Katībat Okba Ibn Nafaa

La filial tunecina de Al Qaeda

Nacido en la Meca en el año 622, Okba Ibn Nafaa, fue un general musulmán que tuvo un papel destacado en la conquista del Magreb (“Poniente”), contribuyendo a extender el Islam a territorios norteafricanos que en la actualidad son los países de Argelia, Libia, Túnez y Marruecos. En el año 670, como comandante de las fuerzas musulmanas, cruzó el desierto de Egipto estableciendo la ciudad de Qairuán, en el actual Túnez, emplazamiento que usó como puesto avanzado. Tras una sucesión de victorias, algunas renombradas como la que obtuvo en inferioridad numérica en la localidad romana de Tahert (en Argelia en la actualidad) continuó su avance hacia el océano Atlántico.

Una vez allí, según recoge el cronista andalusí Ibn Idhari Al-Marrakushi en su obra escrita en torno al año 1321 bajo el título de Al-Bayan al-Mughrib fi akhbar al-Andalus (“Libro de la increíble historia de los reyes de al-Ándalus y del Magreb”), el general Okba Ibn Nafaa dijo:

“Oh Dios, si el mar no me lo hubiera impedido, habría galopado por siempre como Alejandro Magno, defendiendo tu fe y luchando contra los incrédulos”.

Antes de su muerte en combate en el año 688, las hazañas de Okba Ibn Nafaa también entraron en el terreno de la leyenda. Según se cuenta, uno de sus hombres halló una copa de oro enterrada en la arena, la cual fue identificada como un recipiente idéntico que había desaparecido en La Meca años atrás. Cuando la copa fue extraída de la arena emergió un manantial del que brotaba un agua que provenía de la misma fuente que el pozo sagrado Zamzam en La Meca. Esta historia convirtió a Qairuán y su gran mezquita, también conocida como mezquita de Okba en honor al general musulmán, en el mayor centro de peregrinación del norte de África.

Siglos después, el característico minarete de la mezquita de Qairuán y el nombre del conquistador árabe fueron usados para fines bien distintos: se convirtieron en el nombre y en el signo distintivo del emblema de la rama de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) en Túnez, la Katībat (Brigada) Okba Ibn Nafaa.

El 11 de diciembre de 2012, las autoridades tunecinas confirmaron la muerte en un enfrentamiento con un grupo armado de Anis Jelassi, un miembro de la Guardia Nacional de 27 años de edad, en el transcurso de una operación conjunta de patrulla desarrollada por la Guardia Nacional, las Fuerzas Armadas y los Guardias Forestales.

Los hechos tuvieron lugar en la localidad de Jbel Snak Tam-Smida en la delegación de Feriana (Gobernación de Kasserine) a tan solo 10 kilómetros de la frontera con Argelia La reacción de las fuerzas gubernamentales fue rápida y efectiva. En poco tiempo, poco más de diez días desde que ocurrieron los hechos, fueron detenidos siete individuos implicados en el tiroteo. En una comparecencia pública el ministro del Interior, Ali Larayedh, precisó que los arrestados formaban parte de un grupo terrorista en fase de constitución que se hacía llamar Katībat Okba Ibn Nafaa situándolo en la órbita de AQMI y de su emir, el argelino, Abu Musab Abdel Wadoud, alias empleado por Abdelmalek Droukdel.

El responsable de Interior tunecino dijo que este grupo había tenido “una relación orgánica” con un tiroteo con miembros de la Guardia Nacional y del ejército que tuvo lugar en Rouhia en mayo de 2011 y que se saldó con varios muertos y en unos hechos similares que se desarrollaron en Bir Ali Ben Khalifa en febrero de 2012. Larayedh puntualizó que la célula estaba compuesta por individuos originarios de la región y dirigida por tres ciudadanos argelinos. De Argelia y de Libia provenían los materiales y equipos que les fueron incautados: armas, municiones y explosivos, entre otras cosas.

La Brigada Okba Ibn Nafaa se estableció en la zona montañosa de Chaambi y se empleó en la comisión de ataques contra fuerzas gubernamentales. Estos no eran de gran intensidad, tendencia que se vio invertida en 2014. En el mes de julio de ese año, dos grupos de yihadistas pertrechados con armas automáticas y lanzagranadas pusieron en marcha de manera conjunta un ataque contra un puesto militar en las inmediaciones de la frontera con Argelia dejando tras de sí 14 soldados asesinados y otros 23 heridos. En septiembre de ese año, las autoridades de Túnez neutralizaron un plan para llevar a cabo atentado durante los comicios que iban a celebrarse al mes siguiente.

Tras la proclamación del “califato” el 29 de junio de 2014, la Brigada Okba Ibn Nafaa fue ubicada en el grupo de organizaciones yihadistas que juraron lealtad al Abu Baker Al Baghdadi, tras el meteórico ascenso del autodenominado “estado islámico”. Sin embargo, nunca se hizo público la adhesión “oficial” al “califa” por parte de la organización y en 2015 quedó patente su filiación con Al Qaeda.

