La nueva era de la Guerra Híbrida

Los primeros compases de un nuevo tipo de conflictos

Combatientes pro-rusos en el Donbáss
Combatientes pro-rusos en el Donbáss. Foto - Defence Talk

La guerra híbrida es una realidad. El primer cuarto del siglo XXI está contemplando una serie de conflictos que está abriendo paso a escenarios de amenazas híbridas que combinan la guerra convencional con la confrontación de carácter asimétrico, con actividades ejecutadas en una dilatada zona gris, con medios militares y no militares, actores regulares e irregulares, estatales y no estatales junto con la manipulación de la información como ventaja estratégica.

Es bien conocido que los instrumentos de poder de una nación son el diplomático, el militar, el económico, el social y el de la información que son el resultado de la suma de todas las potencialidades del Estado y de la sociedad. Por otra parte, la influencia de una nación depende de su capacidad para emplear de forma integrada todos sus instrumentos de poder.

En la actualidad hay un debate intelectual y académico internacional para determinar si el término guerra híbrida significa en sí mismo una innovación en la morfología de las guerras y su forma de desarrollo o si, por el contrario, es sencillamente una derivada en la misma línea que se ha seguido con conceptos o acepciones ya existentes –guerra asimétrica, cibernética, insurgente, irregular, o no convencional, entre otros-.

Hay una frase de Sun Tzu, en su libro Los trece artículos del arte de la guerra, escrito en el siglo V antes de Cristo, que tiene mucha relación con el tema que estamos tratando. Dice así:

“Utiliza generalmente fuerzas directas para iniciar la batalla y fuerzas indirectas para lograr que ésta se decida a tu favor. Los recursos de quiénes son hábiles en la utilización de las fuerzas indirectas son tan infinitos como los de los Cielos y de la Tierra, y tan inagotables como el curso de los grandes ríos”1.

No es difícil aplicar el contenido de esta frase a la situación actual. Las fuerzas directas se entienden claramente que son las militares, es decir, uno de los cinco instrumentos de poder de un país. Las fuerzas indirectas se refieren a los cuatro instrumentos de poder restantes señalados más arriba. Tampoco resulta arduo imaginar que dichas fuerzas indirectas están implícitamente impregnadas del aún incipiente concepto de guerra híbrida en tanto en cuanto forman parte de la diplomacia, de la economía, de la información y del componente social.

Aunque el contenido de la expresión guerra híbrida ya es antiguo, su denominación se remonta a los últimos años del siglo pasado y no fue hasta noviembre de 2005 cuando la designación adquirió carta de naturaleza y un contenido teórico-doctrinal en un artículo del general James N. Mattis y del teniente coronel Frank G. Hoffman, en la prestigiosa revista Naval Institute Proceedings titulado La guerra del futuro: el nacimiento del conflicto híbrido2. Y fue en la Guerra entre Israel y Hezbollah, la llamada Segunda Guerra del Líbano, en el verano de 2006, cuando tuvo lugar su primera manifestación práctica.

Evolución del concepto de guerra híbrida

En las últimas guerras ocurridas a caballo entre el siglo XX y el siglo XXI, ya no se han respetado o empleado varios de los rasgos clásicos de la guerra como puede ser que ya no se impone la propia voluntad al enemigo, tampoco hay desarme, no se someten a ninguna norma jurídica, en algunos casos no hay lucha armada y en otros, mucho menos en algunos periodos, sangrienta.

Todo ello nos conduce a asumir que estamos en una nueva era en que el término guerra está adquiriendo una dimensión mucho más amplia que hace apenas medio siglo. La aparición de guerra irregular, guerra asimétrica, guerra sin restricciones, guerra compuesta, guerra no lineal o guerra cibernética son algunos de los tipos de guerra que se han sucedido en los últimos 50 años con objeto de identificar con la mayor claridad posible el contenido de las denominadas “guerras modernas” o, incluso “guerras postmodernas”.

En esta línea, Frank Hoffman en su obra Conflict in the 21th Century. The Raise of Hybrid Wars (2007) afirma que:

“Las guerras híbridas incorporan un conjunto de diferentes formas de hacer la guerra que incluyen capacidades convencionales, formaciones y tácticas irregulares, actos terroristas incluyendo la violencia indiscriminada y la coerción y el desorden criminal”3.

