Fundamentos sobre táctica I

El Battle Group en la infantería española

La táctica puede definirse como aquella serie de fundamentos sobre los que se vertebran las pequeñas unidades para llevar a cabo el ejercicio del combate. Fuente - Ministerio de Defensa.
La táctica puede definirse como aquella serie de fundamentos sobre los que se vertebran las pequeñas unidades para llevar a cabo el ejercicio del combate. Fuente - Ministerio de Defensa.

La táctica puede definirse como aquella serie de fundamentos sobre los que se vertebran las pequeñas unidades -hasta nivel batallón- para llevar a cabo el ejercicio del combate. A pesar de ser un término de uso común, sobre el que se han ofrecido decenas y decenas de explicaciones en los últimos siglos, su terminología y su significado son aún hoy grandes desconocidos más allá del ámbito castrense; más incluso que las doctrinas en las que se basa el empleo de las unidades superiores y los principios de la acción estratégica.

Antes de entrar en materia, es obligado encuadrar la táctica en relación al resto de niveles de la guerra, que podríamos resumir en cuatro:

  • El nivel político, donde se toman las decisiones sobre el fin mismo de la guerra.

  • El estratégico, que es el máximo nivel de decisión militar para diseñar y ejecutar la acción bélica en su conjunto.

  • El operacional, donde se establecen operaciones concretas con objetivos limitados en el espacio y el tiempo y siempre dentro de un teatro de operaciones (TO) restringido.

  • El táctico, donde las pequeñas unidades (PUs) cumplen una misión concreta, generalmente asociada al contacto con el enemigo.

Si tenemos en cuenta el teatro de operaciones como base del planeamiento militar, hablaremos principalmente del uso de cuerpos de ejército y divisiones, si bien en las dos últimas décadas de lucha contra el terrorismo y la insurgencia, dentro de misiones de estabilización o pacificación, la baja densidad de combate del teatro (escasa presencia enemiga) ha dado mayor protagonismo a unidades más pequeñas, como la brigada, actuando estas de forma más dispersa que unas décadas atrás.

Esta situación ha provocado que se arrincone la maniobra de las grandes unidades en favor de la acción táctica de núcleos entidad batallón e incluso inferiores, donde las fuerzas de las naciones de referencia implicadas en este tipo de misiones ha debido adaptarse a unas reglas de enfrentamiento (ROE, Rules Of Engagement) muy restrictivas y enfocadas a respetar a los no combatientes, las infraestructuras y los bienes materiales, especialmente en entornos urbanos.

Igualmente, pese a ser un escenario completamente diferente, la guerra de Ucrania ha sorprendido a propios y extraños por la escasa preparación del ejército ruso para desarrollar maniobras de ámbito operacional, basando su acción militar en la maniobra táctica de PUs tipo batallón, que denominan BTG (atal’onnaya takticheskaya gruppa o grupo táctico de batallón).

Esta organización y su denominación son ahora muy populares, pero distan de ser novedosas, ya que el concepto de BTG o grupo táctico (GT) en castellano, se viene utilizando por parte de los ejércitos occidentales desde hace muchos años, habiendo Rusia tomado prestada la idea a principios del presente siglo. Basado en un batallón de infantería (o grupo de caballería), el GT no es sino la representación funcional de aquel, una estructura operativa flexible y adaptable de una unidad orgánica, que es de carácter fijo y encargada de la preparación y el régimen interno (administración de los recursos).

En este aspecto hay no pocas disfunciones entre los ejércitos de referencia, no existiendo en algunos el batallón como tal, ya que se organizan en regimientos. Otros tienen estos últimos como unidad institucional que acoge varios batallones. En el caso concreto de España subsisten ambos tipos de unidad orgánica, aparentemente con funciones separadas. Así, mientras el regimiento se encarga de las tareas administrativas, el batallón se centra en la preparación para realizar operaciones militares.

Como decimos, cuenta con una estructura permanente, con un módulo de planeamiento (MPLTO) definido, una relación de puestos militares (RPM) y un equipamiento en dotación, según la plantilla que corresponda, del que es responsable.

