La batalla por la CIMIC House, denominación con la que ha pasado a los libros de historia, se libró entre el 5 y el 28 de agosto de 2004 en la ciudad de al Amarah, en el sur de Iraq. Implicó a los seguidores de Muqtada al-Sadr y a las tropas británicas, que se batieron el cobre para hacer frente a los furiosos ataques del ejército del Mahdi.
El lugar donde acontecieron estos hechos está situado en el sur de Iraq, siguiendo el curso del rio Tigris, en la ciudad de al Amarah, capital de la provincia de Maysan, con una población de cerca de 400.000 habitantes a finales de la primavera y hasta del otoño del año 2004.
Estaría bien decir que la ciudad era un enclave estratégico, pero la pura verdad es que esa ciudad era, incluso en un país como Iraq, un lugar deplorable. Apenas había una red de alcantarillado, y las calles olían a orines y basura. Por ser los habitantes chiitas en su gran mayoría, habían sido duramente tratados por el régimen de Saddam Husein. Además, su cercanía a la frontera con Irán hizo que padeciera enormes daños durante la guerra entre los dos países.
La figura local más destacada de la época era Sheik Abdul Kerim Mahud al Mahammadawi, alias Abu Hatem, Príncipe de los Pantanos. Saddam Hussein lo capturó en 1989, y vio en prisión como, tras la derrota iraquí después de la invasión de Kuwait, la población de la zona inicio una revuelta contra el dictador que acabo siendo durísimamente reprimida. Decenas de miles de personas fueron ejecutadas y enterradas en fosas, y gran parte de la forma de vida de miles de personas era destruida tras la desecación de los pantanos, obligando a emigrar y vivir en la pobreza más extrema a gran parte de la población.
Abu Hatem escapo de la prisión en 1997, y al volver a su región la encontró devastada, jurando venganza sobre Saddam. A los pocos días de la invasión de 2003, inició su propia revuelta, arrasando la sede del partido Baath. Todo el que hubiese tenido que ver con el régimen de Saddam Hussein huyó despavorido de la zona. Esto creo un problema muy grave, ya que grandes arsenales del ejército iraquí quedaron totalmente abandonados y durante días fueron saqueados por la población de la región. Lo sustraído, además de fusiles de asalto, incluyó morteros, lanzacohetes, ametralladoras pesadas, minas, todo tipo de munición y explosivos, ya fuera para usarlos o para comerciar.
Aun así, cuando el 1st Para británico llego a la ciudad de al Amarah, la encontró en calma, incluso con policía controlando el tráfico y sin saqueos generalizados. Maysan fue la única provincia iraquí en liberarse por sí misma.
En la invasión de Iraq por la Coalición Internacional en el año 2003, la zona cayó en el área de responsabilidad británica. Pocos enfrentamientos tuvieron lugar durante las fases iniciales, siendo en muchos casos las tropas recibidas por la población con muestras de alegría, ya que les libraban de las garras del tirano que durante tantas décadas les había hecho sufrir toda clase de padecimientos. Pero más adelante, conforme los intereses de Irán en la zona se iban dejando notar, la actitud de la población fue cambiando. La permanencia en la zona de un gobierno sostenido por las tropas internacionales impedía el gran objetivo del país vecino, convertir a Iraq en un país títere de Irán, e imponer las normas y principios de la secta Chiita.
Uno de los principales peones de ese juego de poder era el clérigo Muqtada al Sadr, muy joven y con bajo nivel en el escalafón de los clérigos chiitas, no habiendo llegado ni siquiera a alcanzar el nivel de Ayatolá. Tanto su padre como su suegro fueron Gran Ayatolá, siendo ambos asesinados por orden de Saddam Hussein. Con un suministro ilimitado de armas garantizado por sus valedores y con personal instruido, que pasaba a través de la frontera entre los dos países, además del apoyo político, era fácil intuir que tarde o temprano emplease la violencia para conseguir sus objetivos personales, además de los estratégicos de sus patrocinadores.
