La Digitalización del Carro de Combate

En un marco de Digitalización del Campo de Batalla

La tradicional gestión de la batalla (de la guerra en general, pues este fenómeno afecta a cualquier elemento desde el nivel estratégico hasta el último combatiente) está evolucionando rápidamente hacia la digitalización (una evolución que no cesa, ya que la digitalización vive en permanente actualización o innovación) en todas sus orientaciones, logística, información/inteligencia (la inteligencia es la información elaborada) y operaciones. Con los avances tecnológicos, el sistema de mando, control, comunicaciones e información (C3I, Command, Control, Communications, Information) se está asentando sobre una inmensa red digital militar donde cada elemento a su nivel en el campo de batalla es un nodo que transmite y recibe información. Es lo que se llama la Network-Centric Warfare (NCW), o guerra basada en redes, que es la respuesta a cómo conducir la guerra en la Era de la Información.

La mayor ventaja de este sistema es conseguir una más amplia conciencia situacional y acelerar el ciclo de planeamiento, toma de decisiones y ejecución de las acciones. El gran problema es, por un lado, la seguridad, y por otro la capacidad que tenga la red para absorber y gestionar una cantidad tal de información, que podría saturar no sólo a los puestos de mando, sino también a los combatientes. Aclaremos que, cuando nos referimos a combatientes, podemos incluir desde el soldado a pie hasta los tripulantes de vehículos de todo tipo, los operadores de UAVs o UGVs, los encuadrados en los apoyos al combate, la logística, etc.

Ya hemos comentado la necesidad de que la red sea segura y robusta, con la posibilidad de poder ser continua y fácilmente actualizada y mejorada pero, además, debe ser lo suficientemente flexible como para poder adaptarse a los cambios durante el desarrollo de las operaciones, como veremos más adelante.

Para acotar los márgenes de este trabajo, hablaremos de la gestión de la batalla, y no de la guerra, considerando que la guerra es una sucesión de batallas y estas de combates. La guerra se corresponde a un nivel en el que se mezclan con lo militar otros factores como el político o el económico, lo que se sale del objetivo de este trabajo, y la gestión del combate en el campo de la digitalización la veremos a través del carro de combate.

Aunque desde los años 80 se ha estado desarrollando el concepto del carro “todo eléctrico”, sólo se han implantado algunos subsistemas eléctricos, otros están todavía en desarrollo o, en algunos casos, no han pasado del plano teórico.

En cualquier caso, como este tipo de plataforma no es un fenómeno aislado en la batalla, la evolución que la tecnología ha impuesto ha convertido la digitalización en un nuevo campo a estudiar. La vieja tríada potencia de fuego – protección – movilidad, sigue siendo la base, pero está muy afectada por la vetrónica, o electrónica del vehículo, que ha multiplicado sus capacidades.

Tan importante es, que la OTAN, en un intento de normalización dentro de la alianza, está trabajando en el concepto NGVA (NATO Generic Vehicle Architecture), cuyo propósito es facilitar que las naciones miembro aprovechen las ventajas de una arquitectura abierta para el diseño y desarrollo de vehículos terrestres, facilitando la integración de componentes especialmente en lo que respecta a la electrónica de la plataforma vehicular y la infraestructura de energía, y los procesos asociados de seguridad y de verificación y validación. Una parte fundamental de este concepto es conseguir el intercambio de componentes y subsistemas utilizados por los Aliados (la arquitectura abierta permite añadir, modernizar y cambiar sus componentes)y la interoperatividad de la información basada en datos, vídeo e información táctica.

Vamos a ver cómo el carro se convierte en sí mismo en una pequeña red en la que todos los elementos de este complejo y completo sistema de armas están interconectados y se integra en la red como uno de sus nodos.

El tema que nos ocupa es amplísimo y técnicamente muy complejo, así que en nuestro forzosamente resumido repaso explicaremos primero qué es la NCW y después nos centraremos en dos elementos básicos de la red, el sistema de mando y control y la vetrónica, y dentro de esta última los subsistemas más representativos en este campo. Dicho de un modo gráfico, el sistema de comunicaciones es la red de autopistas por las que circula la información que gestiona el sistema de mando y control, y la vetrónica es el conjunto de subsistemas electrónicos con sus vías de enlace (ordenadores, cableado, buses de datos) dentro de un vehículo.

