Sistemas de simulación militar

El único camino posible

La simulación militar está en auge. Es lógico, en tanto permite adiestrar a nuestros soldados asumiendo un coste mucho menor y además ofrece posibilidades cada vez mayores. Aunque con bastante retraso con respecto a los principales ejércitos de nuestro entorno, desde hace algunos años, el Ejército de Tierra español está realizando importantes esfuerzos en el tema de la simulación militar, habiéndose adquirido ya numerosos equipos, que son utilizados de forma asidua por las unidades. Pero, antes de continuar, intentaremos explicar qué es la simulación, por qué se considera necesaria para realizar las tareas de instrucción y adiestramiento, así como las ventajas que ofrece.

En líneas generales, podemos afirmar que la simulación militar es la representación de un sistema real o conjunto de situaciones por medios informáticos y de telecomunicaciones, que permiten instruir, adiestrar y evaluar a las unidades, con un coste inferior, en tiempo y dinero, un rendimiento superior, y parecida eficacia a la que se obtendría con la ejecución de todas las actividades asociadas a la instrucción y adiestramiento. Es, por lo tanto, una herramienta del Sistema de Apoyo a la Preparación, que complementa la instrucción, adiestramiento y evaluación, pero que no sustituye a la realidad.

Entre las numerosas razones que aconsejan el uso de simuladores, cabe citar las siguientes:

  • Drástica reducción de los recursos destinados a la Defensa en las últimas décadas, al tiempo que los equipos se han visto encarecidos de forma exponencial, tanto por la reducción de las cantidades compradas, como por su coste intrínseco.

  • Gran variedad en cuanto a los posibles escenarios y misiones a cumplir, que permiten preparar al personal para cualquier tipo de terreno o situación táctica.

  • Aumento social en todas sus facetas de la conciencia medioambiental.

  • Complejidad, cada vez más acusada, de los materiales y sistemas de armas.

De acuerdo con lo expuesto, los simuladores militares ofrecen las siguientes ventajas:

  • Mejoran el mantenimiento de los medios, al tiempo que reducen su desgaste por el elevado uso, especialmente en el caso de los carros y blindados de ruedas. Como ejemplo, citaremos que los carros escuela Leopardo ya han tenido que someterse a varias revisiones de cuarto escalón, dado su extensivo empleo.

  • Disminuyen los costes de la instrucción y aumentan su eficacia, al tiempo que eliminan los riesgos derivados de la utilización de fuego real, aumentando con ello la seguridad de la tropas.

  • Facilitan las tareas de instrucción y adiestramiento, que pueden hacerse más repetitivas y exhaustivas en los aspectos problemáticos, lo que incide en un aprendizaje más rápido y eficaz.

  • Permiten un mejor aprovechamiento de las experiencias, evaluaciones y lecciones aprendidas.

Como contrapartida, adoptar la simulación militar presenta el inconveniente de una inversión inicial muy elevada, si bien, muy pronto se ve compensada por las razones expuestas anteriormente.

Según el tipo de representación que proporciona, la simulación militar puede ser:

  • Constructiva: Unidades, tanto propias como enemigas, y materiales con ambiente y efectos simulados que pueden ser modificados durante el desarrollo del Ejercicio. Realmente son juegos de guerra especialmente útiles para el adiestramiento de Estados Mayores/Planas Mayores, es decir, son simuladores de entrenamiento de mando y control.

  • Virtual: Empleando equipos con ambiente y efectos simulados (aulas de enseñanza asistida por ordenador, aulas de conducción, simuladores de tiro y tácticos de sección, etc). Estos sistemas son muy eficaces a lo largo de toda la fase de instrucción, pero muy especialmente para los cursos de inicio.

  • Real: Unidades propias son enfrentadas a una fuerza enemiga o de oposición (OPFOR) utilizando sus medios reales pero simulando los efectos (duelo láser). En este apartado cabría incluir los subcalibres y galerías para tiro reducido que, en lugar de simular los efectos, lo que hacen es disminuir su alcance, utilizando armas de calibre mucho más reducido que el original o, en su defecto, un equipo láser. Estos equipos que, en buena medida, pueden considerarse antecesores de los actuales simuladores, fueron muy utilizados en el pasado y algunos de ellos todavía prestan excelentes servicios, pues permiten realizar ejercicios de tiro con las armas reales, pero utilizando municiones de pequeño calibre, lo que supone un gran ahorro, aunque también es cierto que la introducción de las modernas direcciones de tiro, dificulta su utilización. A título meramente anecdótico, recordaré que el ET español ha utilizado y/o utiliza estos equipos en las siguientes armas: Morteros de 120 mm con tubo interior para disparar granadas de 60 mm, o con una granada reutilizable (conocida como canguro) que incluye un pequeño proyectil fumígeno de 25 mm; lanzagranadas Instalaza de 88,9 mm con una especie de fusil de 7,62 mm; proyectiles de carro de 105 mm para disparar balas de 7,62 mm; acoplamiento para colocar coaxialmente con el cañón de 25 mm del VEC, en el que se instalaba un fusil CETME de 7,62/5,56 mm ; lanzagranadas C90 simulado que dispara flechas naranjas utilizando una especie de proyectiles de fogueo; granadas simuladas para cañón sin retroceso con mecanismo para balas de 7,62 mm; etc.

