La maniobra táctica como medio para alcanzar victorias operacionales

Una teoría

Mediante este artículo, una abstracción conceptual, se pretende desarrollar una teoría sobre el empleo de la maniobra táctica como aproximación militar de unas Fuerzas Armadas a través de la cual lograr objetivos operacionales, e incluso dependiendo del contexto en el teatro bélico, estratégicos. La adopción de dicha aproximación será posible gracias a los modernos sistemas de mando, control y comunicación, así como de las capacidades en inteligencia y procesado de los datos obtenidos por ésta. Todo ello dentro de un marco hipotético de guerra moderna de agresión convencional, asimétrica de alta atrición y alta intensidad, donde el Estado agredido se halla en inferioridad numérica y de equipo-material con respecto al Estado agresor.

Desde que Alemania durante la primera guerra mundial fuera incapaz de traducir sus sucesos tácticos en victorias estratégicas debido a la imposibilidad de ejecutar el número de operaciones militares en profundidad suficientes como para lograr convertir los éxitos locales en victorias decisivas, las premisas conceptuales y teorías doctrinales bélicas imperantes a raíz de ello, dictaban que si las FF.AA. (Fuerzas Armadas) de un Estado son incapaces de amasar una fuerza de maniobra operacional con la que realizar operaciones de ‘altos vuelos’[1]dicho Estado teóricamente no tendría la habilidad para desplegar en el teatro bélico una fuerza con capacidad de asestar un teórico ‘golpe mortal’, o al menos de contener y repeler, al enemigo.

Para negar la materialización de este concepto casi dogmático, el Estado agredido deberá realizar una aproximación militar -la doctrina y conceptualización teórica en el desempeño y empleo de las FF.AA.- en gran parte resultante de las asunciones previas relativas al contexto en el que se prevé vaya a transcurrir el futuro conflicto. Asunciones marcadas por la disparidad de medios y fuerzas entre el agredido y el agresor, aceptando desde un principio la asimetría en la relación de fuerzas y la imposibilidad de reunir una fuerza de maniobra operacional capaz de contener o repeler al enemigo. Es una aproximación que podría enmarcarse dentro de los conceptos basados en las ideas de una guerra no lineal de enjambres, multi-dominio y mosaico, resultantes del armamento de quinta generación.

En la terminología conceptual y teórica del ‘Arte de hacer la Guerra’, la maniobra operacional contemporánea tradicionalmente es asociada con grandes envolvimientos o penetraciones en la profundidad del despliegue enemigo, cuyo objetivo es destruir la capacidad de combate-operativa enemiga mediante una serie de batallas coordinadas, continuadas y sostenidas en el tiempo-espacio de un AO (Área Operacional) determinada del teatro bélico.

Tal maniobra operacional de Armas Combinadas tradicionalmente ha sido empleada para lograr objetivos operacionales, mediante los cuales situarse en posición de alcanzar las metas estratégicas fijadas. Dicha maniobra de amplio espectro o gran envergadura[2], realizada en explotación de una ruptura táctica en la LOC (Line of Contact-Línea de Contacto), aún en la actualidad es considerada como la base y quintaesencia de cualquier triunfo militar. A su vez, es vista como el culmen y producto de la buena ejecución de las tácticas en Armas Combinadas.

No obstante, la maniobra operacional en una guerra moderna convencional de alta atrición y alta intensidad, requiere más que una gran cantidad de vehículos acorazados y superioridad aérea. Mucho más. Ambos serán elementos fundamentales en ella, pero sin todo el ‘pack’ de armas combinadas actual de quinta generación, ejecutando tácticas de ruptura y operaciones de explotación en profundidad de manera controlada, coordinada y sostenida, no podrá realizarse de forma satisfactoria la maniobra operacional. Debido a ello, teóricamente el estado agredido con incapacidad de amasar dicha fuerza de maniobra se vería relegado a combatir un conflicto cuyo final estaría predeterminado de antemano, sin que a la larga tenga importancia la estrategia militar a adoptar.