Esquema del sistema de arquitectura abierta LAVOSAR (Land Vehicles with Open System Architecture). Fuente – OTAN.

La NCW y la NEC

Expresado de una manera muy simple, la NCW es una gran intranet militar en la que se integran todos los elementos que participan en una operación, formando cada uno de ellos un nodo que recibe o aporta información. Así, desde los satélites hasta el soldado de a pie disponen todos de sensores que serán explotados de una u otra forma por la red. Algunos de ellos, como el carro de combate, forman otra pequeña red interna para gestionar los elementos propios que generan o reciben información y, por tanto, el sistema se convierte así en una red de redes.

Antes de seguir, tenemos que precisar que la NCW es la teoría, siendo la NC Operations la materialización de esa teoría. Mantendremos el uso de NCW para no entrar en excesivos detalles que podrían desenfocar el objetivo de esta exposición. Por otro lado, a nivel OTAN se ha desarrollado el concepto NNEC1 (NATO Network Enabled Capability, que se podría traducir como capacidad para operar en red), que normalmente se denomina simplemente NEC, aunque este término se corresponde al desarrollo del concepto en el Reino Unido, menos ambicioso que el estadounidense. Inicialmente recibió el nombre de Network Centric Capability (NCC). Existen otras iniciativas nacionales, de las que probablemente las primeras fueron la Network Enabled Warfare (NEW) en Australia, Network Based Defence (NBD) en Suecia, Network Enabled Operations (NEOps) en Canadá y la Network Centric Operations (NCO, posteriormente NCW) en los Países Bajos. Otros países contemplaron también en su momento el trabajo en red, aunque sin una denominación específica, como Francia, Noruega o Polonia. Es el caso de nuestra nación, como posteriormente explicaremos. Hoy en día se puede decir que todos los ejércitos medianamente avanzados están trabajando en este concepto.

Todas las iniciativas son similares a las planteadas en la NCW, si bien en el caso de la iniciativa NNEC el elemento diferenciador es que éste debe ser capaz de integrar los productos Net-Centric nacionales, cada uno con diferentes niveles de alcance.

Entramos así en una nueva forma de gestionar la guerra, a caballo de los avances de la tecnología que provocan un incremento en el ritmo de los acontecimientos y con ello la necesidad de una rápida toma de decisiones y adaptación a los cambios de fases en las operaciones.

También implica una nueva mentalidad para adaptarse a los nuevos procedimientos. La posibilidad de gestionar más información permitirá a las unidades dispersarse o concentrarse con más facilidad, cubrir áreas más amplias de terreno, se reducirá la posibilidad de fuego fratricida, etc. Los puestos de mando reducirán su tamaño, serán más móviles, estarán mejor conectados, podrán reducir los tiempos de respuesta y de apoyo, y se gestionarán mejor las operaciones que se realizan en la actualidad y que combinan, por ejemplo, acciones humanitarias con las de combate.

En contra, podría darse el peligroso caso de que, en vez de ayudar a descentralizar el mando, sucediera lo contrario y aumentara la centralización de toma de decisiones, que podría llegar incluso a nivel político.

Los puestos de mando cambiarán en su organización, los soldados de a pie dispondrán de una pequeña tableta y los sistemas de armas enlazarán todos sus elementos a la red, proporcionando datos tan dispares como consumo de carburante y municiones o localización propia y del enemigo, recibiendo a la vez informaciones y órdenes por medio de mapas digitales, mensajes de texto o por voz.

Una de las ventajas de este sistema es que, al compartir automáticamente y en tiempo real la información (cada uno a su nivel y en su área de responsabilidad) se puede lograr lo que podríamos llamar “autosincronización” sin necesidad de órdenes adicionales, adaptando las unidades sus órdenes dentro del propósito del mando y utilizando su iniciativa. También se puede conseguir un sistema de alerta ante el cambio de acontecimientos que permite adelantarse en las acciones a tomar siguiendo siempre el propósito del mando.

