Tras dos semanas de despliegue en la ciudad de al Amarah prácticamente todos los miembros del grupo de batalla en la ciudad habían entrado en combate. La refriega que tuvo lugar en torno a la Oficina de los Mártires de Sadr (OMS) demostró que los vehículos ligeros de ruedas eran demasiado vulnerables para las luchas que tendrían que afrontar. A partir de entonces las patrullas se realizarían únicamente a pie, empleando a los Warrior para entrar en la ciudad y sacar de apuros a los soldados cuando algún contacto con el enemigo evolucionase negativamente. Como desde Camp Abu Naji tardaban más de media hora en llegar, dos de los Warrior fueron destacados permanentemente en la CIMIC House, quedando en posición defensiva vigilando los dos portones de la base.
Para retomar el control de la situación y evitar que miembros del Ejército de al-Mahdi campasen a sus anchas por las calles e impusieran su voluntad, la inteligencia británica fue recopilando información de los cabecillas de la revuelta. La mayoría de ellos vivía en la barriada de Kadeem al Muallimin, situada en la zona Oeste de la ciudad y justamente al Norte de Camp Abu Naji, base principal británica en la provincia de Maysan. El acceso directo al lugar, sin tener que internarse en plena ciudad ni tener que cruzar algún puente sobre el Tigris, facilitó que se pudiese planificar una operación de detención de los dirigentes del OMS en al Amarah.
El plan era que la A Company de los Royal Welch Fusiliers entrase en el distrito para realizar la identificación y traslado de los detenidos a Camp Abu Naji, desde donde serían enviados a la base de Shaiba para ser interrogados. El trabajo encomendado al 8 Platoon C Company del 1st Battalion Princess of Wales Royal Regiment (1st PWRR) fue hacer un reconocimiento de la ruta, realizando un barrido por delante de los Saxon de los Royal Welch Fusiliers.
En la madrugada del 1 de mayo los 4 Warrior salieron de Camp Abu Naji, entraron en la Route 6 (denominada en la cercanía de la ciudad como Red Route) y tomaron formación de caja. A la velocidad de una persona andado se dirigieron hacia el Norte, parando cada 50 metros para usar los sensores de los blindados y poder inspeccionar los objetos sospechosos situados en los márgenes de la carretera. Al llegar al Sur de la barriada quedaron como fuerza de reacción rápida en caso de que se complicase la operación.
A continuación los equipos preparados se desplegaron en torno a los edificios donde se buscaban a los sospechosos, entraron en las viviendas y, tras realizar las identificaciones, procedieron a introducirlos en los vehículos junto con todas las armas que fueron halladas y requisadas en las redadas.
La sorpresa fue completa, marchando todo según lo previsto hasta que aproximadamente a las 05:30 empezaron a escucharse disparos esporádicos y en las radios se sucedieron los informes de contacto con elementos hostiles. Cada minuto que pasaba se incrementaban los incidentes, por lo que los Warrior se pusieron en marcha y ayudaron a la extracción de los últimos soldados y vehículos.
La Operación Pimplico se dio por finalizada, siendo un éxito rotundo. Nadie resulto herido y los cabecillas de la revuelta comenzaron a ser procesados antes de ser enviados a la base de Shaiba para ser interrogados.
Al amanecer, tras desayunar, las tropas empezaron a preparar la siguiente misión prevista para la tarde de ese mismo día: el reabastecimiento de la CIMIC House con munición, suministros y personal. Para ello se emplearían el 7 y 9 Platoon C Company del 1st PWRR, quedando el 8 Platoon como fuerza de reacción rápida.
Buscando otra vez el factor sorpresa, en vez de entrar por el camino usual en la ciudad, los blindados darían un rodeo entrando en la ciudad por el Noreste. Para realizar el último tramo del trayecto tendrían que atravesar el puente de Majidayya, cerca de la conflictiva barriada de Aj Dayya, donde el OMS tenía gran apoyo. Al ser vital el cruce del rio, se planificó que dos multiples (pelotones reforzados) salieran a pie de la CIMIC House y asegurasen su control para cuando llegasen los Warrior.
