El uso de vehículos blindados y carros de combate en España se remonta a principios del siglo XX. Es una historia rica y curiosa, en la que se mezclan los diseños nacionales con los recibidos del extranjero, desde la Unión Soviética a los Estados Unidos, pasando por Alemania e Italia, entre otros. Si en la segunda parte de esta serie de artículos hablábamos de los primeros Planes de Modernización del Ejército de Tierra, aprobados en los años 70, en esta tercera llegaremos al presente siglo, haciendo un repaso a todos aquellos planes que desde entonces han sido sucediéndose…
Aunque el subtítulo de este tercer artículo de la serie sobre carros de combate y blindados en España parezca haber salido de un anuncio televisivo protagonizado por un conejito, lo cierto es que se ciñe bastante a la realidad. No en vano, ya llevamos 4 décadas de infructuosas modernizaciones…y lo que nos espera, pues es difícil creer que la Brigada Experimental 2035 o BRIEX 2035, tampoco va a completar nuestras expectativas.
Las razones son las mismas que nos vienen aquejando desde hace ya demasiadas décadas: La escasez de presupuestos que, con independencia de las reorganizaciones que hagamos, jamás nos permitirán disponer de unas unidades realmente operativas. De hecho, ya he expuesto en numerosos trabajos y artículos que, tal como nos viene avisando la OTAN, desde hace muchos años, ningún Ejército que se precie, con un presupuesto no muy superior al de…Malta (1,5% de PIB en 2019)[1], sea capaz de mantener un Ejército…más o menos operativo.
Partiendo de la idea básica, totalmente engañosa, todos los planes de modernización puestos en marcha hasta ahora (META; RETO 1 y 2; NORTE…)[2] consistían, o decían consistir, en lograr un Ejército más reducido, pero mucho más operativo. Sin embargo, la realidad, que es tozuda y demostrable en el plazo necesario, nos ha abierto los ojos una y otra vez, poniendo de manifiesto que solo era real la primera premisa, es decir, la de reducción de personal (pasando de más de 300.000 a unos 82.000). Es decir, lo hemos disminuido más de un 70%, lo cual no es malo, ni mucho menos. Lo que sí es totalmente absurdo es que, habiendo sido profesionalizado al 100%, las unidades estén tan pésimamente dotadas de material.
Por supuesto, sería necio no reconocer que se han mejorado algunos aspectos importantes, como la compra de los Leopardos 2E, o los Pizarros, o los futuros VCR 8×8, o los Centauros o, incluso, los helicópteros Tigre…[3]; sin embargo, la verdad es que, con la salvedad de los carros de recuperación Búfalo, ni la familia Leopardo, ni la Pizarro, ni la VCR, en su momento, dispondrán de las versiones especiales necesarias, por lo que las unidades tendrán que seguir utilizando los modelos derivados de las familias BMR-600 y M-113, que solo tienen unos 60 y 40 años de vida, respectivamente pero, eso sí, con algunas modernizaciones propias de un Ejército tercermundista[4], en el mejor de los casos.
Dado que la revista Ejércitos ya tiene publicaciones muy amplias dedicadas tanto a las Brigadas Polivalentes como a la Experimental BRIEX 2035, a continuación solo citaremos algunos datos que nos parece oportuno recordar para poner las cosas en su sitio. La Directiva de Defensa Nacional 08/12 del JEME, entró en vigor el 10 de noviembre de 2012 y contemplaba “un nuevo concepto de fuerzas terrestres, realista y sostenible, dirigido a optimizar las capacidades operativas”, de acuerdo con el panorama estratégico bosquejado por la propia directiva, que incluía un escenario incierto de amenaza híbrida (combinación de conflicto convencional con confrontación de carácter asimétrico). Este escenario tan complejo exige la existencia de muchas capacidades distintas, sin olvidarnos además de la amenaza no compartida, es decir, la defensa del territorio nacional frente a posibles ataques que no conciernen a nuestros socios y aliados.
Como principal objetivo, buscaba una respuesta rápida y eficaz al empleo de las fuerzas terrestres por parte del Gobierno, que exigía una organización adaptable y flexible, cuya característica fundamental debía ser la polivalencia. En líneas generales, las capacidades de esas Brigadas Orgánicas Polivalentes (BOP) tenían que basarse en: Posibilidad de enfrentarse a un número muy amplio de amenazas futuras, y combinación de potencia de combate, adaptabilidad y capacidad de proyección. En resumen, una Fuerza que tenga una respuesta aún más rápida y eficaz, y con una orgánica adaptable y flexible. Para conseguir los objetivos mencionados, las BOP deben estar configuradas en base a:
- 1 Batallón de plataformas de tiro tenso (carros) sobre ruedas o cadenas.