Hacemos tanto hincapié en el propósito de mando porque, como hasta las unidades más alejadas o dispersas podrán acceder a la información, es necesario que los subordinados tengan una perfecta compenetración con él para poder manejar con éxito una gran iniciativa que les permita adaptar la propia misión y conseguir el objetivo.

Como es de imaginar, la seguridad en la red es crucial. Se contemplan cuatro áreas en las que la seguridad es vulnerable, que abarcan los ataques físicos, los electromagnéticos, los propiciados por la creciente complejidad de la multitud de sistemas avanzados de carácter heterogéneo conectados entre sí (sensores, sistemas de armas y sistemas de información), y los ciberataques. Las medidas que se pueden poner en práctica contra estos ataques son de muy diversa naturaleza, y engloban la protección física (p. ej. empleo de instalaciones subterráneas), la replicación física de los sistemas, el empleo de sistemas distribuidos (un conjunto de ordenadores que trabajan juntos de forma coordinada, a través de un intercambio de mensajes), técnicas de cifrado, etc. Todos los sistemas conectados a la red han de ser certificados para acceder al  nivel de información que les corresponda.

Una dificultad añadida es conseguir un fluido intercambio de información entre los diferentes sistemas cuando se llevan a cabo operaciones en las que participen varias fuerzas o naciones en coalición (operaciones con carácter conjunto, combinado o conjunto/combinado) con diferentes políticas de seguridad, diferencias técnicas entre sus sistemas y diferencias entre sus doctrinas y tácticas, incluso con peculiaridades culturales.

En España, el JEMAD (Jefe de Estado Mayor de la Defensa) estableció en 2019 que la implementación actual y futura de los sistemas de telecomunicaciones e información en las Fuerzas Armadas se derivara del concepto NEC de OTAN. Básicamente se trata de crear una red IP resiliente a la que se conecten todos los sistemas de información y por la que la información pueda discurrir por cualquier vía de forma segura y sin tener dependencia de un camino específico.

Para el ET el soporte de telecomunicaciones de esta red se basa en las nuevas estaciones del Plan MC3 (Modernización de los Sistemas de Mando, Control y Comunicaciones), con radioenlaces y terminales satélites IP de distintas capacidades en varios niveles. Tenemos los semiestáticos, estaciones ATQH (At The Quick Halt, terminales de comunicaciones en parada rápida) con un tiempo de entrada en funcionamiento mínimo una vez se posicionan, que tienen múltiples canales satélite de alta capacidad simultáneos y que, con el hardware adecuado, se pueden comportar como una estación de anclaje “gobernando” toda una red de terminales satélite en Zona de Operaciones.

El siguiente nivel de terminales satélite son los TLB 50 IP (1 canal de 2 Mb), con el que se complementan los anteriores para dar servicio a Puestos de Mando y destacamentos, y finalmente los Terminales SOTM (Satellite On the move), que permiten mantener el enlace en todo momento para capacitadores (elementos que no participan directamente en el combate pero ayudan a conseguir los objetivos) y Puestos de Mando Avanzados de Brigada y de Batallón, en los que la entrada y salida de posición deben ser rapidísimas y se debe mantener la capacidad de enlace durante los saltos.

También hay terminales Manpack para elementos destacados como puede ser equipos de Operaciones Especiales y destacamentos de cualquier tipo. En los Grupos/Batallones se dispone de los vehículos PCBON para conformar sus Puestos de Mando, que integran sistemas de información y de telecomunicaciones y que se erigen como el centro de la RRC (Red Radio de Combate) de su unidad, desde los que se centraliza el enlace con el escalón Brigada. Dentro del Grupo/Batallón, el medio de enlace fundamental son las nuevas radios SDR (Software Defined Radio) de alta capacidad y multibanda (las hay con UHF, HF y VHF simultaneas en la misma radio) y que llegan hasta el último vehículo o combatiente  del pelotón.

