El término Guerra Asimétrica fue usado durante mucho tiempo para designar un enfrentamiento entre dos contendientes con fuerzas extremadamente desiguales, en los que el combatiente con menor número de efectivos y recursos usaba tácticas atípicas que dejaban de lado el marco de la tradición militar. Entre quienes combatían bajo ese prisma se encontraba Hezbollah.
Pero quizá el término “Guerra híbrida” se atenga más a las acciones de este grupo. Ciñéndonos a la definición académica del vocablo diríamos que es “el uso de tácticas asimétricas para tantear y explotar las debilidades utilizando medios no militares (como medios políticos, informativos, intimidación económica y manipulación) que se encuentran respaldados por la amenaza de medios militares convencionales y no convencionales. Las tácticas pueden escalar y adaptarse a cada situación”.
Para exponer de forma clara el término colocaremos como paradigma al grupo anteriormente mencionado; Hezbollah. Fundado en 1982 en el Líbano, es un grupo fundamentalista islámico chií de carácter terrorista que ha tenido un papel predominante en muchos de los conflictos que se han producido en Oriente Medio a lo largo del siglo XX. Entre sus capacidades podemos destacar su flexibilidad, su resiliencia y su capacidad de acción.
Hezbollah es considerado por las democracias occidentales como un grupo terrorista, sin embargo debemos determinar que su capacidad como “milicia de resistencia” hace tiempo que ha superado los límites de la imagen mental que tenemos cuando usamos tal apelativo. La óptica para el enfrentamiento con este grupo terrorista queda dentro de las llamadas guerras híbridas. El enfrentamiento en 2006 con Israel dejó a las claras el salto en sus capacidades. Sin embargo, en vista de las acciones tanto militares como de otro tipo, el conflicto con Israel superó el apelativo de guerra asimétrica para dar lugar a lo que se llama Guerra Híbrida.
En el plano estrictamente militar, Hezbollah cuenta con una capacidad flexible, pudiendo establecer una guerra de guerrillas o realizar una guerra convencional. Cuenta con una tropa entrenada, bien equipada y con una notable experiencia en combate. El grupo se ha transformado en una organización caracterizada por su resiliencia, sus capacidades evolutivas y adaptativas, así como pragmática.
No en vano, el gobierno de Bashar Al-Ásad pudo combatir al Daesh; pues el ejército sirio pudo contar con la dilatada experiencia de los libaneses en la lucha en terreno urbano. La colaboración entre ambas fuerzas no sólo se dio en el plano de la instrucción en las técnicas de este tipo de combate, si no que llegaron a combatir contra el Daesh de forma directa. La ciudad de Qusayr fue tomada por una combinación de ambos ejércitos, tanto el sirio como el libanés.
Desplegado como un ejército al uso en Siria, o usado como milicia de resistencia en el sur del Líbano, el grupo ha demostrado sus dotes militares. En 2006, en el contexto de la operación desarrollada por parte del ejército israelí se vio sorprendido por el uso de sofisticado armamento antibuque y anticarro que los israelíes no esperaban. Las lecciones aprendidas en ese momento no fueron olvidadas, e Israel ha procedido a bombardear, ya en territorio sirio, en el entorno de la guerra civil el armamento que la Fuerza Quds iraní les había suministrado.
Entre la panoplia de armamento usado por el grupo encontramos los conocidos cohetes Katyusha-122. Este elemento fue una de las armas principales empleadas contra Israel en 2006. Usados en gran número, las bajas contabilizadas entre civiles y militares ascendieron a 543. Además de cohetes dispone de una amplia variedad de misiles entre los que se encuentran los Fajr-3 y Fajr-5 de fabricación iraní, los Zelzal-I, los Toophan o los C-802. La colaboración con el régimen de Al-Ásad ha dotado al grupo de misiles de alcance medio. Por su parte, el secretario de Defensa de EEUU los cifró en unos 100.000.
Como era de esperar, el grupo cuenta con medios de lucha contracarro. A tal efecto usa, entre otros, los AT-4 Spigot, At-5 Spandrel, AT-14 SpriganKOrnet. De la misma manera cuenta con drones de fabricación iraní Mahajer-4, sin olvidar el amplio arsenal de artillería ligera.
Por lo que respecta a los medios aéreos, la organización cuenta con aviones no tripulados, a la vista de lo sucedido en 2012 cuando el ejército israelí derribó uno de estos aparatos. Por su parte la CNN, se hacía eco del uso de este tipo de aeronaves para bombardear objetivos enemigos en Siria.