“M-47 E1”
Como curiosidades, citaremos que el “M-47 E1” de la parte superior no es realmente un carro escuela, sino un vehículo modificado en el Parque y Centro de Mantenimiento de Sistemas Acorazados nº 1 de Villaverde, utilizado como remolcador. Abajo, la barcaza de “Leopard 1” que posee General Dynamics en su factoría sevillana para realizar las mismas funciones que el anterior. Fue utilizada por Santa Bárbara para el programa “LEOX”, que intentaba subsanar los problemas motrices del “AMX 30” usando la torre francesa sobre el casco alemán.

La simulación militar constructiva

Este tipo de simulación ofrece las siguientes ventajas:

  • Permite la ejecución de ejercicios tácticos de doble acción.

  • Integra todas las funciones de combate.

  • Las decisiones se toman en tiempo real, y son evaluadas posteriormente, al tiempo que permiten la obtención de lecciones aprendidas, usando el histórico de actividades.

  • Tanto el Jefe de la Unidad como su EM/PLM trabajan conjuntamente y de forma coordinada durante todo el ejercicio, y tanto desde el punto de vista táctico como logístico. Además, desde la dirección del ejercicio es posible introducir las incidencias que se consideren oportunas.

Obviamente, los costes de personal y de medios son mucho más reducidos que un ejercicio real, aparte de que es factible utilizar una gran variedad de escenarios. Además, la utilización del terreno no presenta ningún problema en lo referente a los despliegues, movimientos, fuegos, obstáculos, etc.

En resumen, es una gran ayuda para el adiestramiento de las unidades y, además, en múltiples sentidos.

Mi experiencia personal, avalada por los numerosos temas desarrollados a lo largo de los años, me permite afirmar que su principal inconveniente es que los participantes más experimentados, tienden (o tendemos) excesivamente a utilizar los “trucos” aprendidos en los ejercicios anteriores para que el simulador nos proporcione unos mejores resultados. De todas formas, incluso con estas pequeñas “manipulaciones”, el sistema permite realizar un adiestramiento muy eficaz y adaptable a las circunstancias.

En líneas generales, el principal simulador constructivo es el CASIOPEA, cuyo principal exponente se encuentra en el CENAD “San Gregorio”, disponiendo a su vez de dos bases de datos, una denominada SIACOM para los niveles de Brigada, Agrupación Táctica (AGT) y Grupo Táctico (GT) , y otra llamada SIMBAD para el adiestramiento de Puestos de Mando (PC,s) de Grupos Tácticos / Compañías . Además, cabe citar el SIMCOP, para los PC,s de División y Brigada . Inicialmente, la Academia de Infantería utilizó el sistema ENEAS, para realizar el adiestramiento de los PC,s de GT, pero que ya fue dado de baja hace algunos años.

Por supuesto, todos estos simuladores están siendo mejorados continuamente, de manera que permitan, por ejemplo, la realización de ejercicios de conflictos asimétricos, la integración de las bases de datos SIACOM y el SIMBAD para el desarrollo de ejercicios integrados de PC,s de Brigada y GT, etc. Además, la idea final es que la mayor parte de las unidades tipo Batallón (GT) dispongan de sus propios sistemas de simulación militar, sin necesidad de desplazarse a un centro de adiestramiento.

Interior del simulador de la torre modular alemana “Lance”
Los equipos de simulación militar incluyen, cada vez más, hardware realista, que ayuda al alumno a sumergirse en el ejercicio. En la imagen vemos el interior del simulador de la torre modular alemana “Lance”.

Equipos de simulación militar virtual y real

Hoy en día, de forma más o menos extendida, existen los siguientes equipos:

  • Aulas Steel Beasts: Basadas en el juego de la guerra del mismo nombre, están constituidas por diferentes módulos para tripulaciones con un ordenador, el software y los correspondientes mandos simulados para cada individuo (jefe de vehículo, tirador y, en algunos casos, conductor) que, con los mapas virtuales, diversos tipos de amenazas (personal armado, carros y blindados, vehículos ligeros, helicópteros, etc), permiten la realización de tareas tanto de instrucción individual como de adiestramiento de sección, compañía o escuadrón. Además, existe la posibilidad de unir varias aulas en red para que actúen conjuntamente, incluso para enfrentar unidades entre sí.

