El T-14 Armata es el arma del momento. Independientemente de sus virtudes y sus posibles carencias, que analizaremos a lo largo de este artículo, lo cierto es que ha revolucionado el mundo de los carros de combate como hace décadas que ningún sistema lo hacía. No se trata, en este sentido, tanto de que sus capacidades vayan a poner en jaque a la OTAN en el futuro próximo sino más bien de que ha logrado mover un sector que llevaba muchos años estancado, viviendo de las rentas de la Guerra Fría y sobre todo, de su final.
El T-14 Armata es hoy por hoy -y según los rusos- el carro de combate más avanzado del mundo. Fue desarrollado bajo gran secretismo en Rusia entorno a finales de la primera década del nuevo siglo y fue presentado al público por primera vez, tras mucho tiempo de rumores y especulaciones durante el Desfile del Día de la Victoria de mayo de 2015 en Moscú, aunque extraoficialmente ya había sido fotografiado a finales de abril de ese mismo año.
El T-14 Armata no se diseñó de forma individual, sino que se hizo como parte de la nueva generación de vehículos terrestres de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, en un todo conocido como la «Plataforma de Combate Universal Armata». Ello implica que varios vehículos (entre ellos los T-14, el T-15 o el T-16), han sido diseñados simultáneamente buscando unos altos niveles de compatibilidad e intercambiabilidad de piezas y repuestos, así como facilitando y abaratando los costes de diseño, producción y logística de cada una de las nuevas plataformas.
Antes de entrar en materia conviene que los lectores se hagan con una primera idea general del carro, aunque sea un tanto burda. Como podrán apreciar en la siguiente imagen el Armata se puede dividir en cuatro compartimentos supuestamente aislados entre sí. Estos son el compartimento frontal, en donde se sitúan en una misma cápsula aislada los tres tripulantes, el compartimento trasero en el que se encuentra la planta motriz, el compartimento central en el que podemos encontrar almacenada la mayor parte de la munición y por último, el compartimento de la torre en el se almacena otra parte de la munición y se encuentra también el cañón principal. En el caso del compartimento central y el de la torre no está claro si están al menos parcialmente aislados el uno del otro, pero en cualquier caso el cargador automático debe estar conectado a ambos, como resulta obvio.
Las siguientes imágenes son esquemáticas, y han sido compartidas en los últimos años en el foro ruso «Paralay» que si bien no suele ser muy fiable en algunas ocasiones, esta vez creemos que se ajusta bastante a la realidad del Armata. Tenemos pues que agradecer a Ilya (@ain92ru) por informarnos de su existencia y, aunque seguramente no son cien por cien precisas, creemos que pueden ayudar al lector a conocer las líneas generales del Armata.
La organización interna del carro de combate T-14 Armata es muy diferente a casi todo lo visto hasta ahora, los que nos llama aún más la atención, especialmente si tenemos en cuenta el tradicional conservadurismo de los diseños ruso-soviéticos. Baste comparar la imagen de arriba con la del interior de cualquier carro de combate anterior al T-14 para darse cuenta de las notables diferencias.
T-14 Armata: Historia
Antes de recibir su propio nombre y durante la fase de diseño, el T-14 era conocido por la denominación industrial rusa «Obyect 148». Todos los vehículos diseñados en la URSS o en la actual Federación Rusa poseen su propia nomenclatura industrial, que empieza siempre por «Obyect» continúa con un número personalizado del vehículo.
Se cree que se tardó aproximadamente cinco años en desarrollar el T-14, habiendo comenzado dicho desarrollo en 2009 o en 2010. Sea como fuere, ya en 2014 se presentaron a puerta cerrada los primeros prototipos y en 2015 se mostraron al público los primeros modelos del T-14, muy probablemente de forma apresurada y sin estar realmente probados y completados al cien por cien, ya que de hecho uno de ellos sufrió problemas mecánicos durante el Desfile del Día de la Victoria de 2015 y en imágenes posteriores se aprecian algunas diferencias entre estos carros y los que desfilaron aquel día por primera vez. Aun así, hay que reconocerle a la industria rusa su celeridad a la hora de abordar un diseño tan complejo en tan breve periodo de tiempo.
En cualquier caso, entre finales de 2016, y 2017 se espera que se inicie la producción en serie que, según los deseos expresados en diversas declaraciones por varios altos cargos del Ministerio de Defensa de Rusia, debería finalizar en 2020, fecha dada inicialmente y demasiado optimista. El proyecto, si finalmente se materializa tal y como estos mismos responsables esperan, consistirá en la producción de un total de 2.300 vehículospara las propias Fuerzas Armadas de la Federación Rusaen torno a 2025, ya que debido a los problemas presupuestarios que ya hemos reseñado, la fecha inicial se ha atrasado, algo que por otra parte es común a cualquier programa de esta envergadura.
Un período de desarrollo de tan sólo cinco años para un carro de combate tan avanzado como el T-14 sugiere que en realidad la mayor parte de las ideas o conceptos aplicados en el mismo ya habían sido puestos a prueba. Por ejemplo, si nos vamos fijando en las imágenes de algunos de los prototipos de los años 80 o 90, observamos como ya se estaba experimentando con torres no tripuladas, alargamiento de la barcaza para repartir el peso, dispositivos lanzadores de las cargas explosivas situadas bajo la torre del carro, etcétera.
Fijémonos por ejemplo en las imágenes del carro experimental «Obyect 299«. En este artefacto ya podemos observar varias de las innovaciones que caracterizan al T-14, entre las que destacan los módulos de blindaje lateral, la cabina aislada para los carristas y la torre no tripulada.
Sin embargo, el carro de combate que en última instancia probablemente más ha influido en el Armata ha sido el «Obyect 195», más conocido como T-95 «Black Eagle». Este carro de combate comenzó su desarrollo durante los últimos estertores de la URSS a principios de los años 90 y continuó su cabalgadura, no sin numerosas interrupciones debido a problemas presupuestarios, hasta que el proyecto fue definitivamente cancelado en mayo de 2010 por el Ministerio de Defensa ruso alegando unos costes y una complejidad excesivas, lo que unido a que se estaba trabajando sobre la base de un diseño que en 2010 ya tenía 20 años de edad lo hacía inviable.
A pesar de que finalmente el T-95 no vio la lu,z es seguro que las experiencias obtenidas, así como los conceptos probados y las tecnologías desarrolladas para el mismo han tenido una enorme repercusión en el T-14, lo que ha facilitado enormemente lograr esa cifra récord de sólo cinco años para el diseño y desarrollo del Armata.
Teniendo en cuenta las imágenes de numerosos tanques experimentales rusos hemos podido distinguir varios elementos propios del T-14 Armata que estaban siendo clarísimamente puestos a prueba ya antes de que este llegase siquiera a considerarse. Dichos elementos son:
Torre no tripulada: Observable en numerosos modelos, en especial en el Obyect 299 y 490A.
Alargamiento de la barcaza: Está claro que los diseños experimentales apuntaban a carros claramente más alargados, aunque posiblemente de anchura similar a los actuales T-72/90.
- Aumento del número de ruedas principales: Esta característica va unida a la anterior, ya que al disponer de peso superior y un chasis mayor se hace necesario aumentar el número de ruedas para repartir el peso. Esta innovación se aprecia fácilmente en varias ocasiones a lo largo de las últimas décadas, ya que casi todos los carros de combate experimentales de los que hemos hablado contaban ya con siete ruedas en lugar de las seis propias de las sagas T-72, T-80 y T-90.
- Abandono de la torre redondeada convencional: Si observamos el blindaje principal de la torre de cualquier carro de combate soviético/ruso desde la 2ª GM nos daremos cuenta de que los T-44, T-54, T-55, T-62, T-64, T-72, T-80 y T-90 contaban con torres perfectamente redondeadas para aumentar la probabilidad de rebotar de los proyectiles y aumentar el blindaje. Por contra, el T-14 abandona por primera vez en más de 60 años este típico diseño soviético, en favor de otro más modular pero posiblemente menos eficaz en sí mismo. Esto sugiere una mayor confianza en los sistemas de defensa activos frente a los pasivos.
- Compartimentación: Los rusos habían estado estudiando desde hacía tiempo la idea de compartimentar los carros de combate futuros. Esto supone dividir el vehículo en compartimentos aislados y blindados de forma independiente de forma que en caso de ataque, las esquirlas y las altas temperaturas así como la sobrepresión no se transmitan de unas zonas a otras, aumentando las posibilidades de supervivencia de la tripulación e incluso las posibilidades de recuperar el carro después de las consiguientes reparaciones.
De otro lado, cabría plantearse en que ha podido influir la experiencia de los carros de combate rusos T-72, T-80 y T-90 a lo largo de estos años respecto al diseño del T-14.