Lógicamente existe una estructura teórica ideal emanada del estudio de necesidades operativas que cada unidad debe cumplir, en España llamada plantilla de referencia doctrinal (PRD), pero que resulta difícil de respetar, adaptándose a las realidades en cuanto a material y personal, lo que viene a ser la ‘fuerza legado’, que debe adaptarse al PRD lo mejor posible, estableciendo el MPLTO en vigor, con una plantilla orgánica básica (POB) para el personal y la relación de material asignado (RMA), en lo que se refiere a armas, equipos y vehículos. Curiosamente el material puede diferir tanto por defecto como por exceso, especialmente cuando se designa a una unidad como ‘referencia’ en el sostenimiento o entrenamiento en ciertos materiales no orgánicos que acabarán por usar diferentes unidades por rotación, como pasa con el que se adquiere específicamente para acudir a alguna misión exterior.

Por contra, el GT se diferencia del batallón orgánico en que no tiene composición fija, adaptándose a las carencias de la unidad (ya sean sistémicas o circunstanciales) y la decisión del mando a la hora de conformar sus capacidades; agregando y segregando compañías entre los diferentes batallones u otras pequeñas unidades de apoyo al combate que se decidan.

Puede entenderse la importancia táctica del GT al comprobar que es la más pequeña de las unidades interarmas, entendida esta como la combinación equilibrada de distintas PUs con funciones diferentes (concepto anglosajón de armas combinadas) y no como unidad que reúne elementos de diferentes armas en terminología española. En este sentido, nuestra orgánica rehúsa mezclar dichas armas para conservar la cohesión y los valores morales de sus miembros, si bien esto ha ido cambiado en los últimos años [1].

Según se adapte o no esa estructura orgánica a la función que tendrá en combate, las agregaciones serán de mayor o menor calado. Siendo lo habitual que por razones de formación del personal y logísticas, amén de los citados espíritus de pertenencia, los batallones sean homogéneos y especializados en un tipo de combate y/o material fundamental, como acorazados, mecanizados, asalto aéreo, etc. Lo que obliga a romper su orgánica y combinarlos para formar estructuras operativas más flexibles.

No todos los países comparten el mismo criterio, siendo conocidos los batallones pesados del US Army por combinar permanentemente compañías mecanizadas con M2 Bradley y acorazadas equipadas con el carro M1 Abrams. Otros integran las secciones de zapadores dentro del batallón como ocurre en el ejército británico; e incluso hay algunos, como el francés, que carecen del apoyo de fuegos básico de este escalón, que es el mortero pesado, para asignarlo a la artillería de la unidad superior (brigada).

Composición de un GT mecanizado en base al grueso orgánico de batallón (negro) y las agregaciones habituales (Azul) como CICC, SDCC y SZAP. Fuente - MADOC.
Composición de un GT mecanizado en base al grueso orgánico de batallón (negro) y las agregaciones habituales (Azul) como CICC, SDCC y SZAP. Fuente – MADOC.

El Grupo Táctico en el Ejército español

La maniobra es la función de combate por excelencia, y sobre la que basculan todas las demás. Definida como una combinación efectiva de fuego y movimiento, busca imponer su acción sobre el enemigo para lograr los objetivos marcados, que varían en función de las unidades puestas en liza.

La diferencia básica entre nuestras dos armas de la maniobra, Infantería y Caballería, no estriba precisamente en los medios técnicos empleados, como carros de combate, blindados medios, misiles contracarro o morteros, sino en las misiones que se les encomiendan y los procedimientos de empleo. En este sentido la caballería tiende a actuar disgregada, con despliegues más amplios y mediante acciones muy violentas de poca duración; siendo lo más habitual que actúe a nivel escuadrón (equivalente a una compañía), lo que se denomina tácticamente como ‘partida’.

Por el contrario la infantería constituye unidades más sólidas, capaces de permanecer sobre el terreno, dominarlo y negárselo al enemigo, con una densidad de fuerza mayor en base a un despliegue más compacto, siendo el GT su escalón fundamental.

Por esta razón, el Ejército de tierra organiza sus batallones con todos los elementos necesarios para actuar como tal, con algunas excepciones [2]; así el batallón de infantería tiene una estructura pentómica, o formada por cinco compañías:

  • 3 compañías de armas, que marcan la verdadera especialidad del batallón, cada una con tres secciones de línea (carros de combate o fusiles) y una sección de apoyo (SEAPO), excepto en la de carros.

  • 1 compañía de mando y apoyo o MAPO, con secciones de mando/transmisiones (SMT), morteros pesados o medios (SMP/M), Reconocimiento (SERECO) y defensa contra-carro (SDCC).

