caso en la actualidad, la División podría verse obligada a emplear la Caballería de las Brigadas, privándola/las de un elemento de maniobra único que no podrán utilizar cuando se tengan que empeñar en la lucha. No es realista generar una AGT que se deba apoyar en un Grupo de una Brigada en la ejecución de sus misiones.
En muchas ocasiones se comenta que el combate es una cuestión que se gestiona fundamentalmente entre personas, y por eso las relaciones de los individuos que forman parte de las unidades son muy importantes. Haberse adiestrado juntos con anterioridad y conocerse personalmente lleva a un entendimiento que hace posible afrontar la batalla con mayor garantía de éxito incluso cuando hay un mínimo de órdenes, o pocas medidas de coordinación. Los agrupamientos tácticos como la AGT son una necesidad, pero pueden perder efectividad a medida que pierden cohesión porque aumenta el número de agregaciones. Si una unidad está bien organizada y equipada, se pueden reducir esas agregaciones al mínimo para cada misión, lo que aumenta la efectividad.
En este sentido, la AGT no puede estar cohesionada si al Regimiento base le falta un Grupo y debe operar en cada ocasión con uno de refuerzo distinto según las circunstancias. Los Grupos y los Escuadrones, bajo un Mando de Agrupación con su Puesto de Mando (PC), deben haberse adiestrado antes de las operaciones. También ha de disponer de la logística correspondiente, adiestrada para apoyar a una AGT (no sólo al Regimiento), tanto en temas de personal como de material. Todo eso no se puede improvisar.
Lógicamente, es igualmente imperativo el adiestramiento con los apoyos que le debe proporcionar el mando superior, algo que está en la naturaleza del combate inter armas. En la misma línea de la cohesión de sus componentes, la División debe disponer de unos apoyos en el NTD que deben haberse adiestrado unidos y conocerse a la perfección.
Aunque el tema excede del límite de este trabajo, haremos ahora unos breves comentarios que enmarquen el desempeño de los que actúen en beneficio del combate de la AGT.
De ellos, el que más influye sobre la orgánica del Regimiento es la Artillería (RACA). La maniobra de la AGT se desarrolla en base a un despliegue de gran amplitud y profundidad, por lo que será necesario un apoyo de fuegos indirectos de gran alcance y flexibilidad que se adapte al ritmo de las acciones. Si bien el RACA de la División se adelanta siempre sus medios para dar apoyo al de Caballería en alguna de sus modalidades, normalmente no se podrá llegar a todos los extremos de semejante dispositivo, así que su falta se suple parcialmente con morteros pesados (MPs), encuadrados orgánicamente en los Escuadrones, como luego veremos.
Por otro lado, lo habitual es disponer de una Sección de Ingenieros por Escuadrón, dado que lo máximo que podría estar trabajando con la AGT sería un Batallón. Según los enfrentamientos se den en ofensiva o defensiva, facilitarán el movimiento de los escuadrones o dificultarán el del enemigo, siempre con ejecuciones más rápidas de lo habitual debido al ritmo de la lucha y a la falta de tiempo.
En cuanto a la Defensa Aérea, es difícil, y más actualmente con el desarrollo que se ha producido en el campo de los UAS y los misiles, definir su actuación dentro de la zona de acción del Regimiento. En cualquier caso se beneficiará del de la defensa AA y anti misil de la GU superior, pero también podría recibir unidades de defensa aérea con sistemas de arma de corto alcance y específicos contra UAS, con la misión de proteger toda la ZA de la AGT o establecer sólo burbujas de protección para algunos elementos.
En principio, la dispersión sobre el terreno hace difícil que se ofrezcan concentraciones de fuerzas que sean rentables al enemigo, por lo que no se haría empleo masivo de la DA que pudiera compensar su desgaste. Más útil será en la protección de los componentes de Artillería de Campaña (ACA) o de las logísticas, además de los PCs, que habrán adelantado sus medios para realizar sus apoyos.