Es una cuestión un tanto abierta, pero a nuestro entender, la principal influencia de aquellos tanques procede de las experiencias obtenidas acerca de los mismos durante conflictos asimétricos en los complicados entornos urbanos, tanto en Iraq como en Siria, Libia, o Chechenia. Desde luego, también deberían haberse tenido en cuenta conflictos de alta intensidad, sobretodo la Guerra del Golfo de 1991 y en menor medida la Invasión de Iraq de 2003, la Guerra Irán-Iraq y los conflictos árabe-israelíes. Las mentadas lecciones podrían ser:
Configuración y disposición de los blindajes añadidos: Los MBT modernos cada vez confían más para su protección en los blindajes añadidos como los módulos de blindaje, los blindajes reactivos o los blindajes de rejilla. Una gran parte de su adición tiene que ver con proteger los expuestos flancos del carro. Si observamos las últimas versiones del T-90, es decir, las versiones T-90AM y T-90MS de exportación, nos damos cuenta de que la configuración del blindaje añadido es similar. Así, el blindaje reactivo se sitúa en la zona frontal y lateral, mientras que el de rejilla se sitúa sólo en la lateral trasera. En este aspecto, los mentados T-90AM y MS poseen la misma configuración que los T-14, una disposición que tiene mucho que ver con la protección de los MBT durante las operaciones en zonas urbanas
Énfasis en el sigilo: Cuando hablamos de «sigilo» o «tecnologías furtivas» tendemos a asociar estas capacidades con los aviones de baja detectabilidad al radar, como los F-117, B-2 o F-22. Sin embargo, el sigilo es la capacidad de cualquier artefacto militar para evitar ser detectado por la observación enemiga. Como todos sabemos, durante la Guerra del Golfo de 1991 una gran parte de los MBT iraquíes -que eran T-55, T-62, Tipo 69 y T-72- fueron destruidos sin siquiera entrar en combate debido a una agresiva campaña aérea y a sus propias carencias en este aspecto. Ello a nuestro entender hace esperar que los diseñadores rusos hayan puesto una especial atención en evitar que el T-14 sea detectado desde el aire y también desde tierra, pues los M1 Abrams que participaron en «Tormenta del Desierto», podían destruir los carros enemigos sin que estos llegasen a saber de dónde les venían los disparos.
Motores diésel y motores de turbina de gas: Hubo una época, con diseños como el T-80 o el M1 Abrams, en que parecía que los motores de los carros de combate iban a pasar de ser de diésel a ser de gas, sin embargo los problemas de fiabilidad y complejidad mecánica así como la huella logística que generan los motores de gas han hecho que en la nueva generación Armata se haya optado por los convencionales motores diésel.
- Unidad de Potencia Auxiliar (UPA): De forma similar a la saga T-80, el T-14 cuenta con una (UPA) que utiliza un motor de gas. Dicha UPA es especialmente útil para arrancar el motor principal en condiciones de frío extremo como las que suelen darse en buena parte de los escenarios en que están destinados a operar.
Ruedas: Como todos sabemos, las orugas de los carros de combate cuentan con numerosas ruedas. En el caso del T-14 va a seguir usando las «ruedas caras», que son las mismas que usa la serie T-80, y no las que podemos encontrar en las series T-72 o T-90.
Aunque todas las ideas aducidas pueden parecer sumamente innovadoras, en realidad las grandes potencias llevaban tiempo experimentando con ellas. Por ejemplo, en el carro de combate experimental norteamericano M1 TTB (acrónimo de «Tank Test Bed») que data de mediados de los 80 ya se estaban probando torres no tripuladas y habitáculos aislados para la tripulación, tal y como se muestra en las siguientes imágenes.
T-14 Armata: Movilidad
La movilidad del carro se debe entender tanto como las posibilidades que tiene de moverse a si mismo independientemente de las características del terreno -o a pesar de ellas- (movilidad propia), como a las necesidades de transporte que obliga a satisfacer para ser movido por otros medios (movilidad ajena).
Movilidad táctica
El T-14 Armata es movido por un motor «A-85-3» o «A-85-3A», que también es llamado «2A12-3», «12CHN15/16» o «12N360». En cualquier caso, procede de la empresa GSKB Transdizel. Este es un motor diésel de cuatro tiempos y doce cilindros, que tiene una masa de entorno a 1,5 toneladas y que estaba disponible desde 2011. Su producción se ubica en la Fábrica de Tractores de Chelyabinsk.
Se supone que puede desarrollar unos 1.500 caballos de potencia, aunque actuando a su pico máximo la vida de la planta motriz podría verse enormemente resentida, por lo que habitualmente trabaja como máximo en el entorno de los 1.200 caballos. En buenas condiciones se cree que su vida útil debería estar entorno a unas 2.000 horas de uso.
La refrigeración del motor se realiza principalmente por aire, y se cree que puede alcanzar los 90 km/h, aunque teóricamente 80 km/h sería la velocidad máxima a la que podría operar el carro sin reducir excesivamente la vida útil de la planta motriz. Además, se especula con que puede alcanzar unas 2.000 revoluciones por minuto.
Por su parte, en lo concerniente a las orugas, por las estimaciones que hemos realizado en base a fotografías, creemos que miden entre 0,5 y 0,6 metros de ancho por alrededor de 8 metros de longitud. Las cadenas que utiliza el T-14, aunque no son exactamente iguales a las de los T-90 o los modelos más avanzados de T-72, lo cierto es que parecen guardar numerosas similitudes, lo que a mi entender apunta a que las cadenas del Armata son una evolución de las de los T-80.
Respecto a la autonomía, esto es la cantidad de kilómetros que puede recorrer el carro de combate con los depósitos de combustible internos, se supone que el T-14 ha mantenido la típica cifra entorno a 500 kilómetros por carretera, cifra que por otra parte se reduce notablemente en carro pero que es similar a la de algunos modelos occidentales.
El T-14 Armata cuenta con un sistema de suspensión activa presumiblemente hidráulico, que permite al carro de combate adaptarse mucho mejor a toda clase de terrenos, así como mejorar la precisión de apuntado de su arma principal que, pese a contar con sus propios sistemas de suspensión y estabilización se ve favorecida por la superior estabilidad del Armata frente a modelos anteriores.
Pese a que las cifras dadas son un tanto discutibles, se cree que el T-14 en orden de combate pesaría entorno a 49 toneladas, lo que a nuestro entender sería un importante logro de la ingeniería rusa, al conseguir que un carro moderno y que hace uso de blindajes añadidos sólo pese algo más que los diversos representantes de las sagas T-72/T-90 y que, en cualquier caso, siga a una importante distancia de los carros de combate occidentales como la saga Leopard 2 que tiene un peso cercano a las 60 toneladas en sus primeras variantes y que crece notablemente en las últimas, situándose en torno a las 67,5 toneladas para los Leopard 2A7.
El peso del T-14 es muy importante ya que afecta en numerosos sentidos a la movilidad:
- La cantidad de tanques transportados por camiones, trenes o barcos. Obviamente, a menos peso menos esfuerzo y más cantidad de carros se pueden transportar.
- Se produce un ahorro notable en cuanto a materiales al ser necesaria una menor cantidad para la fabricación de cada carro, lo que también facilita la producción y por supuesto, la abarata.
- A menor peso, y cuanto mejor repartido esté el mismo por las orugas, menores serán las posibilidades de que el carro de combate tenga problemas de movilidad en los terrenos blandos tan característicos del territorio ruso y de los países que la bordean.
- A la hora del cruce de puentes o del movimiento por carreteras, la diferencia de peso puede ser decisiva para que la operación pueda continuar con fluidez o, por contra, se necesiten obras para que los carros de combate puedan moverse.
En conjunto, la planta motriz y las características de movilidad del vehículo parecen bastante buenas, si bien es cierto que se tiene poca información contrastable sobre el nivel de fiabilidad de esta nueva planta motriz. No obstante, atendiendo a las cifras teóricas el T-14 debería ser uno de los más ágiles del mundo, sino el que más destaque en este aspecto.
Además de todo esto -y como era previsible-, el tanque cuenta con un «Sistema de Gestión de la Información» (Боевая информационно-управляющая система) ideado para que la tripulación pueda en todo momento conocer el estado en que se encuentra el MBT, y en especial aquellos elementos relacionados con la movilidad, como la planta motriz, la transmisión o la suspensión activa entre otros algo que se puede encontrar en algunos modelos occidentales, pero que no era común en los diseños rusos y que puede ayudar en una de las asignaturas pendientes de muchos países: el mantenimiento predictivo o preventivo.
UPA (Unidad de Potencia Auxiliar)
La UPA o Unidad de Potencia Auxiliar (Auxiliar Power Unit – APU) es un sistema secundario que permite que mientras el motor no esté activo, bien por decisión propia o bien porque está dañado, las capacidades básicas del carro, como el movimiento de la torre o el autocargador sigan funcionando.
El consumo de energía de la UPA es muy inferior al del motor principal por lo que a menudo se usa cuando el carro está estático en posiciones defensivas preparadas. Además, permite reducir enormemente las potenciales huellas sonoras o infrarrojas del carro para evitar ser detectado por los sistemas enemigos.
En este caso, la UPA del T-14 utiliza una turbina de gas al estilo del T-80. Dicha turbina puede además usarse para arrancar el motor del carro en condiciones de frío extremo como ya hemos señalado.
Movilidad estratégica
Aunque el aumento del peso de la saga T-14 frente al de los T-72 esta ahí y supone entre 5 y 10 toneladas extra que gestionar en el caso de mover un T-14 respecto a según que variante del T-72 comparemos, lo cierto es que parece un aumento relativamente bajo y perfectamente asequible para las capacidades y necesidades de las FFAA de Rusia. Los aviones de carga, los vagones de los trenes y los camiones de transporte de tanques utilizados para las sagas T-72 y T-90 no deberían presentar problemas al ser utilizados con los T-14. Eso si, la saga de Vehículos de Recuperación de Ingenieros BREM-1 utilizada hasta ahora demostró que no era capaz de mover a un T-14 varado durante el Día del Desfile de la Victoria cuando un T-14 sufrió problemas mecánicos, por lo que se ha diseñado el T-16 específicamente para remolcar al T-14.
A pesar de que el aumento de peso no es tanto, el aumento de la longitud del T-14 sí que es notable, lo que hace que ocupe bastante más espacio y no sea tan eficiente como los T-72/90 a la hora de ser transportado en las bodegas de aviones o buques. Podemos calcular sin miedo a equivocarnos que, por ejemplo, el mayor avión de transporte de la Fuerza Aérea de Rusia, el Antonov 124 Condor debería poder transportar entre dos y tres T-14, una cifra más que aceptable y que en cualquier caso supera con creces a lo que puede hacer cualquier aparato europeo en servicio.
