La Batalla Multidominio y el campo de batalla futuro

La nueva doctrina que guía al US Army y al USMC

La batalla multidominio es la nueva doctrina que guía al US Army y el USMC en el nuevo entorno estratégico internacional de competición entre grandes potencias. Describe el nuevo entorno operativo al que tienen que adaptarse sus fuerzas terrestres. En lo subsiguiente, la atención en la política militar se desplazará desde la guerra contrainsurgencia y la lucha contra el terrorismo, a enfocarse a partir de ahora a combatir fuerzas armadas convencionales con una capacidad tecnológica no demasiado distantes de las norteamericanas, cuyas ventajas se están acortando progresiva y rápidamente.

Se habla de batalla multidominio al referirse a esta nueva doctrina, porque es una guerra en la que intervienen de manera conjunta los seis dominios de la guerra contemporánea: tierra, mar, aire, espacio, electromagnético y, por último, el dominio cibernético. Además, las fuerzas armadas norteamericanas se preparan para una guerra y tipos de combate en los que ya no dispondrán de superioridad en los diferentes dominios de la guerra, como venía siendo tradicional hasta ahora. En añadidura, las fuerzas norteamericanas y occidentales tendrán una dificultad creciente para tener acceso al teatro de operaciones, por el desarrollo de estrategias antiacceso y negadoras de área por parte de sus competidores. En resumen, el campo de batalla multidominio será más exigente y complejo y obligará a desarrollar nuevas doctrinas y sistemas de armas.

La forma en la que los EE. UU. tradicionalmente han librado sus guerras terrestres de alta intensidad, ha sido la de ir acumulando masa de maniobra en el teatro de operaciones (en la zona contigua al área de combates y operaciones), durante meses o años hasta alcanzar la suficiente superioridad numérica o en capacidad de combate, para finalmente iniciar las operaciones ofensivas y derrotar al enemigo. Esa forma norteamericana de desplegarse, es la que puede observarse en los casos de la Primera y Segunda Guerra Mundial, o durante la Guerra del Golfo de 1991, en la que se estuvo meses e incluso años concentrando fuerza militar en Francia, Reino Unido y Arabia Saudí. Las operaciones ofensivas que se ejecutaban después de la fase de concentración eran guerras de alta intensidad, con grandes batallas campales y maniobras profundas en territorio enemigo, como en la Operación Tormenta del Desierto.

Comparación entre la guerra según la doctrina Batalla AireTierra con la Multidominio según el CSBA.
Comparación entre la guerra según la doctrina Batalla AireTierra con la Multidominio según el CSBA.

Los desafíos del anti-acceso y la guerra limitada

Pero esa forma de hacer la guerra hasta ahora tradicional, es muy poco probable que vuelva a darse en caso que los EE. UU. (y sus aliados occidentales) vuelvan a enfrentarse contra grandes potencias, como Rusia o China. La fase de concentración de fuerza en los aledaños del área de operaciones ya no podrá realizarse sin oposición como ocurría con anterioridad. El principal motivo de ello es la proliferación de las armas anti-acceso y y de negación de area (A2/AD) que dificultan tanto la concentración como el movimiento a las zonas de concentración, y de estas zonas al área de operaciones.

Esto consiste esencialmente en la proliferación de misiles de largo alcance y de creciente precisión, tanto de lanzamiento terrestre, naval, como aéreo, con los que poder dañar o destruir las bases norteamericanas o aliadas, causando numerosas bajas y limitando las operaciones, obligando a la dispersión, etc. Caso paradigmático es el de la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación de China, que desplegando varios miles de misiles de corto y medio alcance, se preparan para hacer salvas masivas contra las bases aéreas y navales norteamericanas en el Pacífico Occidental, disminuyendo muy considerablemente la capacidad de operar de la aviación norteamericana en el Mar de la China Meridional o Taiwán, dañando y destruyendo en puerto un segmento importante de la flota estadounidense y limitando la logística del resto. Por su parte, Rusia también tiene su propia estrategia A2/AD y, por ejemplo, su ministro de defensa ha declarado que para 2021 aumentarán por cuatro su cantidad de armas de alta precisión (refiriéndose a armas de precisión de largo alcance).