Desde entonces, diciembre de 2007, hasta nuestros días, julio de 2018, en poco más de una década, se han suscitado una amplia variedad de interpretaciones con motivo de una serie larga de distintas crisis y guerras que han contribuido poco a poco a consolidar el significado de la guerra híbrida. Entre otras, sobresalen la actuación rusa en el conflicto de Ucrania junto con la anexión de Crimea, las operaciones llevadas a cabo por el autodenominado Estado Islámico (Daesh) o la agresiva actitud de China en el Mar de China Meridional construyendo obras militares en diversos islotes de dicho mar en contra del derecho internacional.

Teniendo en cuenta las diferentes crisis y guerras que han ocurrido desde aquella primera definición de guerra híbrida de Frank Hoffman, en 2007, hasta ahora, donde se han destacado solo algunos ejemplos, resulta necesario precisar con mayor detalle lo que podemos entender en esta mitad de 2018, por el término o concepto guerra híbrida.

En la OTAN, después de haber realizado una serie de estudios y análisis sobre la guerra híbrida a lo largo de la primera y segunda década de este siglo – incluso se llegó a estimar que con el concepto comprehensive approach ya era suficiente para la Alianza – , en el comunicado final de la Cumbre de Varsovia de julio de 2016, se consideró a dicha guerra como:

“Aquella donde se emplean una combinación amplia, compleja y adaptable de medios convencionales y no convencionales, y medidas militares, paramilitares y civiles abiertas y encubiertas que son empleados en un diseño altamente integrado por actores estatales y no estatales para lograr sus objetivos”4.

También en el entorno de la UE se ha analizado en profundidad el término de guerra híbrida, especialmente lo relacionado con la amenaza híbrida. Así, en el comunicado de prensa de la Comisión Europea del 6 de abril de 2016, después de haber tratado el tema de la Seguridad: la UE refuerza su respuesta a las amenazas híbridas, se señala que las amenazas híbridas se refieren a una mezcla de actividades que suelen combinar métodos convencionales y no convencionales y pueden ser utilizadas de forma coordinada por agentes estatales o no estatales, manteniéndose por debajo del umbral de una guerra declarada oficialmente. Su objetivo no es solo causar daños directos y aprovechar las vulnerabilidades, sino también desestabilizar las sociedades y crear ambigüedades que dificulten la toma de decisiones5.

En España, se ha prestado una considerable importancia a la guerra híbrida desde los primeros años de esta década, ya sea en artículos, seminarios y estudios en la sociedad civil o ya sea en publicaciones en los propios órganos del Ministerio de Defensa, desde los centros de estudio y pensamiento de la estructura orgánica hasta los de la estructura operativa.

En el Concepto de empleo de las Fuerzas Armadas 2017, de marzo de dicho año, se considera la guerra híbrida a:

“La que incorpora de forma simultánea tácticas, técnicas y procedimientos de todo tipo, desde acciones no convencionales, que incluyen habitualmente actos terroristas y criminales, hasta ciberataques, guerra psicológica, y otras de carácter puramente convencional, lo que nos lleva a operaciones multidimensionales que obligan a aproximaciones globales para resolver las crisis, de baja o alta intensidad, en diferentes espacios físicos, virtuales, psicológicos o de opinión”.

Por otro lado, la Estrategia de Seguridad Nacional 2017 (ESN2017), de diciembre de 2017, como anteriormente la Directiva de Defensa Nacional 2012 (DDN2012), de julio de dicho año, han tratado el término hibrido pero desde diferentes enfoques. Si en la DDN2012 se habla de amenaza híbrida, en la ESN2017 se denomina conflicto híbrido y acción híbrida. Por ser más reciente, la ESN2017 señala:

“Destacan el crecimiento de los denominados conflictos y amenazas híbridas. Este tipo de acciones son aquellas perpetradas tanto por Estados como por actores no estatales que combinan el empleo de medios militares con ataques cibernéticos, elementos de presión económica o campañas de influencia en las redes sociales”.

A mayor abundamiento, Julia Olmo y Romero, el pasado 9 de marzo, fue nombrada Embajadora en Misión Especial para las Amenazas Híbridas y la Ciberseguridad por el Gobierno de Mariano Rajoy. En una entrevista con EFE, a finales del pasado mes de mayo, se marcaba como tarea fundamental “reforzar” la presencia de España en organizaciones, foros y conferencias sobre amenazas híbridas, así como “avanzar” en la cooperación internacional, con el apoyo de todos los agentes españoles implicados.

Conclusiones

El debate del significado de la guerra híbrida proseguirá durante los próximos años tanto en los niveles institucionales de Naciones Unidas, de las grandes potencias y de las organizaciones internacionales de seguridad y defensa – especialmente, en la OTAN y en la UE – como en el amplio mundo académico.