T-14 Armata: Protección
Resultaba más que predecible el acento que se pondría en mejorar los niveles de protección de los T-14 en relación con las principales amenazas contracarro del futuro. En Siria hemos podido ver como un T-90A ha sido capaz de resistir en la zona frontal desnuda de la torre el impacto de un potente misil TOW 2A y también como un M-60T Sabra israelí logró resistir el impacto de un 9M133 Kornet, pese a todo, son numerosos los carros destruídos y las actuales armas anticarro parecían presentar una amenaza insalvable para los MBT en servicio, aun cuando parece que la generación anterior al Armata ha sido capaz de crear soluciones prácticas frente a las amenazas ATGM que tantísimos quebraderos de cabeza han provocado.
A día de hoy sólo es previsible que un ATGM terrestre pueda destruir a un T-90 acertando en uno de sus flancos, o utilizando la capacidad para atacar desde arriba que, por otra parte, sólo unos pocos misiles poseen. Dichos misiles serían principalmente el FGM-148 Javelin, el Spike y el TOW 2B Aero. En realidad desde nuestro punto de vista son, precisamente, este tipo de ATGM que atacan «picando» sobre el objetivo las mayores amenazas -y seguramente serán los que más proliferen en el futuro-, por lo que probablemente han sido un elemento tenido en cuenta por los planificadores rusos y que haya sido determinante a la hora de diseñar el T-14 Armata.
El Sistema de Protección Activa del T-14 Armata
Cuando hablamos de Sistemas de Protección Activa (APS) pueden ser de dos tipos: los llamados en inglés «soft-kill systems» y «hard-kill systems» a los que nosotros denominaremos sistemas de protección activa ligeros y sistemas de protección activa pesados respectivamente. Antes de entrar en materia conviene que definamos ambas tipologías:
Sistemas ligeros: Son aquellos que evitan que el proyectil-amenaza impacte en el carro de combate desviándolo o confundiéndolo. Únicamente sirve contra sistemas que utilizan algún tipo de guía, ya que en el fondo se trata de un sistema de interferencias que por ejemplo no podría parar un cohete no guiado.
Sistemas pesados: Son aquellos que evitan que el proyectil-amenaza impacte al carro de combate destruyéndolo mediante el lanzamiento de unas cargas explosivas que destruyen el propio proyectil-amenaza antes de que este pueda llegar a impactar. En este caso son eficaces en función de la velocidad de reacción del sistema y, normalmente, son eficaces contra granadas-cohete o ATGM pero no contra proyectiles APFSDS, debido a que estos últimos poseen una velocidad muy superior a la de los anteriores, lo que dificulta enormememente que el sistema pueda detectarlos y neutralizarlos a tiempo.
En cualquier caso son sistemas compatibles que hasta cierto punto se pueden complementar. En el caso de la URSS y de la atual Federación Rusa su sistema ligero más conocido es el Shtora-1 instalado en la serie T-90, y su sistema pesado más conocido es el ARENA que nunca se llegó a instalar en masa. Para la la saga T-14 se ha incorporado de serie un sistema mixto llamado «Afghani» que incluye las capacidades de los APS ligeros y pesados.
El Afghani cuenta con un Radar de Barrido Electrónico Activo que utiliza la tecnología Doppler. Además está integrado en el sistema de control de tiro de forma similar al Shtora-1, para permitir que una vez se detecte la amenaza, la torre pueda orientarse hacia la misma para responder con su fuego y ofrecer una zona mucho más blindada frente al impacto del proyectil. Hay que decir que la torre tiene una velocidad de rotación muy elevada que, al menos teóricamente, es de 45º por segundo. Esto significa que en una posición habitual de batalla en el peor de los casos debería ser capaz de colocarse de frente a la amenaza en un periodo de tiempo que va de los 2 a los 4 segundos.
Al igual que el Shtora-1, el Afghani cuenta con un sistema autónomo para calcular de forma automática el lugar de procedencia del proyectil lanzado y puede responder inmediatamente realizando un disparo de cierta precisión, aunque seguramente la eficacia de este sistema depende enormemente de variables como la distancia y velocidad del proyectil enemigo. Por esos y otros factores creemos que ese sistema de respuesta automática tiene un efecto de supresión más que de destrucción del blanco.
En realidad la velocidad de 45º por segundo puede resultar relativamente baja teniendo en cuenta que un Leopard 2A0 (designación no oficial de los primeros Leopard 2) podía girar la torre a 40º por segundo, y que en un tiempo de 2 a 4 segundos un arma antitanque podría alcanzar su objetivo, y más aún cuando en el futuro se aumenten las velocidades de los proyectiles AT.
Además de lo ya explicado, hay que decir que el Afghani cuenta con 10 contenedores de cargas explosivas que forman parte del sistema pesado y que se sitúan cinco y cinco a cada lado bajo la torre listos para eliminar cualquier amenaza en un ángulo de unos 195º.
Como ya hemos comentado, los APS normalmente no son eficaces contra penetradores de energía cinética, debido a la gran velocidad de los mismos. Sin embargo, los rusos aseguran que el Afghani es capaz de tener eficacia frente a este tipo de municiones, concretamente siendo capaz de interceptarlas a velocidades de 1,5 a 2 kilómetros por segundo. Tengamos en cuenta que un proyectil APFSDS avanzado como el KEWA 2 disparado desde el cañón Rheinmetall 120 mm L/55 -el mejor cañón de la OTAN-, puede hacer que el proyectil llegue a un máximo de 1.825 metros por segundo, por lo que las capacidades del APS ruso parecen preocupantes. No obstante hay que tener mucho cuidado con las supuestas cifras que se le proporcionan al público, porque no sería raro que estuvieran exageradas. Además, no se ha revelado la tasa de destrucción de proyectiles que superen velocidades de 1,5 kmtrs./s y, en cualquier caso, su eficacia debería ser muy inferior a la que pueda tener contra granadas-cohete o ATGM disparados desde tierra.
Se cree, por otra parte que, cuando algunas de las cargas explosivas del Afghani salen disparadas y deflagran, sus fragmentos se dispersan 30º, un ángulo insuficiente para enfrentarse a misiles que procedan del cielo.
De otro lado -y como parte del APS ligero-, el carro cuenta con dos dispositivos independientes NII Stali con una gran capacidad de giro y que cuentan con 12 cargas de un humo especial (humo infrarrojo) que permite «esconder» al carro no sólo visualmente de sus enemigos, sino de otros sistemas ópticos, de guiado o de fijación de objetivos basados en tecnologías infrarrojas. En el fondo es muy similar al funcionamiento del Shtora-1, con la diferencia de que los NII Stali al parecer se pueden mover de forma independiente en cualquier dirección de tal forma que, en cuestión de segundos, deberían ser capaces de tender una cortina de humo infrarrojo alrededor del T-14 Armata.
Blindaje de base
Suponemos que el T-14 habrá mantenido el diseño arquetípico en su blindaje básico, esto es, una gruesa capa de blindaje compuesto que es la principal medida de protección del MBT. Así este blindaje Dorchester va a presentar dos niveles de protección diferentes contra amenazas de proyectiles de penetración química y penetradores por velocidad, debido a que las capas de materiales que componen el blindaje compuesto reaccionan de forma diferente frente a ambos tipos de penetradores.
Como es tradicional -y no esperamos que haya cambiado- lo normal es que el T-14 esté bien dotado de blindaje en el arco frontal de 60º y, al menos si sigue las proporciones de blindaje de otros ruso-diseños soviéticos anteriores, su blindaje en las zonas laterales debería ser de entre un 20% a un 40% del que podemos encontrar en el blindaje frontal.
De otro lado, como no podría faltar en cualquier carro de combate que se precie, cuenta con un blindaje sumamente inclinado en la zona frontal de la barcaza, pese a lo cual en el caso de la torre, debido a los elementos ópticos que debía instalar, no se ha podido llegar al mismo nivel de inclinación. A pesar de ello también parece que se ha hecho un importante esfuerzo en inclinar lo máximo posible el blindaje de la torre y a tenor de las imágenes parece haberse conseguido.
Módulos de blindaje
Muy a menudo se habla de «blindaje modular» y, sin embargo, a nuestro entender esta es una expresión incorrecta, ya que en realidad son módulos o «cajas» que se adosan al carro y que en su interior pueden contener un blindaje de cualquier tipo, por lo que puede haber módulos de blindaje que contengan ERA, blindaje de rejilla o un blindaje convenciona. Consideramos pues que, en su lugar, debería utilizarse el término «módulos de blindaje» ya que sería el más correcto.
Si hay una palabra que define al Armata esa es «modular», ya que la protección que ofrece su blindaje depende más que nunca de los módulos de blindaje, y en especial en lo que se refiere a los laterales y la torre. Sobre los faldones se han instalado una especie de cajas en cuyo interior se encuentra algún tipo de blindaje que pre-detona la carga enemiga, actuando como un blindaje espaciado. Quizás incluso dichas cajas contengan blindaje ERA para aumentar la protección en esas vitales partes del carro.
De otro lado, la torre tiene un novedoso sistema de módulos de blindaje cuyo contenido desconocemos y que se unen a la coraza de la propia torre. Será fácilmente apreciable para el lector en la fotografía que mostramos bajo estas líneas el hecho de que la torre del T-14 es muchísimo más «delgada» de lo que aparenta una vez son retirados los módulos.
Existen carros anteriores para los que se diseñaron módulos de blindaje, sin embargo el T-14 es el primer carro de combate en serie específicamente diseñado para utilizar al máximo los módulos de blindaje.
Como ya hemos mencionado, existen penetradores químicos y por velocidad (cinéticos) y, precisamente por eso, el blindaje modular ofrece unas capacidades de adaptación extraordinarias al poder añadirse módulos de blindaje diseñados para el tipo de penetrador frente al que se prevé que se vaya a enfrentar el carro. De esta forma, si se acude a un entorno de operaciones urbano se podrá añadir un blindaje contra los penetradores químicos de los lanzagranadas antitanque y, si se prevé que el combate vaya a producirse contra los proyectiles de energía cinética de los carros enemigos, se le podrá añadir un módulo maximizado frente a esa amenaza. En resumen, los módulos permiten una adaptación sin precedentes del blindaje del carro de combate al entorno operacional.
