Misiles Hipersónicos

Implicaciones estratégicas

Prototipo de misil hipersónico en desarrollo para la Fuerza Aérea de los EE. UU.
Prototipo de misil hipersónico en desarrollo para la Fuerza Aérea de los EE. UU. Foto - USAF.

Dado que las noticias sobre misiles hipersónicos son cada vez más frecuente en medios de comunicación generalistas y especializados, conviene hacer una enumeración y somero análisis sobre las implicaciones estratégicas de este tipo de armamento, así como acerca de los problemas que plantea su entrada en servicio. En este breve artículo se expondrán principalmente las implicaciones a nivel estratégico de este tipo de armamento, ya que son, sin ningún genero de duda, las más trascendentales de cuantas se derivan de la entrada en servicio de estas nuevas armas. También porque es el armamento hipersónico estratégico el que está recibiendo la gran mayoría de las inversiones en desarrollo por parte de las grandes potencias, en contraposición al armamento hipersónico no estratégico, que está siendo dejado en segundo plano, al menos por el momento.

El adjetivo “hipersónico” hace referencia a todo vehículo que viaje velocidades superiores a mach 5. Por otra parte, las posibilidades de ataque hipersónicas se suelen dividir en tres tipos: dos clases de misiles hipersónicos (planeadores y misiles de crucero) y las ojivas (vehículos de reentrada) de los misiles balísticos.

Los misiles hipersónicos se dividen, como decimos, en dos clases, los planeadores hipersónicos y los misiles de crucero hipersónicos. Los primeros son propulsados por un cohete hasta salir de la atmósfera brevemente, para luego realizar la reentrada atmosférica y realizar la mayor parte de su trayectoria planeando hasta llegar a su objetivo.

El misil de crucero hipersónico, por su parte, se propulsa aprovechando el Efecto Ram (la combustión se produce cuando el aire pasa a través del motor a gran velocidad sin necesidad de compresores, aprovechando tan solo las altas presiones alcanzadas en el interior del mismo). Para que ello sea posible, este tipo de misiles necesitan de un cohete o algún tipo de propulsor que los aceleren a velocidades supersónicas, única forma de que se produzca el citado Efecto Ram.

No obstante, el efecto puede aprovecharse de dos formas diferentes. Así, cuando el aire dentro del motor desciende a velocidades subsónicas, este tipo de propulsión se conoce como ramjet (en misiles que viajan por debajo de mach 4) y cuando el flujo de aire lo hace a velocidades supersónicas se conoce como scramjet (que es el método de propulsión de los misiles de crucero hipersónicos)

Misiles hipersónicos y control de armas

Por su parte, la posibilidad de realizar ataques a velocidades hipersónicas no se reduce a esas dos clases de misiles hipersónicos, sino que se amplía al uso de misiles balísticos (que alcanzan velocidades superiores a mach 5) y cuyo vehículo de reentrada hace vuelo fuera del misil solamente en la fase terminal. Que el vehículo de reentrada solo viaje fuera del misil impulsor durante la fase terminal en lugar de durante casi todo el trayecto (los misiles hipersónicos lo hacen desde la fase intermedia en adelante) es lo que diferencia a un misil hipersónico de los vehículos de reentrada de misiles balísticos como, por ejemplo, los MaRV (una ojiva de reentrada balística con capacidad de maniobra).

Esta diferenciación tiene cruciales efectos en la estabilidad estratégica y en el régimen de control de armamentos, ya que los misiles de crucero de alcance intercontinental no están constreñidos por tratados de de limitación de armas como el New START o el INF, lo que permitiría a los EE. UU. o a la Federación Rusa iniciar una carrera de armas estratégicas sin violar dichos tratados (siempre que no estén armados con ojivas nucleares).

Además, aún estando armados con ojivas nucleares, si estuvieran desplegados en bombarderos estratégicos -dado que el New START solo cuenta una ojiva nuclear por bombardero (aunque pueda transportar muchas más)-, podrían desplegarse docenas de ojivas nucleares en cada uno de los bombarderos. Dado que los EE. UU. tienen bajo el tratado New START desplegados 87 B-52H y 20 B-2 (107 en total), podrían tener miles de ojivas nucleares (1.070 en caso de desplegar 10 por cada bombardero) con las que atacar a los poco más de 300 ICBM rusos.

Los misiles hipersónicos reducen potencialmente el tiempo de reacción respecto a un ataque de misiles con vehículos de reentrada balísticos
Los misiles hipersónicos reducen potencialmente el tiempo de reacción respecto a un ataque de misiles con vehículos de reentrada balísticos. Fuente – Elaboración propia a partir de un gráfico de RAND Corporation.

Precisión

La principal mejora que aportan los misiles hipersónicos respecto a las ojivas tradicionales de los misiles balísticos, consiste en la mejora en la precisión. Mientra el círculo de error probable (CEP) de los misiles balísticos ronda los 100 o más metros en el mejor de los casos, el de los misiles hipersónicos, gracias a su capacidad para maniobrar, sería de unos pocos metros solamente.