  • Aulas de enseñanza: Están dotadas con ordenadores instalados en red para un profesor y diez alumnos , de manera que es posible impartir diferentes lecciones interactivas, al tiempo que posibilita la evaluación permanente de los conocimientos adquiridos. Obviamente, cambiando los programas es útil para cualquier medio, acorazado o no. La finalidad de los equipos de conducción en aula es que los conductores se familiaricen y aprendan a manejar todos los instrumentos de la cámara de conducción, aunque sin movimiento real ni representación del terreno ya que sólo es simulado el sonido del motor. Están abiertos por la parte trasera donde está situado el instructor que, mediante el oportuno ordenador, controla todas las operaciones y provoca diferentes incidencias y averías, pudiendo así mismo imprimir los resultados. Los simuladores de conducción están formados por una cabina montada sobre brazos hidráulicos, que reproduce los movimientos del carro de acuerdo al terreno virtual por el que circula, y una habitación con dos consolas, una para el instructor y la otra para que el resto de conductores puedan seguir el desarrollo de los ejercicios. Ofrece una gran variedad de posibilidades que van desde la elección del terreno (todos los campos de maniobras españoles, zona urbana con circulación de vehículos civiles, zona de acuartelamiento que incluye un muelle de embarque, y pista de conducción con pendientes, pasos estrechos, vados, fosos, etc), hasta la circulación con la escotilla abierta o cerrada, visión panorámica o a través de un periscopio, con diversas condiciones meteorológicas (noche, niebla, lluvia, nieve…) y provocar averías e incidencias, pudiendo imprimir un informe de resultados. Al mismo tiempo el conductor puede observar las imágenes de los retrovisores y de la cámara de marcha trasera. En resumen, si bien no es exactamente como conducir un carro, lo cierto es que se asemeja bastante.

  • Carros y blindados escuela: Se trata sencillamente de vehículos normales en los que se ha sustituido la torre original por otra acristalada en la que se aloja el instructor y un número variable de alumnos. Desde su posición, el instructor puede tomar los mandos de conducción si es necesario. Hasta la fecha, el ET español ha utilizado algunos AMX-30, ya dados de baja, y los cuatro Leopardos que prestan servicio en el CENAD “San Gregorio”.

  • Los simuladores de torre: Consienten que los tripulantes, a excepción del conductor, ejecuten las mismas operaciones que en el carro real, pudiendo reproducir situaciones muy variadas en escenarios diversos. Cada equipo es controlado desde la correspondiente cabina si bien, en caso necesario, es factible emplearlos de forma conjunta, para realizar ejercicios de adiestramiento de sección. Para demostrar la eficacia de estos equipos, citaré que, en una sola semana, tanto el tirador como el jefe de carro pueden efectuar varios miles de disparos, lo que influirá muy positivamente en su instrucción. Como ejemplo, diré que cuando realizamos las pruebas en la BRC “Castillejos II” con tres Centauros italianos allá por el año 2000, utilizamos tripulaciones de tres unidades de Caballería. Dos de ellas contaban con tiradores de carros AMX-30 EM2 dotados de dirección de tiro, mientras que la tercera, al no disponer de carros, envió tiradores de VEC que, por consiguiente, no tenían experiencia con direcciones de tiro. Los resultados fueron realmente esclarecedores. De los numerosos ejercicios realizados en todas las condiciones posibles y a distancias de hasta 2.000 metros, los tiradores de AMX-30 EM2 alcanzaron como media entre el 75 y 80% de impactos, mientras que los de VEC no llegaron ni al 30%. Es decir, que para este tipo de tareas, la experiencia es totalmente imprescindible, por lo que el uso de simuladores es reamente necesario y muy eficaz.

  • El Simulador de Puntería y Tiro (SPT) Leopardo: Consta de cinco contenedores, uno para la estación de gestión y análisis, y los otros cuatro para tripulaciones, con habitáculos destinados al instructor y a las cámaras de conducción y combate. Aparte de ser una herramienta básica para el adiestramiento de sección, con todos los equipos integrados, en caso necesario también admite su empleo para instruir tripulaciones independientes e, incluso, enfrentarlas entre sí. Teniendo en cuenta el nivel de instrucción del personal, se confecciona un programa semanal que incluye ejercicios de dificultad gradual. Para ello, los controladores tienen a su disposición diferentes escenarios (campos de maniobras españoles, desértico y centroeuropeo), cabiendo la opción de variar las condiciones de visibilidad y meteorológicas, así como los objetivos amigos y enemigos (carros, blindados, obras de fábrica, equipos cazacarros, helicópteros, etc).

  • Los simuladores de duelo diseñados inicialmente por la empresa Tecnobit para el Leopardo y el Pizarro: Consisten en una unidad de control, un emisor láser y dos unidades detectoras que, acopladas a la dirección de tiro del vehículo, sirven para realizar enfrentamientos entre carros y blindados, aunque también existen modelos para todo tipo de armas (ametralladoras, lanzagranadas, misiles, etc) e, incluso para personal a pie, simulando en cada caso el efecto real de cada una de ellas sobre los posibles blancos. Mediante las correspondientes estaciones de análisis y de seguimiento, es posible preparar numerosos ejercicios y controlarlos en todo momento.

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