El presente trabajo analiza, desde el plano histórico doctrinal, la evolución de la doctrina salafista wahabita y su relación con el salafismo reformista que apareció a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. También la influencia de estas dos doctrinas en el pensamiento de Hermanos Musulmanes y en la ideología de los actuales grupos terroristas, tratando como ejemplo y como consecuencia la fusión de éstas dos corrientes, la wahabita y la de Hermanos Musulmanes, en la línea ideológica salafista yihadista del Estado Islámico (Dawlat Al Jilafa).
El salafismo yihadista cuenta con dos modalidades: 1) la yihad descentralizada, representada hoy en día por Al Quaida; 2) la yihad centralizada y jerárquica, representada hasta hace muy poco por el Estado islámico (A Dawla Al-Islamyia), y las fuentes jurisprudenciales que respaldan, justifican y argumentan la creación de diferentes grupos terroristas como la Al Jamaa Al Islamiya en los años setenta o la fundación del califato en el año 2014. Descifrar este laberinto doctrinal obliga a realizar un repaso histórico, así como una lectura de diferentes producciones literarias de carácter doctrinal y jurisprudencial. También a analizar el contexto geopolítico que acompañó la edición de las obras mas importantes de la ideología salafista.
Este análisis tiene como objetivo destacar y analizar una serie de acontecimientos claves y ciertas producciones doctrinales importantes, así como las circunstancias que los acompañaron desde la fundación del wahabismo en el siglo XVIII hasta la proclamación del Estado Islámico en 2014. Por razón de espacio, se omiten ciertos eventos históricos importantes, pero quizá no tan clave como los que se destacan a continuación.
Evolución del salafismo y el wahabismo
La mayor dificultad que encontramos a la hora de tratar el salafismo yihadista es a propósito de la definición y los verdaderos orígenes del salafismo, porque se trata de un término muy amplio utilizado por muchas corrientes islámicas para referirse al islam auténtico del pasado. Ésta dificultad nació en el siglo XX justo después de la caída del Califato Otomano. Lo hizo en el marco de los nuevos desafíos que representaba para aquella época la búsqueda de un nuevo proyecto para la Umma compatible con la dinámica y la modernidad que representaba el siglo XX.
Esta búsqueda de carácter reformista para restituir el Califato Otomano, que acababa de fracasar con un proyecto moderno, tuvo que recurrir al islam del pasado como una única fuente de inspiración. A este reformismo moderno se le denominó salafismo reformista y evolucionó en pocas décadas a través de interpretaciones, lecturas y producciones de conocidos sabios que vivieron entre la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del siglo XX. Entre ellos cabe citar a Jamal al-Din al-Afghani, Muhammad Abduh y Muhammad Rashid Rida, entre otros.
Este movimiento reformista, que sentó las bases del salafismo de Hassan El Banna y, en consecuencia, la fundación de Hermanos Musulmanes, en realidad no se salvó de la influencia de la corriente wahabita. Para lograr este proyecto de renacimiento y construcción de este nuevo futuro, según destacó Mohammed Abed al-Jabri, los reformistas insistieron en el deber de enfrentarse a las innovaciones acumuladas a lo largo de los siglos pasados para restablecer el islam auténtico y puro, el islam de Salaf, es decir, el islam de la primera generación después de la muerte del profeta Mohamed. También, insistieron en el principio de la “Unicidad” enfrentándose a la corriente sufista, considerando que sus rituales vulneran este principio. A ello, hay que añadir sus posturas hacia los otomanos, pues los reformistas y los wahabitas tenían una postura de desprecio hacia el Imperio Otomano, al considerar que estos eran no árabes, cuando la religión provenía del árabe.
En este sentido, como aclara de forma muy extensa, detallada y documentada el Dr. Driss El Ganbouri, el wahabismo causó un antes y un después en el pensamiento islámico moderno, pues su influencia era casi completa, incluso en la fundación de la organización Hermanos Musulmanes que fue contaminada por el wahabismo tanto a nivel organizacional como a nivel ideológico.
Una minuciosa investigación respecto al aspecto histórico confirma la afirmación del Dr. Driss El Ganbouri sobre la influencia del wahabismo sobre la corriente de pensamiento de los Hermanos Musulmanes.
La idea de fundar los Hermanos Musulmanes en el año 1928 por parte de Hassan El Banna no fue una idea original del todo, sino una inspiración de otra organización salafista y violenta que se puede considerar como una versión del Estado Islámico fundado y proclamado por Abu Baker Al bagdadí. Esta organización, cuyo nombre era “los Hermanos”, conocida también con el nombre “los hermanos que obedecieron a Dios”, apareció por primera vez en la zona de Najd (Arabia Saudí de hoy) en el año 1911.