Estas radios permiten actualizar sus capacidades simplemente implementando en ellas nuevo firmware (el programa básico que controla los circuitos electrónicos de cualquier dispositivo), sin necesidad de instalar hardware adicional, lo que las hace mucho más versátiles y facilita la adición de nuevas capacidades a las mismas. Por otro lado, se dispone también de radios de alta capacidad con cifra OTAN que se pueden utilizar, entre otras cosas, para enlace con los aviones que apoyen a las operaciones en tierra o para que las estaciones de los puestos de mando puedan enviar videos con muy alta calidad.

Otro elemento indispensable, especialmente en los escalones Batallón/Grupo e inferiores, que se integra en las estaciones MC3 es el GESCOM (Gestor de Comunicaciones). Independiza la red de los medios de transmisión, de tal forma que un equipo de la red local no tenga que preocuparse de por qué medio de transmisión envía la información, sino que la manda al GESCOM y éste, que está conectado a todos los medios de trasmisión de la estación (satélite, radios de HF, VHF o UHF…) determina cual es el medio óptimo en capacidad disponible y saturación para llegar al destino y lo manda por él, gestionando de forma simultánea la voz IP y los datos.

La seguridad de estas redes se basa en un sistema de cifra IP, centralizado en su planeamiento y descentralizado en su ejecución, en la que se cifra todo lo que sale de la red local del PC (sea cual sea) y viaja por el medio de transmisión cifrado y de forma segura hasta la red de destino de la información.

En cuanto al Sistema de Mando, Control e Información, el JEMAD estableció el SC2N (Sistema de Mando y Control Nacional) como Sistema único para los tres Ejércitos. El segmento de Tierra es el SC2NET, que ha evolucionado del SIMACET (Sistema de Mando y Control del ET). El SC2NET existe en dos versiones, la CGP para Cuarteles Generales Permanentes en TN, que ya está en servicio (en el Cuartel General de la Fuerza Terrestre en Sevilla, CGFUTER, ya hay instalados unos cien terminales) y el SC2NET desplegable que es el que se usa en operaciones y que, por supuesto, se puede conectar de forma segura con el CGP.

A nivel software son similares, las diferencias son hardware, con el CGP montado sobre racks en los CECOMs (Centro de Comunicación) que dan servicio a los CG, mientras que el desplegable se monta sobre vehículos, tipo Shelter sobre camión (nodo Gran Unidad), sobre VAMTAC (nodo GU-L) o sobre cajones (para PCs con poco movimiento como los PC Retrasados o PC de nivel CE). También hay nodos PUT, que básicamente son un pequeño rack que integra todo y que permite montar rápidamente una red SC2NET en un destacamento, dando servicio a unos pocos clientes.

Personal del Regimiento de Transmisiones 21, imparte jornadas teórico-prácticas sobre el «Sistema de Mando y Control Nacional del Ejército de Tierra» (SC2NET) a los futuros Sargentos de Transmisiones del Ejército de Tierra. Fuente – Ministerio de Defensa.

El SC2NET es el sistema para establecer los PC de nivel Brigada y superior. Para las PU se implementó el BMS (Battlefield Management System, aunque hay que aclarar, para evitar confusiones, que si bien el sistema se llame genéricamente así, en nuestro ejército se llama BMS al sistema aplicado en los niveles Regimiento o Grupo/Batallón). Éste se ha basado en el Lince de los carros de combate, al que se ha quitado el correspondiente módulo de vetrónica. El BMS se despliega desde el PCBON hacia abajo y puede llegar hasta el combatiente desembarcado (el nivel de ambición es una pequeña Tablet por pelotón que reciba información de las radios de sus componentes y la pueda pasar al escalón sección). Actualmente el BMS llega a todos los vehículos de combate, hasta el nivel Sección en las unidades a pie y también está implementado en los elementos logísticos y de apoyo. En las unidades de Artillería de Campaña se usa el TALOS, para el apoyo de fuegos.