Conforme se preparaban, desde al Amarah llegaron noticias inquietantes. Una vez recuperados de la sorpresa y viendo el ridículo en que les habían dejado los ingleses a los ojos de la población, todos los resortes del OMS se activaron. Desde el tejado de la CIMIC House pudieron visualizar la frenética actividad, con vehículos dotados de altavoces llamando a la población a coger las armas y asaltarles. Desde los minaretes de las mezquitas se realizaban llamadas a la jihad contra los infieles invasores. Tal y como aparece en la película Black Hawk Down, grupos de milicianos armados empezaron a establecer controles en los cruces principales, colocando barricadas a las que prendían fuego. Como medida adicional, secuestraron a varios oficiales de policía y autoridades en la ciudad, amenazando con ejecutarles si no volvían a su casa los detenidos.
A las 13:00 horas dos patrullas a pie de los pelotones de morteros y antitanques de la Y Company 1st PWRR, liderados por el Captain Hooker, salieron de la CIMIC House y se dirigieron hacia el Este por las calles que conducen al puente. Con la agitación que había en la ciudad era inevitable que entrasen en contacto con los milicianos del OMS. Al llegar al puente los dos multiples intentaron hacerse con los dos extremos – denominados en código como Blue 11 y Green 9 – pero desde muchas ventanas, portales y azoteas tuvieron que afrontar un violento tiroteo. Al cabo de unos minutos en unas posiciones tan expuestas los británicos tuvieron un primer herido. El Lance Corporal Barry Bliss recibió un disparo en un costado. Como se comprobó más tarde, le habían acertado con una bala procedente de un fusil de francotirador Dragunov.
Desde la azotea de la CIMIC House podían ver como se desarrollaban los acontecimientos, contemplando como más milicianos del OMS se dirigían a la zona del puente atraídos por el tiroteo, así como también empezaban a atacar a la propia CIMIC House desde las calles colindantes con fusiles de asalto, ametralladoras y RPG. Como nota de alivio, también pudieron ver como el convoy de reabastecimiento seguía adelante y se acercaba a la zona del puente, aunque en el camino recibían disparos desde muchas localizaciones a lo largo de su ruta.
Para ayudar a los soldados en el puente, en la CIMIC House el Major Featherstone envió a 30 soldados más pertenecientes al Territorial Army (civiles reservistas) que tuvieron que abrirse paso a través de las calles, saltando tapias, atravesando patios o tejados. Así mismo, desde Camp Abu Naji se activó la fuerza de reacción rápida (QRF) compuesta por el 8 Platoon C Company, que desde el Sur se adentró en la ciudad siguiendo la denominada Blue Route.
Dicha QRF estaba comandada por el 2Lt Deane, cuyo Warrior era conducido por el Private Johnson Beharry. En esta ocasión al 8 Platoon se le añadió un quinto Warrior perteneciente al Colour Sergeant Major Falconer. Conforme en la ciudad se iniciaba el tiroteo en torno al puente, la QRF fue acercándose hacia la ciudad siguiendo la Blue Route para estar lo más próximos a la acción cuando fuesen activados. Al llegar la orden entraron por Blue 7 – el Sur de la ciudad – intentando llegar al puente por la ruta más directa. En su camino se encontraron con multitud de grupos de milicianos armados que se dirigían como ellos al lugar del tiroteo, además de barricadas constituidas por obstáculos como pilas de neumáticos ardiendo, escombros o vehículos, lo que les obligaba a girar en algunos cruces.
Las calles por las que circulaban tienen las típicas casas de un nivel, pero también hay muchas otras de varios pisos con terrazas. La ruta más directa era a través de un boulevard de cuatro carriles – dos en cada sentido – pero al llegar a su entrada se encontraron una barricada, y lo más sospechoso, absolutamente ningún civil por las calles ni coches circulando. Estos síntomas son el claro indicio de que estaban a punto de entrar en una emboscada.
En ese momento el tirador del Warrior del 2Lt Deane les indicó que veía a un adolescente con un RPG al hombro. Un instante después el Warrior se vio sacudido por una explosión. El conductor, Private Beharry, al intentar comunicarse con el 2Lt Deane no consiguió recibir por los intercomunicadores ninguna instrucción, por lo que dedujo que las comunicaciones estaban cortadas. Al ir saliendo del aturdimiento de la explosión pudo escuchar lamentos, oler a quemado y detectar humo que proviene del interior del blindado. Al parecer el impacto había dañado el motor, ocasionando una pérdida de potencia y originando un incendio.
Una segunda explosión alcanzó al Warrior, por lo que por propia iniciativa Beharry tomó la decisión de salir de allí atravesando la barricada. Justo antes de chocar, otro RPG les acertó de pleno, pero consiguieron atravesar el obstáculo.