- 2 Batallones sobre el futuro VCR 8×8.
- 1 Batallón Dual con capacidad 8×8 y aerotransporte.
- 1 Grupo de Caballería con capacidad ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento).
- Otras unidades (Artillería, Zapadores, Transmisiones, Apoyo Logístico…).
El primer tipo de BOP debería incluir un batallón dual aerotransportable, dos o tres batallones más de 8×8 y una unidad de reconocimiento sin batallón de carros. El segundo, por su parte, debería ser igual que el primero pero sustituyendo el batallón dual por otro de carros. Por otra parte, las BOP deberían permitir hacer frente a las operaciones de proyección exterior y a los compromisos internacionales, mediante la rotación de esas Brigadas. Además, para responder ante cualquier nueva amenaza, se tendrán que incrementar las posibilidades de disponer de las capacidades necesarias en muy poco tiempo. En definitiva, el Ejército tendría que ser capaz de actuar ante cualquier situación de crisis de forma escalonada, lo que sería beneficioso para el cumplimiento de nuestros compromisos internacionales, así como atender a la defensa del territorio nacional.
En resumen, atendiendo a las premisas propuestas, la estructura del Ejército de Tierra, quedó como sigue: Cuartel General del Ejército; Fuerza del Ejército de Tierra; y Apoyo a la fuerza.
Centrándonos en la Fuerza, diremos que, en consonancia con lo que dicta la Directiva del JEME, “la característica fundamental de esa estructura es la Polivalencia de sus unidades de nivel Brigada[5], que se materializa en una Fuerza con un conjunto de capacidades que puedan dar respuesta a las exigencias operativas en todo el espectro del conflicto”.
Por otra parte, contando las ocho BOP, incluida la de Canarias, vemos que cabría la posibilidad de realizar dos misiones de unos 1.500 efectivos simultáneamente, dos desplegadas, dos dispuestas y cuatro en preparación, con el problema añadido de que algunos relevos presentarían dificultades. Por ejemplo, entre Brigadas de diferentes capacidades (una unidad ligera y una mecanizada, por ejemplo); de ahí, la necesidad de la polivalencia.
Otra cuestión que puede ocasionar problemas es que, cuando una unidad desaparece, toda su experiencia de grupo, su estilo de mando y modo empleo, así como sus valores y su impronta como unidad, desaparecen irremediablemente, siendo muy difícil volver a recuperarlos, si es que no ha pasado demasiado tiempo, y ya es imposible. De hecho, los que hemos pasado por el trance, no ya de la disolución de una unidad, sino por su simple traslado de guarnición, por ejemplo, creo que comprendemos perfectamente la crisis que sufre el conjunto de la unidad y las dificultades que debe superar para volver a ser como era. Yo he conocido algunos casos en los que han tenido que pasar bastantes años…o, incluso, décadas.
Por último, aunque no menos importante, no debemos olvidar que la idiosincrasia de cualquier unidad, establecida durante años de trabajo continuado, no es nada fácil cambiarla. Así, si durante mucho tiempo mantenemos las unidades realizando solamente un determinado tipo de misiones, como por ejemplo las de ayuda humanitaria, mantenimiento de la paz o, simplemente, de las denominadas de tipo asimétrico o de baja intensidad, si en el futuro, llega el caso de que es necesario utilizarlas en un conflicto de gran intensidad, que no afecte para nada a nuestros aliados, ¿tendremos garantías de que nuestras Fuerzas Armadas serán capaces de defender los intereses de nuestra Patria de forma eficaz?
Quien escribe, sinceramente, tiene muy serias dudas, máxime si miramos un mapa con cierto detenimiento y vemos las situaciones políticas próximas a nuestros territorios extrapeninsulares. No olvidemos que, periódicamente, surgen conflictos en nuestras áreas más lejanas y próximas a territorios que, si llega el caso, no tengo muy claro si nuestros aliados de la OTAN, estarán indudablemente a nuestro lado de forma incondicional. Pensemos el “apoyo” que hemos recibido de algunos de nuestros “amigos” y “aliados”, en los últimos tiempos, en el caso del independentismo catalán, por ejemplo, o de los movimientos migratorios apoyados desde el Sur, es decir, por Marruecos[6].