En concreto, hemos podido calcular que el grosor del bloque de blindaje que hace las veces de mantelete cuenta con un grosor de unos 50 cmtrs. aproximadamente, lo hemos sido capaces de extrapolar a partir de diversas fotografías gracias al dato conocido de las medidas de las ruedas similares a las de los T-80 utilizadas en el T-14 Armata y que miden 670 mm.
Además, el blindaje frontal de la barcaza se divide en dos áreas: La primera situada inmediatamente debajo de la escotilla de la tripulación y la segunda parte situada debajo de la primera.
Blindaje reactivo
El uso de blindaje reactivo (ERA en adelante) por parte de los carros de combate rusos y soviéticos ha sido amplísimo desde finales de los años 70. Desde entonces y gracias a las lecciones de Afganistán, Chechenia o Georgia, los ERA rusos han ido perfeccionándos pasando desde el Kontakt-1 hasta el experimental «Kaktus» y pasando por el Kontakt-5 y el «Relikt», hasta llegar al «Malakit» que incorpora la familia Armata.
Hasta ahora el ERA sobretodo había sido eficaz contra los penetradores químicos, pero no tanto contra los penetradores de velocidad y, sin embargo, esta última capacidad ha estado siendo mejorada con el paso del tiempo, por lo que podemos asumir como un hecho probado que el Malakit debe haber superado a sus antecesores en este aspecto.
En general, el diseño del Malakit es un innovador blindaje ERA de doble capa que ha sido colocado en la zona frontal de la barcaza y que seguramente se puede colocar en los módulos situados en los laterales del carro.
Por último -y no menos importante-, para evitar detonaciones tempranas innecesarias, se cree que el blindaje Malakit estaría a su vez controlado por el sistema Afghani que podría decidir cuando hacer detonar los paneles de ERA para maximizar sus efectos. Creemos que es por eso por lo que ha mejorado notablemente su eficacia frente a proyectiles APFSDS, en tanto puede ser detonado en el momento idóneo para detener o dañar al proyectil enemigo.
Blindaje de rejilla
El blindaje de rejilla ha sido una importante, útil y barata mejora en materia de protección. En primer lugar ofrece la ventaja del blindaje espaciado que fue inventado en la 2ª GM al predetonar el proyectil-amenaza, a la vez que la rejilla tiene altas probabilidades de que el proyectil enemigo se enganche o se deforme en la rejilla sin llegar siquiera a impactar en las paredes del carro.
En el caso del T-14 y siguiendo la misma línea que los T-90AM y T-90MS, el blindaje de rejilla ha sido situado en la zona lateral trasera del carro de combate. Esto se puede deber a varias ventajas: En primer lugar, el T-14 cuenta con una salida de gases en cada zona lateral trasera y obviamente una zona así no debería quedar «tapada» por los módulos de blindaje laterales, no sólo por la necesidad de que salgan los gases, sino porque además es necesario realizar labores de mantenimiento en las salidas de gases para las que resulta mucho más sencillo retirar la rejilla que retirar los pesados módulos de blindaje.
En segundo lugar, en la zona trasera del lateral, debido a las salidas de gases y a la delgadez del blindaje aledaños, es una zona que presenta una mayor vulnerabilidad, ya que un proyectil de bajo calibre bien colocado puede causar enormes estrago. Por eso el blindaje de rejilla es ideal, ya que normalmente o salva totalmente al vehículo al evitar que el proyectil enemigo impacte o el proyectil enemigo impacta en una zona donde cualquier blindaje habría sido insuficiente.
Por último, como todos sabemos, la producción y el diseño del blindaje de rejilla es mucho más barato, sencillo y simple que cualquier otra forma de protección, por lo que supone un ahorro de costes que hemos podido ver como solución de emergencia en todos los últimos conflictos asimétricos que se han producido.
Tamaño
Para los diseñadores soviéticos siempre se consideró fundamental lograr un perfil bajo en el carro de combate para disminuir las probabilidades de que el enemigo lograra acertarle. A pesar de ello, no es menos cierto que a medida que las tecnologías de apuntado se hacen más precisas, la variación en el tamaño cada vez tiene menos probabilidad de evitar un impacto y es probablemente por esto por lo que parece que, frente a las tradicionales incomodidades de un diseño extremando al mínimo las medidas, los diseñadores rusos, por primera vez se han decantado por un diseño mucho más alto y cómodo para instalar los nuevos sistemas y las futuras mejoras.
Eso si, el T-14 destaca por haber incrementado enormemente su longitud, que ahora incluso iguala a la de los carros de combate occidentales con unos 8 metros de «eslora». Sin duda un cambio radical respecto a la filosofía propia de los T-72/90 que no llegaban ni a los 7 metros. Se trata pues de un aumento que rondaría el 17 por cien, pese a lo cual la anchura del carro de combate se ha mantenido similar a la de anteriores diseños.
Por supuesto, a medida que el MBT ofrece más ángulo de disparo sobre el lateral y a medida que aumenta la longitud del chasis, aumenta el tamaño del blanco que se ofrece, lo cual a priori es un aspecto negativo pero a menudo irrenunciable si se quiere tener el espacio necesario para instalar con comodidad todos los artefactos necesarios, propios de un nuevo diseño.
Por último, la altura ha aumentado considerablemente, equiparándose e incluso superando a algunos de los modelos occidentales más modernos, todos los cuales cuentan con alturas que rondan los tres metros si incluímos los sistemas optrónicos que sobresalen por encima de la torreta.
Estimación del blindaje del T-14 Armata
Quisiéramos dejar al lector una mera estimación del blindaje frontal del T-14. El caso es que, con cada nueva generación de carros de combate soviéticos, del T-34 al T-54 y de este al T-64, hubo un aumento teórico del blindaje frontal que habitualmente rondaría entre el 70 y el 110 por cien, si bien es cierto que al acabar la Guerra Fría los presupuestos han descendido y es probable que la velocidad de mejora de los blindajes haya descendido igualmente. Teniendo en cuenta estas cifras vamos a aportar una aproximación muy basta del blindaje frontal en el glacis del T-14.
El glacis es la parte superior del blindaje frontal de la barcaza, y se supone que en las primeras versiones del T-90 el grosor de este blindaje frente a penetradores por velocidad (APFSDS) era de 670 a 710 mm de RHA, mientras que frente a penetradores químicos (HEAT) sería de entre 990 a 1070 mm de RHA. Así pues, de forma un tanto tosca, estimamos que podríamos estar hablando de un blindaje en el glacis de unos 1000 a 1300 mm de RHA contra penetradores por velocidad, y de unos 1500 a unos 1900 mm de RHA contra penetradores químicos, cifras en cualquier caso muy respetables que habrá que tener en cuenta a la hora de desarrollar las nuevas generaciones de armas anticarro.
T-14 Armata: Potencia de fuego
La potencia de fuego es el elemento ofensivo del carro de combate y, puesto que este es un vehículo de naturaleza ofensiva, la potencia de fuego siempre ha representado una parte fundamental del diseño y construcción de estos colosos de acero. En si, la potencia de fuego se compone de varios elementos que, grosso modo, son los siguientes:
Arma principal: Es el arma más importante y compleja del carro de combate y casi siempre consiste en un cañón, generalmente con un calibre de entre 90 y 120mm de diámetro. En ocasiones además de los proyectiles típicos, pueden lanzar misiles.
Armamento secundario: Se trata de armas más baratas y menos complejas que sirven para destruir a un coste menor los objetivos para los que no sea imprescindible el cañón. Habitualmente el armamento secundario se compone de ametralladoras medias o pesadas, aunque hay carros que llevan lanzadores de granadas, morteros e incluso cañones automáticos.
Sistema de Control de Tiro (SCT): Está formado por el conjunto de artefactos que actúan en armonía para hacer que los disparos de todas las armas del carro acierten al blanco. A su vez el SCT puede subdividirse en tres grandes apartados:
Ópticas: Aquellos artefactos que permiten la visualización del objetivo y que resultan imprescindibles para la identificación y el disparo contra el blanco.
- Sensores: Conjunto de dispositivos que permiten obtener los datos necesarios para realizar un disparo preciso. Aquí incluimos telémetros para medir las distancias, mástiles para medir la dirección y velocidad del viento, elementos para medir el nivel de desgaste del cañón etc.
Sistemas de cálculo: Conjunto de sistemas que en el caso de los carros modernos son computerizados y digitales y que utilizan la información obtenida por las ópticas y los sensores para apuntar correctamente las armas del tanque.
Tipos de munición: No todos los cañones pueden disparar todos los tipos de municiones, aunque es cierto que los MBT modernos normalmente pueden disparar todas las clases de proyectiles. Aunque no se sepa cual, está claro que algún país habrá diseñado la mejor munición APFSDS, por los que sus tanques contarán con mayor potencia de fuego. Igualmente sigue existiendo una importante brecha a favor de los rusos en lo que al uso de ATGM disparados desde carros de combate se refiere, ya que mientras que los carros soviéticos T-55AM de los años 70 ya podían disparar misiles guiados, a día de hoy sólo algunos carros occidentales -y aún menos tripulaciones- han sido entrenadas en el disparo de estos.
Arma principal
El T-14 Armata monta un cañón de reciente diseño conocido como 2A82-1M de calibre 125 mm y ánima lisa. Dicho cañón empezó a ser diseñado durante la primera década de este siglo y para otoño de 2006 ya estaban listos los primeros prototipos.