Es verdad que la complejidad de las guerras actuales ha favorecido la continua acuñación de nuevas denominaciones, la necesidad de encontrar un nuevo término al ya de por sí amplio, recargado y difuso – con sensación de hastío – conjunto de expresiones existentes para designar la reciente variedad y multimodalidad.

Pero también es cierto que, en el caso que estamos tratando, el concepto de guerra híbrida encierra una serie de factores, ingredientes y elementos que conforman una sorprendente solidez, coherencia y credibilidad para proporcionar una importante lógica, filosofía y racionalidad al emergente arte de la guerra que nos va a acompañar en los años venideros.

En virtud de lo expuesto, y teniendo en cuenta que el término guerra híbrida aún está sin consolidar, pendiente del desarrollo intelectual, doctrinal y práctico de nuevos aspectos de la naturaleza de la guerra como fenómeno social, apunto como reflexiones para el futuro, las consideraciones que se relacionan a continuación.

La guerra híbrida sigue ocupando un gran protagonismo en el debate de la actual y prevista arquitectura de seguridad internacional de este siglo XXI, toda vez que es un término con mucha fuerza expresiva, a pesar de las numerosas críticas recibidas, a lo que se añade el compacto contenido de tipo integral de su ya altamente afianzada definición.

Una definición de la guerra hibrida – síntesis de las citadas – podría ser:

“Aquella en la que se utiliza, de forma simultánea, una amplia, compleja y adaptable combinación de medios convencionales y no convencionales, con operaciones militares, paramilitares y civiles, abiertas y encubiertas, subterfugios y otros tipos de acciones posibles de imaginar, llevados a cabo en una extensa zona gris, dentro de un diseño de enfoque integral.”

Este nuevo término de guerra híbrida tiene la particularidad de recoger, prácticamente, el contenido de los diferentes tipos de guerra que se han considerado en el último medio siglo, desde la guerra irregular hasta la guerra cibernética, pasando por la guerra no convencional, la guerra insurgente, la guerra terrorista, la guerra asimétrica, la guerra sin restricciones, la guerra no lineal o la guerra compuesta, entre otras.

Aparte de ello, incluye otra serie de elementos como puede ser acciones en procesos electorales, noticias falsas, terrorismo, ambigüedad calculada, desinformación, ciberataques, incumplimiento derecho internacional, manipulación de la población y de la comunidad internacional o la actuación en una amplia zona gris ubicada entre la guerra y la paz.

La denominación de la guerra fría, se extendió durante media centuria. En su momento, fue un tipo de guerra muy distinta de todas las anteriores y su contenido también tuvo muchas manifestaciones. Se aceptó sin mucho rechazo. De la misma forma, el término de la guerra híbrida se puede aceptar como un nuevo concepto en la evolución de la guerra con un desarrollo que puede durar, con mucha probabilidad, mas allá de la mitad del siglo XXI.

No se pueda olvidar que ante esta situación es preciso elaborar una estrategia global, por parte del mundo occidental, más pronto que tarde, que tenga por objeto hacer frente con éxito a la amenaza híbrida caracterizada por su aptitud para emplear de forma integrada, sincronizada y adaptativa todo tipo de instrumentos de poder, aplicando procedimientos convencionales junto a otros irregulares.

En definitiva, estamos viviendo ya en una nueva era, la era de la guerra hibrida, en la que que estados y actores no estatales están retando a países e instituciones a los que ven cono una amenaza, adversario o competidor de sus objetivos e intereses. En general, dicha guerra está cambiando la morfología del arte de la guerra que nos acompañará, al menos, durante la primera mitad de este siglo XXI.

Notas

  1. Sun Tzu. Los trece artículos sobre el arte de la guerra. Pág. 57. Ministerio de Defensa. 1988
  2. Future warfare: The Rise of Hybrid Wars. http://milnewstbay.pbworks.com/f/MattisFourBlockWarUSNINov2005.pdf
  3. Frank Hoffman. Conflict in the 21th Century. The raise of Hybrid War. Pág.29. The Potomac Institute of Policy Studies. December 2007.
  4. Cumbre OTAN. Varsovia 2016. Párrafo 72 http://milnewstbay.pbworks.com/f/MattisFourBlockWarUSNINov2005.pdfhttps://www.nato.int/cps/en/natohq/official_texts_133169.htm?selectedLocale=en
  5. http://europa.eu/rapid/press-release_IP-16-1227_es.htm

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