Organización actual
La orden DEF/708/2020, de 27 de julio, recoge el desarrollo de la organización básica del Ejército de Tierra, publicada en el Boletín Oficial de Defensa número 152 de 2020. Esa nueva estructura recoge, partiendo de los recursos disponibles, la creación sencilla y rápida de las capacidades que, en un momento determinado, ordene el JEMAD.
En principio, el Ejército de Tierra quedará formado por: Cuartel General, Fuerza y Apoyo a la Fuerza. Centrándonos en la Fuerza, que es la que más nos interesa, debemos citar que queda reducida únicamente a tres Mandos de primer nivel: El Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad, la Fuerza Terrestre y el Mando de Canarias (MCANA) del ET. De esta forma, se facilita el intercambio de estructuras de tipo orgánico, al tiempo que son agrupadas unidades con responsabilidades comunes, como el MCANA, que integra las Comandancias Generales de Ceuta, Melilla y Baleares.
La Fuerza Terrestre está organizada en base a: Cuartel General de Alta Disponibilidad; División “San Marcial”; División “Castillejos” y Mando de Apoyo a la Maniobra. Por su parte, las dos Divisiones serán especializadas según sus cometidos principales. Así, la primera se encargará de organizar y adiestrar unidades con capacidades muy determinadas, mientras que la “Castillejos” hará lo propio en relación con las Brigadas de Combate que sean destinadas a los distintos compromisos, tanto de carácter nacional como internacional.
La composición de las Divisiones y del Mando de Apoyo a la Maniobra es la siguiente:
- División “San Marcial”: Cuartel General; Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas; Mando de Tropas de Montaña; Mando de Operaciones Especiales “Órdenes Militares”; Fuerzas Aeromóviles del ET; y Pequeñas Unidades.
- División “Castillejos”: Cuartel General; Brigada “Aragón” I; Brigada “Rey Alfonso XIII” II de la Legión; Brigada ”Galicia” VII; Brigada “Guzmán el Bueno” X; Brigada “Extremadura” XI; Brigada “Guadarrama” XII; y Pequeñas Unidades.
- Mando de Apoyo a la Maniobra: Mando de Artillería de Campaña; Mando de Artillería Antiaérea; Mando de Ingenieros; Mando de Transmisiones; Brigada Logística; y Pequeñas Unidades.
Por otra parte, en lo referente a la Brigada de Sanidad, se tomó la decisión de convertirla en Agrupación de Sanidad, siendo integrada en la Brigada Logística, de manera que serían mantenidas las capacidades de la Brigada de Sanidad, lo que redundaría en una mayor eficacia para el apoyo sanitario a las operaciones.
En resumen, podemos decir que, con esta nueva estructura, será más sencillo, al menos en teoría, la creación de agrupamientos tácticos creados para determinadas operaciones, de acuerdo con los compromisos nacionales o internacionales, que sean aprobados. Sin embargo, una vez que todas estas unidades estén perfectamente organizadas y en pleno funcionamiento, habrá que reajustar las distintas necesidades y la posible organización de las diferentes estructuras que sean consideradas necesarias. De esta forma, es posible que sean evitados los inconvenientes que, como ya vimos en su momento, se comprobaron al aplicar el funcionamiento de las BOP. El tiempo nos lo dirá.
Programas de materiales actuales y futuros
Este apartado lo vamos a dedicar a exponer, desde mi punto de vista, los programas que, a medio y largo plazo, debería poner en marcha el Ejército español, de manera que las futuras BRIEX puedan dotarse de los materiales necesarios, en el campo de los carros y blindados, para convertirse en unas Fuerzas realmente eficaces y con la suficiente potencia y capacidad para llevar a cabo cualquier misión que se les pueda exigir, tanto si se trata de operaciones de baja intensidad o asimétrica, o de alta intensidad y de tipo convencional o, incluso, de tipo híbrido. Todo ello sin perjuicio de que se abran otros adicionales o se profundice en alguno recientemente anunciado.