Resulta interesante ver como, a pesar de estar ante una nueva generación de carros de combate por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, esta no ha incluido un cañón de mayor calibre, sino que ha mantenido el calibre 125 mm, eso si, con un diseño nuevo. Hasta ahora los cañones de los T-72 y T-90 eran versiones más o menos avanzadas del 2A46 que fue originalmente diseñado en los años 60 para la hoy vetusta serie T-64. Es obvio que aunque este diseño ha probado ser muy fiabl,e estaba cimentado sobre conocimientos, tecnologías y vehículos que hoy día impiden sacarle todo el partido que se podría a un cañón de 125 mm. Sin embargo, la carrera de los calibres podría reactivarse, ya que por ejemplo la alemana Rheinmetall ya ha presentado un cañón de 130 mm susceptible de ser montado en los futuros carros occidentales, pero esta eventualidad parece haber sido tenida en cuenta por los diseñadores rusos que al parecer (no está confirmado) podrían haber preparado al Armata para que, llegado el día, incorpore un cañón 2A83 de 152 mm como el que se experimentó en numerosos carros de pruebas ruso-soviéticos.
Aunque poco se puede corroborar acerca de las propiedades técnicas del 2A82-1M, lo cierto es que han aparecido informaciones que aportan datos muy concretos, como que el 2A82 sería entre un 20% y un 25% mejor que cualquier cañón montado en un MBT en la actualidad y, según ciertas fuentes, superaría en un 17% al excelente Rheinmetall L/55 de 120 mm en lo que a la energía imprimida al proyectil se refiere, lo que no es moco de pavo dado que el L/55 puede ser considerado el mejor cañón en servicio que posee la OTAN.
A nuestro entende,r resulta obvio el aumento de la capacidad del 2A82-1M en comparación con el 2A46 de la saga T-72, ya que si nos fijamos en un disparo realizado desde un T-72/90 o un Leopard 2 con el L/55 y a continuación vemos el del 2A82-1M del Armata observaremos como el retroceso que provocan respectivamente en sus vehículos es notablemente más acusado en el T-14 que literalmente se balancea sobre si mismo durante unos segundos tras el disparo. Es una característica esta que, por cierto, nos hace preguntarnos hasta qué punto podrá ser preciso al dispararlo en movimiento, ya que para el estabilizador debe ser muy complicado recuperar la posición de tiro adecuada y realizar los cálculos necesarios en 5 o 6 segundos, que es lo que tarda en recargarse el cañón.
Tomando con mucha cautela todas estas cifras, el cañón tiene que ser mejor que el 2A46, en especial en lo que se refiere a la presión que es capaz de producir para disparar a la mayor velocidad posible los proyectiles APFSDS, lo que debería otorgarle una mayor capacidad de penetración. A eso hemos de sumarle que el 2A82 es más alargado que el 2A46, lo que hace que la velocidad del proyectil sea aún mayor.
Respecto a la longitud del cañón, podemos calcularla de forma aproximada comparando imágenes de diversos carros de combate y en referencia a las medidas ya conocidas de las barcazas. Así, si todos los Leopard 2 hasta la versión A5 incluían cañones L/44 de 5,28 metros, si los 2A46 que montan los T-72 y T-90 miden 6 metros y los Leopard 2A6 o equivalentes montan un L/55 de 6,6 metros, podemos decir sin miedo a equivocarnos que el cañón 2A82 del T-14 Armata mide 6,3 metros ± 10 centímetros. Es decir, no llega a igualar al alargado L/55 de Rheinmetall pero supera ampliamente la longitud de cualquier otro cañón en uso actualmente.
Además, respecto al cargador automático, los soviéticos llevan haciendo uso de él desde 1964 cuando apareció el T-64. Desde entonces -y hasta ahora- en la mayor parte de los MBT occidentales no se ha incorporado el autocargador al considerar entre otras cosas que el cargador humano era más rápido que la máquin y también tomando en consideración que en los cargadores automáticos, una vez insertado un tipo de proyectil, había que dispararlo si se quería cambiar de munición o, en su lugar, había que recurrir a un lento y engorroso procedimiento manual. En el caso del Armata suponemos que el procedimiento de cambio de un proyectil que ya esté en la recámara por parte del autocargador ha debido ser mejorado y perfeccionado. Además, la velocidad de carga ha aumentado respecto a modelos anterior y se cree que es de entre 10 a 12 proyectiles por minuto o, lo que es lo mismo, de aproximadamente un proyectil cada 5 o 6 segundos.
Por otra parte, exteriormente el cañón 2A82-1M tiene una diferencia obvia respecto a los 2A46 y a cualquier cañón fabricado desde los años 50; la ausencia del extractor de humos. Dicho accesorio fue añadido por vez primera en la Unión Soviética en los carros de combate T-54A y se hizo con el objetivo de evitar que los nocivos gases generados por cada disparo terminaran por inundar el MBT, provocando un sinfín de penurias a los carristas que servían en su interior. Puesto que en el caso del T-14 la torre no está tripulada, la necesidad del extractor del humos ha desaparecido.
Armamento secundario
Salvo en contadas excepciones, como en el caso del T-62 Obr. 1967, desde la Segunda Guerra Mundial todos los carros de combate de diseño soviético contaban con dos ametralladoras: Una ametralladora media coaxial PKT o SG-43 de 7,62 mm y una ametralladora pesada con fines antiaéreos de calibre 12,7 mm que podía ser una DShK, una NSVT o una Kord. Normalmente la utilidad de estas ametralladoras secundarias es muy variada, por lo que, lejos de eliminarse, con el tiempo han llegado a incluirse un mayor número e incluso a robotizarlas, de forma que el tirador no se exponga en ningún momento. Entre sus funciones podemos citar:
Ametralladora coaxial: Situada en paralelo al cañón del T-14 Armata, gracias a ella se pueden atacar blancos no protegidos como infantería al descubierto o vehículos no blindados. Todo ello a un precio mucho más barato que si se usaran los valiosos proyectiles de 125 mm.
Ametralladora de la torre: No todos los países tienen la misma filosofía de uso de la ametralladora de la torre, pero en el caso ruso su rol era principalmente el de proporcionar una cierta capacidad de defensa antiaérea ligera frente a aeronaves volando a baja altura y en especial helicópteros. Aunque para mucha gente resulte extraño, lo cierto es que a distancias de mil o mil quinientos metros este tipo de ametralladoras usadas desde varios carros de combate realizando un fuego concentrado tienen amplias posibilidades de dañar o derribar a un helicóptero.
Aunque la ametralladora de la torre también podría usarse en el rol de la coaxial, lo cierto es que hasta ahora en casi todos los diseños requería que su operador asomara parte del cuerpo y, por tanto, que se expusiera a las balas y la metralla enemigas, por lo que normalmente no se usaría de esta forma. A diferencia de estos casos y como veremos a continuación, el T-14 podría incorporar ideas muy innovadoras en el tema, ya que por primera vez no parece incorporar una ametralladora coaxial, lo que por otra parte tiene sentido como veremos a continuación.
Que se sepa el T-14 Armata sólo cuenta con una ametralladora media PKTM de 7,62 mm colocada sobre la torre y controlada por control remoto desde el interior del carro. Esto tendría mucho sentido, ya que podría ser usada tanto en el rol de la coaxial como en el rol de la antiaérea ligera, unificando así las misiones de las dos ametralladoras que antes llevaban los carros rusos.
Según el vendedor de material militar de República Checa «Excalibur Army», una ametralladora PKT tiene un alcance efectivo de 1 kilómetro, así como una tasa de disparo real de 250 balas por minuto, unas cifras que deberían ser ligeramente mejoradas por la PKTM que tendría un alcance preciso de 1000-1200 metros. Sin embargo, es de suponer que los diseñadores rusos hayan preparado el tanque para que, llegado el punto, no haya ningún problema en instalar una ametralladora de mayor calibre, como la pesada Kord de calibre 12,7 mm que es más adecuada para el disparo contra aeronaves. Incluso se ha hablado, aunque no está nada claro, de que el T-14 Armata podría llegar a incorporar un cañón de 30 mm, una opción que hasta ahora en la historia sólo se ha materializado en unos pocos diseños, de los que a su vez sólo una fracción han llegado a ser producidos en serie, como los carros de combate franceses AMX-30.
El principal problema del cañón de 30 mm es la baja cantidad de munición que puede portar en comparación con una ametralladora normal, aunque seguramente sus capacidades como arma antiaérea podrían ser muy interesantes. Si dicha instalación se materializara, el cañón automático escogido sería con toda probabilidad el 2A42 Shipunov de 30 mm, como el que ya montan los BMP-2 o los Mi-28. podría montar también un 2A72 como el de los BMP-3.
Sistema de Control de Tiro y ópticas del T-14 Armata
Si por algo se caracteriza el Armata es porque la mayor parte de sus sistemas ópticos, tanto los del artillero como los del comandante, son manejados por control remoto y envían su información hasta la pantalla de ambos tripulantes en la cápsula frontal.
Es obvio que las ópticas del Armata deben ser buenas en si, ya que el MBT acaba de ser diseñado, pero ¿se habrá creado un sistema que haga que la visión de las ópticas se transmita perfectamente a las pantallas de los tripulantes? Desde luego, está no es una cuestión baladí, ya que este elemento es un «cuello de botella» para el diseño, por lo que una mala gestión de este apartado podría haber perjudicado gravemente al T-14 Armata. Hemos de poner especial énfasis en este punto porque las tecnologías utilizadas han debido ser muy innovadoras y por tanto poco probadas y con mayores probabilidades de padecer problemas de juventud. Decimos lo anterior porque no es lo mismo desarrollar una excelente óptica y que un soldado desde la torre se asome y vea directamente a través de la misma, que hacer que la excelente visión de esa óptica se envíe hasta una pantalla en la cápsula de la tripulación sin que se pierda la menor calidad e información.