Esta gran mejora en la precisión plantea un gran problema de estabilidad estratégica, ya que potencialmente permitiría destruir los silos de los ICBM mediante un ataque convencional (la probabilidad de destrucción de cada ataque varía en función del CEP, energía cinética del proyectil, grado de endurecimiento del silo, etc).

En añadidura, la gran precisión que pueden tener los misiles hipersónicos (especialmente si fueran armados con ojivas mininukes) también ponen en riesgo los vehículos lanzadores de ICBM móviles (que al ser mucho más grandes y pesados que los pequeños lanzadores tipo SCUD son más difíciles de ocultar).

Todo esto permitiría a quien posea un número suficiente de estas armas poder ejecutar un ataque estratégico contrafuerza usando solamente armamento convencional o nuclear de muy bajo rendimiento, lo que potencialmente reduce el umbral de uso de armamento de uso estratégico (aunque como expliqué en el artículo sobre las mininukes publicado en el Número 2 de esta revista, paradójicamente ello a su vez podría elevar el umbral disuasivo).

El temor a recibir un primer ataque contrafuerza con ojivas convencionales mediante misiles hipersónicos es algo a lo que se han referido los rusos en muchas ocasiones, para denunciar los peligros que tiene para la estabilidad estratégica el desarrollo del programa Conventional Prompt Global Strike de los EEUU, etiqueta bajo la se que desarrollan buena parte de los misiles hipersónicos norteamericanos, así como las ojivas de reentrada de misiles balísticos modificados para poder maniobrar y lograr un CEP de unos pocos metros (como era el caso del programa CTM o misil Trident modificado).

Problemas técnicos de los misiles hipersónicos

El desarrollo de este tipo de vectores presenta una gran complejidad, independientemente del tipo de sistema de que se trate. En el caso de los misiles planeadores padecen de problemas en cuanto a:

  • Aerodinámica, ya que simular en túneles de viento regímenes de vuelo hipersónicos durante un prolongado periodo de tiempo es muy dificultoso y todavía no se comprende bien la aerodinámica de dichos misiles;
  • Las altas temperaturas que la fricción del aire hace alcanzar en la superficie de los misiles hipersónicos hace problemático desarrollar materiales que resistan el calor para que este no dañe o destruya el vehículo;
  • Navegación y guía, ya que las altas temperaturas que se alcanzan en las superficie del vehículo pueden generar plasma que bloquee la señal de GPS y los sistemas de guía inercial solo dan una precisión de unos pocos metros, etc.

Los misiles de crucero hipersónicos, por su parte, sufren el problema de las altas temperaturas que alcanza el flujo de aire a través del motor scramjet. A mach 6 el flujo de aire entrante llega 1.400 grados celsius, y después de quemarse con el combustible el flujo de aire alcanza los 2.400 grados, lo cual plantea un problema de primera magnitud.

Trayectorias de los misiles balísticos, hipersónicos planeadores e hipersónicos de crucero
Trayectorias de los misiles balísticos, hipersónicos planeadores e hipersónicos de crucero. Fuente – Elaboración propia a partir de un gráfico de Carnegie.

Supervivencia y penetración

Otra mejora que ofrecen los misiles hipersónicos es el de la mayor capacidad de supervivencia frente a las defensas aéreas integradas avanzadas. La alta velocidad que alcanzan estos misiles reduce el tiempo de reacción de las defensas aéreas y hace muy complicado que el misil interceptor pueda alcanzar al misil atacante.

Además, aunque los planeadores hipersónicos en su fase terminal reducen mucho su velocidad después de haber viajado miles de kilómetros, haciéndolos potencialmente vulnerables a las defensas antiáreas con capacidad antibalística (como los S-300V o S-400), el hecho que puedan maniobrar -en lugar de seguir una predecible trayectoria balística-, los hace casi imposibles de derribar (siempre que los misiles hagan maniobras no predecibles).

Para grandes potencias como son los EE. UU, la dificultad para interceptar misiles hipersónicos y su alta precisión convierte a estas armas en los instrumentos ideales con los que atacar objetivos dentro de las burbujas antiacceso y negadoras de área (A2/AD) enemigas.

Para potencias como Rusia o China, los misiles hipersónicos, al ser tan difíciles de interceptar, les permiten hacer ataques estratégicos (nucleares o convencionales) burlando las crecientes defensas antimisiles que despliegan los EEUU, lo que permite un control de la escalada en un conflicto, ya que podrían hacerse ataques estratégicos limitados a unos pocos misiles contra EE. UU. con una alta probabilidad de éxito y sin tener que recurrir a una gran salva de misiles que sature las defensas antimisiles norteamericanas.

Tiempo de reacción y velocidad

Los misiles hipersónicos también podrían reducir el tiempo de reacción para responder a un ataque estratégico. Dado el perfil de vuelo de los misiles hipersónicos (una altitud máxima de unos 100 kilómetros para los planeadores, unos 30 km o menos para los cruceros hipersónicos) y la curvatura de la Tierra, reduce en unos 12 minutos la detección desde radares terrestres respecto a los vehículos de reentrada de un ICBM (en un intercambio nuclear hipotético entre EEUU y Rusia).