O al menos eso se daba por sentado.

https://www.revistaejercitos.com/2022/04/25/maniobra-tactica-con-objetivos-operacionales-el-secreto-del-exito-de-ucrania

Los niveles de la guerra

Antes de pasar a explicar cómo la maniobra táctica podría servir para alcanzar victorias operacionales, hemos considerado oportuno compartir los siguientes esquemas y gráficos en los que explicamos de forma resumida cuáles son los niveles básicos de la estrategia, cuáles son sus características y cuáles las unidades implicadas en cada uno de ellos, por más que en la práctica y en ocasiones las distinciones sean más confusas.

Así, por ejemplo, unidades de tamaño relativamente reducido, como son las de Operaciones Especiales, pueden utilizarse para dar apoyo a otras a nivel táctico u operacional, e incluso en muchas ocasiones con fines estratégicos buscando un efecto que va mucho más allá del que correspondería a una unidad de su tamaño en términos numéricos. Lo mismo ocurre con algunas armas, que pueden emplearse indistintamente a nivel táctico, operacional u estratégico, según las necesidades del momento. Un ejemplo claro es el de algunos tipos de drones o municiones, como los M142 HIMARS.

En este último caso, se pueden disparar contra: 1) un área determinada para frenar un avance enemigo, ayudando a las fuerzas propias a mantener una línea defensiva (nivel táctico); 2) una concentración de tropas o depósito de suministros/municiones enemigo más allá de la línea de frente (nivel operacional), incluso; 3) contra puestos de mando, instalaciones relacionadas con la red de mando y control o infraestructuras críticas (nivel estratégico).

Con todo, creemos que los esquemas ayudarán a que los lectores menos familiarizados con los niveles de la estrategia (según el autor podrían incluirse más niveles, aunque hemos optado por lo más básico) se hagan una idea clara de los mismos.

Esquema de los niveles de la guerra y acciones que tienen lugar en ellos. Autor – Gonzalo Manuel Vallejo Quevedo.

Organización jerárquica de unas FF.AA. de acuerdo a los niveles de la guerra. Autor – Gonzalo Manuel Vallejo Quevedo.

Los niveles de la guerra en el despliegue de unas FF.AA. en campaña. Autor – Gonzalo Manuel Vallejo Quevedo.

La maniobra táctica con fines operacionales

La aproximación a la maniobra táctica como método a través del cual alcanzar metas operacionales-estratégicas, se basará en la premisa de que el estado agredido e invadido no dispone de una fuerza de maniobra operacional capaz de cortar/repeler/envolver los diversos ejes de avance del despliegue enemigo en las diferentes AO. Si el estado agredido pretende alcanzar la victoria estratégica –la supervivencia nacional mediante la degradación de las capacidades militares del agresor-, los esfuerzos bélicos deberán concentrarse en realizar una aproximación estratégico-operacional defensiva y una aproximación al nivel táctico centrada sobre todo en acciones que podrían ser calificadas como de fase ofensiva. Tales acciones tendrán por objetivo prioritario contener, desgastar y hostigar la fuerza de maniobra operacional enemiga con aquellos medios disponibles en el momento y en el AO. A fin de cuentas, mil cortes lo suficiente profundos desangran lo mismo que el empleo de una guillotina.

En primera instancia, las FF.AA agredidas adoptarán una aproximación operacional –división/brigada- de defensa activa móvil en los ejes de avance principales, hostigando las vanguardias de las FF.AA. agresoras mediante numerosas y diversas acciones y enfrentamientos tácticos al ‘encuentro’ contra las vanguardias y flancos enemigos, así como contra las GLOCs (Ground Lines of Communication-Líneas Terrestres de Comunicación), cuyo fin será el de degradar las capacidades ofensivas y operacionales de las FF.AA agresoras.

Estas acciones vendrán acompañadas en el tiempo con acciones de fase ofensiva a nivel táctico –regimientos/batallones- por parte de las FF.AA. agredidas en otro sector del mismo AO que se encuentra amenazado, bajo presión, o donde pretenden lograr un éxito táctico. Mediante este tipo de acciones se persigue fijar los flancos y unidades enemigas en el AO, para de esta forma llevar a cabo acciones en ‘contacto’ contra flancos y vanguardias enemigas que irán viendo degradadas sus capacidades ofensivas y operacionales en la propia LOC. Del mismo modo logrará aliviar la presión del eje de avance principal, posición amenazada o distrayendo tropas enemigas desde aquel sector donde las FF.AA del agredido pretenden alcanzar un logro táctico.