Conforme los otros 4 Warrior atravesaron los escombros, la única posibilidad que le quedaba a Beharry era seguir adelante, ya que el tirador del Warrior le avisó a gritos que había más milicianos con RPG para dispararles, la torre se encontraba atascada y en lo que es el suelo de la cesta de la torre yacía el 2Lt Deane herido o muerto. Desde ventanas, terrazas, balcones o a nivel de la calle aparecían más individuos para dispararles, por lo que la situación se volvería crítica si conseguían detener a uno de los blindados.
Debido al humo interior, Beharry tuvo que abrir ligeramente la escotilla para divisar lo que tenía por delante. Al avanzar pudo ver a un insurgente que asomó por una calle lateral que llegaba al boulevard y que les apuntó directamente con un RPG. Con el tiempo justo para bajar la escotilla y encogerse instintivamente, el cohete explotó justo en el exterior de su posición destruyendo el visor diurno del conductor e hiriendo al tirador.
Sin otra alternativa que no fuese avanzar, Beharry encabezó la columna de blindados con su Warrior renqueante, sabiendo que aunque nunca había estado en esta parte de la ciudad, dirigiéndose al Norte el final boulevard les acercaba al puente y a la columna de reabastecimiento que ya había llegado allí. En cierto punto decidió girar a la izquierda y entrar en una calle lateral, lo que hizo que amainara la lluvia de disparos. Con otro giro, esta vez a la derecha, entró en otra vía, al final de la cual pudo divisar un Warrior parado. Todavía no se habían salvado, pero el alivio fue enorme. Se abrió la escotilla y asomó el Major Coote, oficial al mando de la C Company. Por gestos, Beharry le indicó que no tenían comunicación radio y que el 2Lt Deane posiblemente estaba muerto o herido. Tocándose el casco el Major Coote le ordeno que se uniesen a la columna y que les siguieran.
Como no cabían dentro de los Warrior todos los soldados que salieron a pie de la CIMIC House, varios de ellos tuvieron que avanzar bajo fuego protegiéndose con los blindados. Al llegar a la base tuvieron que afrontar los disparos de los insurgentes que intentaban asaltar el lugar. Los Warrior no entraron en el recinto, sino que al llegar al muro perimetral frontal giraron y abrieron las portezuelas traseras para que la tropa desmontase y pudieran descargar los vehículos. Desde las posiciones defensivas de la CIMIC House y las torres de los Warrior se hizo fuego de cobertura para proteger a los soldados.
Uno de los últimos blindados en llegar al muro fue el conducido por el Private Beharry, lentamente, visiblemente averiado y saliendo humo del interior, por lo que tenía que dirigir el vehículo con una mano en los mandos y la otra manteniendo la escotilla abierta. Al detenerse en el exterior del recinto, Beharry salió de la posición del conductor, y subido al chasis, desde el exterior y exponiéndose completamente al fuego enemigo, sacó al 2Lt Deane, que afortunadamente estaba solo herido. Lo mismo hizo con el tirador y ayudo a evacuar al resto de tripulantes heridos.
Por último, activó los extintores del Warrior, retiró las armas de sus compañeros heridos y entró totalmente exhausto en la parte trasera de otro de los blindados, donde se desplomo víctima de un golpe de calor. Despertó en el pequeño hospital de Camp Abu Naji, donde no quiso permanecer, incorporándose inmediatamente a su unidad. Como recuerdo de su acción le dieron su casco, donde se veía el impacto de un disparo de AK que había atravesado la protección, pero que al incidir con un ángulo extremo reboto y no alcanzó el cráneo.
Con la labor de reabastecimiento cumplida y una vez reorganizados, la C Company, esta vez al completo, realizó el viaje de vuelta a Camp Abu Naji, siendo otra vez tiroteados por el camino aunque sin mayor novedad pudieron llegar a su destino y atender a los heridos. El que no fue a ningún lado fue el Warrior de Beharry, que quedo averiado junto a la puerta frontal de la CIMIC House. En la ciudad fue bajando el nivel de intensidad de los tiroteos conforme la columna de blindados se alejó.
Continuaron recibiendo disparos de manera esporádica, junto con los continuos e insidiosos ataques con morteros. Al anochecer, con las cosas más calmadas, en la CIMIC House se comentaban los agitados hechos de los que habían sido participes. El Sniper Platoon mantenía desde el tejado la vigilancia rutinaria empleando los visores nocturnos. De repente, por la zona de la Route 6 comenzaron a escucharse disparos. Según los informes de la sala de mando no había ninguna tropa británica circulando por esa carretera, por lo que nadie sabía el motivo del tiroteo. Lejos de calmarse, en las proximidades de Red 11 el tiroteo aumento de intensidad, con múltiples explosiones y grandes llamaradas.