Las unidades de Guerra Electrónica (EW) ayudan en las fases del combate en las que actúa la AGT, entre otras cosas, a concretar el despliegue del enemigo, perturbar o interrumpir sus comunicaciones y proteger las propias, o efectuar contramedidas. Su actividad deberá ser especialmente coordinada con las de la AGT, ya que tendrán muy adelantadas sus posiciones para acercarse a las del enemigo y obtener así la mejor potencia y alcance de sus tareas.
Misiones y cometidos
Como se ha comentado ya, genéricamente se atribuyen a la Caballería las misiones características de Reconocimiento, Seguridad y Combate. No obstante, todas las unidades deber realizar reconocimiento, deben establecer una seguridad y, obviamente, deben estar preparadas para el combate. La gran diferencia es que esta es el Arma encargada de llevar a cabo estas tareas en beneficio de la GU en la que está encuadrada.
Los viejos Reglamentos decían que “la Caballería es el Arma de la velocidad, apta especialmente para la ofensiva, actúa preferentemente por el movimiento”. Por tanto, la actuación general del Arma será en base a la movilidad, no se aferra al terreno, y a la ofensiva, no defiende posiciones. Lleva a cabo operaciones que requieran gran movilidad y radio de acción, y por esto es apta para establecer y mantener el contacto con el enemigo.
Las misiones características que hemos mencionado se pueden descomponer, sin atenernos excesivamente a lo que dicen los reglamentos tanto en la enumeración como en la descripción que haremos de ellas, en otras más específicas:
- Llevar a cabo las dos modalidades de Reconocimiento: en profundidad y en fuerza5.
- Proporcionar Seguridad al grueso de la División.
- Llevar a cabo el Aprovechamiento del Éxito y la Persecución.
- Realizar Acciones Retardadoras y Protección de la Retirada.
- Constituir la Reserva o el núcleo principal de ella.
- Ejecutar acciones de Economía de Medios, como Control de Zona o Enlace Táctico.
- Llevar a cabo acciones de Entrada Inicial.
El desarrollo de estas misiones se puede desgranar, a su vez, en una serie de cometidos (y las TTPs correspondientes), que se deberán llevar a cabo para completarlas y que determinarán la organización de la que hablaremos más adelante.
No combatirá en las acciones para conseguir información en profundidad, puesto que su carácter forzosamente sigiloso implica no ser detectados por el enemigo o la población. En el momento en que son descubiertos deben abortar la misión y retirarse.
En estas condiciones, debe disponer, junto con los VERT, de otros vehículos de apoyo en los que se transporta una serie de sensores (de tipo acústico, sísmicos, ópticos, etc), radares, drones tipo UAS/UGV, etc. Todos estos medios deben estar atendidos por unas tripulaciones que, al mismo tiempo, deben atender a su propia seguridad. Por esta razón, las unidades de Reconocimiento en Profundidad son algo más voluminosas en personal y material de lo que en principio pudiera parecer.
En contraste, el resto de las misiones sí implicarán los combates.
En ese sentido, al comienzo de la ofensiva se producirá la fase de aproximación al enemigo, en la cual se enfrentará a sus propias elementos de reconocimiento y seguridad con la finalidad de obtener información de él mismo (la amenaza, se cita en muchos documentos a modo de como lo hacen los estadounidenses) y del espacio de batalla, sobre uno o varios objetivos específicos, o en toda la extensión de la ZA. Lo hará hasta llegar a su grueso, momento en el que las Patrullas de Reconocimiento no pueden seguir avanzando y se emplean las reservas de la vanguardia, y se procede a llevar a cabo los combates de valoración del despliegue del enemigo, en base a una serie de ataques, tanto si está en movimiento como si ocupa una posición defensiva, para conseguir los datos cruciales que sirvan al Jefe de la División en la toma de las decisiones que le faciliten emplear su potencia de combate en el lugar y momento decisivo.