  • 1 compañía de servicios, con sección de mantenimiento (SMTO), abastecimiento (SABTO) y pelotón de sanidad.

Como hemos dicho, las compañías de armas suelen intercambiarse entre distintos batallones en virtud de la misión que se le asigne, conformando diferentes variedades de GT acorazado (GTAC), Mecanizado (GTMZ) o ligero (GTLIG); pero las otras dos suelen ser fijas, ya que son los apoyos los que conforman la estructura básica de la unidad y por las que todo batallón, del tipo que sea, puede usarse como germen para articular un GT. No obstante, también puede recibir agregados otros apoyos que no le son propios, como zapadores, DCC (de refuerzo) o destacamentos de enlace de artillería, provenientes de la Brigada.

Al respecto recordaremos la división que hace nuestra doctrina de las unidades a tenor de su uso básico en combate, distinguiendo:

  • Fuerzas de combate.

  • Fuerzas de apoyo al combate.

  • Fuerzas de apoyo logístico al combate.

Las diferentes compañías que hemos descrito responden a estos tres tipos, considerando como fuerzas de combate exclusivamente a las que traban contacto con el enemigo, sean de infantería, caballería o de helicópteros de ataque. En una unidad de infantería podemos encontrar las siguientes:

  • Carros de combate (CICC), equipadas con el carro de combate Leopardo2E.
  • Mecanizada (CIMZ), con Vehículo de Combate de Infantería Pizarro.
  • Ligera protegida (CILP), equipados con diferentes vehículos tácticos de ruedas (familia BMR, RG 31 y LMV) o TOA M113.
  • Ligera, que no emplea -salvo excepciones puntuales- más que VLTT y está específicamente adiestrada en modalidades como asalto aéreo, paracaidismo o montaña, con sus respectivos acrónimos.

La llegada del nuevo vehículo de combate Dragón 8×8 no variará esta clasificación, si bien mejorará muchas CILP al nivel de CIMZ, pues así se considera a este vehículo de combate ruedas (VCR), como un medio mecanizado equivalente al vehículo combate cadenas (VCC) Pizarro, con diferentes fortalezas/debilidades. En terminología anglosajona la definición exacta es AIFV (Armoured Infantry Fighting Vehicle), y algunos países confían tanto en las variantes a ruedas que no tienen un VCC equivalente, caso de Francia con el VBCI de Nexter.

Curiosamente, el fuego artillero, tan importante en la doctrina soviética y en los dos contendientes de la actual guerra de ucrania, es para nuestro Ejército de tierra un apoyo al combate; esto quiere decir que actúa casi siempre en favor de la maniobra y no como un elemento destinado a doblegar al enemigo por sí mismo, como se ha tratado en las nuevas teorías multidominio por parte del US Army norteamericano y sus unidades de fuegos de teatro de largo alcance, que ya hemos tratado en anteriores números.

Revista de personal español integrado en el Battlegroup Letonia, misión eFP; la primera en que participan fuerzas pesadas españolas en el ámbito OTAN. Fuente - Ministerio de Defensa.
Revista de personal español integrado en el Battlegroup Letonia, misión eFP; la primera en que participan fuerzas pesadas españolas en el ámbito OTAN. Fuente – Ministerio de Defensa.

Mando y Control

Al mando del batallón/grupo se sitúa un Teniente coronel, auxiliado por una plana mayor de mando (PLMM) que consta de cuatro secciones:

  • S1, Personal, al mando de un capitán, actualmente desactivado [3] y un SOF (suboficial, preferentemente Subteniente) AUX S1.

  • S2, Inteligencia y seguridad, al mando de un comandante (desactivado), con el teniente jefe de la SMT como AS2 (apoyo) y SOF AUX S2.

  • S3, Operaciones, con un comandante y un capitán AS3 (jefe de la Cía MAPO), SOF AUX S3.

  • S4, Logística, con la misma disposición del anterior, si bien AS4 es asumido por el jefe de la compañía de servicios del batallón.

A las que se añaden habilitación/administración y núcleo NBQ, al frente de sendos SOF; junto a diferente personal de tropa, como conductores y administrativos. La PLMM cuenta en total con 28 personas.

Toda la acción de mando y control (C2) está estructurada según el despliegue de los elementos de mando/transmisiones, tanto en el aspecto físico como funcional.