Lo que había ocurrido es que un convoy estadounidense – del 84th Engineer Battalion de la 25th Infantry Division, que se diría a Kuwait para embarcar y volver a Hawái después su periodo de estancia en Irak – totalmente ignorantes de todo lo acontecido en la ciudad, fue emboscado por la multitud de insurgentes que seguían manteniéndose activos. Los vehículos fueron atacados desde ambos lados de la autopista, teniendo que defenderse los conductores y acompañantes disparando desde las ventanillas. Pisando el acelerador, los camiones, cisternas, Humvee y demás vehículos de ruedas, atravesaron la zona de fuego mientras eran acribillados. Cada vez que uno era dañado gravemente y no podía continuar la marcha, era incendiado y abandonado, pasando los tripulantes a otro vehículo del convoy. De los 35 que entraron en la ciudad fueron destruidos 12, falleciendo dos soldados americanos.
Al salir de la ciudad, lo que quedaba de la columna llegó a Camp Abu Naji, donde pudieron parar para analizar lo que había acontecido. Al hacer un recuento del personal se dieron cuenta que faltaban dos miembros de la unidad. El oficial al mando no tenía la mínima intención de volver atrás a buscarlos, por lo que los británicos iniciaron una misión de rescate.
Los dos desaparecidos habían tenido que dejar su vehículo después de que fuese inmovilizado. Los insurgentes les habían disparado, por lo que habían tenido que buscar cobertura y no pudieron incorporarse a la columna. Lo que padecieron después fue una pesadilla. Quedaron absolutamente solos en una ciudad desconocida, rodeados por una multitud armada y deseosa de matar a soldados de la coalición, sin importar que fuesen americanos o británicos.
La única referencia para buscar su seguridad era seguir hacia el Sur, por donde habían visto marcharse a sus compañeros. Se tuvieron que introducir en un edificio, devolviendo el fuego a los milicianos que les disparaban.
Luego, aprovechando que no estaban completamente rodeados, saltaron por una ventana trasera y se alejaron de la zona corriendo por callejones oscuros y escondiéndose en cualquier rincón que encontraron. En cualquier momento podían ser descubiertos por la multitud y ser asesinados. Continuando con su huida tuvieron la suerte de encontrar una comisaría de policía donde, medio a regañadientes, les pusieron en contacto con los británicos. El comisario se arriesgó y montó a los dos estadounidenses en un coche patrulla, llevándoles a continuación a Camp Abu Naji.
La operación Waterloo
Aunque Pimplico había sido un éxito rotundo, al atreverse los británicos a contestar el control del OMS de la ciudad de al Amarah delante de la población, la situación en las calles se volvió extrema. Las milicias armadas campaban a sus anchas y aunque no parecían capaces de tomar la CIMIC House, pasaron a incrementar los ataques con cohetes y morteros.
Desde el 1 al 10 de mayo unos 525 disparos alcanzaron las instalaciones. Normalmente eran salvas de media docena de proyectiles, realizadas bajo el amparo de la oscuridad. La única posibilidad de escapar de esa constante amenaza fue minimizar la estancia en el exterior y pasar a hacer vida bajo el techo de ladrillos de los edificios. Al comienzo del asedio los morteros con los que les disparaban eran de 60 mm, por lo que el daño que provocaban no era tan grande, pero ya en mayo aparecieron algunos de calibre 82 mm, con sirvientes perfectamente entrenados que se sospechaba que procedían de Irán. Los morteros no solo provocaban daños materiales, sino que también conseguían un desgaste psicológico en los británicos al mantenerlos aún más confinados e inseguros. Muchas de las granadas de mortero no llegaban a explotar y quedaban como peligro latente. Hasta que se dispuso de personal y medios para retirarlas, al principio simplemente las cogían y las lanzaban al rio Tigris.
Desde el punto de vista de la coalición no se podía dejar que el OMS controlase la ciudad. El mando británico no quería limitarse a quedar encerrado y prisionero en sus instalaciones porque eso a la larga empeoraría la situación. Su voluntad era luchar y desafiar al OMS, que en el fondo eran minoría en la ciudad, ya que si se les vencía la mayoría de la población dejaría de apoyar a los insurgentes y perderían su poder.