Respecto al estabilizador, esto es, la tecnología que permite al carro de combate disparar de forma precisa a la vez que se mueve, el T-14 utiliza el clásico giroscopio. Por lo demás, el nuevo carro de combate ruso debería mantener unos sistemas de visión muy superiores a los de las generaciones anteriores aunque, desde un punto de vista técnico, sólo se sabe que el visor del artillero teóricamente tiene desde 3 a 12 aumentos y que las ópticas del carro podrían observar con eficacia a 7-8 kilómetros de día y a 3,5 kilómetros por la noche. Desconocemos, no obstante, en que condiciones se han realizado estas mediciones, aunque podemos asumir que ha sido en condiciones perfectas que obviamente no tendrían porqué producirse en una situación de combate real.
Sensores
Como resulta obvio, el Armata debe contar con un buen conjunto de sensores para obtener y proporcionar la información necesaria que permita realizar los disparos con precisión. Entre dichos sensores, como viene siendo habitual, debemos incluir sensores de dirección y velocidad del viento, de humedad, de distancias, de desgaste del cañón y, además, aprovecha el sistema satelital ruso «GLONASS» -equivalente al GPS estadounidense- capacidad a la que añade el uso de un sistema de navegación inercial.
El T-14 posee un innovador Radar de Barrido Electrónico Activo -habitualmente conocido como AESA- que, debido a los propios fundamentos en que se basa, tiene una probabilidad de ser detectado menor que los sistemas de radar convencionales. Además, según varios medios rusos, se habrían empleado las mismas tecnologías que las utilizadas en la fabricación del radar AESA que equipa al caza ruso de quinta generación T-50 PAK-FA. Gracias a estas informaciones podemos dar por hecho que el T-14 cuenta con un sistema de sensores que incluye un radar que le permitiría detectar la posición de los vehículos enemigos, así como el lugar de lanzamiento y la velocidad y la dirección de un proyectil enemigo disparado contra el carro. De esta forma, los sistemas de protección activa del carro contarán con la información necesaria para poder ser eficazmente operados.
Municiones
El excelente 2A82-1M sería una cáscara vacía si no contara con una munición -en especial penetradora- a su altura. Por eso es de asumir que utilizará la mejor munición en servicio en Rusia, en especial en lo que se refiere a municiones antipersonal, HEAT y APFSDS.
Como es bien sabido, los soviéticos han aventajado a Occidente en algunos de estos aspectos y diseñaron y produjeron misiles para ser disparados desde sus tanques, una mejora que cada vez aporta mayor versatilidad y atrae mayor interés. Concretamente, para el T-14 Armata se ha diseñado específicamente un misil llamado 3UBK21 Sprinter que le saca todo el partido al avanzado SCT del T-14, haciendo que estos misiles de gran alcance -como mínimo de 4 o 5 kilómetros- puedan teóricamente ser usados contra helicópteros, si bien es cierto que en el estadio actual de la tecnología sigue siendo cuestionable hasta que punto el Sprinter sería capaz de llevar a cabo tal misión antihelicóptero con eficacia.
Otros aspectos destacables del T-14 Armata
Mucho se ha hablado de que el T-14 Armata, llegado el punto, podría controlarse a distancia. Esto quizás pueda ser así en el medio y largo plazo, y en cualquier caso esta posibilidad no-tripulada del T-14 sólo podría usarse en operaciones de muy pequeña autonomía, ya que a día de hoy es ciencia ficción pretender que hordas de carros de combate T-14 puedan ser dirigidos a cientos de kilómetros. En todo caso, el mentado modo no tripulado podría usarse para distancias de unos cientos de metros, no mucho más. Aún así, las posibilidades que ofrecería semejante mejora serían muy amplias, especialmente si tenemos en cuenta que en la mayor parte de los últimos conflictos que se han producido o están produciendo en estos momentos, el combate urbano ha sido fundamental, con todo lo que ello implica en el caso de los carros de combate.
Comunicaciones
El concepto doctrinal de la «Network-centric warfare», esto es, de la «Guerra centrada en las redes», fue propuesto e implementado en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos desde mediados de los años 90 y propugnaba la maximización del aprovechamiento de toda la información reunida y compartida en el momento y con la unidad adecuada. De esta forma se podía utilizar la información obtenida del conjunto de la red como un multiplicador de la fuerza que otorgara ventajas decisivas durante los conflictos y, en especial, en el entorno táctico inmediato.
Así las cosas, los rusos no han perdido el tiempo y han obtenido las lecciones pertinentes del concepto network-centric warfare. Unas lecciones que no se pusieron en práctica hasta la aparición de los últimos modelos de T-90 y que están siendo plenamente implementadas en el caso de los T-14 Armata que cuentan con unos avanzados sistemas de comunicaciones para compartir la información adecuada en el momento adecuado y con la unidad adecuada. Además, dicha red de comunicaciones de radio y de «data link» debería estar más protegida que en carros soviéticos anteriores y ser, por tanto, menos sensible a la intercepción.
Precio
Adquirir los carros de combate occidentales más modernos como el M1A2 o el Leopard 2A7 puede suponer un desembolso de entre 7 y 10 millones de dólares aproximadamente, aunque es cierto que estos precios pueden ser de menos de 3 millones si se acude a carros de segunda mano. Este último es el caso de Chile, país que en 2006 firmó un contrato con Alemania por el que esta última se comprometía a entregar 172 carros de combate Leopard 2A4 de segunda mano a cambio de un precio de entre 100 a 125 millones de dólares, lo que equivaldría a un coste unitario de 581.395 a 726.744 dólares, una cifra sorprendentemente baja.
En 2011, por el contrario, Argelia y Rusia firmaron un contrato por el que esta última se comprometía a entregar 120 carros de combate T-90S -una versión degradada para la exportación del T-90A-, a cambio de una contraprestación de 470 millones de dólares, haciendo así que el coste unitario de cada T-90S fuera de 3,92 millones de dólares, un coste impresionante para un carro de combate ruso.
Según el portal ruso «rg.ru», que a su vez cita fuentes de la compañía Uralvagonzavod, el coste unitario del T-14 sería de 250 millones de rublos, unos 4,1 millones de dólares o 3,85 millones de euros, una cifra a todas luces bajísima si lo comparamos con el contrato argelino. Nosotros consideramos este precio necesariamente falso, ya que parece improbable que se le esté vendiendo a Argelia el T-90S que en comparación con el T-14 Armata está claramente anticuado y que, sin embargo, sólo supondría una diferencia de unos 200.000 dólares entre ambos. De hecho, si esta cifra fuera cierta, los T-90AM que son mucho más avanzados que los T-90S deberían ser más caros que los T-14 y sin embargo se siguen produciendo y entrando en servicio con las Fuerzas Armadas Rusas lo que sería un contrasentido. En definitiva, creemos que la cifra de 250 millones de rublos es falsa y que, en cualquier caso, a la hora de la exportación el precio en rublos podría estar sometido a enormes cambios debidos a las constantes fluctuaciones que sufre el rublo.
Otra cifra más plausible sería las de unos 400 millones de rublos que manejan otras fuentes y que serían equivalentes a 6,6 millones de dólares o 6,21 millones de euros al cambio actual. Una cifra que parece más razonable pero que seguiría siendo baja para un MBT de última generación. En cualquier caso, siendo realistas, creemos que el coste real del Armata debería ascender a unos 8-9 millones de dólares como poco.
Velocidad de producción
En casos de aumento de las tensiones, de guerra o de pedidos urgentes, la velocidad de producción puede llegar a ser muy importante. En este sentido, los rusos siempre han tenido una importante tradición de producción en masa de sus medios acorazados, debiéndose dicha capacidad a la enorme infraestructura de la industria soviética, así como a la apuesta por diseños simples y por tanto más fácilmente producibles.
Aunque como hemos ido viendo el T-14 supone un salto cualitativo en el diseño de carros de combate rusos, lo cierto es que parece haber sido muy bien pensado para ser producido en masa. Esto tiene mucho que ver con la homogeneización e interoperabilidad propias de la familia de vehículos Armata, así como, en menor medida, con otros vehículos del parque acorazado ruso. Por ejemplo, las ruedas del T-14 ya se fabricaban para el T-80 y muchas piezas se comparten con los T-15 y los T-16. A su vez, la munición del arma principal es la misma que la de los T-72, T-80 y T-90. Además, la compartimentación del vehículo probablemente hace más fácil la producción, debido a que se puede lograr una mayor especialización productiva, ya que cada grupo de trabajadores puede encargarse de una sección conreta. Por último, tiene toda la pinta de que la parte más compleja de fabricar con diferencia, es la torre, debido a su enrevesado diseño con muchas más aristas, visores, ópticas, sensores, APS etc.
Se suponía que, en un plazo de tres a cuatro años -entre 2016 o 2017 y hasta 2020- la industria rusa iba a proveer 2.300 T-14 para las fuerzas armadas de Rusia. Sin embargo, debido a problemas presupuestarios derivados de la crisis económica, los bajos precios de los hidrocarburos y las sanciones impuestas por la comunidad internacional como consecuencia de la invasión de Crimea, este plazo se ha ampliado hasta 2025 y lo más posible es que no se cumpla nunca, ni llegue a entrar en servicio en cantidades significativas. En cualquier caso, parece que la industria rusa como mínimo estaría preparada para fabricar entre 48 a 69 vehículos mensuales lo que, teniendo en cuenta que estamos en un periodo de paz sin que exista una gran urgencia y que estamos hablando del que probablemente sea el MBT más avanzado del planeta, es una cifra notable. Eso sí, con una inversión económica a la altura y que no se va a producir, pues las prioridades son otras.