En el futuro campo de batalla multidominio, la negación de área, el incremento de capacidades de guerra electrónica y la proliferación de sistemas antiaéreos de largo alcance, provoca una situación en la que los EE. UU. no podrían usar su aviación electrónica como los AWACS, J-STARS o los River Joint. Tampoco los aviones cisterna cerca del área de operaciones (algo que permitió en la Guerra del Golfo de 1991 o la de Kosovo mantener un gran tempo de operaciones). La negación de área también dificultará el apoyo aéreo cercano a las fuerzas terrestres por parte de la aviación de ala fija. La aviación que no tenga capacidades furtivas tendría muchas dificultades para operar en entornos operativos con sistemas antiaéreos S-300/400, y la furtiva en vuelos a baja altitud para dar apoyo aéreo cercano, se enfrentaría a los sistemas antiaéreos de menor alcance con sistemas de guía infrarroja y electroóptica. Por consiguiente, las fuerzas terrestres de EEUU y sus aliados occidentales deben prepararse para un entorno operativo en el que no gozarán de superioridad aérea, algo que no sucedía desde la Segunda Guerra Mundial.

Podría suceder que las fuerzas terrestres norteamericanas y occidentales se vean obligadas a operar en un entorno operativo en el que ya no podrán gozar de superioridad aérea, en el caso de un enfrentamiento contra Rusia. En dicho caso, el superior alcance de los sistemas de artillería rusa ya no podría ser contrarrestado por la superioridad aérea. Se tendría que operar con la gran desventaja de poder ser batidos por la artillería rusa sin poder hacer fuego de contrabatería, quedando inermes y sufriendo cuantiosas bajas, tal y como le ocurrió a las fuerzas ucranianas durante la guerra del Donbáss. En los escritos de los principales teóricos rusos sobre la guerra, se habla de la “guerra sin contacto” como una tendencia militar a la que las fuerzas armadas rusas deben adaptarse. Guerra sin contacto básicamente consiste en salvas de municiones stand-off para degradar las unidades de combate enemigas. En la actualidad, hay un gran énfasis en las fuerzas armadas rusas para mejorar las capacidades de reconocimiento, reducir el tiempo del ciclo de diseminación de la información, ordenar las consiguientes disparos y hacer correcciones de tiro. Al mismo tiempo, los rusos potencian sus capacidades de guerra electrónica también para negar el dominio electromagnético y la posibilidad de guerra en red al enemigo.

El tipo e intensidad de la guerra y los combates en este nuevo entorno operativo propio de la batalla multidominio no sería el de una guerra mecanizada a gran escala, cercando y destruyendo grandes unidades de maniobra enemiga, tomando amplios segmentos de territorio, etc, al estilo, por ejemplo, de la Guerra del Yom Kippur o la del Golfo de 1991. Como los contendientes son potencias nucleares y no tienen intenciones de llevar a cabo una guerra de aniquilación o conquista territorial total del adversario (como la invasión de Irak de 2003), la guerra terrestre probablemente tendrá un carácter operacional y táctico bastante más limitado.

Representación de cómo los diferentes dominios se relacionan entre sí (observar las flechas) en la maniobra interdominio, generando un efecto desproporcionado y aplastante.
Representación de cómo los diferentes dominios se relacionan entre sí (observar las flechas) en la maniobra interdominio, generando un efecto desproporcionado y aplastante.

La estrategia rusa consiste, precisamente, en que el temor a una escalada nuclear que podría ser potencialmente catastrófica para ambos bandos, evite que los EEUU y la OTAN optase por movilizar su mayor potencial militar por tener mucha más población y recursos económicos. Una vez con el conflicto queda encapsulado a niveles relativamente limitados en intensidad y objetivo, lo que se proponen los rusos es ganar la guerra en ese nivel de guerra limitado. No obstante, aunque la coerción y disuasión nuclear logre limitar una escalada, no garantiza que en nivel de conflicto que se combata se termine ganando. De hecho, la superioridad tecnológica occidental hasta ahora permitía que con superioridad aérea y carros de combate mejor protegidos y letales, los occidentales pudieran prevalecer en un nivel de conflicto limitado. Pero en ambientes operativos en el que no tuvieran superioridad aérea, el dominio electromagnético estuviese contestado y el alcance de la artillería rusa fuese superior, las fuerzas occidentales serían continuamente atacadas a distancia en la zona de combate; sin poder concentrarse en el teatro de operaciones sin oposición, etc. El costo político para cualquier gobierno occidental, sufriendo constantes bajas para defender otro país y no un interés vital directo, se haría difícil de sostener.

Debido a este carácter limitado de la guerra futura, como se ha comentado, probablemente ésta no consistirá en una nueva amenaza de invasión del Ejército Rojo de la OTAN, con ofensivas profundas en el valle del Fulda o las llanuras del centro de Alemania, sino que en buena medida, la guerra consistiría una competición de salvas de municiones de precisión de larga distancia, la “guerra sin contacto” como la llaman los rusos, en el que bando que predomina es el que mediante la guerra electrónica y los sistemas de vigilancia remotos, puede observar a distancia al adversario y consigue atacarle eficaz y letalmente, mientras que niega esa capacidad al adversario con medidas de guerra electrónica, sistemas antiaéreos y antimisiles, etc. Por otra parte, aunque choque directo de fuerzas de infantería y la guerra de maniobras no desaparece, será a menor escala que la planeada en la guerra mecanizada tradicional y tendrá mucha menos importancia relativa.