En febrero de ese año el grupo difundió a través de sus canales propagandísticos una grabación en la que reivindicaban un ataque que costó la vida a cuatro componentes de las fuerzas de seguridad tunecinas. En el comunicado quedaba clara la adhesión del grupo a Al Qaeda, organización que posteriormente publicó una declaración que alababa el atentado. Además, en noviembre de 2015, otro vídeo elaborado por la Brigada Okba Ibn Nafaa proyectaba en su parte inicial una grabación de Osama Bin Laden para finalizar con un mensaje del emir de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri. El producto audiovisual tenía el evocador título “Es cierto que Dios no ama a los traidores”, basado en la azora 8 (El Botín) del Corán, aleya 58:

“Y si temes traición por parte de alguna gente, rompe con ellos en igualdad de condiciones; pues es cierto que Dios no ama a los traidores”.

Las fuerzas de seguridad de Túnez asestaron importantes golpes contra el grupo, golpes que también afectaron a la su cúpula. En mayo de 2015 fue eliminado Khaled Chaieb, ciudadano argelino que ostentaba el liderazgo de la Brigada Okba Ibn Nafaa. A Chaieb se le vincula con el ataque yihadista contra el museo del Bardo en la capital tunecina el 18 de marzo de 2015 en el que fueron asesinadas 22 personas. Khaled Chaieb fue sustituido al frente de la Brigada Okba Ibn Nafaa por su hermano Mourad que no corrió mejor suerte que su antecesor. En agosto de 2017 la Guardia Nacional lo eliminó en una operación en la que también resulto muerto otro miembro del grupo.

El relevo del “mandato” de los hermanos Chaieb cayó en manos del Bilel Kobi, alias empleado por Bechir Ben Neji. Al igual que sus antecesores, Kobi era de nacionalidad argelina. En enero de 2018 las fuerzas especiales de Túnez acabaron con su vida en una zona cercana a la frontera con Argelia. Este golpe no solo afectó a la Brigada Okba Ibn Nafaa sino que también tuvo repercusión en la propia AQMI ya que Bilel Kobi estaba considerado como el lugarteniente de Abdelmalek Droukdel.

La Brigada Okba Ibn Nafaa, pese a los reveses sufridos, continuó con materializando ataques contra las fuerzas de seguridad. El de mayor envergadura en el plazo de dos años se produjo en Aïn Sultan, en la provincia de Jendouba. En esa localización, efectivos del grupo yihadista hicieron explotar un Artefacto Explosivo Improvisado (AEI) al paso de una patrulla de la Guardia Nacional resultando asesinados media docena de agentes.

En comparación con otras organizaciones de corte similar, la Brigada Okba Ibn Nafaa cuenta con un número de efectivos no muy importante que se sitúa en torno al centenar, contándose también sus seguidores en algunas centenas de individuos. Su distribución en células de pequeño tamaño y el empleo de armamento ligero dota al grupo de una notable capacidad de movilidad lo que por un lado permite la realización de ataques sorpresivos contra fuerzas gubernamentales y de forma paralela esta misma movilidad contribuye en gran medida a dificultar su detección por parte de las unidades que las autoridades de Túnez emplean para combatirles.

El grupo, pese a no ser muy numeroso, parece tener un considerable interés para AQMI como prueba el hecho de que de Abdelmalek Droukdel enviase a su “mano derecha”, Bilel Kobi, a territorio tunecino para reorganizar el grupo, tras la muerte de su anterior “emir”. La sucesiva eliminación de sus líderes muestra que pese a los reveses sufridos, la organización tiene una capacidad organizativa de cierta importancia ya que sus líderes son rápidamente sustituidos.

Sus miembros no solo actúan en territorio tunecino ya hay informaciones que apuntan que es muy probable que efectivos de la organización hayan participado en acciones en Argelia, como el ataque contra una base militar en Khenchela en el año 2013. También en ese mismo año, el ministro del Interior tunecino, Lotfi Ben Jeddou, informaba de que los yihadistas establecidos en la zona del monte Chaambi, área de operaciones de la Brigada Okba Ibn Nafaa, eran combatientes veteranos provenientes de Mali. Dado el auge del yihadismo en el Sahel, en el que AQMI juega un importante papel, no sería en absoluto descartable que estos canales de ida y vuelta de flujo de combatientes tunecinos a la franja saheliana continuasen abiertos . Este trasvase de combatientes podría ser un indicador de que la organización, además de tratar de materializar ataques en su área de operaciones, se dedica también a la captación y entrenamiento de yihadistas en Túnez y que posteriormente estos son enviados a otras zonas de conflicto en el Sahel como Mali.

La Brigada Okba Ibn Nafaa es un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades tunecinas ya que pese a operar en una zona concreta, con una orografía eso sí muy abrupta, y a haber eliminado periódicamente a sus líderes, no han logrado neutralizar por completo esta amenaza. Pese a ello, con la ayuda de países vecinos como Argelia, está conteniendo al grupo y debilitando sus capacidades, aunque, recordando lo que planteaba el sociólogo Raymon Aron en su obra “Der permanente Krieg” (1953) y cambiando en su cita la palabra “guerrillero” por “yihadista”:

“Los guerrilleros ganan la guerra si no la pierden y los que luchan contra ellos pierden la guerra si no la ganan”.

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