En consecuencia con lo anterior, vamos a estudiar, de manera separada, los diferentes tipos de vehículos, de acuerdo con sus distintas configuraciones, así como los programas de actualización de esos vehículos que deberían realizarse y sus posibles o deseables versiones, es decir:
- Carros de combate: Leopardo 2E y VRC-105 Centauro.
- Vehículos Acorazados de Cadenas: VCI Pizarro y VTT M-113 (TOA).
- Vehículos Acorazados de Ruedas: VCR 8×8 Dragón, Piraña IIIC y BMR-VEC 6×6.
- MRAP: RG-31 y LMV Lince 4×4.
Programa Leopardo
A mediados de 1995 fue anunciada la intención de fabricar carros Leopard 2A5 en España con licencia de la empresa alemana Krauss Maffei Wegmann. Tres años más tarde, en diciembre de 1998, el Ministerio de Defensa español firmó un contrato con la empresa Santa Bárbara Sistemas (adquirida por la norteamericana General Dynamics) para el suministro de 219 carros de combate Leopardo 2E, 16 vehículos de recuperación Büffel (Búfalo), 4 carros escuela y su correspondiente apoyo logístico, que incluía una completa familia de simuladores.
Aunque inicialmente estaba previsto entregar los vehículos entre 1999 y 2007, por diversos motivos (problemas políticos derivados de la venta de Santa Bárbara, deficiente entrega de algunos repuestos, modificaciones del contrato[7], etc), el programa sufrió numerosos retrasos, de manera que, a estas alturas, ya va siendo necesario estudiar algunas actualizaciones del vehículo y, en el futuro inmediato, habrá que considerar otras adicionales, sobre todo si queremos que esté perfectamente preparado para participar en operaciones exteriores, similares a las realizadas durante los últimos años en Irak, Afganistán, Líbano, etc.
En este tipo de conflictos y, presumiblemente, en los futuros en los que nos impliquemos -a pesar de la guerra de Ucrania-, cobra un especial interés el combate en zonas urbanizadas frente a un enemigo asimétrico, capaz de atacar a los carros y blindados en los 360º y desde arriba, con armas tales como lanzagranadas tipo RPG, minas, cargas improvisadas IED, proyectiles formados por explosión EFP, etc.
En consecuencia, no estaría de más en seguir los pasos de otros países y estudiar una modernización del Leopardo, especialmente diseñada para el combate en zonas urbanizadas[8], que no tendría que aplicarse a toda la flota sino al número de vehículos que el Estado Mayor considere necesario, atendiendo a su previsible utilización, o bien, que todos los vehículos dispongan de la necesaria pre-instalación y, de forma independiente, los equipos necesarios.
En consecuencia con lo anterior, las mejoras que sería conveniente introducir en todos o en un número limitado de Leopardos, cabe resumirlas en:
- Protección anti-minas reforzada, en base a: Coraza adicional en la panza del vehículo; asientos especiales suspendidos del techo o de las paredes con apoyos para los pies; suelo totalmente despejado de elementos que puedan salir despedidos, transformándose en verdaderos proyectiles; protección de las barras de torsión; perfecta sujeción de todos los objetos y elementos del interior que puedan salir lanzados por el impacto; etc.
- Estación de armas de control remoto sobre el techo de la torre. A ser posible, que pueda montar distintos tipos de ametralladoras (7,62 y 12,70 mm) y lanzagranadas automático de 40 mm, y permita grandes ángulos de tiro, para batir objetivos situados en los pisos superiores de un edificio, por ejemplo.
- Nuevo o actualización del sistema de gestión del campo de batalla (BMS) que, dados los adelantos tecnológicos de los últimos años, parece necesario que sea puesto al día. Y, no solo el instalado en el carro, sino el de todo el Ejército. Lo cierto es que ya lleva varios años en estudio por lo que, tal vez, ya esté en un proceso de desarrollo avanzado, o eso me gustaría pensar[9].
- Módulos de coraza adicional y/o reactiva que cubra todo el contorno del vehículo, incluyendo el techo. Dentro de algún tiempo, cuando hayan sido probados convenientemente y su precio sea más asequible[10], sería recomendable estudiar algún sistema de defensa activa (ADS) de los que ya existen diversos modelos operativos, tanto con municiones defensivas[11] como dotados únicamente de perturbadores[12] y deslumbradores[13].