Recapitulando lo dicho hasta ahora, la batalla multidominio será aquella en la que el acceso al teatro de operaciones estará disputado y se recibirán ataques en retaguardia; una guerra tecnológicamente de alta intensidad pero limitada por constricciones políticas y estratégicas; en la que los fuegos de artillería y municiones de precisión de larga distancia (como misiles de crucero) tendrán una gran importancia por las mejoras en información, precisión y letalidad; la capacidad de negar al enemigo que pueda hacer sus propias salvas con esa clase de fuegos (mediante guerra electrónica y sistemas de defensa aérea y antimisil) será igualmente importante; se operará en entornos operativos en el que uno o varios dominios será disputado, teniendo que prepararse las fuerzas terrestres a combatir, por ejemplo, sin apoyo aéreo.

Representación del concepto de “visión asimétrica”.
Representación del concepto de “visión asimétrica”.

Las operaciones interdominio (cross-domain operations)

Por otra parte, aunque es cierto que las preparaciones de artillería antes del choque entre infanterías, la guerra electrónica, la artillería antiaérea, etc, no son ninguna novedad, la forma en que comienza a configurarse en la actualidad, e irá madurando en los próximos años, sí lo es. Tendrá consecuencias radicales en el carácter de la guerra, que dejarán la guerra mecanizada tal y como se conoció desde la década de 1930 a comienzos del siglo XXI, totalmente desfasada. Como es sabido, la guerra mecanizada tradicional consistía en una guerra de maniobra y movimientos con la que sacar partido de las operaciones profundas geográficas: para cercar la masa de maniobra enemiga, tomar puntos clave y conseguir superioridad numérica en los encuentros y choques importantes.

Por contra, en las operaciones interdominio de la batalla multidominio, las ventajas que entonces se conseguían mediante la maniobra geográfica, ahora se desplaza a la maniobra en la lucha entre todos los dominios. Aunque la maniobra en el dominio terrestre y geográfico no desaparece, disminuye mucho en importancia relativa en comparación con conseguir la superioridad electromagnética para poder 1) hacer fuegos de precisión que destruirán la fuerza enemiga y 2) que nieguen posibilidad de moverse y maniobrar sin sufrir una gran cantidad de pérdidas. La ventaja que antes solamente proporcionaba la superioridad aérea (negar el movimiento y libertad de acción de masas de maniobra mecanizadas, apoyo aéreo cercano de precisión contra blancos específicos), ahora puede lograrse con fuegos artilleros inteligentes y de precisión. Si la capacidad antiaérea o antibuque del dominio terrestre antes era de unos pocos kilómetros, ahora pueden derribarse aeronaves y hundirse barcos a cientos de kilómetros, negando el dominio terrestre la libertad de acción en los dominios aéreo y naval. Como los principales avances tecnológicos en la letalidad del armamento consiste en armamento electrónico inteligente, que requiere del espectro electromagnético para detectar al enemigo y transmitir la información para designar el blanco y guiar a la munición hasta él, la superioridad en el dominio electromagnético y cibernético es esencial y niega la efectividad del armamento que se use en los otros dominios terrestre, naval, aéreo y espacial en los casos que estos dominios no puedan usar el dominio electromagnético y cibernético (que están íntimamente imbricados)

Tal y como se representa en una de las imágenes que acompañan al artículo, la guerra en la que luchen las fuerzas terrestres de EEUU y la OTAN ya no podrán imaginarse meramente como el de batallones y divisiones maniobrando en un tablero, como en los libros de la Segunda Guerra Mundial o la Operación Tormenta del Desierto. Lo que veremos en el campo de batalla multidominio serán varios tableros superpuestos, cada uno correspondiendo a un dominio diferente. Por hacer comparaciones con la historia militar, la maniobra ganadora ya no tiene que ser la geográfica terrestre, como la del ejército alemán en 1940 cercando a los aliados penetrando desde las Ardenas para aislar Bélgica, Holanda y parte del Norte de Francia; o la fuerza aérea aliada (dominio aéreo) controlando el dominio terrestre entorno a Normandía, para facilitar las operaciones anfibias e impedir un contraataque terrestre alemán a gran escala. La maniobra ganadora ahora podría consistir en controlar el tablero del dominio cibernético y electromagnético, para que los fuegos de precisión artilleros de largo alcance terrestre destruyan la fuerza terrestre enemiga e impidan su libertad de acción, para luego ir a la fase final del choque contra los restos de la muy degradada fuerza terrestre adversaria, al tiempo que el dominio terrestre niega la superioridad aérea enemiga, sus fuegos artilleros, y el uso de los satélites para reconocimiento, comunicaciones, posicionamiento y navegación.

