Marruecos, de forma unilateral, ha aprobado dos leyes en las que se resuelve la ampliación de sus aguas territoriales y su Zona Económica Exclusiva y se declara la plataforma continental hasta las 350 millas. El proyecto marroquí, sin validez a ojos de la legalidad internacional, busca hacerse con una zona estratégica que incluye, entre otros, los depósitos de telurio y cobalto del monte Tropic. España no puede ni debe quedarse de brazos cruzados ante la actitud de Rabat.
España, como nación marítima, con casi 6.000 km de costa, es consciente de la importancia de los mares y océanos en el PIB español, convirtiéndolos en motores de la economía. La mar permite la conectividad de la España peninsular con los archipiélagos y ciudades autónomas, el Estrecho de Gibraltar es uno de los lugares con mayor densidad de tráfico de la Tierra y la Zona Económica Exclusiva (ZEE) y la plataforma continental presentan numerosas posibilidades de explotación de la fauna y de materiales y minerales subacuáticos.
El pasado 31 de marzo de 2020, en medio del estado de alarma y de la incertidumbre global provocada por la pandemia del Coronavirus, el Boletín Oficial Marroquí publicó la aprobación por unanimidad del Parlamento marroquí, de dos leyes en las que de forma unilateral, se resuelve la ampliación de sus aguas territoriales (12MN), zona económica exclusiva (200MN) y se declara la plataforma continental hasta las 350 millas1.
Con esta declaración, Marruecos se adentra en la ZEE de España en el Archipiélago Canario y en la Plataforma Continental solicitada ante la ONU en diciembre 2014. A pesar de que, conforme con la legislación de Derecho Marítimo Internacional, la limitación de las aguas requiere de un acuerdo bilateral, este nuevo capítulo supone un pulso a los intereses estratégicos nacionales.
Solicitud de ampliación de la Plataforma Continental Española
La Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar define, en su artículo 76, la plataforma continental (PC) y reconoce el derecho a ampliarla más allá de las 200 millas náuticas (y hasta las 350MN), otorgando al Estado Ribereño el derecho a la exploración y explotación de los recursos naturales presentes en el lecho y el subsuelo marino, de manera exclusiva. El procedimiento para su aprobación requiere de la remisión de “cartas e información pertinente, incluidos datos geodésicos, que describan de modo permanente el límite exterior de su plataforma continental” al Secretario General de las Naciones Unidas2.
Actualmente, una veintena de expertos en Derecho Marítimo integran la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (Commission on the Limits of the Continental Shelf, CLCS)3, creada en 1997. Esta tiene por objeto la evaluación de las propuestas de extensión de la PC y el asesoramiento científico y técnico a los Estados ribereños que elaboraren sus correspondientes propuestas de extensión.
Entre los años 2010 y 2014, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) llevó a cabo los trabajos científico-técnicos para la presentación de la propuesta de ampliación de la Plataforma Continental de España al Oeste de las Islas Canarias. En la elaboración de esta propuesta participaron también el Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO).
Durante la ejecución del proyecto se realizaron cuatro campañas oceanográficas: GAROE-2010, GAIRE-2011, AMULEY-2012, y DRAGO05119.
Como resultado, se obtuvo el levantamiento cartográfico del fondo marino para el trazado del límite de la plataforma continental al sur y oeste de las Islas Canarias y se analizaron las propiedades geológicas del fondo marino con el fin de justificar la prolongación de la Plataforma Continental.
De acuerdo al procedimiento, el 17 de diciembre de 2014, España registró el informe relativo a la ampliación de la Plataforma Continental al oeste de las islas Canarias (España, 2014)4, exponiéndolo de manera oral el 26 de agosto de 2015.
Pero, mientras España ha presentado ante la CLPC sendas solicitudes de ampliación de su Plataforma Continental en el Atlántico más allá de las 200 millas, Marruecos aún no lo ha hecho, aunque se espera que lo materialice en breve, tal y como anunció en su Nota Verbal 325/2015, en junio de 20155.
Montes submarinos: valor estratégico
Durante la campaña “Drago 0511” se descubrieron y cartografiaron ocho montes submarinos conocidos coloquialmente como las “abuelas” de las Canarias6.
Mediante dragas se extrajeron miles de muestras de rocas y sedimentos de los montes submarinos (Echo, Paps, Tropic, Drago y Bimbache). Tras su análisis, se concluye que se formaron a partir de sucesivas erupciones volcánicas anteriores a la formación del archipiélago. Por lo que el descubrimiento demostraría que esta área es la prolongación natural del territorio emergido del Archipiélago Canario.
En 2017, un proyecto británico del programa MarineE-Tech del Centro Nacional de Oceanografía (NOC) para el estudio de estos montes submarinos, halló la presencia de minerales estratégicos como son el cobalto, el níquel, el teluro y el platino. Destaca especialmente el valor del monte submarino Tropic, situado a 250 millas al suroeste de la isla de El Hierro. Sobre él se encuentra una de las mayores reservas mundiales de teluro.
Este elemento es un componente esencial en la industria electrónica que, debido a sus grandes propiedades conductoras, se emplea en la fabricación de numerosos componentes termoelectrónicos con una aplicación directa en las energías renovables (especialmente en turbinas eléctricas y paneles solares).
Según estimaciones del MarineE-tech, el teluro presente en Tropic presenta una concentración 50.000 veces mayor de la habitual (Shukman, 2017). Esto le otorga un valor añadido, situándolo como una de las mayores reservas de teluro del Planeta. Además, este monte presenta también de una alta concentración de cobalto7, un mineral clave en la fabricación de baterías para smartphones o vehículos eléctricos.
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