En cuanto al número de efectivos se cifra en unos 5000 o 6000 efectivos según oficiales libaneses. De estos sólo un 25% lo serían a tiempo completo. Este hecho nos ofrece una visión de unas fuerzas armadas heterogéneas. Sin embargo, no podemos pasar por alto el alto número de simpatizantes y voluntarios que Hezbollah es capaz de atraer a sus filas, de los cuales una parte han sido
activados y entrenados. Además, el grupo cuenta con una infraestructura sólida que avala todos los medios militares de los que dispone.
Las capacidades militares del grupo son ampliamente conocidas; sin embargo, para que se le considere un grupo que desarrolla una Guerra Híbrida debe tener otras aptitudes. En todo enfrentamiento existen condicionantes psicológicos en todos los actores. En la guerra híbrida se manejan una cantidad de ellos para influir tanto en la voluntad de combate del enemigo como en la población que representa. Por ello, aparecen nuevos campos de batalla en los que combatir.
Uno de estos campos es el de la información, y Hezbollah decidió destinar parte de sus recursos materiales y humanos en este sentido. Centró parte de sus esfuerzos en tener una posición destacable en Internet, influyendo psicológicamente sobre el enemigo y desgastándolo; o haciendo campañas para mejorar su imagen de cara a quienes lo apoyan y a quienes lo observan. Por ello el grupo hizo un despliegue en varias redes sociales.
Este fenómeno era una vía que otros grupos como Daesh ya habían explorado. Mediante el uso de cuentas en ciertas redes sociales, ofrecían la imagen de una fuerza liberadora a una masa escasamente crítica y altamente fanatizada. Esto provocó un efecto llamada hacia los escenarios bélicos de Irak y Siria. Para quienes no se encontraban entre sus partidarios ofrecía una imagen de fuerza extraordinariamente cruenta, mostrando una imagen destinada a desanimar y atemorizar a su enemigo.
Por ello, Hezbollah cuenta con las redes sociales más importantes (Facebook o Twitter) y con medios radiofónicos y televisivos con unos contenidos destinados a seguidores, activos y pasivos, y a detractores.
En los tres ámbitos ya citados, la imagen del grupo no es fruto de la improvisación, si no que se tiene una especial atención a la imagen que el receptor adquiere. El carácter propagandístico de los contenidos emitidos cuenta con una gran cantidad de imágenes de operaciones militares.
El objetivo de tal despliegue es ofrecer la imagen de victoria en la percepción de los aliados y de los enemigos, en ambos casos con fines opuestos. Uno de los mejores ejemplos es la pugna que Daesh y Hezbollah mantienen en las redes sociales. En 2015 fuerzas sirias junto con fuerzas especiales de Hezbollah, eliminaron a Abu Abdo, uno de los cooperantes de un atentado en Beirut atribuido a Daesh.
La noticia fue ampliamente difundida en las redes sociales por parte del grupo libanés. En este caso la acción fue realizada contra otro grupo terrorista. Sin embargo, en 2012 otra de las acciones de tipo terrorista, fue el secuestro de dos militares israelies que acabó con los combates con su país de origen en 2006. El medio para la difusión de las imágenes fueron las redes sociales así como la cadena de televisión de la que dispone el grupo. La pregunta que cabría hacerse es por el qué la difusión de las imágenes se hizo seis años después del secuestro. En 2012 varias voces dentro del Líbano instaban a la organización al desarme y su posterior disolución de su rama militar. Por ello, Hezbollah consideró oportuno su difusión a fin de mantener la cohesión interna dentro de los territorios controlados. De nuevo un aspecto fundamental dentro de la guerra híbrida; la moral y cohesión de la población propia.
Los combates contra los enemigos de Hezbollah no sólo se producen sobre el terreno en un plano estrictamente militar. Vemos que el conocido uso del terrorismo mediante atentados que se producen no sólo en el entorno de los países beligerantes es otra de las variables a manejar en la guerra híbrida.
Por tanto, Hezbollah puede ser considerado como paradigma de un contendiente cuyos combates se desarrollan bajo la óptica de este tipo de guerras. Desde la perspectiva del grupo, los enfrentamientos no se circunscriben a las acciones que se desarrollan en el escenario físico, si no que superan esas barreras y toman un carácter holístico. El fin de las acciones no termina en el campo de operaciones en aspecto temporal o geográfico.
Bibliografia
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- Rodriguez, O. El hombre mojado no teme la lluvia: voces de Oriente Medio. 2009. Debate.
Hezbollah avance a la formación de un ejercito al tener una infantería bien equipada y adiestrada manteniendo fuerzas milicianas de apoyo. Gracias a Siria, hoy tiene una pequeña fuerza acorazada y artillería para crear una brigada acorazada operativa al menos en Siria.
Es un error catalogar a Hezbollah como un grupo terrorista. Debe ser vista como un movimiento político-militar legitimado institucionalmente en el Estado Libanés.