Se sospecha que empezó atentando – por su propia iniciativa o por orden de los movían los hilos detrás de la cortina – contra otros clérigos que le pudieran hacerle sombra o que fuesen moderados. Con pocos frenos, mucha ambición y cada día más adeptos, sus palabras comenzaron a ser órdenes en todas las comunidades chiitas, a cuyos ojos se convirtió en la persona a la que obedecer. De hecho, con su grupo de fanáticos armados, se convirtió en el poder en la sombra que regía en las comunidades chiitas por encima de todo lo que dispusiera los regidores de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA por sus siglas en ingles). Ni la policía iraquí ni el resto de elementos de poder en Iraq se atrevían a realizar un acto en contra de su voluntad.
El tablero estaba dispuesto para el siguiente movimiento, el desafío directo a la CPA y el uso de la violencia para expulsar a las tropas de los países que sostenían al gobierno en funciones. A finales de marzo de 2004, en vista de las soflamas publicadas que llamaban a combatirles, por fin las autoridades dieron un paso para pararle los pies. Se cerró el periódico al Hawza y se arrestó para interrogar a alguno de sus secuaces. La lógica respuesta, ya que es lo que en el fondo buscaba el clérigo, fue un levantamiento violento y múltiples enfrentamientos en muchas ciudades iraquíes. El 5 de abril, el administrador Paul Bremer declaro a al Sadr fuera de la ley y ordenó su captura, a lo cual Muqtada respondió con la llamada a la Jihad contra las tropas internacionales.
Despliegue británico en la provincia de Maysan
El primer batallón era una unidad mecanizada, estando orgánicamente compuesto por una compañía de cuartel general, tres compañías de infantería mecanizada –A,B y C- y una compañía de armas de apoyo – Compañía Y – que a su vez se dividía en un pelotón de reconocimiento, otro de francotiradores, un tercero de morteros y por último el de antitanques.
Las unidades no permanecerían juntas en Iraq, dado que, con el fin de repartir los medios disponibles por la zona, la compañía B se desplego en Basora, como parte del grupo de batalla formado alrededor del batallón Cheshires, mientras que la compañía A formaba parte de la reserva a disposición de la brigada que controlaba todas las fuerzas británicas en el sur de Iraq. A cambio, se les unieron varias unidades como el Squadron A de los Queen`s Royal Lancers con sus carros Challenger 2, así como la compañía A de los Royal Welch Fusiliers en distintos tipos de vehículos motorizados como los Saxon. También pudo contar el grupo de batalla con personal procedente de diversas unidades como un pelotón del 52nd Lowland Remgiment, así como militares del Territorial Army (reservistas).
La mayoría del de estas unidades estaría acantonada en Camp Abu Naji, mientras que dentro de la ciudad de al Amarah, la defensa de la CIMIC House estaría a cargo de la compañía Y, dos pelotones de los Royal Fusiliers y personal del Territorial Army. En total cerca de un centenar de militares.
Las primeras noticias del despliegue del regimiento en Iraq las tuvieron a finales de noviembre de 2003, avisándoles el Lt Col Matthew Maer, que en unas 20 semanas partirían hacia allí dentro de la operación Telic 4. En este contexto, las tropas del Battle Group 1st Battalion The Princess of Wales´s Royal Regiment (1PWRR) empezaron a prepararse para el despliegue y dar comienzo su periodo de seis meses en el país, ayudando a estabilizarlo y a preparar las elecciones previstas para el año 2005. Entrenaron en Canadá y en Salisbury, y por fin viajaron en avión comercial hasta Qatar, donde el 7 de abril les montaron en un Hercules de la RAF para un vuelo hasta el aeropuerto de Basora. En la misma pista les esperaban soldados del 1st Light Infantry, que era la unidad a la que venían a relevar.
Fueron llevados en camiones a la Shaibah Logistic Base, donde estuvieron dos semanas aclimatándose a la zona. El objetivo era acostumbrarse físicamente a las condiciones de la región, en una base logística construida en mitad del desierto donde no había posibilidad de ser atacados por ningún insurgente. En esta base disfrutaban de toda clase de comodidades y servicios, con tiendas, gimnasio y demás facilidades. Era comúnmente conocida por la tropa con el nombre de “Ibiza”.