De igual forma combatirá para proporcionar seguridad, protegiendo a otras formaciones y proporcionando el tiempo y espacio necesarios para que la División ejecute su maniobra, evitando movimientos y desgastes prematuros. Una misión normal sería cubrir el flanco de la GU en su avance después de la ruptura, a modo de como lo hizo el Regimiento Spahis francés con la División Daguet durante la Guerra del Golfo.
Cuando en ofensiva el ataque de la División ha sido victorioso, y con la finalidad de aprovechar las ventajas obtenidas y evitar que el enemigo se rehaga, se pasa a la fase de Aprovechamiento del Éxito, y si ese ataque ha producido la derrota y el retroceso de las unidades enemigas, se pasa a la Persecución, para destruirlas o capturarlas. Por sus características, la AGT se adapta perfectamente a estos cometidos, y además no ha sido empleada en el ataque, así que es la formación mejor posicionada para realizar estas fases.
En defensiva realizará, sobre todo, y dentro de la llamada Maniobra Retardadora de la GU, las Acciones Retardadoras, en las que en la profundidad de lo que se denomina la Zona de Seguridad (por delante del Borde Anterior de la Zona Principal de Defensa) actúa como fuerza de cobertura de la División, llevando a cabo maniobras limitadas en el tiempo que consisten en la defensa de líneas del terreno combinada con reacciones ofensivas para canalizar y retrasar el avance enemigo, desgastándole al producirle las mayores pérdidas posibles o, en momentos más complicados, protegiendo la retirada de los gruesos. Con ello se gana tiempo, se preservan fuerzas, y se evita empeñarse en la batalla en condiciones no deseadas.
Cuando la AGT no esté empeñada en acciones, puede constituir o formar parte de la reserva. Cabe puntualizar que el único elemento de maniobra del NTD es el Regimiento Divisionario que, si está bien dimensionado, cuando el Jefe de la GU necesite libertad para poder establecer una reserva sin tener que echar mano de unidades de sus Brigadas, debilitándolas, puede emplearlo porque es lo suficientemente ágil y potente, características esenciales de una reserva.
La capacidad de maniobrar en amplios espacios, concentrando y dispersando sus despliegues con gran agilidad en poco tiempo, le hacen especialmente apta para efectuar acciones de control de zona, cubriendo espacios extensos con pocas fuerzas o de enlace entre unidades adyacentes.
El término «entrada inicial» se refiere normalmente a la toma/control de los APOD/SPOD (Aerial Port Of Debarkation/Seaport Of Debarkation). Una vez tomado, es necesario ampliar la zona controlada a su alrededor lo más rápido posible, ampliando la ZA de las fuerzas propias. La toma en sí puede ser llevada a cabo por diferentes unidades, pero la ampliación de la ZA debería ser cosa del componente dedicado a RyS.
En resumen, la AGT realiza, en una gran extensión de terreno, una amplia gama de acciones que incluyen el reconocimiento, la seguridad, avance para el contacto, acciones ofensivas y defensivas, acciones retardadoras, explotación del éxito y persecución.
Las unidades de Caballería mantienen hoy en día su valor tradicional a pesar de los avances en los sistemas porque son el único mecanismo que puede proporcionar una verdadera y completa Situational Awareness o conciencia de la situación al mando superior. La tecnología tiene sus límites, los tienen los sensores, las comunicaciones, los UGV/UAVs, etc, mientras que los escuadrones trabajan continuamente, bajo (casi) cualquier condición climatológica. El reto consiste en sacar el mejor partido de ella para perfeccionar la ejecución de las operaciones.
Organización. Capacidades Necesarias
Como estamos viendo, a pesar de la indefinición a nivel táctico de los conceptos de las OMD nos podemos aventurar a decir que en el futuro próximo las unidades de Caballería mantendrán sus capacidades convencionales, pero adaptándose al rápido y masivo alud de nuevos recursos que estamos viviendo.
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