La tercera ola

Alvin Toffler

El libro que traemos a colación en este número es, aunque a simple vista pueda parecer lo contrario, fundamental a la hora de entender mucho de lo que se ha escrito y hecho en las tres últimas décadas en el plano militar, tanto en el aspecto más teórico, como en el práctico. Alvin Toffler, su autor -siempre de la mano de su mujer, Heidi- fue personaje muy particular, un futurólogo que en apenas un puñado de obras, entre las que cabe citar “El shock del futuro”, “El cambio de poder”, “La revolución de la riqueza”, “Las guerras del futuro” y, por supuesto, “La tercera ola”, logró adelantar con bastante acierto muchas de las tendencias que definen nuestra sociedad actual. Reverenciado por muchos -y denostado por otros tantos-, su visión de la historia, dividida en olas y esbozada a trazo grueso, ha inspirado a autores de toda clase y condición y sigue ejerciendo una notable influencia en ambientes académicos, especialmente anglosajones.

Como sucede con otros autores, como Jared Diamond, sus explicaciones, en ocasiones demasiado generalistas, siempre son susceptibles de ser criticadas desde los casos particulares, muchos de los cuales parecen no adaptarse a las predicciones. Con todo, para quien lea sus obras con espíritu abierto, siendo consciente de sus limitaciones, sin duda son escritos apasionantes y, por encima de todo, sugerentes, pues es fácil -demasiado fácil, incluso- enlazar cualquier tema actual con el tema central de “La tercera ola”, esto es; los choques entre olas de cambio y sus efectos.

Una vez dicho esto, podemos pasar al libro en sí. Alvin Toffler comienza su obra describiendo un mundo, el de finales de los 70, que parecía tan caótico y peligroso como el actual, si no más. El riesgo de guerra nuclear, la revolución iraní, la crisis del petróleo, que había marcado la primera parte de la década, los cambios sociales, la desigualdad… son temas universales que todavía hoy llenan las páginas de los diarios, por una sencilla razón; el cambio entre la segunda y la tercera ola todavía no se ha completado.

¿Qué son las olas? Podrían definirse, grosso modo, como cambios profundos y duraderos que afectan a todas las facetas de la vida social: economía, ideología, religión, justicia, educación, guerra, forma de gobierno, etc. Una vez una ola llega, barre -no sin un periodo de conflicto- a la anterior, aniquilando en gran medida las formas de vida y producción precedentes, por más que siempre sobrevivan pequeñas sociedades aisladas que mantienen los usos de un tiempo que ya ha muerto, como ocurre con las tribus de cazadores-recolectores que subsisten en áreas remotas.

En cualquier caso, el cambio es, de forma general, imparable. Una vez llega, las sociedades que se resisten mterminan pereciendo mientras que aquellas que se suben a la cresta de la ola, que se adaptan rápidamente y aprovechan las ventajas de las nuevas formas de producción, del crecimiento económico, de los nuevos modelos de organización social o las nuevas formas de gobierno, prevalecen.

El autor identifica -y aquí comienzan los problemas-, tres grandes olas a lo largo de la Historia: 1) La que llegó con el descubrimiento de la agricultura, la sedentarización, la utilización de metales, la división del trabajo, la jerarquización de la sociedad y la aparición de los primeros estados y posteriormente imperios; 2) La que se asocia a la Era Industrial, con la producción en cadena, la difusión de la cultura escrita, la sociedad de masas, la lucha entre democracia y totalitarismos -incluyendo como tal al comunismo- para imponerse como modelo político único, las armas de destrucción masiva; 3) La ola que nos arrastra actualmente y que es la de la Era de la Información, con la robotización, Internet, el hipertexto, la nueva economía, la pérdida de poder de los gobiernos centrales de los estados-nación, los conflictos religiosos, etcétera.

Como vemos, es una división por una parte demasiado vasta y, por otra, fascinante, pues permite de forma simple -los partidarios de Ockham estarán encantados- y elegante, entender la historia humana explicando con unos pocos argumentos fenómenos muy complejos. Es más, aunque mantiene el marco establecido por Hegel -del que bebe por ejemplo el Marxismo- al aceptar la tríada dialéctica, podemos decir que supera a Marx y a Engels al ir mucho más allá de la “Lucha de clases” para hablar de una “Superlucha” que afecta a todos los aspectos, como decíamos al principio, de la vida colectiva. Solo por esto, el libro merece ser leído, sin duda.

Ahora bien, aunque la obra de Toffler tiene muchas lecturas, para los amantes de la temática militar es, sin duda, un clásico imprescindible, pues nos regala un marco general que permite situar cada conflicto en su contexto y que, además, es clave para entender la obra de todos los autores preocupados por un concepto tan importante como el de Revolución Militar.

Efectivamente, si el concepto de “Ola de cambio” no hubiese calado, la discusión en torno a si tal o cual tecnología o doctrina supone una RMA o una RM no tendría el mismo sentido, como tampoco sería igual hablar de guerras en red, de guerras de cuarta, quinta o sexta generación o de cualquier otro intento por conceptualizar un cambio que, en su forma más amplia, ya adelantó Toffler al hablarnos de un fenómeno que va mucho más allá de la llegada de la rueda, de la pólvora o del átomo.

“La tercera ola” es uno de los intentos más audaces de cuantos se han hecho hasta ahora para crear una “teoría del todo” en las Ciencias Sociales y, aunque ciertamente haya mucho que criticar, los trazos sean demasiado gruesos y los puntos muertos excesivos, una vez lo hemos leído resulta casi imposible escapar de su influjo y no asociar cada suceso, político, militar, económico o social, con el entrechocar de las olas.

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