- Utilización de rejas tipo slat, alrededor del casco y de la torre, que han demostrado un cierto grado de eficacia frente a las cargas huecas de los lanzagranadas tipo RPG, tan usuales en los conflictos de baja intensidad o asimétricos. La firma suiza RUAG ofrece un sistema, al parecer de mayor eficacia y mucho más ligero, consistente en una especie de somier[14], que denomina LASSO.
- Cámaras de TV/Térmicas que cubran todo el contorno del carro y la parte superior. La firma Indra hace años que ofreció el denominado Sistema de Conciencia Situacional Local (LSAS), inicialmente estudiado para el VBR 8×8, capaz de realizar las siguientes funciones: Recopilación de imágenes de sensores propios y externos (cámaras de conducción, estación de armas, etc.); integración y fusión de las imágenes; distribución de las imágenes a los diferentes puestos a demanda del usuario, con posibilidad de seleccionar una cámara concreta, un sector dentro de la panorámica, fusionar imágenes, y realzar la calidad de imagen; presentar una imagen panorámica en espectro visible y térmico, en cualquier condición (día, noche, con camuflaje, humos…) y con zoom digital en el sector de imagen seleccionado; y alertar a los tripulantes de cualquier movimiento en las proximidades del vehículo.
- Instalación o pre-instalación de una hoja empujadora para apartar obstáculos como escombros de edificios, árboles, vehículos destruidos, etc.
- Aplicación de tecnología stealth o de sigilo, encargada de disminuir las señales acústica, térmica y radar, basada en la utilización de: Pinturas especiales, sobre todo anti-infrarrojas; materiales absorbentes de radiaciones y redes miméticas multiespectrales tanto estáticas como dinámicas; proporcionarle formas angulosas y con pocos elementos salientes y debidamente carenados; aislamiento térmico del cañón y de la cámara del motor, con especial atención a la salida de los humos de escape; y disminución del ruido procedente del motor y de los elementos mecánicos, especialmente las cadenas.
- Utilización de nuevas municiones, entre las que destacaremos las siguientes:
- Carga hueca multipropósito (HEAT-MP). Con espoleta de impacto y a tiempos, produce un gran efecto rompedor pues tiene una gran cantidad de bolas de acero. Es utilizable incluso contra helicópteros.
- Perforantes con efecto lateral potenciado. Las versiones alemanas PELE, son modificaciones de modelos APFSDS y HEAT-MP basándose su acción en que el núcleo duro con que están dotadas se rompa en numerosos fragmentos antes de penetrar en el blanco. Son apropiadas para batir vehículos ligeros, blindados (más de 100 mm de acero), paredes de hormigón (200 mm), muros de ladrillo (450 mm), sacos terreros (500 mm), etc.
- Rompedora de fragmentación controlada (HEF). Muy similar a la anterior de la que sólo se diferencia en el tipo de carga explosiva.
- Antipersonal y Antimaterial (APAM). De procedencia israelí pero fabricada también en los Estados Unidos, cuenta con una espoleta de impacto y programable, además de seis cargas explosivas. En funciones antimaterial las cargas actúan como si fueran una sola, mientras que en acciones contra personal, con un alcance máximo de 3.000 metros, son liberadas y explosionan sucesivamente en el aire produciendo un gran efecto rompedor.
- De metralla (Canister). Abandonados hace tiempo han sido retomados para batir zonas próximas ocupadas por personal al descubierto. Su carga está constituida por cientos de bolas de acero que hacen un barrido de 200 a 500 metros de profundidad.
- No letales. Tienen por finalidad inmovilizar o impedir que actúen grupos de personas sin causarles daños irreparables. Todavía en fase experimental, los diferentes programas en curso contemplan el uso de proyectiles cegadores, con gases paralizantes, sonoros, con pegamentos de gran consistencia, etc.
- Adquisición y/o desarrollo de nuevos artificios para las baterías Wegmann de 76 mm. Para hacernos una idea aproximada, recordaremos que el sistema francés Galix, dispone de los siguientes tipos de municiones: Fumígena normal (FUM); fumígena de banda ancha o anti-infrarroja (FUM.VIR); antipersonal de efecto dirigido (APDR); antipersonal de autodefensa de muy corto alcance (APTCP); señuelo antimisil de guía IR (LEUR.IR); cohete iluminante (ROQ.ECL); y lacrimógena (LACRY).