En este marco se planifico la Operación Waterloo, colocando bajo el mando del grupo de batalla todos los medios de combate de los que pudieron echar mano. La A Company del 1st PWRR, que había quedado en Basora como fuerza británica de reserva, fue llamada a Camp Abu Naji junto con varios carros de combate Challenger II de los Queen´s Royal Lancers. Incluso se pidió ayuda a los aliados estadounidenses que pusieron a su disposición dos aviones cañoneros AC 130 Spectre.
En las primeras horas del 8 de mayo se lanzó la Operación Waterloo, que de manera simplificada se puede describir como una trampa para el OMS. Un convoy saldría de Camp Abu Naji por la Red Route hacia la ciudad como si se tratase de otro intento de reabastecer la CIMIC House, pero cuando los insurgentes les atacasen, en vez de continuar su avance, pararían y entablarían combate para destruirlos. Al ser Red 11 su sitio favorito para tender emboscadas, ya que estaba cercano a la sede del OMS, allí se detendrían para provocar que el mayor número de milicianos acudiesen.
Las tropas de la CIMIC House también tendrían su parte en el plan. Al llegar la noche saldría de la base una patrulla hacia el Este, infiltrándose aprovechando la oscuridad, atravesando calles, saltando a través de patios de casas para finalmente tomar posiciones de bloqueo en Blue 11, el extremo Oeste del puente que da a la barriada de Aj Dayya, para impedir la llegada de refuerzos del OMS.
La columna blindada se puso en movimiento con los Challenger II abriendo la marcha. Entraron en la ciudad a las 02:00 AM siguiendo la Purple Route, que circula en sentido Este-Oeste hasta llegar a la intersección con la Red Route en Red 11. En esta ocasión no contarían con el factor sorpresa ya que el OMS había aprendido la lección y conforme se aproximaban a la ciudad las luces de las farolas se encendían y apagaban para alertar a sus milicianos de por donde se movían los británicos.
Empezaron a establecer contacto con los insurgentes, por lo que siguiendo las directrices para el combate con blindados en núcleos urbanos cada vez que llegaban a una intersección los Challenger II abrían fuego (principalmente con sus ametralladoras). Luego los Warrior se aproximaban, abrían las rampas traseras, desmontaban los soldados y acababan de una manera rápida y demoledora con la más mínima resistencia. A continuación volvían a montar los soldados en los Warrior, la columna reanudaba su avance y si al llegar al siguiente cruce les disparaban, volvían a repetir todo el proceso.
Al llegar a Red 11, la fuerza británica se desplegó en círculo, con los 4 Challenger II y 24 Warrior vigilando cada ruta de aproximación. Por encima de ellos, con su rugido característico, dos AC130 Spectre vigilaban la escena con sus sensores de visión nocturna. Si en la aproximación a los británicos cualquier miliciano tenía la ocurrencia de disparar desde una posición que no fuese una casa, eran arrasados por los aviones cañoneros.
Desde los distintos barrios de la ciudad los miembros del OMS acudían al lugar de la lucha. Los procedentes de las barriadas más al Este de la ciudad se toparon con que la patrulla de la CIMIC House infiltrada en Blue 11 no les dejaba cruzar el puente, por lo que tuvieron que dar un gran rodeo antes de poder acercarse a la columna de blindados. Desde esa misma localización pudieron descubrir a una línea de morteros que los insurgentes estaban usando para disparar a hacia Red 11. Una vez que pasaron a la sala de control las coordenadas donde se encontraban los morteros, uno de los aviones cañoneros se dirigió a la zona, empleando el cañón de 105 mm para acabar de manera expedita con dicha amenaza.
Después de tres horas empezó a remitir el violento combate. Ya no había tanto mártir de al Sadr dispuesto a estrellarse contra semejante muro de blindaje y fuego que les esperaba en Red 11. Conforme amanecía, la Operación Waterloo empezó su segunda fase. El Colonel Maer dio la orden para proceder al asalto de la sede del OMS en al Amarah.
La columna blindada se puso en marcha hacia el Este con los Challenger II otra vez en cabeza, atravesó el rio Tigris y enfilo hacia Yellow Three hasta llegar a las inmediaciones del edificio desde donde los hombres de Sadr intentaban controlar la ciudad. Fueron recibidos por una barrera de disparos desde las ventanas y muros de la construcción, así como desde un parque cercano, pero entre las ametralladoras y cañones de los vehículos y aviones. fueron respondidos de una manera aplastante. En breve acabaron con dicha resistencia y el edificio fue rodeado por los blindados. Después de conminar con un altavoz a la rendición de cualquiera que se hallase en su interior, las tropas británicas asaltaron el lugar.