Si atendemos a las funciones, se trabaja con dos módulos claramente diferenciados:

  • S2-3 como célula de planeamiento y seguimiento de operaciones tácticas, y;

  • S1-4 como elemento logístico, ambos establecidos para auxiliar al jefe en la toma de decisión.

Para trabajar sobre el terreno se organizan diferentes puestos de mando, entre los que se encuentran:

  • PCMov, o puesto de mando móvil, donde se sitúa el jefe, que es la célula de mando, a bordo de un vehículo táctico.

  • PCAv, o puesto de mando avanzado, donde despliega el núcleo S2-3 al mando del Cte S3. Si el jefe no necesita estar en el centro de la acción, se instala con su núcleo en este PC.

  • PCR o retrasado, al mando del Cte S4 con el núcleo de planeamiento logístico.

Personal de la sección de plana mayor trabajando desde un vehículo de puesto de mando. Fuente - Ejército de Tierra.
Personal de la sección de plana mayor trabajando desde un vehículo de puesto de mando. Fuente – Ejército de Tierra.

Cuando despliegan juntos el PCAv y el PCR se establece lo que se conoce por PCPral, o puesto de mando principal, que puede ser necesario cuando la unidad está reunida en torno a un objetivo, se fortifica u opera en una base avanzada semi-permanente. Muy al contrario, cuando se procede a un ‘salto’ o cambio de posición de uno de ellos, el otro deberá asumir sus funciones con los debidos enlaces; también puede activarse el PCMov como órgano independiente, ideal para el seguimiento de la maniobra en las fases de movimiento.

Estos puestos de mando deben poder actuar 24 horas al día al menos durante 72 horas, que es el ciclo de planeamiento habitual para ‘operaciones en vigor’, mientras se trabaja en el siguiente, para lo que los responsables cuentan con su personal de apoyo.

Para realizar su trabajo es fundamental el pelotón de transmisiones, que debe asegurar las comunicaciones entre los diferentes PCs y las unidades subordinadas del GT (circuito interno) así como el enlace con el estamento superior. Pese a lo dicho al principio de este trabajo sobre la cohesión y el espíritu de cuerpo de armas como infantería o caballería, estos pelotones están formados por personal del arma fundamental de transmisiones, dada la complejidad de su labor.

El pelotón establece diferentes mallas dentro de la red radio de combate, que opera con equipos VHF (fonía/datos) tipo PR4G (encriptados con salto de frecuencia), multibanda HF/VHF tipo Harris, y equipo UHF SpearNet para uso interno del propio puesto de mando.

Para el enlace externo aporta las siguientes mallas:

  • Mando
  • Operaciones /inteligencia
  • Logística
  • Fuegos
  • Emergencia o colectora

Si debe trabajar con unidades en paralelo establecerá también mallas colaterales para coordinar la acción, así como un enlace directo con elemento aéreo si resulta necesario.

Para uso interno dispone también de:

  • Mando
  • Operaciones/inteligencia
  • Logística
  • Auxiliar

No obstante, estos no son canales permanentes, ya que la capacidad de transmisión simultánea de los equipos en dotación está limitada a dos canales VHF de fonía/datos, uno HF y otro UHF (exclusivamente de fonía), que son gestionados por un GESTCOM (Software de gestión de comunicaciones).

Aparte de estas conexiones los PC disponen de enlace de área local para datos, con los que acceder a nodos informatizados de SIMACET (Sistema mando y control del ET), BMS, Talos o SIGLE (Sistema de gestión logística del ET). Para ello el PC puede establecer una red Wi-Fi discreta (sin emisiones radioeléctricas) que abarca todo el despliegue físico del puesto de mando (hasta 100 metros), contando con tabletas de trabajo y teléfonos inalámbricos por IP.

Los diferentes puestos de mando se montan en vehículos tácticos de la SMT, a los que se pueden añadir extensiones de lona cuando el puesto está asentado (es decir en posición semipermanente) para ampliar la zona de trabajo. Estos pueden derivar de plataformas de combate y conservar capacidad táctica (montura del Tcol jefe y los CTE S2 y S4) o ir configurados como nodos C2, conocidos por PCBon (hay sobre barcaza Pizarro, TOA, BMR y VAMTAC). Igualmente los jefes de compañía y sección cuentan con vehículos de mando, denominados guepardo, que se diferencian de los de línea por tener dos radios PR4G en lugar de una, con la finalidad de tener dos canales simultáneos, superior e inferior.