Camuflaje
El carro de combate T-90 iba a llamarse originalmente T-72BU, al incluir las mejoras de los carros de combate T-72B y T-80U. Esto quiere decir que en gran medida no hay un salto tan grande entre el diseño de un T-72 y el de un T-90 y, de hecho, su barcaza es la misma y la torre es muy similar. Sin embargo, el T-14 Armata es un diseño totalmente nuevo, lo que ha permitido elaborar una plataforma que pueda sacar el máximo partido a las lecciones aprendidas desde que T-72 entró en servicio y que, a tenor de los numerosos conflictos en que estos carros han tomado parte, no son pocas.
Hay que tener en cuenta que la Guerra del Golfo de 1991 supuso un duro golpe al prestigio del que gozaban los ingenieros soviéticos como diseñadores de tanques, debido a la enorme cantidad de bajas sufridas por sus carros y, sobretodo, por parte de los por aquel entonces «punteros» T-72 -aunque en realidad los T-72 usados por Iraq estaban muy por detrás de los T-72 en servicio en Rusia-. Lo cierto, en cualquier caso, es que una gran parte de las bajas fueron infligidas antes del propio combate terrestre a través de una intensa campaña aérea.
A nuestro entender, resulta obvio que cualquier análisis de la campaña de 1991 para el diseño de futuros vehículos en general y de tanques en particular por parte de los rusos, ha debido tener en cuenta las capacidades de «sigilo» de los futuros MBT para evitar ser detectados por los cada vez más sofisticados sistemas de observación, en especial aquellos instalados en medios aéreos. Así pues, es predecible el énfasis puesto en la utilización de tecnologías aislantes, destinadas a evitar que el T-14 Armata tenga una gran firma térmica, en especial en las zonas del motor y de las salidas de gases.
Esto se habrá logrado en parte mediante el uso de pinturas o recubrimientos especiales, similares en sus objetivos a sistemas como el «Barracuda» instalado en los Leopard 2A5 daneses para absorber la firma del tanque, unido a otros sistemas para reducir la firma magnética y, en general, a toda una serie de medidas estudiadas para reducir al máximo la firma en el espectro electromagnético y evitar así que los T-14 puedan ser detectados y fijados por los modernos sistemas de guiado infrarrojo como los que usan los ATGM de última generación.
En efecto, si observamos la salida de gases del motor del T-14 Armata, se aprecia como junto a la misma hay unos orificios. Creemos que el primero emite aire frío para evitar que el calor desprendido por la salida de gases pueda delatar al carro o permitir que los misiles guiados por infrarrojo lo detecten fácilmente, mientras que el otro consiste en la ya mencionada salida de gases para la UPA. Además, ambas salidas de gases del T-14 se encuentran cubiertas y suponemos que lo están con un diseño y materiales especialmente pensados para que los gases expedidos del motor no sean fácilmente detectables.
Pala
Al igual que las sagas T-72, T-80 o T-90, en el diseño del Armata se ha mantenido la típica pala situada bajo la barcaza y que se utiliza para que el carro de combate pueda enterrar la parte baja y menos protegida de la zona frontal de la barcaza sin necesidad de preparación alguna. Además, dicha pala añade un poco de blindaje en esa zona tradicionalmente vulnerable.
Iluminación
El T-14 Armata cuenta con tres sistemas de focos: Dos delanteros, que utilizan cada uno 10 diodos LED de alta potencia y un foco trasero de color rojo utilizado para el tráfico y especialmente diseñado para poder mantenerse activado sin que sea detectado desde el aire.
Snorkel
El vadeo de corrientes de agua siempre ha sido un punto importante a la hora de determinar la movilidad operacional de los carros de combate. Si la altura no es mucha, se puede cruzar sin preparación, ya que el propio diseño del MBT suele estar preparado para alturas de 1 a 1,5 metros aproximadamente. Sin embargo, cuando la altura del agua bloquea la inyección de oxígeno y la expulsión de los gases generados por el motor, es necesario utilizar el «snorkel».
Esto es, en esencia un gran tubo que tiene dos funciones: en primer lugar proporcionar al motor el oxígeno necesario y permitirle expulsar los gases generados por la combustión. En segundo lugar, permitir al comandante del carro subirse al mismo para poder dirigir al conductor, debido a lo cual los snorkel tendían a ser muy voluminosos. No obstante y puesto que la antigua necesidad de que el comandante se asome ha sido sustituida en el T-14 por cámaras de alta definición, el snorkel diseñado para el nuevo carro de combate ruso es mucho más pequeño y creemos que va situado bajo la «cesta» blindada trasera del carro.
Drones
Se ha afirmado en varias ocasiones, especialmente en medios rusos y afines, pero también en la prestigiosa publicación estadounidense «The National Interest» que el T-14 Armata podría contar en el futuro con un vehículo aéreo no tripulado instalado sobre la propia plataforma del carro y lanzado desde esta, una idea tan innovadora como práctica. Obviamente, asumimos que estaríamos hablando de un dron de muy pequeño tamaño que se guardaría en la cesta blindada trasera o en el habitáculo de la tripulación, desde el que debería ser desplegado.
El diseño del dron debería ser relativamente pequeño, con no más de 50 cmtrs. de envergadura y, a ser posible, con un diseño tipo helicóptero y no tipo avión, ya que en este último caso no resulta tan práctico para labores de observación a corta distancia además de ser más problemáticos tanto el lanzamiento como la recogida. Nos parece que esta añadidura es una excelente idea ya que otorgaría una flexibilidad y consciencia operacional sin precedentes a las tradicionalmente «sordas y ciegas» tripulaciones de los tanques.
Variantes
Hemos podido constatar la existencia de al menos dos versiones del T-14 Armata, aunque por el momento no sabemos en que se diferencian y ni siquiera si una de ellas ha sido usada para la producción en masa o se trata de un prototipo. La inmensa mayoría de los T-14 vistos hasta ahora cuentan con un visor para el artillero en el lado derecho de la barcaza, mientras que como se podrá comprobar en la siguiente imagen hay algunos T-14 con ese visor en el lado izquierdo. Además, el mástil sensor de vientos y otros aparatos están colocados en el lugar opuesto en uno y otro carro.
¿Cómo combatir al T-14 Armata?
A continuación vamos a tratar de dar las claves de los que creemos que son los puntos más vulnerables del T-14 Armata. Vamos a comenzar con la que creemos que es la opción más evidente; el diseño de nuevas armas que, además, deberían incidir en algunas de las siguientes características si se pretende neutralizar con ellas al nuevo carro de combate ruso:
Mejorando la velocidad de los proyectiles
En teoría, el T-14 está cubierto por una APS que genera un escudo protector que cubre 210º horizontales alrededor de la zona frontal de la torre. Además, como ya hemos explicado, en el mejor de los casos el T-14 podría girar su torre a 45º por segundo, aunque estos en realidad podrían ser 45º cada 2-3 segundos. El elemento que puede derrotar al ordenador del APS no es otro que la velocidad. Por ejemplo, los misiles TOW que son subsónicos pueden ser fácilmente detectados y neutralizados por el Afghani pero, si la velocidad es superior -de al menos 1,5 km/s aunque sería más aconsejable acercarse al entorno de los 2 km/s- el ordenador que controla al Afghani tiene una probabilidad aceptable de no neutralizar la amenaza. Siguiendo con esta vulnerabilidad, hoy en día sólo los proyectiles cinéticos disparados desde los cañones de los tanques pueden ser capaces de alcanzar dichas velocidades. De hecho, en el caso del L/55 de la OTAN podríamos estar hablando de unos 1.825 metros por segundo y suponemos que en la próxima generación de cañones occidentales se deberían alcanzar los 2.000 metros por segundo, siendo así capaces de sobrevivir al APS para impactar contra el T-14.
De otro lado están los cohetes y los misiles contracarro terrestres. Para hacernos una idea de la velocidad de un cohete disparado desde un lanzagranadas, baste decir que el RPG-29, uno de los lanzagranadas más modernos utilizados actualmente, tiene una velocidad de más o menos 200 metros por segundo, mientras que un RPG-7, uno de los lanzagranadas más comunes del mundo y que data de los años 60 tiene una velocidad de apenas 110 metros por segundo.
Supongamos que el T-14 tiene la torre orientada 45º a la izquierda y a 200 metros -que sería una distancia aceptable le disparan con un lanzagranadas con una velocidad de 150 m/s contra la zona lateral trasera- la torre podría tardar 2-3 segundos en girar para encarar la amenaza y usar los dispositivos para destruir la granada atacante. Es decir, que no habría espacio de tiempo suficiente como para reaccionar por lo que si se aumentan las velocidades de los lanzacohetes antitanque hasta el orden de los 200 o 250 metros por segundo, estaríamos hablando de que a distancias de hasta 400 metros y disparando en el momento adecuado este tipo de armas serían perfectamente eficaces.
En el caso de los misiles antitanque el problema es otro. De un lado, hay ATGM de corto alcance (1 km. aprox.), como los M47 Dragon o los Metis, que deberían funcionar de la misma forma que los lanzagranadas, ya que sus velocidades son similares y por tanto deben ser disparados a distancias semejantes, aunque ligeramente favorables a los ATGM ya que su alcance efectivo contra el Armata podría acercarse a los 500 o 600 metros. De otro lado encontramos los ATGM de largo alcance como el TOW y que suelen dispararse a distancias de 2 km. o más. Tienen una velocidad de entorno a 300 m/s, por lo que en teoría el APS no debería tener ningún problema en neutralizarlos. La clave en estre caso podría residir en la capacidad de atacar el carro desde la parte superior. En este sentido, sabemos que alcanzar velocidades de 1,5 a 2 km/s sería un reto difícilmente alcanzable para los ATGM terrestres actuales, por lo que la solución más inteligente será optar por ATGM que primero se eleven y luego caigan sobre el objetivo en un ángulo de 90º, ya que en ese punto el Afghani es incapaz de proteger al T-14.