El Major Justin Featherstone, al mando de la compañía Y, que se había adelantado al resto de la unidad para ponerse al día con información de fuentes de la inteligencia, pudo poner a sus compatriotas en alerta respecto de lo que había acontecido en la región. Desde hacía dos días, los partidarios del clérigo chiita Moqtada al Sadr habían iniciado una revuelta en varias poblaciones. Habían tomado algunas comisarías de policía y edificios gubernamentales, y ahora intentaban asaltar algunas bases de las fuerzas multinacionales. En la ciudad de Kut, unos 150 kilómetros al norte de al Amarah, había muerto un soldado ucraniano, y las tropas polacas habían abandonado temporalmente la base, saliendo fuera de la ciudad. En Nasiriyah los italianos habían sufrido doce bajas, mientras que idénticos ataques habían rechazado los españoles en Najaf y los búlgaros en Kerbala. En barrio de Sadr – llamado así en honor al padre de Moqtada- en Bagdad, varios civiles japoneses y coreanos habían sido capturados. La situación no podía ser más apurada.
De todos modos, las fuentes de inteligencia les informaron de que aquello no duraría mucho, y que en breve iría remitiendo la revuelta. El primer sentimiento de la tropa es que se perderían la acción mientras pasaban las dos semanas en Shaibah.
Algunos de los miembros del batallón se pudieron adelantar a los demás para ir haciéndose cargo de los envíos y empezar a realizar el cambio de mando con las tropas del 1st Light Infantry. Incorporándose a los convoys logísticos que partían desde Shaibah hasta Camp Abu Naji, momento en el que pudieron ver de primera mano la región donde pasarían los siguientes seis meses.
La mayoría de la provincia de Maysan estaba deshabitada y en estado de abandono, quedando como superficie cultivada apenas una milla a los márgenes del rio Tigris. Antiguamente había grandes zonas pantanosas de gran riqueza natural, pero como castigo a la población, Saddam había desecado esas marismas, dejando poco más que una colección de grandes llanuras áridas y polvorientas más allá de la delgada línea verde. Maysan es geográficamente plana, y lo único que destaca en el horizonte son las numerosas posiciones defensivas abandonadas –trincheras, posiciones de artillería, etc.– fruto de las múltiples guerras en las que ha estado involucrado el país.
A quince kilómetros de la ciudad de al Amarah se encuentra el siguiente enclave británico en la zona, Camp Abu Naji. En la época de Saddam había sido el cuartel general del 4º Cuerpo de Ejército. En varios kilómetros a la redonda se podían ver gran cantidad de instalaciones militares abandonadas, muchas de ellas severamente destruidas por los bombardeos de la aviación aliada durante la Primera Guerra del Golfo en 1991.
En 2003, los Royal Engineers se habían encargado de la adecuación de la CIMIC house. Para ello habían creado un recinto de unos 800 metros de largo por 300 de ancho, desde donde se dirigían todos los aspectos militares en la provincia. La situación de la CIMIC House era perfecta, estando lo suficientemente alejados de la ciudad como para que los insurgentes no pudieran utilizar la zona urbana para bombardearles con morteros.
Dentro de la ciudad de al Amarah, la presencia militar británica se situaba en la denominada CIMIC – siglas de CIvil and MIlitary Cooperation- House, que era la antigua residencia del gobernador en la provincia. La posición de dicha mansión en pleno centro de la ciudad no era casual, sino que servía para subrayar aún más el control de Saddam Hussein sobre la población, haciendo palpable su presencia para todos los ciudadanos. Se trataba de una lujosa estancia de dos plantas, con su propia zona verde, piscina, instalación de tratamiento del agua y torre de almacenamiento. La planta inferior estaba dedicada a sala de reuniones, mientras que en la superior había dormitorios. Tanto el lado Oeste como el Norte quedaban protegidos por el rio Tigris, que se divide en dos al llegar a este punto de la ciudad, por lo que solo podrían temer asaltos a la residencia por el Sur o el Este.
La CIMIC House fue la sede la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA por sus siglas en ingles) y era el lugar en donde se planificaba toda la gestión administrativa de los proyectos de desarrollo en la provincia, mejoras de infraestructuras, cuidado del patrimonio cultural y medio ambiental, etc. En total la residencia media unos doscientos metros de largo por cien metros de ancho.