Al respecto hay que decir que el estilo de mando imperante en los ejércitos OTAN, también en el nuestro, es el de delegación de misión en las unidades subordinada y sujeto a la menor intromisión posible, que se conoce por ‘Mission command’, y que literalmente significa que el mando estará orientado a la misión y no al procedimiento, entendiendo todos los escalones cual es dicha misión y actuando no sólo en beneficio de los cometidos asignados, sino con la visión de conjunto que emana del jefe, haciéndola suya.

El actual proceso de planeamiento a nivel táctico (PPO-T) estándar de la OTAN está reflejado en el Tactical Planning for Land Forces (APP-28) y es un sistema bastante complejo que se divide en siete fases diferentes, a saber:

  1. Recepción de la misión, por parte del mando superior.
  2. Análisis de factores críticos de la misión y propósito de la operación.
  3. Establecer la o las líneas de acción o COA (Course of Action) a seguir.
  4. Análisis/desarrollo de las COA propias y enemigas (ACOA) por estimación.
  5. Comparación y Validación de las COA.
  6. Decisión del comandante, desarrollo de COA en un OPLAN (plan de operaciones).
  7. Producción de órdenes de operaciones (OPORD) y transmisión a los escalones subordinados.

En este punto es donde podemos distinguir la diferencia entre la misión asignada del punto 1 y la misión desarrollada (propia) a partir del punto 4, que para una unidad subordinada no es más que una misión delegada cursada a grandes rasgos (y que deberá desarrollar en su propio PPO-T), donde se hace hincapié en dejar claro el propósito del mando, así como los elementos de coordinación horizontal entre unidades del mismo escalón. Esto se realiza principalmente durante el establecimiento del COA, en la que se llama ‘conferencia inicial de planeamiento’ entre los jefes de las unidades actuantes. El proceso es el mismo para todos los escalones que tengan una mínima plana mayor de mando o unidad de plana mayor con la que hacer dicho planeamiento.

Al contar con una estructura piramidal con varios escalones, el factor tiempo pasa a ser un bien vital y muy escaso, por lo que desde que se establece la primera OPORD, cada escalón estima el tiempo que tiene para realizar su propio planeamiento y exponerlo en su propia orden de operaciones, dejando el resto del tiempo en favor de sus escalones inferiores, hasta que se agota (ejecución del OPLAN).

Es por ello que en las PUs tipo compañía o inferior suele aplicarse un proceso simplificado de COA que se valida entre los jefes de sección o incluso pelotón, que consiste en plantear las siguientes cuestiones básicas:

  • Qué hacer (función principal)

  • Quién lo hará (referencia orgánica)

  • Con qué medios (estado de la fuerza, consumibles, refuerzos recibidos)

  • Cómo se hará (disposición, esfuerzo principal, etc.)

  • Cuándo (sucesión de esfuerzos)

  • Dónde (línea de progresión, terreno transitado, puntos a alcanzar)

  • Con qué propósito (objetivo o efecto)

En el caso de un GT, la misión asignada debe incluir como decimos un resumen del propósito general de su unidad superior, que es la brigada, ya que debe ser consciente de que actuará en beneficio de aquella como uno de sus elementos básicos de acción. Igualmente está sujeto a toda variación que el mando pueda imponer según evolucionen los acontecimientos (Fase de conducción) para lo cual emitirá las pertinentes órdenes de operaciones complementarias o FRAGO (Fragmentary Order). Si el proceso de planeamiento ha sido meticuloso y acertado, dicha evolución habrá sido prevista en el consiguiente plan de contingencias, por lo que las FRAGO serán muy rápidas, concisas e intuitivas, generalmente de tipo verbal.

Si pese a ello, el OPLAN no va como estaba previsto o directamente está fracasando, será necesario reforzarlo o incluso establecer uno nuevo sobre la marcha, en base a un planeamiento de combate, que responde a las siguientes cuestiones básicas:

  • Premisas para introducir un cambio:

    • ¿Siguen siendo válidos los cometidos asignados?
    • ¿Se mantiene la capacidad para cumplirlos?
    • ¿Cómo contribuye mejor la unidad al propósito de la operación?
    • ¿Consecuencias previsibles de actuar? ¿Y de no hacerlo?

  •  Alerta a sus unidades mediante una OPREP (Orden preparatoria).

  • Informa brevemente de la acción a realizar (unidad superior/unidades afectadas).