Un aspecto imprescindible para todos estos sistemas de información es la interoperabilidad, que es la capacidad de intercambiar información entre ellos de forma exitosa. Hasta hace unos años, cada sistema de información nacional se desarrollaba de forma independiente y cuando se conectaban entre sí para intercambiar información era (y en muchos casos aún sigue siendo) imprescindible montar entre ellos un equipo “traductor de datos” en ambos sentidos. Para evitar los múltiples problemas que esto supone, la JCISAT (Jefatura de los Sistemas de Información, Telecomunicaciones y Asistencia Técnica del ET) estableció dos elementos importantísimos, que son un modelo de datos común del ET, de empleo obligatorio en todo sistema de información de nueva creación (y SC2NET y BMS lo emplean) y por otro lado la IDT (Interfaz de Datos Tácticos) que define el modo y formato para intercambiar datos entre sistemas y que ya está aplicado en las últimas versiones (BMS ya lo tiene, SC2NET lo va a tener próximamente y, para TALOS, se está diseñando una versión específica que disponga del módulo IDT). Otro requisito es adoptar los estándares internacionales de interoperabilidad, como el FMN (Federate Mission Network) de OTAN, que el SC2NET ya cumple. Otros estándares internacionales en los que participan nuestros sistemas son el ASCA (Artillery Systems Cooperation Activities) para interconectar sistemas de Artillería de Campaña o el MAJIIC (Multi-Intelligence All-Source Joint Intelligence Surveillance and Reconnaissance Interoperability Coalition) para ISR.

En el campo de la seguridad, para poder cubrir la necesidad de alcanzar la superioridad en el ciberespacio y así poder asegurar el empleo e intercambio de la información propia y dificultar la del enemigo, en los despliegues se integran estaciones de EW y Ciberdefensa que permiten detectar ataques en estas dos componentes y prevenir los efectos indeseados de los mismos sobre nuestros sistemas.

Además, como ya hemos comentado, todos los nodos deben estar acreditados con un nivel de seguridad, para que cada uno pueda acceder sólo al nivel de información que le corresponda.

Arquitectura MAJIIC. Fuente – Ministerio de Defensa.

El BMS en el Carro de Combate

En los niveles más bajos de todo este entramado está el combatiente, o la tripulación en el caso de un vehículo de combate.

Comparando los campos de batalla de antes de la digitalización, cuando todo era mecánica, con los actuales, en los que se pretende un dominio lo más completo e integral de todos los aspectos del combate (información, operaciones, logística) la digitalización nos ha llevado a un punto tal, que en la búsqueda para facilitar y mejorar las tareas de combate y de mando y control se están utilizando unos sistemas muy complejos, entrando así en una espiral difícil de controlar. Seguramente no puede ser de otra manera debido al desarrollo de la tecnología, pero no creemos que las cosas sean más fáciles, sino simplemente que nos vamos adaptando a las exigencias de los tiempos. El peligro está en cambiar la confusión debida a la falta de información por la creada por un exceso de volumen de datos, lo que no parece muy conveniente.

El sistema de gestión en los carros de combate se denomina Lince, y está configurado al nivel de mando que le corresponda (de jefe de Grupo/Batallón, de Escuadrón/Compañía, Sección, o de línea). Permite localizar a cada vehículo propio, facilitando la IFF (Identification Friend or Foe, identificación amigo-enemigo) o la FFT (Friend Force Tracking, seguimiento de fuerzas propias), que son dos tecnologías diferentes, la primera permite intercambiar mensajes entre sistemas para identificar si el objetivo es amigo o enemigo, mientras que la segunda es un sistema que permite intercambiar señales de posicionamiento y alertas, evitando así el fuego amigo (fratricida, blue on blue, entre otras denominaciones). También permite insertar información del campo de batalla, como por ejemplo la posición de los vehículos enemigos localizados (la rama de inteligencia los “agrupará” en unidades, permitiendo configurar el despliegue del enemigo, los identificará, permitiendo saber de qué tipo de unidad se trata, etc), mostrar en la pantalla las órdenes de operaciones, con las líneas o puntos de coordinación, zonas de acción, medidas de coordinación de fuegos, ejes de avance, objetivos, etc. Con él también se mantiene informada la cadena logística, a la que transmitirá, a menudo automáticamente, datos relativos a consumo de munición, carburante, averías, etc. Permite también un sistema de mensajería, que complementa a los mensajes de voz por la radio. Esta última opción no se puede perder, ya que además de ser más rápida, con la voz el jefe influye en la moral y el ánimo de sus subordinados, comunicando no sólo con palabras, sino también con la entonación.