Pese a que la aproximación estratégico-operacional del estado agredido será principalmente defensiva, la maniobra de nivel táctico será eminentemente ofensiva en búsqueda de logros operacionales-estratégicos. Las unidades y subunidades encargadas de llevar a cabo la maniobra táctica, deberán estar continuamente comunicadas y coordinadas entre sí. Habrá un mando táctico inmediato que dispondrá de gran libertad y autonomía en cada una de las unidades/subunidades, tanto cuando operan en la LOC como cuándo lo hacen en la retaguardia del dispositivo enemigo realizando acciones al ‘encuentro’.

Estos mandos tácticos muy en línea con las ideas emanadas de la auftragstaktik, coordinados y comunicados con unidades subordinadas/adscritas y entre sí, poseerán mando, control, comunicaciones, inteligencia, reconocimiento, geolocalización satelital y observación a través de livefeed en tiempo real, tanto de sus propias fuerzas como de las del enemigo, permitiendo anticipar de esta manera las acciones y movimientos de la acción gracias a los sistemas ISR[3] e ISTAR[4]. Esto provocará que sea el mando táctico sobre el terreno, independientemente del tamaño del mando que ostente, quién decida sobre la marcha y a su juicio, el tipo de acción a emplear para alcanzar el objetivo en la situación concreta a la que se enfrentan las fuerzas bajo su mando. Permitiendo escoger en tiempo real la mejor solución táctica de acuerdo al contexto en el que se desarrollará la acción[5]. Estos mandos tácticos a su vez estarán subordinadas al mando operacional –brigada/división- y no a mandos jerárquicamente superiores –cuerpo/ejército-.

La maniobra táctica con fines operacionales no requiere concentración previa de fuerzas –impidiendo el empleo de la superioridad en fuegos del enemigo sobre estas concentraciones-, ni despliegue táctico –las unidades permanentemente se encuentran dispuestas para la acción táctica, por tanto, no hacen falta líneas de despliegue previas para la transición del nivel operacional al táctico-, ni sigue un eje de avance predeterminado. No busca envolver o acabar con las unidades enemigas. Persigue eliminar la capacidad de combate-operativa enemiga, no al enemigo en sí. Esta aproximación al nivel táctico toma prestados muchos de los conceptos del nivel operacional, en busca de lograr la profundidad de la acción/operación. En cierta forma es favorable para fuerzas defensoras, pues facilita la transición de la fase defensiva a la ofensiva con gran rapidez, permitiendo adoptar aquella fase de la operación/batalla/enfrentamiento/acción que más favorezca en el tiempo-espacio del contexto en el AO. A su vez permite a las FF.AA. agredidas ejercer presión en toda la línea del frente, las GLOCs y los diferentes AOs.

En el fondo es una aproximación un tanto ‘simple’ –hacer lo que se puede, con lo que se tiene, allá donde se pueda- donde gran parte del peso de la maniobra táctica recaerá en compañías, pelotones, escuadras y secciones con muchísima autonomía, movilidad, poder de fuego en armas largas y una amplia gama de sistemas CC, MANPADS, ISR y UAVs/UCAVs, que ejercerán presión continua a la línea del frente del despliegue enemigo mediante acciones de fase ofensiva. Aunque se careciera de equipo pesado, ello tendría que ser paliado en parte gracias a la numerosa presencia entre la infantería de sistemas CC, el hábil uso de la artillería de apoyo-precisión gracias a los métodos empleados para observación, guiado y corrección de tiro, el empleo de UAVs/UCAVs en misiones de ataque y por un factor que muchas veces se deja de lado en los análisis militares: el estado y moral de la tropa y población civil del Estado agredido, aunado con la capacidad, la voluntad y la ‘habilidad’[6] de lucha de dicho Estado. Todo ello permitiría que acciones a nivel de maniobra táctica se acaben convirtiendo en réditos operacionales, e incluso en algunas ocasiones, estratégicos.

Además, habilitará la ejecución de despliegues de defensa activa móvil a nivel operacional en fase defensiva –Divisiones/Brigadas⬆- mientras el nivel de maniobra táctica –Regimiento/Batallón⬇- se encuentra permanentemente realizando/empeñado en acciones de fase ofensiva de tipo:

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