- Mención aparte merece el denominado Sistema Terrestre de Identificación BTID (Battlefield Target Identification Devices) dado que, para que sea realmente eficaz, tiene que ser instalado en todos los tipos de vehículos, de manera que toda pequeña unidad que actúe aislada disponga al menos de un sistema. Aunque todavía habrá que esperar algún tiempo antes de que estos equipos estén plenamente operativos, sobre todo por su elevado coste y por el hecho de que deben ser compatibles los sistemas usados por todos los ejércitos aliados, creo que merece la pena destacar que la empresa INDRA desarrolló el denominado sistema AMIGOS (Advanced Military Identification for Ground Operational System) que está basado en una arquitectura de tipo Interrogación-Respuesta. Según sea para dotar a plataformas con capacidad de hacer fuego contra otros vehículos, o sin esa capacidad, existen dos equipos diferentes: El Interrogador / Respondedor Combinado CIT-3620, y el Respondedor TXP-3620.
A continuación, vamos a repasar las variantes existentes y que podrían realizarse a partir del Leopard y que, por razones obvias, podrían utilizar las barcazas de los Leopard 2A4[15]. En líneas generales, serían necesarios carros de recuperación, de zapadores y, en su caso, lanzapuentes. Además, podría verse la necesidad de construir algunos carros escuela que, por razones lógicas, están sufriendo un alto desgaste, dada su especial utilización. Solo a título de ejemplo, citaremos algunos vehículos ya en servicio, que pueden servirnos como ejemplo.
Carro de Recuperación “Büffel”
Dado que los 16 CREC fabricados dotan a las unidades de Leopardo 2E, sería conveniente construir algunos vehículos adicionales para las unidades que integren en el futuro tanto los Leopard 2A4 como las versiones especiales. En líneas generales, el CREC consiste en una barcaza Leopard sobre la que va acoplada una superestructura acorazada en lugar de la torre. Para efectuar sus cometidos específicos de recuperación y reparaciones monta los siguientes equipos:
- Hoja empujadora y de apoyo;
- Dos cabrestantes, uno principal de 35 toneladas de fuerza en tiro directo, y otro auxiliar de 1,5 toneladas;
- Grúa de 30 toneladas de capacidad de izado;
- Diversos equipos para los mecánicos (corte y soldadura, conjunto de remolque, herramientas variadas, etc).
Solo como cuestión adicional, me parece oportuno mencionar que, tal como me expusieron en su momento varios especialistas, sería interesante que, sobre todo ante averías electrónicas principalmente, pudiera utilizar un tipo de funcionamiento degradado que, con restricciones, nos permitiera realizar algunas tareas básicas. Así, mientras el vehículo tuviera determinados tipos de averías, podría seguir siendo utilizado de forma restringida pero, a menudo, muy necesaria.
El Bergepanzer 3A1 es la versión actualizada del Búfalo que fue desarrollada expresamente para las operaciones de Afganistán, disponiendo de una protección mejorada frente a armas ligeras, metralla, minas e IED, etc. Por supuesto, está preparado para realizar funciones de recuperación de carros y otros blindados en el campo de batalla, con independencia de su situación sobre el terreno (volcados, atascados, inundados, etc). Por su puesto, también es válido para realizar las labores de mantenimiento sobre el terreno y remover obstáculos.
Carro de Zapadores “Kodiak”
Fue desarrollado a petición del Ejército suizo por la empresa alemana Rheinmetall Landsysteme y la suiza RUAG Land Systems. Aunque de aspecto muy parecido al Büffel, es bastante más pesado (clase MLC 70) y dispone de los siguientes elementos: Retroexcavadora con una cuchara de 1 m3 de capacidad y posibilidad de trabajar a distancias de 9 metros en horizontal y 8,2 en vertical, hoja empujadora articulada; dos cabrestantes de 9 toneladas de fuerza en tiro directo, cada uno; posibilidad de acoplarle diferentes sistemas para apertura de brechas o limpieza de minas.
Carro Polivalente “Wisent 2”
Este vehículo de configuración modular tiene la ventaja de poder utilizar diferentes implementos, de manera que puede ser transformado en Carro de Zapadores o Ingenieros Armado (AEV) o Vehículo de Recuperación Acorazado (ARV) en tan solo 5 horas. Fue desarrollado a petición del Ejército canadiense que los deseaba para utilizar en Afganistán. En principio, solicitó 12 ejemplares con otros 5 opcionales, que ofrecieron un excelente resultado en las operaciones.