Ya existen numerosos sistemas de lanzamiento terrestre de este tipo como el Spike, el FGM-148 Javelin, la variante TOW 2B Aero o el HJ-12 entre otros. Ahora bien, estos misiles podrían ser débiles frente al APS ligero que podría usar los lanzafumígenos para confundir a los que sean guiados por infrarrojos y, de hecho, nos parece que los más eficaces serían aquellos que puedan ser guiados mediante el ojo humano y que utilicen cables y no sistemas de radio para mantener conectada la estación de control y el misil. Decimos esto porque contra el ojo humano las única contramedida posible sería el humo que impida la visión humana, mientras que el guiado por cable es, a a su vez, inmune a las contramedidas electrónicas.
Capacidad furtiva frente a los sensores del APS
De otro lado -y más a largo plazo- la creación de misiles especialmente diseñados para ser furtivos y escapar al escaneo de los sensores del Afghani podría ayudar a que las armas antitanque en general y los misiles contracarro en particular aumenten su eficacia. A día de hoy se está experimentando con misiles aire-tierra sigilosos aunque, dado que estas investigaciones no están muy avanzadas, suponemos que el diseño de misiles contracarro sigilosos tardará aún años en materializarse.
Recabando inteligencia sobre el Afghani
En Siria hemos podido comprobar como el APS ligero Shtora-1 de los carros de combate T-90 no siempre está activado, debido a que consume numerosos recursos y batería y por eso hay que racionar su uso. Además, necesita ser recargado y -teóricamente al menos- si la escotilla del comandante está abierta, el sistema automáticamente deja de funcionar. Teniendo en cuenta lo anterior es probable que el Afghani también tenga esta clase de vulnerabilidades que deberán ser confirmadas por la inteligencia para poder así explotarlas
Buscando las zonas más débiles
Sin lugar a dudas, la zona que en un combate normal va a estar expuesta y estar peor blindada va a ser siempre la zona lateral-trasera que está cubierta por el blindaje de rejilla. Siempre que se pueda apuntar al lateral con comodidad se debería disparar a este punto.
De otro lado, en la zona frontal la única brecha del diseño es el periscopio del artillero, situado a la derecha del cañón y que tiene un gran tamaño. Un impacto en esa zona de un arma AT cualquiera podría fácilmente causar graves daños al T-14 y dejarlo fuera de servicio.
Por otra parte, no está nada claro el alcance de las cargas explosivas del APS, por lo que es posible que si se realizan disparos apuntando muy bajo, tanto hacia la zona lateral como hacia la parte inferior frontal de la barcaza, es posible que el Afghani no sea de proteger al carro. Además cabe decir que el T-14 Armata tiene un diseño con numerosos ángulos y zonas muertas, como esas que sobresalen a ambos flancos de la torre, en las que un impacto podría dañar ciertos sistemas del carro, pero no a este en si.
Cegar al carro
Una táctica que se aplicó ya en la 2ª GM y que hemos podido constatar en los combates urbanos de Siria se llama «cegar al carro». Esencialmente, consiste en usar toda clase de armas ligeras para disparar sobre los sensores, ópticas, y en general todos aquellos elementos delicados y expuestos del carro, buscando de esta forma dañarlos y pudiendo así reducir enormemente la eficacia del carro.
Hay que tener en cuenta que el T-14 Armata, debido a lo avanzado de su diseño, depende más que nunca de sofisticadas tecnologías que funcionan en base a cámaras y sensores ubicados a lo largo del carro y que podrían ser fácilmente dañados por municiones ligeras. En este sentido, el T-14 es más vulnerable que carros de anteriores generaciones a este tipo de ataques y lo más expuesto serían las diminutas cámaras utilizadas por el conductor. Así, si antiguamente se quería conducir marcha atrás, el comandante podía asomarse a la torre y ayudar al conductor. A día de hoy si la cámara trasera del T-14 resulta destruida esta clase de operaciones realizadas en una situación de combate real serían muy difíciles de llevar a cabo, reduciendo notablemente la movilidad táctica del carro.
Además, los artefactos explosivos que le sirven al APS para neutralizar amenazas enemigas también están muy expuestos. Suponemos que los mismos estarán blindados como para resistir por lo menos el calibre 5,56 OTAN, pero no creemos que pueda resistir el impacto de municiones de 7,62 y mucho menos de 12,7 mm.
También cabe decir que quizás los sistemas del Armata puedan ser capaces de detectar parcialmente la procedencia de las balas y orientar a la tripulación en esa dirección, por lo que hasta cierto punto la táctica de cegar al carro podría llegar a ser arriesgada, aunque desconocemos las capacidades exactas del APS del T-14.
Puntos ciegos
En nuestra opinión, debido a la disposición de los artefactos explosivos del Afghani y su dispersión de 30º, los disparos muy altos o muy bajos contra el carro podrían sufrir en mucha menor medida los efectos del explosivo y ser, por tanto, más letales. Sería conveniente por tanto apuntar a las cadenas o a la zona más alta de la torre para así poder sortear al APS.
El futuro del T-14 Armata
La intención rusa sigue siendo que el T-14 Armata entre en servicio con las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y equipe a sus mejores unidades, previsiblemente en las regiones occidentales del país. No obstante, sus costes podrían ser muy superiores a lo que se le han comentado al público, lo que en última instancia podría ralentizar la adopción de este nuevo carro de combate o condenarlo al fracaso. De hecho, se prevé que los T-90 y los T-14 prestarán servicio de forma conjunta por lo menos durante una o dos décadas más.
La praxis soviética típica consistía en que, cuando el carro ya había entrado en servicio y se le habían implementado mejoras, se creaba una versión degradada que se ofrecía para la exportación. Siguiendo la lógica de la nomenclatura rusa, dentro de cinco o diez años se debería presentar un T-14S para la exportación, aunque es posible que en este caso el T-14S tarde más en llegar y en su lugar se ofrezcan en el extranjero las versiones más avanzadas del T-90, como el T-90A, T-90S o el T-90MS.
T-14 Armata: análisis de conjunto
El T-14 Armata parece un buen carro, con interesantes novedades y la posibilidad de aprovechar economías de escala al haber sido diseñado como parte de una familia más amplia. Además, su diseño modular le otorga unas posibilidades muy interesantes tanto de especialización como de incorporar los blindajes que se diseñen en el futuro para mantener al T-14 con lo último en protección.
A esto hay que añadir que el APS le sitúa en una nueva dimensión en cuanto a protección, haciendo que además los tradicionales cohetes antitanque pierdan mucha efectividad, al igual que todos los ATGM de «tiro tenso» que en condiciones normales difícilmente podrán llegar a alcanzar el blindaje principal del carro.
La potencia de fuego también se ha transformado, en primer lugar por la mejora notable del 2A82 respecto al 2A46 y, en segundo lugar, por la unificación de conceptos de ametralladora coaxial y ametralladora de la torre que han sido sustituidas por una ametralladora dirigida por control remoto colocada en la torre. Más aún, el principal cambio reside en las ópticas y sensores del carro. Así, respecto a las primeras observamos como ocupan mucho más espacio que las de las sagas soviéticas T-72 o T-90, lo que indica que se ha hecho mucho más hincapié en la calidad de los visores.
Por su parte, la movilidad parece muy adecuada y el peso no se ha visto excesivamente resentido, aunque probablemente para remolcar al T-14 no basten los antiguos carros de ingenieros rusos, ya que vimos como un BREM-1 no era capaz de remolcarlo durante el Desfile del Día de la Victoria de 2015. Quizás la idea más innovadora respecto a la movilidad haya sido la de combinar las capacidades altamente eficientes de un motor diesel con las de una Unidad de Potencia Auxiliar basada en un motor de gas menos eficiente pero más potente en proporción, pero que debido a su pequeño tamaño no debe suponer un gran lastre.
A esto hemos de sumar que no se han descuidado otros aspectos básicos que en otra época hicieron de los carros soviéticos vulnerables a la observación aérea. En especial es de mencionar el uso de aire frío para refrigerar el aire de la UPA y del motor principal, así como el accesorio en forma de trompa invertida que hace que el aire expulsado salga hacia abajo. Ambos son pequeños detalles que podrían ser muy importantes.
La nueva disposición en compartimentos del T-14 también ha de sumarse al haber de este carro, pues es una excelente idea que en el futuro permitirá reducir los daños producidos por un proyectil que atraviese la coraza del T-14. En este sentido, dividir el carro es equivalente a dividir los riesgos, ya que con la disposición actual un proyectil que alcance al autocargador no debería provocar una explosión mortífera para los carristas del mismo modo que tampoco un impacto en el motor y su combustible debería provocar una explosión de la munición o incendiar a los tripulantes. Abundando en esta idea, el hecho de que artillero, comandante y conductor se encuentren en una misma cabina favorecerá la comunicación y una repartición de las tareas más flexible al tener pantallas intermedias que podrían ser manejadas indistintamente por uno u otro tripulante.
Aun así hay varios aspectos que consideramos erróneos. Quizás un defecto del diseño sea la disposición de los artefactos explosivos del APS que, a nuestro entender, no pueden explotarse al máximo debido a estar colocados de forma fija horizontal sobre el anillo de la torre. Creemos también que el T-14 Armata podría tener una desventaja debido a su excesiva innovación y a su excesiva dependencia de tecnologías sofisticadas, en especial de las cámaras de conducción, pero también de los numerosos sensores y ópticas del carro que son muy delicados y por tanto podrían ser vulnerables en un ambiente de combate con metralla y balas volando en todas direcciones. Luces y sombras de un carro que, sin haberse expuesto aun a la verdad del combate, está ya cambiándolo todo pues ha forzado a sus rivales a poner en marcha nuevos proyectos que puedan hacerle frente, incluso aunque nunca vaya a entrar en servicio en cantidades significativas, lo que no deja de tener mérito.
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