  • Solicita apoyos, si están disponibles.

  • Imparte FRAGO con los cambios necesarios.

En este punto nos detendremos en una cuestión no por menos obvia, más importante y completamente ausente en los manuales tácticos, si apenas esbozada como ‘iniciativa’ en la acción de mando y que tiene que ver con el estudio de las ACOA; la evidencia de que el enemigo, al menos uno simétrico que trabaja de forma similar a la nuestra, también hace un planeamiento e igualmente intenta adivinar nuestras intenciones porque conoce nuestros procedimientos, por lo que si nuestra idea de maniobra resultar obvia facilitaremos que la contrarreste. Esta debilidad debe ser suplida por el mando con imaginación, adaptabilidad e imprevisibilidad; es decir, conocer la teoría es la base para poder amoldarla a una idea de maniobra que sorprenda al enemigo, explote las debilidades detectadas (inteligencia) y se adapte a nuestras posibilidades, esto es lo que diferencia la verdadera táctica del procedimiento operativo.

Para que el jefe tome decisiones, e incluso en la fase previa a determinar la línea de acción a tomar (COA), se necesita un análisis previo de inteligencia, con datos provenientes de la UINT superior, informes de situación previos o mediante el uso de medios propios ISR (Intelligence, Surveillance and Reconnaissance), de tal manera que se disponga de la información mínima para emitir una valoración; se articulan respectivamente en  necesidades críticas (NCI), prioritarias (NPI) y específicas de información. En base a ellas se establecerá un plan de inteligencia y los procedimientos de obtención (básicamente vigilancia y reconocimiento), que ha de ejecutarse ANTES de culminar el PPO-T.

Igualmente en el punto 4 del sistema de planeamiento se establece el denominado ‘Array forces’, que no es más que determinar la fuerza disponible o asignada para ejecutar la misión, en ocasiones muy alejada de la plantilla teórica; así como los elementos que permanecerán en reserva y los que serán agregados (o segregados) a una fuerza subordinada.

Hay dos modalidades de transferencia del mando para los apoyos que recibe una unidad de otra: TACON, o ‘Tactical Control’ y TACOM, o ‘Tactical Command’. Mientras que TACOM implica la asunción total del mando de la unidad subordinada a efectos prácticos, en TACON la unidad agregada se pliega a las decisiones del jefe en lo referente al despliegue, orden de marcha o procedimientos de seguridad y abastecimiento; pero mantiene separada su función táctica, ya que responde de ella ante otro escalón de mando.

Pantalla de presentación del sistema de mando y control BMS, sus tremendas posibilidades contrastan con la incapacidad de las comunicaciones para soportar el tráfico de datos. Fuente - Ministerio de Defensa.
Pantalla de presentación del sistema de mando y control BMS, sus tremendas posibilidades contrastan con la incapacidad de las comunicaciones para soportar el tráfico de datos. Fuente – Ministerio de Defensa.

Los fuegos en el Grupo Táctico

El ejemplo más representativo es el de los enlaces de artillería, que conforman el JFSE (Joint Fire Support Element) de cada escalón, agregado al PC de su unidad y encargado de gestionar las peticiones de fuegos de aquella ante el elemento coordinador de fuegos por la consiguiente malla (radio). A efectos prácticos, el jefe de un GT tiene asignado un DECO o destacamento de enlace, coordinación y observación, al mando de un oficial FSO (Fire Support Officer)  y diferentes equipos OAV (observador avanzado de artillería), JFO (Joint Fires Observer) o JTAC (Joint Terminal Attack Controller) desplegados con él o sus S/GT subordinados (que organizan un FSE reducido), pero que responden ante el PCART (puesto de mando de artillería) de la brigada para coordinar y gestionar los fuegos; priorizando y autorizando las diferentes peticiones según las bocas disponibles, el plan de fuegos preestablecido, la gestión del espacio aéreo o la importancia de los objetivos (blancos de alto rendimiento o de alto valor).

En ocasiones el GT podrá recibir una UACA (Unidad de Artillería de Campaña) en función de apoyo directo (A/D), que constará de una sección de 2-3 piezas y un FSC (Fire Support Command). Sin embargo, el Jefe del GT tiene para este cometido unos fuegos indirectos propios sobre los que conserva TACOM, es decir que puede disponer de ellos en todo momento, como ocurre con los morteros; tanto en el pelotón de la SEAPO de cada compañía de armas como en la SMP/M de MAPO, a nivel batallón. Esto permite al jefe de GT o S/GT asignar los objetivos que considere necesarios por su malla de mando, asegurando así el empleo efectivo en forma y tiempo, lo que se conoce por TiT (Time in Target).