Por otra parte, el ejemplo histórico de Normandía durante la Operación Overlord, pone de relieve que las operaciones multidominio (multi-domain) y las operaciones interdominio (cross-domain) no son nuevas. Pero al mismo tiempo sirve para resaltar que ahora la batalla y las operaciones transcurren en más dominios que antes, y que la capacidad de operaciones interdominio son ahora muy superiores a las del pasado por el gran incremento del alcance y número de las armas de precisión, sistemas antiaéreos, etc, ya que lo que en Overlord solamente conseguía el apoyo aéreo y las operaciones aéreas de interdicción contra el ejército alemán, ahora lo podría lograr el dominio terrestre usando artillería de muy larga distancia operando con superioridad electromagnética.

En la batalla multidominio también tendrán un gran protagonismo las operaciones intradominio con consecuencias interdominio (cross-domain). Por ejemplo, dado que Rusia con el gran impulso que está dando al despliegue de sistemas antiaéreos S-300/400 podría estar en calidad de negar el dominio aéreo a la OTAN desde el dominio terrestre, dificultando la libertad de acción del US Army en el propio dominio terrestre, con la nueva doctrina multidomino se da una gran importancia a fuegos terrestres de muy largo alcance (más de 500 kilómetros), por lo que se podrían atacar esas baterías antiaéreas con misiles balísticos. Un caso histórico de este tipo de operación interdominio pudo verse, por ejemplo, en la Guerra del Yom Kippur, cuando Ariel Sharon cruzó el canal de Suez para aislar al ejército egipcio que había logrado adentrarse en el Sinaí, destruyendo en el proceso las baterías de misiles SA-6 que habían derribado docenas de aviones israelíes e impedían que estos atacaran al ejército egipcio. Con esas baterías destruidas, la aviación israelí pudo comenzar a atacar a las fuerzas terrestres egipcias. Otro ejemplo clásico intradominio de tierra con consecuencias interdominio en el aire, fue cuando el SAS destruyó cientos de aviones del Eje en tierra durante la campaña del Norte de Africa. La diferencia de esos ejemplos entre dominios con la batalla multidominio, es que la maniobra geográfica terrestre que predominaba en la guerra mecanizada tradicional, ya no tiene la relevancia de antaño, y lo que antes se conseguía controlando territorio para cortar las líneas de comunicaciones y tomar baterías antiaéreas, ahora lo consigue el dominio terrestre a través del dominio electromagnético y los fuegos de precisión de larga distancia (la competición de salvas).

Representación de cómo los conceptos de “visión asimétrica” y de “equipo tripulado/no-tripulado” destruyen unidades enemigas con municiones de precisión de media distancia y robots en función de carros de combate.
Representación de cómo los conceptos de “visión asimétrica” y de “equipo tripulado/no-tripulado” destruyen unidades enemigas con municiones de precisión de media distancia y robots en función de carros de combate.

El Big-Six como implementación de la batalla multidominio

Para poder gestionar el desarrollo de las capacidades que se necesitan para operar está la nueva doctrina multidominio (cuyo primera edición, la versión 1.0, apareció a mediados de 2017 y cuya versión 1.5 debería aparecer a finales de 2018). Según la misma, se requiere de una gran cantidad de programas diferentes sobre capacidades aún no desplegadas. Para implementar esas nuevas capacidades aptas para el campo de batalla multidominio, el US Army creó en 2018 un mando exclusivo que centraliza la gestión de los programas existentes y los que vayan apareciendo, mando denominado como Mando de Futuros (United States Army Futures Command).

El Mando de Futuros gestiona los Seis Grandes (Big Sixs), cuya denominación es un guiño a los Cinco Grandes de la doctrina de la Batalla AireTierra (Bif Five; AirLand Battle Doctrine), que fueron el carro de combate Abrams, el vehículo de combate de infantería Bradley, el helicóptero de ataque Apache, el helicóptero utilitario Black Hawk y el sistema de defensa aérea Patriot. Por su parte, los seis grandes consisten en otros seis mandos que están liderados por un general de brigada cada uno y son: 1) Fuegos de precisión de largo alcance (LRPF); 2)Vehículos de combate de siguiente generación (NGCV); 3) Future Vertical Lift (FVL)(Helicópteros); 4) Capacidades red (Network); 5) Defensa antiaérea y antimisil (AMD); 6) Letalidad del soldado (Soldier Lethality). Aunque todo es importante, para la temática de este articulo han de destacarse los fuegos de precisión, la defensa antiaérea y antimisil, y los vehículos de combate.

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