Esto implica que, bajo ciertas condiciones, podrían destruirse en tierra los ICBM y bombarderos antes de que tuvieran tiempo de despegar y culminar el ciclo de detección, evaluación del ataque, y la ejecución de la orden de respuesta.

Ya que los misiles hipersónicos son mucho más veloces que los misiles de crucero subsónicos ofrecen ventajas temporales, ya que permiten atacar objetivos antes de que la información sobre su posición quede desfasada. Este extremo es algo que suele mencionarse para atacar a líderes de grupos terroristas difíciles de localizar y hacer un seguimiento antes que se oculten.

No obstante, hay que tener en cuenta que los misiles hipersónicos mejoran en velocidad respecto a misiles subsónicos o los drones armados, pero que son mucho menos veloces que los misiles balísticos de alta precisión, caso del CTM, una ojiva MaRV o un eMaRV.

Ambigüedad del objetivo que plantea la maniobrabilidad del misil planeador hipersónicos respecto al balístico. La ambigüedad en misiles hipersónicos de crucero es aún mayor a lo que muestra ese gráfico
Ambigüedad del objetivo que plantea la maniobrabilidad del misil planeador hipersónicos respecto al balístico. La ambigüedad en misiles hipersónicos de crucero es aún mayor a lo que muestra ese gráfico. Fuente – Elaboración propia a partir de un gráfico de RAND Corporation.

Los misiles hipersónicos y la ambigüedad estratégica

Dado que los misiles hipersónicos pueden maniobrar y no siguen una predecible trayectoria balística, un ataque con dichos misiles plantea el problema de la ambigüedad estratégica, ya que no es posible deducir los objetivos que están siendo atacados una vez se detectan.

Bajo un ataque de misiles balísticos, la autoridad nuclear nacional puede deducir las trayectorias balísticas de los misiles y ojivas atacantes, y llegar a una conclusión más o menos acertada sobre el tipo de ataque que se está recibiendo, pudiendo ordenar un ataque de respuesta a medida antes de que las ojivas atacantes detonen o impacten contra sus objetivos (dando tiempo a los ICBM y bombarderos para despegar).

Sin embargo, un ataque a gran escala de misiles de crucero hipersónicos contra objetivos convencionales (como defensas aéreas, depósitos de munición, etc) y con ojivas convencionales podría ser indistinguible de un ataque contra objetivos estratégicos y con armamento nuclear (por lo que a la ambigüedad estratégica sobre el objetivo se añade la ambigüedad sobre el tipo de ojiva).

Conclusión

En resumen, los misiles hipersónicos en su aspecto estratégico plantean serios riesgos de inestabilidad de la crisis y de la carrera de armamentos.

Plantean un riesgo a la inestabilidad de la carrera de armamentos al quedar fuera de los tratados de limitación de armas actuales, al tiempo que ofrecen muchas ventajas a las potencias que los desplieguen, generando además una carrera de armamentos en la que a priori no habría un claro ganador.

Si bien los EE. UU. podrían llegar a desplegar un arsenal de primer ataque contrafuerza muy efectivo, Rusia y China podrían asegurar la capacidad de represalia del arsenal superviviente mediante del despliegue de misiles hipersónicos que hacen prácticamente inútiles las defensas antimisiles. Además, estas potencias podrían dotar sus misiles hipersónicos con armas de escalada que las defensas antimisiles regionales desplegadas por los EE. UU. actualmente estarían en vías de negar a rusos y chinos.

Dicha inestable carrera de armamentos también podría degenerar en una muy grave inestabilidad de la crisis, ya que la posibilidad de realizar un primer ataque contrafuerza induce a que la potencial víctima de dicho ataque opte por usar primero sus armamento nuclear estratégico antes que perderlo. En añadidura, la inestabilidad de la crisis también podría desatar un intercambio estratégico no deseado, inducido por la ambigüedad estratégica (objetivos y ojivas) inherente a los misiles hipersónicos.

Esto sucedería al hacer creer a la potencia atacada que, en lugar de estar siendo atacada por misiles hipersónicos con ojivas convencionales contra objetivos no estratégicos, está sufriendo un ataque nuclear estratégico, provocando una respuesta nuclear estratégica. A dicha inestabilidad de la crisis también ayudaríar la reducción del tiempo de reacción que plantea un ataque con misiles hipersónicos en contraposición a uno con misiles balísticos. Un escenario fascinante.

Autor

  • Guillermo Pulido Pulido

    Grado en Ciencia Política y de la Administración por la UNED. Máster en Paz, Seguridad y Defensa por el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado. Doctorando en Estudios Estratégicos de Disuasión Nuclear. Redactando la obra "Mosaic Warfare & Multi Domain Ops". Editor de Revista Ejércitos y autor en The Political Room.

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