Módulo de planeamiento BMS. Fuente – Ministerio de Defensa.

Sin duda, esto ha cambiado la forma de planificar y mandar en el campo de batalla, pues ha aumentado la conciencia situacional, lo que mejora la capacidad de tomar decisiones.

En la teoría esto es muy interesante, pero en la práctica se debe evitar el inconveniente que tiene la digitalización de acomodarse a las pantallas y las ayudas, así como el posible exceso de información generado. Esto último se trata de evitar aplicando el concepto Reachback, que en esencia pretende gestionar desde retaguardia el enorme volumen de datos generado, extractando y enviando únicamente la información de utilidad para las unidades en combate, evitando la saturación.

Hasta el momento del comienzo de la operación, en la preparación, cobrarán más importancia las ayudas digitales, sin embargo, una vez en acción el jefe de carro, y más si es jefe de una unidad, no puede estar demasiado pendiente de una pantalla, pues debe asomar la cabeza de vez en cuando para hacerse cargo de la situación, contrastando continuamente la información que le llega y manteniendo el pulso del combate, alimentando las sensaciones que todo buen jefe de unidad debe tener. Su cometido es dirigir su carro y su unidad en la dirección correcta, dar órdenes al tirador, recibir y dar órdenes e información, etc. Como ejemplo de lo que considero una excesiva complicación, en nuestro ejército se está probando el casco dotado del Iron Vision de Elbit Systems. Se trata de un conjunto de gafas y pantalla acopladas al casco del tripulante que permiten una visión de 360º alrededor del exterior, lo que se ha denominado “vehículo transparente”. Es un proyecto interesante en el sentido de que puede ahorrarle al jefe de carro asomar la cabeza para hacerse cargo de la situación, y con ello evitar el peligro inherente, pero que, en mi modesta opinión, tiene la complicación de  tener que ver a la vez lo que nos presenta la pantalla del casco (otra pantalla más) y lo que tenemos a nuestro alrededor, y el peligro de depender de unas cámaras alrededor que se pueden dañar o simplemente ensuciar.

Tampoco hay que olvidar que la experiencia de estar combatiendo en el interior durante horas con escotillas cerradas, sufriendo sacudidas, mirando pantallas, puede provocar desorientación, mareos, cansancio, y dejar prematuramente fuera de servicio una tripulación.

La forma de mandar cambia radicalmente si las ayudas electrónicas desaparecen total o parcialmente, debido a causas que pueden ir desde una avería o a un ataque cibernético. Se debe evitar una sobredependencia de los sistemas y seguir practicando en la instrucción los métodos tradicionales de combatir, para que un simple fallo en algún sistema no pueda dejar el carro perdido si la tripulación no sabe reaccionar correctamente. Un ejemplo claro sería la pérdida de la señal GPS, que pondría al jefe de vehículo en situación de orientarse sin ayudas, así como verse en la obligación de usar la radio para suplir la falta de información que sufra el BMS.

Sistema de realidad aumentada Iron Vision de Elbit Systems. Fuente – Elbit Systems.

La Vetrónica

La aplicación de la electrónica en los vehículos se ha denominado vetrónica y, actualmente, en los acorazados afecta a todos los sistemas y subsistemas que tienen instalados. En el carro estos sistemas incluyen, o pueden incluir, dirección de tiro, armamento, ayudas a la navegación, observación del campo de batalla con cámaras de tv y térmicas, defensa activa, contramedidas, localización y diagnóstico de averías, control de la potencia del motor, control de la transmisión, control de la suspensión, y medios de comunicaciones interior y exterior. Estos sistemas trabajan mediante una combinación de funcionamiento automático y de control manual, y gran parte de la información que todos ellos producen se integra en el sistema de mando y control, el BMS que, como hemos comentado, es el  Lince para los carros.

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