Es imposible determinar cuál es la operación militar más completa de todas las que los medios actuales permiten llevar a cabo. No nos cabe duda, no obstante, de que en un lugar muy alto en tan reñido ranking está la que hoy nos ocupa: la Operación Anfibia.
Ésta se define en el ámbito de la guerra moderna como “una operación militar, lanzada desde la mar por fuerzas navales y de desembarco, embarcadas en buques y embarcaciones, con el propósito principal de proyectar tácticamente en la costa a una Fuerza de Desembarco en un ambiente entre permisivo y hostil, y con la idea general de que una Fuerza Anfibia Operativa busque maniobrar hacia una posición ventajosa en el litoral, para evitar las amenazas de las fuerzas enemigas.” Es una definición un tanto farragosa, que da idea de lo complicado del asunto.
Los dos conceptos básicos que surgen de esta definición se refieren a los dos tipos principales de Fuerzas que participan en la misma: La Fuerza Anfibia Operativa (FAO, o ATF en sus términos en inglés) y la Fuerza de Desembarco (FD, o LF en inglés) propiamente dicha. La primera hace referencia a todos aquellos medios que, de manera general, participan en la operación, siendo ésta pues una Organización operativa entrenada y equipada específicamente para la realización de este tipo de operaciones, y que incluye tanto a las fuerzas navales con sus buques y aviación orgánica, como a la fuerza de desembarco, siendo su comandante, denominado CFAO (o CATF), un Oficial naval de alta graduación (normalmente un Almirante).
Hoy en día, en España –que es el caso más cercano y además es de mayor tradición histórica- la unidad especializada de la Armada que tiene como cometido principal “efectuar misiones relacionadas con la capacidad de la proyección del poder naval sobre tierra, mediante la realización de operaciones militares en la costa iniciadas en la mar”, es la Brigada de Infantería de Marina “Tercio de Armada”. Su base se encuentra en la localidad de San Fernando (Cádiz) y es una de las tres grandes unidades que conforman la Fuerza de Infantería de Marina (FIM) de la Flota. Las otras dos son la Fuerza de Protección (FUPRO) y la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE), teniendo la primera el cometido de “proporcionar protección y seguridad física a las personas, unidades, centros y organismos de la Armada” y la segunda, el de “la realización de aquellas Operaciones Especiales que se ejecuten en ambiente marítimo, en el litoral (iniciadas o finalizadas en la mar) o como apoyo a una Operación Anfibia”.
Esta Brigada de Infantería de Marina, conocida tradicionalmente como “TEAR”, y mandada por un General de Brigada, está compuesta por siete unidades tipo Batallón que engloban todas las Funciones de Combate (Mando y control, Maniobra, Inteligencia, Apoyo de Fuegos, Apoyo Logístico, Defensa Aérea y Movilidad, contramovilidad y protección), teniendo cada una de estas unidades misiones, vehículos, materiales y preparación específica, y encontrándose en todo momento alistadas para constituir aquellas organizaciones operativas que se le puedan asignar, tanto para establecer una Fuerza de Desembarco, como para contribuir a la generación de una Fuerza Expedicionaria proyectada por medios navales o por otros medios.
La dificultad de una Operación Anfibia es tal que requiere de un minucioso y detallado planeamiento, así como de una elevada integración y coordinación entre todas las fuerzas participantes, la máxima unidad de esfuerzo y coherencia operacional y una rápida y eficaz constitución de la potencia de combate en tierra. Esto último implica a su vez la necesidad de obtener en la Zona de Objetivo Anfibia (ZOA) una supremacía naval tanto en superficie como submarina, una importante superioridad aérea y sobre las fuerzas enemigas en tierra, y garantizar el apoyo continuo a las unidades que hayan desembarcado.
Sus mayores inconvenientes son que se parte, lógicamente, de una potencia de combate en tierra nula que implica una alta vulnerabilidad de la fuerza durante la realización del Movimiento buque-costa (MBC). Además, posiblemente en mayor grado que en ningún otro tipo de operación militar, las condiciones meteorológicas influirán en su correcta realización y complicarán más si cabe una operación marcada por la escasa flexibilidad táctica inicial y la relativa ausencia de datos fiables de inteligencia con la que contarán las unidades asaltantes.