La responsable de la CPA en la provincia era Molly Phee, diplomática senior del US State Department. A sus órdenes estaban otros 20 miembros de la CPA, en su mayoría estadounidenses, y unos 20 guardaespaldas de la compañía privada Triple Canopy, una de las muchas empresas contratistas de seguridad que se estaban haciendo de oro tras la invasión de Iraq.
En el lado Oeste del reciento se habían colocado algunos contenedores prefabricados, utilizados como dormitorios para los militares, locales de servicio, limpieza y cocinas.
Saliendo de la CIMIC House, por la entrada Sur, y cruzando la calle, se encuentra el Pink Palace (Palacio Rosado) denominado así por el color con el que estaban coloreadas sus paredes. Esta era la sede del gobierno iraquí en la provincia, y el lugar donde tenían lugar las reuniones con las autoridades locales iraquíes. Con forma de U, estaba mal diseñado y ventilado lo que provocaba que en su interior las temperaturas fuesen permanentemente elevadas, razón por la que no era muy frecuentado. Este edificio también estaba dentro del perímetro de seguridad británico en la ciudad.
En un principio, se suponía que sería una misión como la realizada en Bosnia por las fuerzas del 1PWRR en el año 2001, por lo que se dudaba de la necesidad de emplear medios pesados como los blindados de cadenas. La intención era utilizar sobre todo los Snatch Land Rover, de apenas 4 toneladas, o los Saxon en patrullas por la ciudad y alrededores.
Las primeras patrullas desde la CIMIC House
El 17 de abril los británicos empezaron a realizar diferentes patrullas por la ciudad para ir familiarizándose con la zona y con la población. Tanto desde la CIMIC House como desde Camp Abu Naji, distintos pelotones reforzados (denominados multiples) comenzaron a realizar cortos itinerarios, muchas veces con personal del 1st Light Infantry, para mostrarles puntos y personas de interés para sus cometidos.
En la ciudad, un primer pelotón reforzado -con miembros de las secciones de francotiradores y antitanques- realizaron una patrulla por la tarde por un mercado de alimentos cercano. Normalmente uno de cada cuatro de los miembros llevaba una ametralladora Minimi, y esa misma proporción de los participantes patrullaba con un lanzagranadas UGL montado bajo el cañón del fusil de asalto SA80 A2.
Tras salir por el portón de la CIMIC House, enfilaron brevemente al Sur y luego hacia Este. Era lo que denominaban “soft patrol”, con las gorras en la cabeza y el casco sujeto en la cintura, un poco con el fin de no parecer demasiado agresivos. Las instrucciones no eran otras que sonreír y saludar a las personas que se encontrasen a su paso. En definitiva, ser lo más amistosos posibles con una población para la que, durante décadas, la visión de un militar armado dirigiéndose a ellos no era presagio de nada positivo y si de muchas calamidades.
El mercado estaba muy ajetreado, constituyendo la típica imagen de un zoco árabe con una infinita sucesión de pequeñas tiendas en las que ofrecían de todo. En el ambiente había una mezcla de olores a café, té, especias aromáticas, frutas de toda clase, etc. Luego estaban los bazares, los zapateros, pescaderos, carniceros…
El primer contacto con la población fue muy favorable. Salvo casos aislados de padres desconfiados que reñían a los niños que intentaban comunicarse con la patrulla, la caminata fue un paseo interesante y agradable con muchos saludos y sonrisas repartidos por doquier. Tras finalizar el itinerario, el grupo tomó otra ruta de vuelta a la base sin el menor incidente o novedad. Repasando por la noche lo acontecido, por la mente de los soldados sobrevoló la idea de que quizás, después de todo, la situación no era tan mala y que lo mismo los seis meses de misión pasarían muy rápido y serían un poco aburridos. Ese pensamiento no llegaría a durar más de 24 horas.
Cada compañía o pelotón en el Grupo de batalla tuvo su primer contacto con el enemigo de una manera diferente. Para el soldado Beharry, perteneciente a la compañía C del Primer Batallón del Regimiento Princesa de Gales – 1st PWRR – todo empezó con una patrulla mixta con el 1st Light Infantry. Conduciendo un Warrior – indicativo Whisky Two Zero – fueron dirigidos hacia el sudeste de Amarah, siguiendo la denominada Blue Route. Tras establecer brevemente un control de carretera, les informaron por radio que un pelotón de tropas británicas embarcado en un solo vehículo, acompañados eso sí, por un par de Land Rover del Iraqui Civil Defence Corps –ICDC- había caído en una emboscada en un pequeño núcleo urbano al sudeste de la ciudad. Todos excepto uno de los Land Rover del ICDC habían escapado, y necesitaban que alguien fuese a sacar a los iraquíes del apuro.