Carro de Zapadores Patria
Hace algún tiempo fueron ofrecidos por la firma finlandesa Patria, que realizó una exhibición para personal del Ejército español. La versión de zapadores es mucho más ligera que el Kodiak, ya que sólo monta una hoja empujadora de combate o un arado Pearson Engineering para limpieza de minas de 4,20 metros de ancho, alcanzando un peso en combate de 48,3 y 49,5 toneladas, respectivamente.
Vehículos lanzapuentes
Tanto sobre el chasis anterior de Patria, como por las versiones alemanas descritas con anterioridad, pueden realizarse modelos de lanzapuentes con equipos deslizantes Leguan de 26 metros y clase MLC 70, de la firma alemana MMB perteneciente al grupo Krauss Maffei Wegmann. Otra alternativa consiste en montar el sistema modular PSB2 que, al disponer de tres tramos de 9,7 metros cada uno, es capaz de instalar puentes de 9,7 / 18,7 / 27,7 metros.
Carro Multipropósito
Diseñado por la empresa española TAM, ya desaparecida, aunque desconozco si el proyecto podría activarse en otra empresa (pienso que sí)[16], este vehículo podía ser definido como un carro de zapadores modular realizado sobre un chasis de Leopard 2A4. A partir del modelo básico, es posible desarrollar otros dos de forma muy sencilla, ya que incorpora los sistemas hidráulicos necesarios para los diferentes implementos que, en la configuración más completa, le proporcionan capacidad para realizar tareas de:
- Reducción y construcción de obstáculos;
- Apoyo en la ejecución de obras de fortificación;
- Excavación de fosos contracarro; mantenimiento y rehabilitación de itinerarios para movimientos tácticos;
- Recuperación de cargas pesadas;
- Apertura de brechas y limpieza de minas;
- Auto-recuperación;
- Obstrucción de vías de comunicación (inutilización de obras de fábrica y firmes).
Para llevar a cabo todas estas funciones, disponía de los siguientes equipos e implementos:
- Configuración básica.- Dotada con hoja empujadora desmontable de tipo bulldozer; tres cabrestantes de accionamiento hidráulico, uno principal y dos auxiliares; medios de autodefensa (lanza-artificios y emisión de humos al escape; estación de armas ligera opcional, con una ametralladora o un lanzagranadas automático de 40 mm; sistema de apertura de brechas, también opcional, formado por un arado Pearson Enginnering y un duplicador de firma magnética, que se acopla de forma muy sencilla en los mismos soportes que la hoja empujadora.
- Configuración 2.- Es similar a la anterior, con la adición de una retroexcavadora / pluma, que se instala por el simple procedimiento de quitar una tapa existente en la barcaza y acoplarla en su alojamiento. El brazo articulado es de accionamiento hidráulico, puede girar 360º, y tiene un alcance de excavación de 8 metros con la cuchara de 1 m3, tanto en horizontal como en vertical. La profundidad de excavación es de 4 metros bajo el plano del casco y, bloqueando los cilindros hidráulicos, posee una capacidad de elevación con polipasto de 30 Tm.
- Configuración 3: Se complementa incorporando un kit de accesorios formado por un martillo quebrantador y una cizalla hidráulica, que se colocan en sustitución de la cuchara. El primero sirve para realizar trabajos de demolición, pudiendo efectuar perforaciones en hormigón y roca, mientras que la cizalla dispone de mandíbulas con cuchillas intercambiables para cortar hormigón y acero de alta dureza.
Por razones obvias, a partir de este proyecto sería bastante sencillo desarrollar un carro de recuperación similar al Búfalo, con prestaciones muy similares y, sin lugar a dudas, a un precio muy inferior.
Vehículos Lanzapuentes Deslizantes
Básicamente, existen dos opciones para el desarrollo de los vehículos lanzapuentes deslizantes. En primer lugar, podría realizarse un modelo con el puente instalado en el VLPD 26/70 sobre chasis M-60[17]. El puente es un Leguan alemán de 26 metros y clase MLC 70, de la firma MBB perteneciente al grupo Krauss Maffei Weggman. La segunda alternativa, de la misma empresa, consistiría en montar el sistema modular Panzerschnellbrucke 2 (PSB2) que, al disponer de tres tramos de 9,7 metros cada uno, es capaz de instalar puentes de 9,7 / 18,7 / 27,7 metros.
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