El Hadith (conjunto de dichos y hechos atribuidos a Mahoma) tiene una gran importancia en la doctrina islámica. Los hadices están recogidos en un compendio denominado Kutub al-Sittah, obra de seis teólogos musulmanes sunÍes del siglo IX. Uno de ellos, Al-Tirmidhi, recogió el dicho “usad ropa blanca, pues es la mejor de las ropas, y envolved en ella a vuestros muertos”. En otro hadiz, compilado por Al-Bukhari, se decía: “ví al Mensajero de Dios el día de Uhud (batalla que tuvo lugar el 23 de marzo del año 625) y lo acompañaban dos hombres que lo defendían; vestían ropajes blancos y combatían con extrema bravura. Nunca antes los había visto ni los llegué a ver después”. Según la tradición islámica, estos “hombres” eran Yibril (Gabriel) y Mikaa’il (Miguel), dos ángeles (malā’ika).
Estos dichos ejemplifican la importancia que para la religión islámica tiene el color blanco, lo que no ha pasado desapercibida para grupos yihadistas que buscan, a través de una interpretación distorsionada de la religión islámica, tratar de dar una pátina de supuesta legitimidad a sus acciones terroristas. Así, en febrero de 2018 se conocía la aparición en el norte de Irak de una organización yihadista que operaba bajo el nombre de Al Rayat Al Bayda (Banderas Blancas, en árabe). El día dos de ese mes, la cadena qatarí Al Jazeera informaba de los progresos que las fuerzas armadas iraquíes estaban realizando en su frontera con Irán, y de los combates que sostenían con un grupo llamado Banderas Blancas al que se asociaba con Daesh.
La primera referencia al grupo por parte de las autoridades de Irak tuvo lugar en diciembre de 2017. El día 13 de ese mes, Abu Rida Najar, comandante del eje norte de las milicias chiíes denominadas Unidades de Movilización Popular (UMP), anunció la preparación de un ataque contra el grupo terrorista Banderas Blancas en la zona montañosa cercana a la ciudad de Tuz Khurmatu, habitada mayoritariamente por turcomanos chiíes. En esa ocasión también se apuntó la posibilidad de que Banderas Blancas fuese el nuevo nombre de Ansar Al-Islam, organización formada por militantes kurdos en 2001 y alineada con Al Qaeda. También podrían estar integrados en sus filas individuos provenientes de facciones disidentes de otros grupos yihadistas como Ansar al-Sunnah, el PJAK (Partido por una Vida Libre del Kurdistán que también tiene presencia en el vecino Irán), y Ahrar al-Sunnah.
Poco tiempo después, el día 24, Yahya Rasool, portavoz del Joint Operations Command (Comando de Operaciones Conjuntas) declaró que el grupo terrorista conocido como Banderas Blancas no representaba “una gran amenaza” para la seguridad de Irak. Según el general Rasool, no tiene capacidades para llevar a cabo ataques de grandes dimensiones y las Fuerzas Armadas iraquíes que habían derrotado a Daesh (aseveración no del todo cierta ya que, si bien ha experimentado un notable retroceso y ha perdido su poder territorial, es una amenaza que dista mucho de poder calificarse como neutralizada) son capaces de aplastar este grupo con facilidad. “El Comando de Operaciones Conjuntas tiene datos completos de este grupo y lanzará un ataque en el momento adecuado”, afirmó Rasool.
Posteriormente dijo que el objetivo del grupo era fomentar la insurgencia en territorio iraquí atacando inocentes en áreas como Tuz Khurmatu, a unos 50 kilómetros de los yacimientos petrolíferos de Kirkuk. Precisaente, al sur de las montañas Hamrin fueron asesinados seis guardias iraquíes en una acción atribuída al nuevo grupo terrorista.
Una información no contrastada de RT situaba su número de efectivos en torno a los 500 militantes, en su mayoría kurdos, aunque también se incluían árabes que con anterioridad habían estado integrados en Daesh y habían llevado a cabo ataques en la provincia de Saladino. Thamer al Husseini, general jefe de la División de Respuesta Rápida de las Fuerzas Especiales de Irak, puntualizó que Banderas Blancas no contaba entre sus filas con miembros de los Peshmerga ni de ningún otro grupo bajo las órdenes de las autoridades kurdas.
No opinaba lo mismo Jassim Mohammed Jaafar, miembro del Parlamento Turcómano, quien acusó directamente a los Peshmergas de haber entrenado a centenares de miembros de los Banderas Blancas, afirmando que el grupo también contaba entre sus filas con milicianos provenientes de Daesh. Desde fuentes de seguridad de la provincia de Diyala se asegyra que el grupo dispone de bases en reductos que todavía estaban bajo control de Daesh y situaban al frente del grupo a un antiguo integrante de Daesh de nombre Ahmed Hokoma.
Desde fuentes militares estadounidenses se afirma que no existen muchos datos sobre el grupo, salvo que su posicionamiento ideológico es mimético respecto del de Daesh, con la diferencia que en sus primeros meses de existencia no ejecutó ningún atentado suicida. Por el momento no se le atribuye capacidad para materializar acciones de ningún tipo fuera de las fronteras iraquíes pero sí que representa una amenaza en las áreas en las que opera, aunque sectores del Pentágono albergan cierta preocupación sobre la posibilidad de que se transforme en una suerte de Daesh 2.0, es decir en una renovada tercera versión de Al Qaeda.
El grupo emergente, cuyos orígenes efectivos y capacidades son todavía muy difusos, podría beneficiarse de las tensiones latentes en las zonas en las que Daesh ha perdido el control territorial y que constituyen un 98% del espacio que llegaron a dominar. Estos datos fueron facilitados al Senado de EE.UU. por el general Joseph Votel, jefe del Comando Central de EE. UU. el pasado 13 de marzo. Pese al retroceso de Daesh, en opinión del general Votel, Irak tiene ante sí importantes desafíos de naturaleza política y cultural. Además, la conversión de Daesh en un grupo terrorista clandestino supondrá la desaparición del principal elemento de cohesión entre facciones rivales en el país, lo que puede propiciar el reavivamiento de antiguas rencillas no resueltas. Este nueo -y poco ahalgüeño- status quo podría ser utilizado por grupos como Banderas Blancas para propiciar el enfrentamiento entre chiíes y suníes y exacerbar las tensiones entre ambos grupos.gual que hizo Daesh en su momento, erigirse en defensores de la comunidad suní
Como citaba el pasado 10 de marzo en una entrevista en RTVE D. Pedro Baños, coronel del Ejército de Tierra en la reserva y autor del fenómeno editorial “Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial”, publicado por Ariel, al hablar acerca de esta organización emergente:
“Los Banderas Blancas son un grupo cuya existencia se ha conocido hace muy pocos días, y que se postula como herederos del Estado Islámico en el norte de Irak. Hay que tener en cuenta que las causas fundamentales que dieron origen al surgimiento y a la expansión del Estado Islámico, y de la manera tan impresionante en que se llevó a cabo no han desaparecido. Permanecen tanto en Siria como en Irak. Era evidente que tarde o temprano surgiría algún grupo que quisiera ser el heredero del Daesh y uno de ellos son estos Banderas Blancas”.
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