En concreto, en una nueva alianza entre la familia Wahabita y la familia saudita, en la cual el nieto de Muhammad ibn Abd-al-Wahhab y Abdulaziz bin Saud (Ibn Saud) pudieron convencer a los beduinos y nómadas de la zona para combatir a su favor y unir la zona de Najd, construyendo lo que hoy conocemos como Arabia Saudita. La milicia formada por estos beduinos se apodó “los Hermanos”, y gracias a ellos, Ibn Saud, contando con el apoyo de Inglaterra, pudo controlar grandes partes de esta zona.
No obstante, “los Hermanos” fueron extremadamente wahabitas en la práctica, declarando la guerra contra todas las tribus y las zonas que no reconocían a Abdel Aziz Ibn Saud como líder y aplicando la sharía entre la población hasta el punto de llamar la atención de los británicos, que aún operaban en algunas zonas de la península arábiga. De hecho, el teniente coronel Dickson informó por escrito en una carta datada con fecha de 2 de septiembre de 1929, cuando era representante del Imperio Británico en Kuwait que:
«Por otro lado, Los Hermanos fueron fundados por Ibn Saud para que combatan por su cuenta en sus batallas a efectos de lograr la victoria en nombre de la religión. En virtud de esta fraternidad y por el hecho de que están inspirados por la religión, se han convertido en invencibles. Pueden ser comparados con los tanques de Cromwell o el Sturmabteilung alemán».
Ante la desobediencia de “los Hermanos” a Ibn Saud, su extrema radicalización en la interpretación del wahabismo (creando incluso un grupo de policía moral, al mismo estilo que creó el Dáesh dándole el nombre de Diwan Al Hisba), y ante sus continuos ataques a Kuwait, el sur de Irak y Jordania, éstos fueron atacados por la aviación inglesa en coordinación con Ibn Saud en febrero del año 1928, derrotándoles definitivamente en marzo del año 1929.
Por otro lado, recordando que la organización de los Hermanos Musulmanes en Egipto fue fundada en marzo de 1929, es decir, apenas un mes después de que los Hermanos wahabitas comenzaran a asumir derrotas ante el ejército británico, es fundamental revisar la situación político-religiosa que existía en Egipto justo antes de la fundación de los Hermanos Musulmanes. Además, hay que hacerlo en paralelo con el éxito que tenía Al Saud para unir la zona de Najd apoyado por los Hermanos wahabitas.
Pues bien, si Jamal al-Din al-Afghani fue la persona que comenzó el movimiento salafista reformista, existió también la figura de Muhammad Rashid Rida, quien acabó con esta época de reformismo, pues de desarrollar las doctrinas de Jamal Al Din al Afghani y Muhammad Abduh pasó, en su última década de vida, a realizar propaganda al wahabismo. Lo hizo influenciado por la admiración que mostraba hacia el joven Ibn Saud y su ejército de “los Hermanos” que pudieron unificar, en muy poco tiempo, toda la zona de Arabia Saudita y todas las tribus, hasta el punto de escribir un libro titulado “El wahabismo y el hyaz” en el año 1926, en donde abogó desde el punto de vista salafista reformista a favor del wahabismo, otorgándole la legitimidad religiosa que había perdido. En esta época en concreto, es decir, cuando el reformismo salafista de Rashid Rida se obcecó en propagar el wahabismo, Hassan El banna -el fundador de los Hermanos Musulmanes-, era su fiel alumno y acompañante. En relación a esto hay que tener en consideración que Hassan El Banna no tenía estudios religiosos algunos, sino que era maestro de escuela influenciado por las doctrinas de Jamal al-Din al-Afghani y Muhammad Abduh. La admiración de Hassan por estos dos iconos del salafismo reformista es la que le hizo convertirse en un fiel alumno de Rashid Rida -a su vez alumno de estos dos-, liderando así la difusión de sus doctrinas.
Salafismo reformista y Hermanos Musulmanes
En este contexto histórico, nació la escuela doctrinal de Rida Rashid, que mezclaba el reformismo de Jamal al-Din al-Afghani y Muhammad Abduh (quienes abogaban por el uso de la razón en las cuestiones ilógicas o inadaptables a las circunstancias locales en la práctica del salafismo) con la obligatoriedad de respetar los textos tal y como están escritos, particularidad que caracteriza el wahabismo y especialmente su práctica por los Hermanos Wahabitas. De esta escuela reformista y wahabita a la vez, Hassan El Banna fue su primer alumno y adoptó su discurso y lo difundió durante toda su vida, fue apodada “La escuela de Al Manar”.
(Continúa…) Estimado lector, este artículo es exclusivo para usuarios de pago. Si desea acceder al texto completo, puede suscribirse a Revista Ejércitos aprovechando nuestra oferta para nuevos suscriptores a través del siguiente enlace.
Be the first to comment