Como curiosidad, estos morteros han perdido el equipo OAV orgánico, por lo que recibirán la información sobre el objetivo o bien de la unidad que hace la petición, o bien del enlace de artillería asignado; generalmente y dado las características de los tubos y sus medios de enlace, solo las piezas de la SMP se podrán integrar en la malla de fuegos de artillería.

La capacidad que tienen las fuerzas en contacto de solicitar fuegos, y sobre todo la posibilidad que ofrecen los UAV para localizar objetivos, deben explotarse con mayor eficacia, asunto en el que nuestro ejército aún está algo desfasado. En caso de lograrse el OAV de artillería ya no necesitará observar los objetivos por sí mismo ni hacer cálculos de tiro, por lo que ha evolucionado ya a JFO (Joint Fires Observer) que no solo trabaja con fuegos aéreos o navales, también tiene un perfil más de coordinador de los esfuerzos (seleccionar y priorizar los fuegos más adecuados a cada objetivo) que de puntería propiamente dicha.

Lógicamente, los fuegos indirectos son proporcionales a los fuegos directos que es capaz de ejecutar la unidad, por lo que resulta innecesario y hasta contraproducente que puedan exceder el ámbito que les es propio; este se conoce por burbuja de fuegos, que es donde el GT podrá hacer sentir su acción.

Estos se dividen en los fuegos directos sobre la zona de contacto, «Close Fires» en terminología OTAN, y aquellos que realizamos sobre las áreas de retaguardia del enemigo, o «Deep Fires», que aunque tengan como finalidad facilitar la maniobra, ruptura o incluso la retirada táctica, corresponden generalmente a la artillería de campaña.

En este sentido no es lo mismo un GT de infantería ligera equipada con AMP del 0.50, LAG 40 o morteros medios de 81 mm, que una unidad acorazada con bocas de 30 a 120 mm, por lo que las zonas de batida de objetivos y el efecto que pueden lograr es muy variable, identificando tres claramente diferenciados:

  • Destrucción efectiva del enemigo.

  • Neutralización de la amenaza que representa (obligándolo a retirarse).

  • Supresión, fijarlo para evitar su despliegue/repliegue.

Igualmente no es lo mismo establecer un batallón en defensiva, con sectores de tiro asignados previamente, que realizar una maniobra ofensiva, lo que supone abandonar las posiciones de partida para ejecutar una maniobra que puede hacerlo salir de la cobertura de fuegos (artilleros) de su GU, razón por la que se suele asignar artillería en A/D a los GTAC/MZ. En los conflictos asimétricos de la última década, y para evitar el trasiego de obuses y munición por las bases avanzadas o FOB (Forward Operating Base) se usan cohetes y obuses de largo alcance desde bases artilleras (FSB, Fire Support Base) bien pertrechadas para dar cobertura a unidades en extrema vanguardia, contando con la ventaja de que no hay riesgo de contrabatería [4].

Equipo de observadores del ejército de tierra sobre el terreno, el papel de los destacamentos de enlace y sus observadores es fundamental para coordinar el fuego artillero con la maniobra. Fuente - Ejército de Tierra.
Equipo de observadores del ejército de tierra sobre el terreno, el papel de los destacamentos de enlace y sus observadores es fundamental para coordinar el fuego artillero con la maniobra. Fuente – Ejército de Tierra.

El Grupo Táctico posicionado en defensiva

La infantería tiene como principal objetivo la ocupación y defensa del terreno, cuando este terreno ya nos pertenece, la manera más segura de mantenerlo es posicionarse en defensiva. Igualmente puede utilizarse una POSDEF (Posición Defensiva) con la finalidad de entorpecer la maniobra del enemigo, es decir que el objetivo principal no es el terreno sobre el que se asienta, sino que despliega para retrasar o impedir la llegada de aquel a posiciones más importantes, bloqueando lo que se conoce por un punto de paso obligado (como puede ser un puente sobre una vía de agua); igualmente esta presencia adelantada a vanguardia o en los flancos ofrece ‘seguridad’, evitando que el grueso de la fuerza entre en combate prematuramente o sea sorprendida.

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