Lo que encontraron dentro fue impresionante. Además de todo tipo de documento que la inteligencia aliada analizaría después, un inmenso arsenal de armas fue descubierto. Centenares de AK47, ametralladoras, lanza granadas, cohetes, tubos de mortero con su munición, minas y artefactos explosivos improvisados (IED)…. Hicieron falta tres camiones de 8 toneladas para llevarse todo el material incautado. Como premio final, en un registro encontraron el cuerpo y el arma del francotirador que había herido a un soldado una semana antes en Blue11. Actuaba desde una ventana superior de una escuela pensando que los británicos nunca se atreverían a disparar allí, pero al ser detectado el fogonazo de su arma un Challenger II realizó un disparo con su cañón.
A las 10:00 AM se dio por acabada esa segunda fase, pero eso no era todo lo que lo ingleses habían previsto. Como continuación de la operación por la tarde las dos compañías de Warrior y la A Company Royal Welch Fusiliers se desplegaron por la ciudad y realizaron patrullas para restablecer la ley y el orden. Visitaron las comisarías de policías y pusieron a trabajar a los agentes que habían permanecido todos esos días plácidamente sentados sin hacer nada para lo que fueron entrenados y recibían un sueldo. La reacción del OMS fue mínima y rápidamente eliminada. Simplemente tuvieron enfrentamientos aislados que hirieron a varios militares.
Para no dar al OMS ni un momento de respiro se decidió mantener la presión. Cada día se realizaban múltiples patrullas, incautándose alijo tras alijo de armas. También se pudo descubrir el lado oscuro del dominio por OMS de las calles los días anteriores. Una especie de sharia había sido establecida, con grupos defensores de la pureza islámica que se dedicaban a golpear a las mujeres, niños u hombres a voluntad. Bastaba que te tomases una bebida con algo de alcohol para recibieses un balazo en la cabeza. Al retomar la coalición el control de la situación la gente normal les mostró su agradecimiento por su presencia.
Quizás esa misma victoria relativa fue lo que hizo que en cierto momento los mandos comenzasen a frenar la acción de las tropas. Cuando alguna patrulla era emboscada, aunque tuviesen la oportunidad de acabar con los insurgentes, desde la sala de control de la CIMIC House no les daban la autorización para aprovechar la ocasión. En este contexto tuvo lugar uno de las más fuertes enfrentamientos de la operación TELIC IV.
La batalla de Danny Boy
Danny Boy era un puesto de control de vehículos semipermanente situada en la Route 6. Estaba localizado al sur de al Amarah y de Camp Abu Naji, no muy lejos de Majar al Kabir, lugar conocido por tener una de las poblaciones más delincuencial y radical del sur de Irak. En aquella localidad fue donde una multitud linchó en 2003 a seis miembros de la Royal Military Police.
El día 14 de mayo la situación en la provincia era lo suficientemente favorable para organizar una reunión de mandos en Camp Abu Naji. A las 16:15 el Major Griffiths, de los Argyll and Sutherland Highlanders, viajaba con dos Land Rover en sentido Norte por la Route 6 para asistir a dicho encuentro cuando pudo ver a un grupo de insurgentes que estaban comenzando a colocarse en una serie de zanjas que había cerca de la carretera para realizar una emboscada al primer convoy de la coalición internacional que circulase por esa ruta. Como no estaban todavía en posición, los Land Rover pudieron acelerar y escapar de la zona.
Los hombres del Major Griffiths escucharon por la radio el contacto inicial, por lo que desde su base en Camp Condor – en la misma Route 6 y a unos 20 kilometros al sur de Majar al Kabir – mandaron una patrulla. Por una serie de deficiencias en la radio no sabían que su jefe había escapado por poco de la emboscada, así que continuaron por la carretera hasta que se dieron de bruces con el grueso de la emboscada.
Dos Warrior, del 8 Platoon C Company 1st PWRR, estaban en las inmediaciones de Red 1 intentando acabar con un mortero que desde la zona disparaba cada cierto tiempo hacia Camp Abu Naji. Las órdenes que recibieron fueron que desde su posición se dirigiesen al puesto de control de Danny Boy para establecer contacto con los enemigos y dar fuego de cobertura a la patrulla emboscada hasta que llegasen otros dos Warrior desde Camp Abu Naji. Juntos los cuatro Warrior podrían extraer a los soldados emboscados.
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