Las finalidades de una Operación Anfibia pueden ser varias: alcanzar objetivos operacionales para aprovechar las debilidades del enemigo, establecer una base de operaciones en tierra para apoyar otras fases subsiguientes (lo que se conoce como “cabeza de playa”), impedir al enemigo el uso de una determinada zona o instalación, fijar fuerzas enemigas en beneficio de otras operaciones, etc. También puede utilizarse esa Fuerza Anfibia Operativa (FAO) como instrumento de gestión de crisis o de diplomacia de defensa, incluso sin llegarse a producir el desembarco, gracias a que, al utilizar la mar como espacio de maniobra, esta FAO podría estar moviéndose, incluso aún por aguas internacionales, ejerciendo una importante labor disuasoria.
Existen cuatro tipos de Operaciones Anfibias, siendo el principal el Asalto Anfibio, que es aquel que contempla el establecimiento de la Fuerza de desembarco en la costa, y que es ése en el que pensamos cuando escuchamos hablar de un desembarco militar, recordando aquellos de Alhucemas, Normandía, Guadalcanal o Iwo Jima. Otro tipo es la Incursión Anfibia, que es aquel que, con la intención de infringir daños puntuales al enemigo, capturar o evacuar personal o material, o simplemente obtener información, comprende una rápida ocupación temporal del objetivo, seguida de una retirada planeada. Los otros dos tipos, muy diferentes entre sí también, son la Demostración Anfibia, que no implica necesariamente un desembarco y que se efectúa con el propósito de engañar al enemigo para que adopte una línea de acción desfavorable para él, y la Retirada Anfibia, que consiste en efectuar la extracción de fuerzas propias por mar desde la costa. También se podrían englobar en el selecto grupo de las Operaciones Anfibias, las operaciones no bélicas en un área costera (como aquellas de respuesta de crisis relacionadas con el artículo 5 de la OTAN, por ejemplo), las operaciones de ayuda humanitaria que se realicen en localidades portuarias y zonas costeras devastadas, o incluso las modernas operaciones de evacuación de personal no combatiente (las llamadas “NEO”).
En cualquiera de los casos, una Operación Anfibia siempre comenzará con la recepción de lo que se conoce como la “Directiva Inicial”, que es una orden emitida por aquel comandante que tenga la responsabilidad total sobre una campaña, dirigida al Comandante de la Fuerza Anfibia Operativa y al Comandante de la Fuerza de Desembarco, a quienes precisamente los designará en dicha directiva, donde les indicará como mínimo cuál será la misión a cumplir (qué, cuándo y para qué), dónde está localizada la Zona de Objetivo Anfibia y sus dimensiones, y otra serie de instrucciones especiales tales como con qué fuerzas navales, aéreas y de desembarco se podrá contar o el nombre en clave de la Operación.
Desde ese momento comenzará la fulgurante y atareada tarea del Planeamiento, el cual no finalizará nunca durante toda la Operación Anfibia, ya que podrán ser múltiples los condicionantes que puedan modificar las circunstancias y la situación de la misma. Dicho de otro modo: Nada será seguro hasta el último momento.
Como toda acción militar, ésta también se realizará en diferentes fases, siendo la primera el Planeamiento, aunque como ya he dicho este no se dará por concluido hasta que se cumpla la misión. Otras fases son, y cada una con su requerimiento específico de muchas horas de trabajo y complicada ejecución; (1) Embarque, (2) el Movimiento de todos los buques ya cargados y pertrechados hacia la Zona de Objetivo Anfibia -donde será importantísimo programar actividades que mantengan la moral, las condiciones físicas y el adiestramiento general de las tropas embarcadas-, (3) el Ensayo y (4) la Acción, que es donde físicamente se realizará el desembarco de la FD y donde se luchará en tierra, mediante el fuego y la maniobra, para conseguir la conquista de los objetivos propuestos.
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