Al llegar al poblado no se escuchaban disparos y el lugar parecía abandonado. Solo al acercarse a uno de los cruces, dentro del poblado, pudieron divisar al Land Rover del ICDC mientras se alejaba a toda velocidad, por lo que parecía que todo se había resuelto y no hacía falta su presencia. Conforme Beharry comenzaba a realizar un giro con su Warrior para abandonar la zona, por los intercomunicadores del blindado llego un aviso de que a las 2 – referencia con el frontal del Warrior– había un tipo con un RPG apuntándoles. Sin dar tiempo a la tripulación a disparar o a que el blindado acelerase, el sujeto disparó la granada propulsada por cohete. Como si de un vídeo a cámara lenta se tratase, pudieron ver como se desplegaban las aletas e iniciaba el giro estabilizador de la trayectoria. En un instante el proyectil salvó la distancia que les separaba e impacto a en una placa blindada situada a la izquierda del conductor. Instintivamente se agacharon, esperando la explosión, la onda de choque y la llamarada… pero nada de eso ocurrió. Tras impactar contra el blindaje, la granada rebotó y rodó, como si fuera el botellín de un refresco, por el asfalto. El tipo del RPG se escabulló, y el Warrior aceleró para alejarse del lugar y volver a Camp Abu Naji.
El domingo 18 de abril, a las 07:30, el Battle Group PWRR tomó oficialmente el mando de la provincia de Maysan. Una primera patrulla de dos Snatch Land Rover salió de la CIMIC House con el fin de seguir familiarizándose con la zona y darse a conocer. Al mando de la patrulla estaba el Sgt Dan Mills, que comandaba el pelotón de francotiradores de la compañía y, acompañándole, el Major Ken Tait, del Territorial Army (lo que en España sería un reservista). Los vehículos se dirigieron al Sur. Tras llegar a la altura del primer puente que atraviesa el Tigris giraron hacia el Este, para dirigirse a una cercana comisaría de policía.
Al llegar a la comisaria, el Sgt. Dan Mills ordenó parar el vehículo, mientras que el segundo Land Rover paraba por seguridad, según los procedimientos, unos 50 metros más atrás, justo en frente de un edificio de tres alturas, un poco diferente a los normales de la zona, limpio y pintado inmaculadamente de blanco, con muchas ventanas enrejadas, un muro alto alrededor del recinto y un gran portón metálico.
El Sgt. Mills sintió una sensación extraña cuando, al salir del primer Land Rover y dirigirse a los policías iraquíes, que estaban holgazaneando sentados a la sombra, observó que su gesto cambiaba, a la vez que su talante. No querían saber nada de los británicos, ni mantenían el menor dialogo. Había mucho nerviosismo en el ambiente y varios de los policías sencillamente salieron por la puerta de atrás de la comisaria y empezaron a alejarse a paso rápido.
Fuese lo que fuese, aquello no podía ser bueno, así que el Sgt. Mills se dio la vuelta para dirigirse a su vehículo y proseguir con la patrulla. Al volverse, vio que un grupo de individuos había salido de ese edificio tan extraño y que se estaba encarando con el Corporal (Cpl) Daz, segundo al mando de la patrulla, que había bajado del otro Land Rover para averiguar lo que querían.
Mientras el Cpl. Daz intentaba dialogar con los acalorados individuos, el Sgt. Dan Mills se dirigió andando hacia ellos. A medio camino los miembros de la patrulla empezaron a ver en las ventanas del edificio a más hombres asomados, algunos de ellos portando fusiles de asalto AK-47. Aquello estaba tomando un cariz peligroso, y mientras el resto del grupo empezaba a apuntar, por si se iniciaba un tiroteo y tenían que dar fuego de cobertura, tanto el Sgt. Mills como el Cpl. Daz empezaron a caminar, sin dar la espalda al edificio, hacia sus respectivos vehículos, para marcharse de allí.
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